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Nacho Teso

Las ruinas de Brístol y las carreteras de Nueva York

Brístol es una ciudad inglesa fundada en 1155. A lo largo de los siglos fue uno de los principales centros comerciales de Inglaterra, especialmente con la compra y venta de esclavos durante el siglo XVIII. La ciudad destacaba también por sus iglesias. Sin embargo, estas quedaron derruidas en su mayoría por culpa de los bombardeos nazis de la Segunda Guerra Mundial.

La razón de que fuera un objetivo clave en la contienda era el hecho de que Brístol y su industria eran muy importantes para Inglaterra. Sin embargo, en su contra jugaba el emplazamiento de la ciudad al lado de un río. Las ciudades, en aquel entonces, apagaban todas sus luces si podían para que no pudieran fijar blanco sobre ellas. Sin embargo, cuando la luna se reflejaba en el río, Brístol quedaba iluminada y a merced de los bombarderos alemanes.

En total fueron más de 500 bombardeos, con 85.000 edificios destruidos y 1.299 muertos. En una sola noche estallaron 15.000 bombas. La que era conocida como ciudad de las iglesias vio como todas ellas acababan en ruinas para cuando terminó la Segunda Guerra Mundial.

La reconstrucción de Brístol y su cuenca de ruinas

La ciudad comenzó sus obras de reconstrucción antes de que acabara el conflicto. Es aquí donde entran los americanos. Estados Unidos ya se había metido de pleno en la guerra, y utilizaba Brístol como punto de descarga de suministros para sus tropas y para la propia ciudad. La cuestión es que sus barcos se vaciaban del todo cuando hacían esto. Necesitaban lastre, un peso que hunde un poco los barcos en el agua para darles estabilidad y permitirles navegar.

Lo único que había de sobra en la ciudad y que podía cumplir esta función eran ruinas. Así que los barcos americanos usaban las ruinas de lastre, volvían a América a por más suministros y dejaban en su país las ruinas de Brístol, a la que volvían para reiniciar el ciclo.

Estos restos se acumulaban en Nueva York, ciudad estadounidense fundada en 1624. Allí donde se acumularon las ruinas se le dio el nombre de Cuenca de Brístol. A falta de un mejor uso, se decidió entonces aprovechar para construir en ese sitio una carretera. No fue una entera, sino la sección meridional de la Franklin D. Roosevelt East River Drive, autopista que originalmente se terminó en 1934.

Se terminó la construcción en 1974. El actor Cary Grant, oriundo de Brístol pero que hizo carrera en Estados Unidos, estuvo presente para la inauguración. Aquí se cierra la historia de cómo la ciudad de las iglesias y sus ruinas ayudaron a construir una autopista en Nueva York en el siglo XX.

Fuente: Jalopnik
Fotos: Wikipedia, Flickr

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