Volkswagen tiene pensado renovar el Touareg en 2011. Para el año siguiente, en 2012, tiene planeado empezar a comercializar una versión híbrida del SUV. Así haría compañía al Porsche Cayenne híbrido y al Audi Q7 híbrido con los que compartirá plataforma y tecnología de baterías.
A diferencia de varios otros híbridos actuales, el Volkswagen Touareg montaría baterías de níquel-hidruro metálico en vez de las de litio. El motor eléctrico tendría una potencia de 52 CV, y se situaría entre el motor convencional y la transmisión automática de ocho velocidades. La combustión la proporcionaría un V6 turbo de 333 CV para que el vehículo no se quedara sin fuerzas.
El sistema híbrido de la firma alemana sería menos complejo que el de la competencia, véase el de BMW/Chrysler/Mercedes-Benz/GM de dos modos, o el Hybrid Synergy Drive de Toyota. Esto reduciría costes y trabajo de ingeniería, pero implica que sólo puede utilizarse el motor eléctrico o recargar la batería, no ambos a la vez. Una desventaja en comparación a otros mecanismos.
Según Volkswagen este Touareg sería entre alrededor de un 7-10% más eficiente que el convencional. Ya existe una unidad de pruebas a la que alguno ya le ha podido poner la mano encima. El resultado la verdad es que fue bastante satisfactorio, obviando algún que otro pequeño contratiempo con el cambio.
Queda claro que lo verde y ecológico va ganando terreno progresivamente. Sorprende que modelos tan anti-ecológicos como pueden serlo el Touareg, Cayenne o Q7 también se apunten a la moda. ¿Pura estrategia de márketing? ¿Cambio en las conciencias de los fabricantes? ¿Gesto de cara a la galería? En este caso me decanto por la primera y tercera opción. Con ahorro tan ínfimo como el que preveen, un Touareg híbrido es completamente prescindible; el mundo claramente podría vivir sin su existencia. Sería mejor que los fabricantes hicieran este tipo de experimentos con modelos más asequibles y con más ventas, el medio ambiente lo agradecería mucho más que en el caso de este mastodonte.
Vía: Motor Authority