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Alba Pérez

Larga vida al embrague con estos nueve consejos

El embrague es la arteria aorta de los coches manuales por lo que su avería deja sin oxígeno a todo conductor ya que es una de las más caras, en algunas marcas ronda los 1.000 euros. Malos hábitos y vicios acaban provocando un desgaste prematuro del mecanismo que merma el bolsillo de los propietarios y aparca el vehículo en el taller.

Los comportamientos inadecuados al volante además de provocar riesgos en la seguridad vial y un gasto desorbitado del combustible, afectan también a la mecánica del automóvil. Y es que, con la L en mano nos hacemos dueños de la carretera adquiriendo rutinas contraproducentes para el perfecto mantenimiento del vehículo.

Aunque existen problemas de fábrica, lo común es que la sensibilidad del embrague se acabe desgastando debido a la mala praxis del propietario por lo que frecuentemente las garantías no cubren dichas reparaciones. Si no quieres que, a la larga, tus malas costumbres terminen con la vida útil del embrague sigue estos infalibles consejos:

1.  Mantén un correcto funcionamiento del corazón del vehículo: el motor. Para ello debes bajar su temperatura mediante líquidos de refrigeración y lubricantes, los cuales evitan sobreesfuerzos inútiles y el desgaste del embrague.

2. Arranca acelerando con suavidad para que el embrague no patine. Lo ideal es iniciar la marcha soltando el pedal progresivamente y acelerar sin que el motor supere las 1.200-1.300 rpm. Además, si es posible, se recomienda esperar unos minutos hasta que el motor adquiera una temperatura idónea. El tráfico urbano, las arrancadas en pendiente y las maniobras de aparcamiento se postulan como los momentos en los que más sufre el embrague.

3. No apoyes el pie izquierdo en el pedal del embrague, sitúalo en el reposapiés. Muchos conductores por inseguridad o comodidad circulan con el pie sobre este mecanismo, lo que hace que patine de forma continua, provocando que se queme en pocos kilómetros y acortando así su vida.

4. Pisa siempre a fondo el pedal para cambiar de marcha. Si no lo haces, someterás al sistema a fricciones excesivas y el acople de las marchas que no será todo lo suave que debería podría llegar además a rascar lo que perjudica considerablemente al embrague. Esto se hace significativo en este ejemplo: tras recorrer 10.000 kilómetros de carretera urbana podrías llegar a cambiar de marcha más de 50.000 veces. Para poder llegar bien al embrague asegúrate asimismo de que tu asiento está correctamente ajustado longitudinalmente.

5. Evita soltarlo demasiado rápido o descoordinado con el movimiento de la mano sobra la palanca de cambios, ya que esto genera estrés al embrague.

6. Pon punto muerto en las detenciones. En semáforos y atascos sitúate en punto muerto sin pisar ¡claro! el embrague ya que sino estarás sometiendo al embrague a un sobreesfuerzo innecesario. Este hábito también se debe evitar en los coches con uso Start & Stop ya que el sistema que está concebido para ahorrar combustible no detiene el motor si no soltamos el embrague.

7. Conduce con las dos manos en el volante. Puede parecer una tontería, pero pilotar con una mano en el volante y otra en la palanca ofrece una presión extra que acaba siendo perjudicial para el embrague.

8. Controla el punto de embrague para sujetar el coche con el freno. Si tienes que frenar en una situación de emergencia utiliza el embrague sino olvídate de controlar el coche con este mecanismo ya que someterás a sus componentes a una fricción inútil. Los conductores deben poseer un control absoluto del punto de recorrido del embrague para poder soltar el freno y pisar el acelerador de forma rápida y suave para evitar así que el coche se cale y que el embrague se mantenga a medio recorrido. Este problema no lo tienen los coches modernos ya que cada vez es más común que incorporen el sistema Hill Assist que ayuda al vehículo a no descolgarse hacia atrás durante unos instantes, segundos necesarios para acelerar y reanudar la marcha. ¡No permitas que una cuesta te obligue a trazar una ruta alternativa para evitarla y, por supuesto, que acabe quemando el embrague!

9. Evita que llegue agua a presión hasta el cárter del embrague. Cuando lavamos el coche la humedad puede penetrar en su interior y dañar o alterar seriamente el funcionamiento del mecanismo.

Si pones en marcha esta lista de recomendaciones, tu embrague sonreirá más que los emoticonos de Whatsapp y tú bailarás cual flamenca al no pisar el taller mecánico y ahorrar el dinero de esta cara avería.

Fuente: Autofácil, Maphre, Ecomotor

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