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Pruebanoticias/
Gonzalo Yllera

Peugeot 308 SW 1.2 PureTech EAT6: prueba a fondo

Muy pocos dudan de que el verano es una de las mejores épocas del año para viajar, por ello durante este último mes hemos traído hasta esta sección de pruebas una variada oferta de versiones familiares que, junto a los monovolúmenes, son los vehículos que mejor se adaptan a ese “espíritu viajero” de las familias (incluso por encima de los SUV). Finalizamos con el análisis de uno de los modelos más destacados dentro del segmento de los compactos familiares: nos referimos al Peugeot 308 SW 1.2 PureTech EAT6.

Bien es cierto que no alcanza el excelso nivel Premium del Audi A4 Avant 3.0 TDI quattro Tiptronic o la “especialización” de modelos como el Subaru Levorg o el SEAT León X-Perience, pero a su favor cuenta con la baza de ser uno de los modelos más completos, atractivos y compensados de tan competido segmento.

Además no se queda corto en su apuesta tecnológica, tanto por la presencia del controvertido puesto de conducción i-Cockpit, la del nuevo cambio automático por variador continuo EAT6 pero, sobre todo, por la incorporación de una de las más avanzadas mecánicas de gasolina existentes en la actualidad, con un pequeño propulsor tricilíndrico fruto de esa metamorfosis que supone el “downsizing”.

Ciertamente se está observando un paulatino cambio de tendencia, pero aun no podemos ser tan taxativos como para generalizar que la “fiebre” del diésel toca a su fin, sobre todo en un país como el nuestro donde este tipo de motorizaciones llegaron a tener una cuota de mercado por encima del 80%, pero las cada vez más restrictivas normativas anticontaminación y casos como el “Dieselgate” no están ayudando precisamente a incrementar las ventas de este tipo de modelos y son ahora los motores de gasolina los que comienzan a tomar, al menos en parte, ese relevo.

Afortunadamente, los grandes fabricantes nunca han dejado de investigar en los pequeños motores de ciclo Otto (la gran mayoría de los empleados en modelos urbanos o en los compactos de acceso). Fruto de ello, y de la más avanzada tecnología, son plantas motrices tan atractivas para el gran público como la equipa el modelo que hoy probamos. Mención aparte merecen los más potentes propulsores de gasolina, que “animan” a los mejores deportivos de cada casa. Pero de ellos ya hablaremos más detenidamente en semanas venideras…

Por ello, entre otras muchas razones, teníamos unas enormes ganas de probar un modelo como este Peugeot 308, que se ha convertido en una de las más exitosas apuestas de la marca gala ya desde su presentación en el Salón de Frankfurt en el año 2013, habiendo recibido numerosos galardones, incluido el de “Coche del Año en Europa” en 2014.

Exterior

Como es norma generalizada en los grandes consorcios automovilísticos en el grupo PSA también se ha recurrido al uso de una plataforma modular como base para sus nuevos modelos, en este caso la denominada EMP2 (Efficient Modular Platform 2), siendo utilizada, aparte de en el modelo que hoy nos ocupa, entre otros en los Citroën C4 Picasso, Peugeot 408 (para el mercado chino) o, por ejemplo, en el inminente Peugeot 3008.

En el plano estético este Peugeot 308 supone una “ruptura” total con respecto a la anterior generación del modelo, destacando ahora por un diseño mucho más atractivo y elegante característico de las últimas creaciones de la marca francesa. Y eso que nuestra unidad estaba pintada en un poco llamativo color Dark Blue metalizado que no contribuía precisamente a resaltar sus formas aunque, por el contrario, sí que ayudaba a que destacaran los aditamentos cromados (sobre todo en el frontal…) que se incluyen en el nivel de equipamiento Allure, que es con el que contaba esta unidad de pruebas.

