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Redacción

Fotografía: coches desintegrados como por arte de magia

Hasta el próximo mes de mayo, la galería MB&F M.A.D., en Ginebra, expone dos series de obras realizadas por el artista suizo Fabian Oefner. Disintegrating y Hatch, son los títulos de estas dos series compuestas por fotografías y con el automóvil como tema principal.

La serie fotográfica Disintegrating, compuesta por tres imágenes de coches deportivos clásicos que parecen explotar. Oefner ha deconstruido cuidadosamente maquetas y ha fotografiado esmeradamente cada componente en una posición muy específica. Esta meticulosa construcción pieza a pieza crea la ilusión de ser coches desintegrados.

Aunque la fotografía por lo general capta momentos en el tiempo, la serie Disintegrating inventa un momento en el tiempo. «Lo que se ve en estas imágenes es un momento que nunca existió en la vida real», explica Oefner. «Lo que parece un coche cayéndose a pedazos es de hecho un momento en el tiempo que ha sido creado artificialmente combinando cientos de imágenes individuales. Existe un placer único en construir artificialmente un momento… Congelar un momento en el tiempo es estupefaciente».

Los coches deportivos clásicos elegidos para las imágenes son un Mercedes-Benz 300 SLR Coupé Uhlenhaut (1954), un Jaguar E-Type (1961), y un Ferrari 330 P4 (1967). El proceso de construcción de las fotografías comienza con un primer boceto en papel, que establece donde debe ser colocada cada pieza individual. Entonces Oefner comienza la cuidadosa deconstrucción de los más de mil componentes de cada modelo.


Tras el boceto inicial, cada pieza se coloca individualmente con agujas finas y trozos de cuerda en su posición exacta en la composición. Una vez completada la construcción, entonces establece el ángulo de la cámara de cada disparo meticulosamente, ajustando la iluminación en consecuencia.

Por último, las imágenes individuales se combinan en la post-producción donde se copia cada elemento y se pega en la posición usando las ruedas como un punto de referencia fijo. El resultado final es una sola imagen de la explosión del coche captado con el ángulo preciso y una iluminación perfecta que completan la ilusión de «las» imágenes de alta velocidad más lentas jamás captadas», en las palabras de Oefner.

«Tardé casi dos meses en crear una imagen que parece como si hubiese sido capturada en una fracción de segundo. Todo el desmontaje en sí mismo tardó más de un día para cada vehículo debido a la complejidad de los modelos. Pero eso es un poco una cosa de chicos. Hay un goce en el análisis, descubriendo algo tomándolo».


Fuente: M.A.D. Gallery
Vía MotorLegend
Galería de fotos:

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