Si en un anterior post hablábamos de la posibilidad de pintar el coche por nuestra propia cuenta, ahora os acercamos los pasos a seguir para dejar el coche listo para una buena mano de pintura. Porque cabe destacar que esto no es llegar y besar el santo. El automóvil necesita una clara preparación previa que pasamos a contaros a continuación.
Cuando tomamos la decisión de cambiar el color del automóvil debemos lavarlo a conciencia y dejarlo preparado para introducirlo en una cabina-horno. Tras ello, tan sencillo como encender las luces y que el ventilador de impulsión comience a funcionar.
Si hemos decidido pintar sólo las partes más afectadas o deterioradas, entonces utilizaremos un papel protector y cinta adhesiva y cubriremos las partes que no vayamos a pintar. En ningún caso utilicemos ni periódicos ni revistas. Del mismo modo, protegeremos las ruedas.
Como precaución desconectaremos los rociadores del limpiaparabrisas. El motivo principal es que a la hora de la cocción a 80º, el vapor que se expulse puede dañar el acabado final. Y todo el trabajo se vendría abajo.
Una vez los hayamos desconectado, entonces repasaremos el coche con paños destinados a quitar el polvo. Mientras que las zonas seleccionadas para pintar sufrirán el paso de paños antisilicona. Una vez elaborada esta parte, elevaremos el automóvil con neumáticos sin cámara. Esto es fundamental para que el en enfriamiento no se deformen.
Algo fundamental que debemos realizar si o si es quitar el tapón del depósito de combustible. Y comprobar que en el interior no queden ni botellas de aerosoles, extintores, desodorantes, etc. Del mismo modo, instalaremos un reductor de la presión con filtro en el exterior. No escatimemos en calidad en este sentido.
Respecto a nosotros, los pintores, deberemos vestir con prendas de tejido de nylon para evitar el polvo y usaremos un gorro del mismo material para prevenir una posible caída de cabello. Que un pelo se quede incrustado como parte del nuevo color no será de nuestro agrade. Os lo aseguro.