Las dimensiones de este familiar compacto resultan sumamente equilibradas, conformándose con una longitud de 4,585 metros, siendo 33,2 centímetros superior a la del hatchback (5 puertas). En este caso el voladizo delantero es idéntico, con 0,863 metros, mientras que el trasero crece hasta los 0,992 metros (por 0,770 metros de su “hermano”). Pero la mayor diferencia la encontramos en la distancia entre ejes (batalla) con 2,730 metros para la variante familiar (11 centímetros mayor) que, como veremos más adelante, le confiere una mejorada habitabilidad y un maletero más amplio y aprovechable. Por su parte la anchura es de 1,863 metros con los espejos laterales plegados (2,043 metros con ellos desplegados), mientras que la altura aumenta ligeramente, hasta los 1,472 metros.

En el frontal destaca sobremanera el nuevo diseño “felino” de los grupos ópticos (como no podía ser de otra forma en la “firma del león”…), que en nuestra unidad incluían los opcionales faros Full LED encargados de garantizar una excelente visibilidad en conducción nocturna gracias a los numerosos elementos que hacen uso de esta avanzada tecnología (con un total de 31 LED, de los cuales 13 se dedican a la reconocible “firma lumínica», 10 a la luz de cruce y, finalmente, 2 conjuntos de 4 LED para el alumbrado de carretera).

Entre ellos se localiza la renovada y apaisada calandra, rodeada de un borde cromado, en cuya zona superior encontramos el nombre de la firma francesa y, un poco más arriba, el conocido logo del león. Pero la mayor parte del caudal de aire encargado de refrigerar radiador e intercooler, se localiza justo debajo de la placa de matrícula, en una zona que pasa mucho más desapercibida. A ambos lados de este espacio se sitúan los intermitentes (en una ubicación excesivamente baja, a nuestro entender, que penaliza su visibilidad…) y los focos antiniebla.

Es precisamente en la vista lateral donde caeremos en la cuenta de la vocación claramente familiar de este modelo. Si bien la parte delantera muestra idénticas formas y proporciones que la variante de 5 puertas, saltará de inmediato a la vista su mayor distancia entre ejes y, sobre todo, la prolongada línea del techo, en casi imperceptible descenso, con barras longitudinales donde colocar diversos accesorios, que culmina en un pequeño y discretísimo alerón. También son elementos a destacar la notable superficie acristalada o la línea de cintura ascendente que va desde los grupos ópticos delanteros a los posteriores, dotando a la silueta de gran dinamismo… La parte posterior presenta una fuerte inclinación hasta llegar a la altura de los sobredimensionados pilotos traseros, donde alcanza la verticalidad.

A esta imagen enérgica también contribuyen, gracias al equipamiento Allure de nuestra unidad de pruebas, unas atractivas llantas de aleación de 17 pulgadas y 5 radios dobles (modelo Rubí) sobre las que se montan unos deportivos neumáticos Michelin Pilot Sport 3 en medidas 225/45 R17 91V.

Para nuestro gusto la trasera de este Peugeot 308 SW está mejor conseguida que la de la versión hatchback. Nos gusta cómo se ha logrado la siempre difícil integración del portón posterior de apertura vertical, sin perder un ápice de dinamismo, remarcado éste por la discreta presencia del alerón superior (que integra la tercera luz de freno) o por el diseño “felino” de los grandes grupos ópticos posteriores, divididos en dos partes (una solidaria a la carrocería y otra integrada en el portón) en el que todas las funciones las realizan elementos LED.

El paragolpes posterior abunda en las formas suaves y redondeadas que se ajustan a la carrocería, no dejando ver la salida de escape que se oculta en su interior. Una pequeña zona central en plástico y los catadióptricos posteriores completan el conjunto.

Interior

Si el exterior poco tiene que ver con el de la anterior generación de este compacto francés, en el interior los cambios son aún más evidentes.

Aquí podemos advertir una evolución del controvertido concepto Peugeot i-Cockpit, el innovador puesto de conducción que conocimos por vez primera en el Peugeot 208 (ver prueba), dotado de un pequeño y ovalado volante deportivo, colocado más bajo de lo habitual, y una instrumentación situada justo por encima para que, en teoría, permita una mejor visualización de la misma.

