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Redacción

Las viudas lloraron por sus alas de gaviota (II)

La prensa y el pueblo cautivados. Todas las alabanzas se cernían al perfecto modelo que había presentado Mercedes, su 300 SL. Aunque todos eran conscientes de que ese modelo estaba situado muy por encima de la capacidad de un comprador de a pie. Pero como no iba a fascinar si contaba con una potencia de ensueño en un motor hecho a la perfección. Lo extraño hubiese sido todo lo contrario.

Un modelo de 1957.

El 300 SL, conocido popularmente como ‘Alas de gaviota’ contaba con un aire dinámico y era excesivamente preciso en cada una de las curvas que se debían surcar en carretera. Pero como cualquier otro producto, también había alguna pequeña característica mejorable. En este caso el habitáculo. Demasiado precario. Era pequeño, minúsculo y claro está, las voces poco tardaron en hacerse escuchar. Pero tenían razón. Un poco más de espacio no hubiese estado nada mal. De su precio mejor no hablamos porque con el dinero que debían abonar por un 300 SL, podían adquirir un Jaguar XK120 o un Mercedes 170.

Tuviese el precio que tuviese fue el mayor deseo personal de propietarios tan conocidos y reconocidos como Glenn Ford, Perón, Tony Curtis, Porfirio Rubirosa, Niarchos, Fangio, Von Karajan, Sofía Loren, Zsa Zsa Gabor, Clark Gable, el shá Reza Pahlevi, Alfred Krupp y Romy Schneider. No era de extrañar. Su porte lo convirtió en un modelo inolvidable. Además de que ofrecía un sistema muy avanzado para su época. Contaba con un chasis multitubular e inyección directa de gasolina. Conclusión, un alcance de 260 km/h, máximo.

Karl Wilfert, su diseñador, a la hora de llevar a cabo la estructura, tomó la decisión de disponer de unos complementos aerodinámicos sobre los pasos de rueda. Incluso, el capó también fue retocado, ciertamente, con trazos diferenciales. Dos líneas longitudinales.

6 cilindros para 215 CV.

En Nueva York fue su presentación oficial. Pero a pesar de no presentar lo que sería el diseño original, cabe destacar que los materiales empleados si eran los elegidos: carrocería de acero y puertas y capó de aluminio. Aparte, el motor seleccionado fue el de seis cilindros, como el de la versión de carrera, por lo que ofrecía 215 CV.

Como Mercedes quería hacerse escuchar en el sector deportivo no dudó ni un solo instante en realizar todo lo necesario para ofrecer un coche de calidad. Por ese motivo, cada uno de los propulsores que montaron los chasis del 300 SL, tuvieron que sufrir una tabla tremenda de pruebas durante 24 horas. De las cuales 6 de ellas, fueron a fondo. El resultado, ya lo hemos comentado anteriormente, sus 235 km/h de velocidad punta. Un hecho que sorprendió a propios y extraños ya que dicha velocidad estaba totalmente alejada de lo que podían ofrecer los grandes deportivos del momento. Mercedes supo hacer las cosas como se deben hacer. Es decir, si presentar un modelo para conquistar, debe superar al resto. Y este lo consiguió.

A continuación os detallamos lo más característico de su ficha técnica:

País de producción: Alemania
Fabricación: 1954-1957
Cilindrada: 2.996 cc.
Cilíndros: 6 en línea
Potencia: 215 CV, 5.800 rpm
Par: 275 Nm/4.600 rpm
Alimentación: Inyección mecánica Bosch-Mercedes
Combustible: Gasolina
Longitud: 4.520
Altura: 1.302 mm.
Peso: 1.295 kg
Depósito: 100 l.

Además contaba con una caja manual de 4 velocidades y tracción trasera. E incluso, la capacidad del depósito podía ser optativa y ampliarla a 130l. Todo dependía del gusto del comprador.
Pero no podíamos poner un punto final sin una anécdota o característica de esas que convierten a un modelo es inolvidable… Mercedes 300 SL también fue apodado como ‘Widowmaker’ (creador de viudas). El motivo, que un gran número de conductores perdieron su vida en manos de él.

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