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Redacción

Maserati Quattroporte contra Audi S8

Por un lado tenemos al italiano. Este coche es un deportivo pura sangre con aspecto de berlina. Por otro, al Audi. Una berlina con espíritu de deportivo.

Básicamente los dos son iguales. Ambos miden casi igual. 505 cm el Maserati y 506 el S8. Tienen cuatro puertas, maleteros de 450 y 500 litros, misma capacidad de depósito de combustible 90 litros que bajan como la espuma y misma anchura, 1,90mtros.

Luego, así puestos por fuera son prácticamente el mismo coche. Bueno, uno de ellos es muy común. El Audi es igual que su hermanito el Audi A4, el Audi A6, el Audi A5 y hasta el Audi A3. Todos son idénticos por fuera. Mismo aspecto. De hecho cuanta gente confunde un Audi A6 con un Audi A8, y anda que no debe fastidiar que nadie valore los más de 30.000,00 euros que hay entre las versiones más básicas de ambos. En cambio el Maserati Quattroporte es único. Es cierto que depende del momento nos gustará o no, pero al final el gusto que deja es muy positivo. Podría ser un coche clásico, a la vez que moderno. En fin, sólo se parece a un Maserati.

Por dentro son extraordinarios los dos. No hay más que subirse en cualquiera para ver lo que hacen con el pastón que hemos pagado. Vale cada céntimo. Es más, resulta hasta barato ya que coches de inferior calidad a estos dos resultan más caros si nos atenemos a calidad precio.

Interiores de cuero, con maderas nobles, infinidad de chismes electrónicos y hasta fibra de carbono si lo queremos. Las butacas tienen apoyos más deportivos que las grandes berlinas normales pero son increíblemente cómodos.

Detrás, si nos lleva Ambrosio, tenemos un espacio grandioso para ir leyendo el periódico mientras nos conducen. Pero he aquí el quiz de la cuestión. ¿Realmente queremos que nos lleven?

Pues la verdad no. En el Audi disponemos de un motor de 5,2 litros de 450 caballos. Esto se transmite en 250km/h de punta, limitada electronicamente, 0-100 rozando los 5 segundos, un par de nada menos que 55 mkg. Tracción a las cuatro ruedas con cambio secuencial con levas en el volante.

El Maserati más de lo mismo. 400cv, con un sonido que nos lleva a Le Mans mentalmente, en un 4200cc que desarrolla 46mkg de par. En este caso el límite de velocidad lo ponen la física y nuestro valor 280 km/h y el 0-100 en menos de un suspiro. Esta vez la tracción sólo es trasera aunque la caja de cambios también es secuencial de 6 velocidades con levas tras el volante.

Total, que ya tenemos a los dos presentados. Entonces viene la hora de moverse. Con el Audi S8 arrancar es fácil. Lo difícil será decirle al teléfono que instale nuestro móvil, saber usar el gps, o seleccionar una emisora de radio. Estas tareas son complicadas y más cuando al menor estornudo el coche puede salir catapultado hacia delante. Ajustar todo lo ajustable es tarea de un rato, por lo que la primera vez habrá que no tener prisa. Después viene el moverse. En modo automático resulta suave siempre y cuando tengamos mucha atención al pie derecho. Cualquier movimiento en falso hace que relinche. Su terreno no es el asfalto estrecho. Se defiende mejor en autovías.

Es un coche diseñado para correr mucho durante mucho tiempo. Pero a la hora de hacer algún ejercicio deportivo nos vemos incapaces de olvidarnos de su tamaño. El coche parece un buque, que aunque muy plano y muy estable, le falta carretera. Su tracción a las cuatro ruedas es maravillosa, si lo que buscamos es adherencia y exactitud. Pero es que este coche es un Audi S8.

Se supone que debería ser deportivo. Es más, si Ambrosio fuera a 230km/h y fuéramos detrás sentados no nos enteraríamos. Es como ir en una montaña rusa y quedarse dormido.

En cambio el Maserati es todo lo contrario. Resulta muy sencillo de utilizar y además es increíblemente divertido. Su tracción trasera le hace más sobrevirador y mucho más ágil. La sensación de camión no existe y su sonido nos hace querer más y más. Subiendo puertos de montaña, por carreteras, en autovía siempre vamos pasándolo bien. Pero es que además cuando lleguemos a la ciudad podremos circular de una manera suave y relajada con un silencio impresionante.

Entonces que elegimos. Como ya pasó en la prueba que realizamos con el Gran turismo y el M6 nos quedamos con el Maserati.

No entendemos comprarnos un coche que supuestamente es deportivo y luego encontrar que lo que realmente es que es muy rápido. Eso se consigue en cualquiera de los Audi A8 normales. Se busca deportividad, espíritu, pasión y sólo la encontramos en el Maserati.

Además, cuando este coche fue desarrollado todavía Maserati era de Ferrari por lo que el motor es Ferrari, el cambio es Ferrari….Es como tener un Ferrari.

Y francamente la diferencia de precio no es tanta. 126.000,00 euros del italiano frente a los 111.000,00 del Audi. Es más, diremos que esos 25.000 euros son como un extra de adrenalina, pasión, estilo, distinción, clase, historia y amor por los coches.

Nosotros sólo sabemos que en un Maserati Quattroporte Ambrosio irá en el maletero hasta que lleguemos al destino y lo aparque, mientras nosotros rejuvenecemos en una máquina casi perfecta.

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