Y decimos lo de “en teoría”, porque en la práctica esto no siempre es así, dependerá mucho de la altura del conductor y de la postura de conducción que adopte, de forma que bien puede ocurrir que el cuadro de instrumentos quede parcialmente tapado por el aro del volante. Es cierto que en este modelo el conjunto está mejor resuelto que en el Peugeot 208 y se producen menos puntos ciegos. Personalmente, a quien esto escribe, no termina de convencerle totalmente… por eso, si os interesa este modelo, lo mejor que podéis hacer es acudir a un concesionario de la marca y probarlo concienzudamente para ver si se adapta a vuestra morfología y forma de conducir.

En mi caso pasaron bastantes kilómetros, con frecuentes paradas para reposicionar asiento y volante, hasta encontrar una postura de “compromiso” con la que me sintiera medianamente cómodo (y creo que después de casi un millar de kilómetros de prueba no lo conseguí totalmente…), posición que en otros modelos apenas se tarda unos minutos en encontrar…

Centrándonos directamente en el pequeño volante deportivo de 3 radios (poco más grande que el de una consola de videojuegos…) destacaremos sus formas achatadas junto a una zona inferior plana, amén de ofrecer un excelente tacto y contar en sus brazos horizontales con los mandos necesarios para manejar la pantalla multifunción, el sistema de audio o el teléfono sin necesidad de soltar las manos del mismo.

Detrás de él se localizan las levas (de dimensiones muy acertadas) desde las que poder subir o bajar las marchas del cambio automático EAT6 de 6 relaciones, con una simple presión sobre ellas. En este caso tampoco podían faltar las piñas de mandos habituales en otros productos de la marca, para las funciones de intermitentes, ráfagas, limpiaparabrisas, etc. Lo que nos ha defraudado un poco es el conjunto satélite adicional, en el lado izquierdo, que sirve para gestionar el regulador/limitador de velocidad cuyo aspecto, y sobre todo tacto, es idéntico al ya visto en modelos de acceso del grupo como, por ejemplo en el Citroën C-Elysée, desvirtuando la sensación de calidad que transmite el resto del vehículo (cuestión de “optimización de costes”, suponemos…).

El cuadro de instrumentos, de “peculiar” localización, también es acorde con el estilo sobrio del resto del conjunto, con apenas dos esferas encargadas de indicarnos la velocidad a la que circulamos y el régimen de giro del propulsor (con las grafías y el giro de la aguja del cuentarrevoluciones en sentido inverso al habitual…) y otras dos más pequeñas en los laterales para mostrar el nivel de combustible o la temperatura del líquido refrigerante. En el centro se coloca una pequeña pantalla multifunción donde se nos muestran datos como la velocidad (digital), kilómetros recorridos (totales y parciales), consumos, etc. Tampoco pueden faltar los múltiples testigos habituales, que proporcionan importante información adicional.

Por lo demás este Peugeot 308 muestra un interior muy cuidado y despejado, casi minimalista (definido por la casi total ausencia de botones físicos) y de marcado carácter tecnológico donde el control de todos los elementos auxiliares se realiza desde una gran pantalla táctil, de 9,7 pulgadas, situada en el medio del salpicadero, girada ligeramente hacia el conductor y rodeada por las tomas de aireación centrales. Desde aquí gobernaremos el sistema de audio, el de navegación, la climatización o los ajustes y configuración del vehículo.

La mayor desventaja que observamos, sobre todo en marcha, radica en que para labores tan comunes como, por ejemplo, regular la climatización hay que recurrir a una serie de “accesos directos” (que al final no son tales) transitando por varios menús y submenús, que requieren cierto periodo de adaptación y que, sobre todo, desviar nuestra atención de lo verdaderamente importante: la carretera.

Los materiales empleados, sin ser Premium, sí denotan un esfuerzo de la marca francesa por ofrecer un producto de calidad, su aspecto resulta sumamente agradable por tacto y los ajustes rayan a buen nivel. No defraudará en este aspecto.

