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Parabrisas 2
Ignacio Fernandez

Las lunas y la seguridad de tu coche

Antes de empezar a hablarte de la importancia que tiene en nuestra seguridad al volante las lunas del coche, he creído oportuno acudir a la Wikipedia para mostrarte la definición de parabrisas -real protagonista de este post-. Ahí va:

El parabrisas es la superficie, transparente o translúcida, también llamada, luneta o vidrio frontal (por el material del que suele estar hecho); que suelen utilizar los vehículos (avión, barco, automóvil, autobús, moto, tren…) para proteger al conductor del viento, lluvia, golpe de insectos, etc. Permiten una mejor visibilidad y comodidad para conducir.

Los parabrisas modernos son generalmente hechos de vidrio laminado de seguridad, estos constan de dos hojas de vidrio con una capa de policarbonato laminado de seguridad entre ellos. Antes de 1940 los parabrisas usados en los vehículos automotor caían hacia delante al momento de un impacto, luego se utilizan los de vidrio templado, estos al momento de un impacto estallaban siendo de alta peligrosidad para el conductor. El avance técnico llevo al presente parabrisas de vidrio laminado dando una mayor garantía de seguridad, este vidrio al momento de un impacto se estalla sin desprender partículas peligrosas para los ocupantes del vehículo.

El hecho de haberte mostrado la definición no es ni para ocupar espacio ni porque no sabía cómo empezar. Es que a veces, para entender las cosas bien, es necesario acudir a la raíz de ellas. Bien, y antes de entrar en materia -voy enseguida- contarte una anécdota en primera persona que refleja bien a las claras la importancia en nuestra seguridad de las lunas del coche, en este caso el parabrisas: cuando empecé a conducir, y en mi primer coche, me ocurrió que en un viaje por carretera me saltó una chinita -no somos nada ante la Naturaleza- al parabrisas. Yo en le momento no me dí cuenta. Fue al parar cuando descubrí el pequeño «agujerito» del cristal. Consulté con mi padre, sin darle demasiada importancia, y él me dijo: «Arregla de inmediato el parabrisas, porque se te puede caer encima si se «abarquilla» del todo». Desde entonces, he tenido muy en cuenta el estado «vidrioso» de mi vehículo.

Parabrisas roto

Y ahora sí, vamos con el tema. Hace unos días, la firma Carglass -una de las más importantes en el terreno de las lunas de autmóvil- ha presentado el estudio: “El Parabrisas: componente decisivo para la seguridad vial preventiva”. A continuación, te desgranamos el estudio.

El parabrisas es un componente estructural básico para la seguridad a bordo del automóvil, siendo un elemento de vital importancia para la seguridad de los ocupantes del vehículo ya que de él depende en gran parte la resistencia del techo en caso de colisión y vuelco. También, y ojo, para el buen funcionamiento del airbag.

Y es que para muestra, un botón: las lunas del automóvil aportan el 30% de la resistencia en la estructura del vehículo, con lo que mantener su buena conservación es imprescindible para disminuir los riesgos y la inseguridad al volante y una prioridad en el campo de la prevención. Un pequeño desperfecto en el cristal, provocado por ejemplo por el impacto de una piedra, reduce su resistencia hasta un 70%.

También son fundamentales las lunas para el techo del vehículo  en caso de colisión y vuelco. Tests dinámicos han demostrado que cuando el techo del coche se aplasta menos de 10 cm, los cristales seguros del automóvil resisten y evitan que éstos salgan despedidos o se rompan. En el caso del airbag, si el parabrisas no está bien adherido, al desplegarse hace saltar el cristal y da como resultado lesiones graves para los ocupantes.

Roturas

Los cuatro tipos principales de impactos en el parabrisas son el desgaste superficial, el ojo de buey, la rotura con grietas y el ojo de buey con microfisuras. En el caso del ojo de buey, generalmente no hay posterior agrietamiento del cristal, al contrario del ojo de buey con microfisuras, el más frecuente de todos. La rotura con grietas es un impacto que se ha agrietado, por el que circula aire y que también se puede llegar a reparar si se interviene a tiempo.

En nuestro país, un 10% de los vehículos tuvieron algún daño en su parabrisas en el año 2011. El cristal con mayor índice de siniestralidad es el parabrisas, debido a que gran parte de los siniestros son por impactos frontales. Debido a esto, la reparación y sustitución del parabrisas es más frecuente que en el resto de lunas. Le siguen en siniestralidad las lunas laterales y, finalmente  las traseras.

¿Por qué se rompen tanto?

Los tres factores que más inciden en el volumen de siniestralidad en el parabrisas son el estado de los firmes, la inversión pública en carreteras y los factores térmicos. Cuando la calidad de los firmes tiende a empeorar la tendencia que se observa es el incremento del porcentaje de siniestros en el parabrisas. Hasta un 80% de los impactos son causados por la gravilla.

Según datos del Ministerio de Fomento, las inversiones realizadas por la Dirección General de Carreteras, disminuyeron un 29% del año 2009 al 2010. Esto nos lleva a pensar que según se reduzcan cada vez más las inversiones en carreteras, los problemas seguirán aumentando en este sentido.

Por último, la climatología es otro de los factores que influyen en la siniestralidad del cristal. La exposición al sol con temperaturas elevadas, al frío y las heladas, así como el aire acondicionado o la calefacción afectan al cristal y pueden provocar que los impactos se conviertan en una rotura.

Cuando cae una gran helada, por ejemplo, y el cristal se queda «duro», lo primero que hay que hacer es echar agua caliente, para a continuación quitar el hielo con el rascador. No golpees el cristal, porque es contraproducente.

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