El parque automovilístico ha crecido en España mucho más rápido que los centros de inspección, que empiezan a quedarse obsoletos.
Si a tu vehículo le toca pasar la ITV dentro de poco tiempo, quizá pienses en la incomodidad de las distancias que hay que recorrer para llegar a un centro de inspección y en las colas de espera. ¿Por qué no hay más centros de inspección? ¿Debería el sistema abrirse a nuevas empresas particulares? ¿Perjudicaría esto a la calidad de los mismos?
Todas estás preguntas han sido objeto de debate en el Observatorio del Motor de El Economista. El modelo actual está gestionado por las Administraciones Públicas y depende directamente de los diferentes gobiernos autonómicos. España cuenta con 320 centros de inspección, con un total de 800 líneas, que facturan unos 550 millones de euros al año.
Castilla-La Mancha es la única comunidad que ha elegido un sistema aperturista, donde instituciones que están fuera de las Administraciones Públicas pueden también realizar inspecciones, lo que ha dado lugar a un mayor número de centros de inspección.
El debate está servido. Una apertura de las inspecciones a nuevas empresas privadas puede suponer una disminución del control de éstas, pero también puede ayudar a agilizar trámites y desarrollar nuevos mecanismos.
En la web del diario económico comprobarás que existen diferentes posturas pero no hay entendimiento. Eso sí, se hace un reflexión final: «Quizás es el momento de crear una nueva asociación, de carácter nacional, con todos los agentes implicados en el proceso para poder hablar con la Administración». Todos saben que hay un problema, que además tiene una solución positiva para todos: Sólo con duplicar los centros de inspección en Madrid, que con el número de coches que hay se podría hasta triplicar, se podrían llegar a crear hasta 7.000 puestos de trabajo.
Por cierto, ¿qué cambiarías tú de la ITV?
Vía: El Economista