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Pilar Bebea

Viajar en una caravana es un placer si se hace con seguridad

Las hay grandes, pequeñas, familiares o individuales. También las hemos visto de todos los tipos y colores, desde los más creativos y útiles hasta los más extravagantes. Todas ellas coinciden en ser un vehículo de lo más útil a la hora de viajar, incluso trabajar en ella puede ser una acción. Para conseguir disfrutar plenamente de ellas hay que tener en cuenta siempre la seguridad. Por eso recogemos estos cinco consejos de Sylvia Longás de Autopista.es.

Esa enemiga invisible: la gravedad

El peso del remolque a la hora de conducir un vehículo es importante ya que, si no tenemos el permiso de conducir correspondiente, estamos incurriendo en una infracción de tráfico. En el caso de que solo contemos con un carné de conducir de tipo B, el peso máximo es de 750 kilos y no hace falta seguro extra porque lo cubre el del turismo. Si coche y caravana pesan más, hay que contratar seguro a parte para el remolque y se dan los siguientes requisitos.

  • Menos de 4.250 kg, se precisa un caré B96.
  • Entre 4.250 y 7.000 kg, permiso B+E.
  • Más de 7.000 kg, carnñe de camión C+E.

Poder o no poder, esa es la cuestión

El siguiente paso es preguntarse si nuestro coche es apto para ese tipo de transporte. La respuesta se haya en la ficha técnica del vehículo en la que figura el peso que pueden soportar detrás sin desperfectos al final del viaje. Al igual que si cargáramos a una hormiga con una roca dos veces su tamaño, nuestro coche normalmente no supera un peso que supere la mitad de su propio peso sin quedar completamente destrozado.

Cuidar de nuestra caravana

De la misma forma que se necesita cuidar el mantenimiento del vehículo habitual, la caravana precisa de cuidados especiales para ponerla en marcha con total seguridad. Para ello, debemos realizar comprobaciones a la presión de todas las ruedas y nivelar bien los pesos de ambos vehículos, coche y caravana. Si puede ser, no cargar demasiado el maletero ya que bajaría la altura de la parte trasera del coche y colocar el centro de gravedad del remolque justo delante de las ruedas para evitar problemas en los giros.

Despacito es mejor

Circular con una caravana supone un cambio en la velocidad legal permitida. El vehículo pesa más y, en el caso indeseable de accidente, la velocidad incrementa los posibles daños. Recordamos pues que, en autovías y autopistas, los límites para los remolques son los siguientes:

  • 90 km/h si el remolque es menos de 750 kg.
  • 80 km/h si pesa más de 750 kg.

En el caso de carreteras convencionales el límite para todos se sitúa en 80 km/h y 70 km/h en las vías fuera de poblado. Por ciudad máximo de 50km/h o 30km/h según las señales de tráfico mientras que en los caminos no se pueden superar los 25.

Ojo avizor

Llevar una caravana nos hace más vulnerables, somos como un elefante en una cristalería, muy grandes y con movilidad más reducida que el resto de turismos. Hay que tener eso en cuenta para evitar posibles complicaciones en carretera y así mantener la distancia de seguridad, que debe aumentar ya que nuestro peso es mayor así como la distancia de frenada.

Si adelantas, igual: más longitud equivale a más metros para maniobrar. En cuestas, mejor marchas cortas para arriba y el freno ligeramente pisado si vas hacia abajo.

Acabada nuestra travesía, en la que hemos puesto en marcha todo lo aprendido en este post, podemos disfrutar de las merecidas vacaciones y aparcar nuestra caravana en su correspondiente lugar. Si tienes dudas sobre dónde hacerlo, nuestro viaje no ha acabado, hay que encontrar la zona habilitada para ello. ¡Suerte!

Fuente: DGT

  • caravana
  • seguridad
  • seguridad vial
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