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María Guzmán

Los robots, nuestros futuros compañeros

¿Os acordáis de Yo Robot? Sí, esa película ambientada en el año 2035 en la que humanidad vivía en completa armonía con los robots inteligentes hasta el punto que cocinaban, conducían coches, aviones… e incluso cuidaban de los humanos. Pues bien esa película no queda tan lejos de la realidad… y es que estamos en medio de una ¡revolución robótica!

De momento se encuentra en una etapa de pruebas en la que de momento no requieren de tanta inteligencia o interacción con los humanos, así lo afirma John Lizzi, director del Laboratorio de Sistemas Inteligentes distribuidos en Ge Global Research en referencia a lo que llaman ‘Robótica de servicios‘.

«El concepto de la robótica de servicios es cómo podemos poner robots autónomos o semiautónomos (en el ambiente de trabajo) para ayudar a nuestros clientes, y que se ocupen de las actividades aburridas, sucias y peligrosas como fábricas, depósitos de trenes, refinerías y plantas de energía donde vemos una gran cantidad de oportunidades para la robótica. Esto incluye la colaboración con los seres humanos y robots autónomos», explica Lizzi.

La nueva generación de la robótica está basada en una gran cantidad de tendencias, como la Ley de Moore, por lo que es posible añadir más inteligencia en el propio robot. Los costes de la computación y los sensores están bajando. Existe todo un movimiento alrededor de la robótica a fin de que exista la colaboración entre humanos y robots.

Aunque, como en todo hay complicaciones, no es tarea fácil hacer que los robots tengan en cuenta los detalles que puede tener un humano a la hora de trabajar como la destreza, o manejar cosas pequeñas, pero sí que es cierto que en otros ámbitos los robots serían de gran ayuda. Imagina a un «Baymax» de Big Hero, un robot grande que podría dar una fuerza sobrehumana que sirviera de ayuda o ser un apoyo en los entornos más difíciles, GE pone el ejemplo de la coordinación de tareas entre robot y persona tales como la reparación, proporcionando capacidades físicas o virtuales adicionales.

Para llevar a cabo este proyecto de robots inteligentes es imprescindible disponer de una seguridad, para ello los fabricantes se basan en una gran cantidad de hardware que puede hacer que el robot sienta el contacto con el humano, pero hay otras maneras como por ejemplo el uso de sensores y software para entender los objetos a su alrededor para que pueden abordar estas cuestiones.

«Es cierto que para la seguridad vas a renunciar a la velocidad y precisión, lo cual es una desventaja importante. Una gran cantidad de los sistemas perceptivos no son tan precisos y no tienen la capacidad de carga útil que los robots tradicionales tienen», decía John Lizzi en una entrevista para un medio estadounidense.

Y no sólo existe este tipo de robots que sirven para abordar los trabajos que ponen en peligro la seguridad de los trabajadores, sino que también la robótica está evolucionando hacia el ámbito doméstico, médico o militar. Actualmente los robots son más veloces, cuidan de los ancianos y enfermos, realizan operaciones a corazón abierto e incluso extinguen incendios y patrullan las calles.

Según un reportaje publicado en el diario londinense The Times: «la crisis económica ha potenciado la búsqueda en esta línea y el resultado es que existe una lista cada vez mayor de profesiones que los robots ya pueden desempeñar más rápido y con mayor precisión».

El ‘leit motiv’ de Yaskawa y Kawada, cuya serie de robots Motoman «en breve sustituirá a personas sin necesitar mucho espacio o cambios en las líneas de producción» afirmaban. Con el envejecimiento de la población, las empresas de robótica ven en los ancianos y enfermos un mercado en potencia desarrollando máquinas que podrán actuar como perros-guías, cuidadores y hasta bomberos. La medicina es ya un campo donde es habitual el uso de robots. Ellos se encargan de realizar operaciones a corazón abierto, mientras expertos cirujanos los controlan de forma remota.

Y esta parece ser la tendencia del futuro: robots más prácticos, sin tantos detalles divertidos y con más funcionalidades reales.

Fuentes: Gizmag, Ge Global Research

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