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transmision automatica
Luis Ramos Penabad

Cambios automáticos: problemas y mantenimiento

Hace un tiempo que analizamos los diferentes tipos de cambio automático que existen en el mercado. Se trata de una opción que se ha ido haciendo un hueco cada vez mayor en Europa, gracias a que han evolucionado mucho (ya no gastan más que los manuales, en ocasiones todo lo contrario) y aportan mayor seguridad y comodidad.

En los modelos más caros del mercado, es además una garantía de reventa. A pesar de que, de media, un cambio automático solamente supone un aumento del 2% del precio del coche, en segmentos como la berlinas y todoterrenos grandes contar con él supone una perder un 10% menos de valor a igualdad de kilómetros recorridos.

Puede que, a pesar de todo, haya gente reticente a este tipo de transmisiones, pensando que puedan dar problemas. Hemos contactado con los expertos de Total España para que nos explicasen las causas que pueden provocar averías, que se resumen en dos:

  • Nivel de aceite bajo. En un país como España, donde suele hacer calor, el cambio automático trabaja a una altísima temperatura, lo que degrada el eceite a una mayor velocidad, lo que puede terminar dañando los engranajes y mecanismos que lo componen.
  • No realizar los mantenimientos. Cuando estos se hacen regularmente surgen los problemas. Aquello de que una caja de cambios no precisa de mantenimiento, es un mito. Sí lo precisa. Poco, pero existe.

A ellos añadimos desde coches.com un mal uso (como puede ocurrir con el cambio manual). No conviene apurar marchas sin alcanzar la temperatura óptima, hacer hacer patinar el embrague, manejar el selector sin cuidado, acelerar de forma agresiva en lugar de pisando suavemente el pedal…

Con el paso de los años la fiabilidad ha aumentado y las averías caras son aisladas. Una de las formas en que una caja de cambios automática manifiesta los problemas es dando tirones a la hora de cambiar de velocidad. Este síntoma también puede tratarse de un problema con el caudalímetro (que no entrega la cantidad idónea de combustible), por lo que es mejor comprobar el origen del problema con una máquina de diagnosis en el taller mecánico.

Si estos tirones son ligeros (sin golpes o patinamientos), un cambio de aceite integral de la caja de cambios, que solamente pueden realizar profesionales con máquinas especializadas, suele solucionar el problema. Los expertos de Total España también nos han explicado pormenorizadamente las particularidades de cada uno de los cuatro tipos de cajas automáticas principales que podemos encontrar en el mercado:

Cambio de convertidor de par

Lo suelen utilizar los vehículos más potentes, con mucho par (Tiptronic, Steptronic..). En este tipo motor y caja de cambios se unen mediante unos anillos toroidales. Están bañados en aceite, lo que genera un deslizamiento cuando se juntan los anillos, lo que permite el cambio de marchas.

Es un sistema bastante simple, duradero y fiable y las mejoras electrónicas han logrado cambios más rápidos, con mejor consumo y sin apenas patinado entre relaciones. Su mantenimiento consiste en cambios del aceite de transmisión y el filtro (varía según el fabricante y modelo, pero en torno a los 60.000 km). Si se omite este paso o hay alguna fuga es cuando pueden aparecer las averías.

Cambio de variador continuo

Es el modelo que emplean muchos modelos híbridos, pues maximizan el consumo y priman la conducción suave. En lugar de una caja de cambios hay un sistema de poleas cónicas que reciben la fuerza del motor, unidas por una correa en V que varía su extensión. No existen las marchas como tal, sino que la caja va cambiando de desarrollo continuamente para adaptar la potencia a la velocidad (le cuesta cuando se pisa el pedal a fondo).

La electrónica ha logrado que pueda simular algunas marchas. Es un sistema de transmisión que no precisa de un mantenimiento especial, más allá de revisiones periódicas que recomiende cada fabricante, y no suele presentar problemas graves.

Cambio robotizado

Se trata básicamente de un cambio manual, si bien la acción del embrague y del selector de marchas se contola por un sistema formado por electroválvulas y una unidad de control. Introducidas en si día por BMW (SMG) y Alfa Romeo (Selespeed), en la actualidad lo montan habitualmente marcas francesas de PSA y Renault (CMP, ETG), sobre todo en coches urbanos, para simplificar la conducción.

Han ganado en comodidad y rapidez respecto a hace unos años pero es de esos cambios a los que hay que “pillar el truco”. Debe sustituirse el líquido hidráulico del selector de las velocidades, pues la caja de cambio es convencional. Y, ya a largo plazo, se recomienda cambiar el embrague por desgaste.

Doble embrague

Las más conocidas son las DSG de Grupo Volkswagen y las PDK de Porsche, pero ya las equipan más marcas. Se trata de una caja de cambios dividida en dos, con una pareja de embragues robotizados, uno para las velocidades pares y otra para las impares. De este modo, los cambios son instantáneos.

Con el paso del tiempo han ajustado aún más los cambios, haciéndolos casi imperceptibles, y mejorar consumos ante sus equivalentes con cambio manual. Aptas para muy diversos tipos de coches, son más complejas y algunas requieren cambio de aceite (en torno a los 60.000 km recorridos) o sustituir los discos. A lo largo del tiempo se han detectado fallos en el sistema de electroválvulas de algunos fabricantes, pero ya son anecdóticos.

Fuente: Totalblog

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