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Marta Lorenzo

Así entran las marcas de coches en el mercado del lujo

El mercado del lujo está en pleno auge y, a pesar de la crisis económica, las ventas han crecido considerablemente durante los últimos años. Los coches de lujo representan el 18% de los ingresos totales de las ventas de automóviles en Estados Unidos, por ejemplo, con un valor de más de 100.000 millones de dólares, según Edmunds.

Sin embargo, cada vez son más los fabricantes de coches de lujo que están expandiendo sus líneas de negocio con productos que poco o nada tienen que ver con los coches. Por ejemplo, a principios de este mes, el fabricante británico Bentley (que ya cuenta en su cartera de productos con muebles, motos, bolsos y suites de hotel), anunció la salida al mercado de su quinta fragancia para hombres. Por su parte, Porsche tiene una línea propia de ropa, mientras que otos como Lamborghini, Maserati o Tesla ofrecen artículos de cuero, maletines o pulseras.

Todos estos productos ayudan fomentar la lealtad de los clientes a las marcas de coche y a capturar futuros compradores, ya que pueden comprarse alguno de estos productos antes incluso que los propios coches. «Fabricar productos exclusivos y hacerlos asequibles para todo el mundo puede ser complicado. Tal vez una persona joven no pueda permitirse un Bentley. Sin embargo, podría ser capaz de comprar un reloj Breitling Bentley, y comprase el coche más adelante», dice Julia Marozzi, responsable de comunicación de la marca. En cualquier caso, los relojes de Breitling para Bentley cuestan entre 4.000 a 40.000 euros.

Entre las últimas novedades del sector, destacan por ejemplo, la nueva Blackberry edición especial de Porsche con la fuente de letras de su teclado identicas a las de Porsche por 2.000 euros o el teléfono Vertu de Bentley, envuelto en piel de becerro, por 16.000 euros.

No obstante, en muchos casos, la motivación de las compañías para sacar este tipo de productos es simple y llanamente, vender un producto bajo el nombre del fabricante para que nadie más pueda hacerlo. Eso fue lo que pensó General Motors cuando en 2004 encargó a Elizabeth Arden sacar un perfume que se identificara con el Hummer y que todavía hoy, sigue siendo un gran éxito de ventas (a pesar de que la marca de coches no existe desde 2010). Otros como Bentley, han ido un paso más allá, y le han puesto su nombre a una suite en el hotel St. Regis en Nueva York que cuesta 10.500 euros por noche.

Pero quizás, una de las marcas que más está apostando por este tipo de mercados es Ferrari. Es un negocio fabuloso, que le permite ganar más dinero vendiendo menos coches. La firma no sólo vende productos propios, sino que tiene más de 30 tiendas oficiales (conocidas como Ferrari Store) repartidas por 14 países en todo el mundo en las que cuenta con hasta 68 licencias diferentes (para productos que van desde juguetes de Lego, mocasines, gafas de sol, hasta zapatillas de Puma) todos ellos bajo el logotipo del Cavallino Rampante. En su tienda de Milan, por ejemplo, vende 42 relojes diferentes, cuyos precios oscilan entre los 75 y 500 euros, un par de dados por 99 euros o una chaqueta de ante de color azul con una versión pequeña de su cavallino por 1.350$.

Vía: NYTimes

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