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accidente coche volcado
Nacho Teso

Así fue la primera muerte por accidente de coche

La seguridad es uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta antes de lanzarnos a la carretera. Los fabricantes lo tienen muy presente a la hora de desarrollar sus nuevos vehículos. Cada vez que se acerca un periodo vacacional, nos inundan los mensajes advirtiéndonos de los peligros de la conducción y de la necesidad de estar preparados para llegar sanos y salvos a nuestro destino.

Sin embargo, no menos habitual es el hecho de ver accidentes en los que estas medidas que todos conocemos no se han aplicado. Puede ser en carretera, en ciudad… Por desgracia, es una de esas imágenes a las que ya nos hemos acostumbrado y que no es difícil encontrar en un telediario. Esto es así para nosotros, pero, ¿alguna vez os habéis preguntado como fue el primer accidente de la historia?

Bridget Driscoll, a sus 44 años, fue la primera mujer en ser atropellada. Era el año 1896 y se dirigía a una muestra de baile folk. El conductor fue Arthur James Edsall, de 20 años. Ambos comparten el dudoso honor de ser los primeros protagonistas de un accidente. Sucedió en Londres, frente al Crystal Palace. Bridget iba acompañada de su familia en el fatídico momento. Arthur ofrecía paseos en su vehículo por la terraza del palacio. Del suceso existen dos versiones.

May Driscoll, hija de la fallecida, asegura que el coche llevaba dirección errática y no dio aviso de su llegada. Cree que de haberlo hecho, su madre se hubiera salvado. La fallecida habría abierto su paraguas intentando advertir al conductor de lo que estaba pasando. Algunos testigos aseguraron que la velocidad del vehículo era desmedida, casi tanta como la que podría alcanzar una bicicleta o un caballo al galope.

Edith Standing, sirvienta de Arthur Edsaall que iba montada en el cohe, ofrece una versión distinta. Testificó que el conductor avisó a gritos y usando la campana incorporada. Dos de las tres personas que había delante se hicieron a un lado, pero Bridget se quedó como petrificada sin saber hacia dónde moverse. La velocidad del vehículo sería de unos 6 km/h. Fue una de las ruedas la causante de la muerte.

Este suceso fue el primero calificado como accidente de automóvil. No se declaró negligencia por parte del conductor. El funeral fue pagado por la compañía dueña del Crystal Palace, el propietario de la finca y los jefes de Arthur.

Fuente: 365 Days of Motoring

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