Llega un nuevo «caramelo» de los in Stuttgart. Se trata del Porche 911 GT3 R, un nueveonce preparado para competir en la categoría GT3 de los distintos campeonatos que se corren por el mundo. No será un capricho barato, pues costará 429.000 euros. Si has visto la cifra y un escalofrío no ha recorrido tu espalda, has de saber que ya puedes solicitarlo, bajo encargo.
¿Qué te llevarás a casa? Pues nada menos que un coche basado en el ya de por sí soberbio 911 GT3 RS que el fabricante presentó en el pasado Salón de Ginebra. Sus mejoras respecto a él no se centran en aumentar su potencia (que de hecho se reduce hasta los 500 CV), sino en mejorar un diseño para reducir el peso y mejorar la aerodinámica del coche (y por ende su consumo). De este modo podrá hacer frente a pruebas de resistencia con mayores garantías. Las novedades se han centrado también en mejorar el comportamiento, la seguridad y, según nos cuenta la marca, en reducir los costes de asistencia y piezas de recambio.
Respecto al anterior 911 GT3 R (generación 997), aumenta 8,3 cm su distancia entre ejes, lo que garantiza un mejor reparto de pesos y un comportamiento más predecible, sobre todo en curvas rápidas. Al aplicar soluciones ligeras para la carrocería, para los componentes añadidos y para la suspensión, se ha optimizado la posición del centro de gravedad en el GT3 R con relación al modelo precedente.
También es mucho más ligero, gracias a que la carrocería ha sido construida en composite, aluminio y acero. El techo de doble bóveda, que comparte con la variante de calle, el capó y carenado delanteros, los pasos de rueda, las puertas, las secciones laterales y posteriores, así como el capó trasero, están hechoscon plástico reforzado con fibra de carbono (CFRP). Todas las ventanillas y, por primera vez, el parabrisas, son de policarbonato.
En el apartado mecánico el Porche 911 GT3 R está propulsado por un seis cilindros bóxer, con 4.0 litros de cilindrada, idéntico al del 911 GT3 RS. Transmite toda potencia al eje trasero a través la transmisión automática secuencial de seis velocidades y de engranaje permanente y con levas tras el volante. La inyección directa de combustible, a presiones de hasta 200 bares, y la tecnología de tiempos de apertura de válvulas variable, garantizan un uso muy eficiente del combustible.
Lo que más ha cambiado en el coche es su aerodinámica. Lo primero que llama la atención es el enorme alerón trasero de dos metros de ancho y 40 cm de profundidad que ejerce una mayor carga aerodinámica. Se combina con las tomas de aire situadas en el carenado delantero, junto a los pasos de rueda, para incrementan la carga aerodinámica en el eje frontal.
Para frenar el coche, Porsche también ha realizado ciertas modificaciones. Para empezar, ha aumentado la rigidez del ABS, que tiene además un control más preciso. Se combinan con unas pinzas de competición monobloque de aluminio, con seis pistones. Los discos de acero ventilados y estriados son de 380 milímetros de diámetro en el eje delantero y unas pinzas de cuatro pistones y discos de 372 milímetros, en el trasero.
Por último, para mejorar la seguridad del conjunto, se ha decidido que el tanque de gasolina, de 120 litros, lleve una válvula que corta la salida de gasolina en caso necesario; mientras que las puertas y las ventanillas laterales se pueden quitar. Además, en caso de accidente, el nuevo asiento baquet de competición ofrece mayor protección al piloto.
Fuente: Porsche
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