Un poco más abajo de esta pantalla, se ha dispuesto un área muy despejada en la que se sitúan el interruptor de encendido/apagado del sistema multimedia, la ranura para los DVD´s, el bloqueo de las puertas o algunos botones del sistema de climatización, aparte del que activa los intermitentes de emergencia. Se echa de menos un hueco, en el que colocar pequeños objetos de uso habitual en el lugar donde se ha emplazado una toma de corriente de tipo mechero y el usual conector USB.

La consola central está presidida por la prominente presencia de la palanca del cambio automático EAT6 y pocos elementos más, como son el pulsador para activar el “modo Invierno” de dicha caja de cambios, otro para la puesta en marcha y parada del propulsor, el que permite conectar el «modo Sport» o el correspondiente al freno de mano eléctrico.

Los asientos delanteros resultan sumamente cómodos en viajes largos, recogen bien el cuerpo sin ser extremadamente deportivos y cuentan con diferentes tipos de regulaciones eléctricas, memorias e incluso una función de masaje (no demasiado optimizada).

Hay espacio de sobra en cualquier cota, incluso para los ocupantes más corpulentos. Y esta sensación de amplitud y luminosidad se ve multiplicada por la presencia de un gran techo panorámico de cristal. Para los días más calurosos o cuando el astro rey hace “de las suyas” dispondremos de una cortinilla eléctrica que rebaja la incidencia de los rayos del sol.

Si nos trasladamos a la segunda fila de asientos, pese al carácter netamente familiar de un modelo de estas características, no resultan especialmente cómodos. No tanto por sus formas o mullido, como por una banqueta excesivamente corta y un respaldo que adopta una posición demasiado vertical.

Disfrutaremos de espacio suficiente tanto en la cota de altura como en longitud (aquí tiene mucho que ver los 11 centímetros extra de distancia entre ejes). En anchura, como suele ocurrir en la mayoría de este tipo de modelos, dos adultos viajarán cómodamente mientras que la utilización de la tercera plaza se ve restringida a un uso más ocasional o en desplazamientos cortos, aunque aquí no hay un prominente túnel de trasmisión que moleste a las piernas.

En la parte central del respaldo se incluye un práctico reposabrazos abatible con tapa en el que colocar un par de latas de bebida y nos da acceso a una cómoda trampilla desde la que alcanzar el contenido del maletero o bien facilitar el transporte de los bultos más largos. En caso de ser necesario siempre podremos abatir los respaldos de la segunda fila (en un proporción 60/40) para dar cabida a los enseres de mayor volumen.

Maletero

Otro de los apartados más destacables de este modelo, y uno de los aspectos más importantes a la hora de decidir su compra, viene de su ampliada capacidad de carga. Y es que, como ya hemos comentado, la mayor batalla y longitud total de esta variante familiar dotan al Peugeot 308 SW de uno de los maleteros líderes en la categoría, con nada menos que 660 litros si están ocupadas las 5 plazas (hasta la altura de los reposacabezas), que aumentan hasta los 810 litros si se mide hasta el techo.

Como en todo familiar que se precie también destaca la presencia de un gran portón de apertura vertical que da acceso al hueco del malero (aunque en este caso no contaremos con “exquisiteces” como la apertura eléctrica o el “pedal virtual”…) y una cota de carga rebajada, por lo que no tendremos que elevar los bultos en exceso para colocarlos en el interior.

Este espacio destaca por sus formas regulares y totalmente aprovechables, donde además contaremos con un sistema de raíles incrustados en el suelo, con argollas deslizantes, con las que podremos sujetar la carga con pulpos o redes de la forma más sencilla. Tampoco pueden faltar huecos laterales protegidos con tapa, bandas elásticas, toma de corriente de 12 voltios de tipo mechero, etc.

En caso de ser necesario podremos abatir los respaldos de los asientos traseros de forma asimétrica (proporción 60/40), mediante un sistema denominado Magic Flat que facilita enormemente esta tarea, desde 2 mandos de fácil acceso localizados en los laterales del maletero. Además, y a diferencia de muchos de sus competidores, una vez plegados forman un suelo totalmente plano, muy de agradecer a la hora de deslizar el equipaje más grande y pesado. En este caso la capacidad de carga, medida hasta el respaldo de los asientos de la primera fila, aumenta espectacularmente hasta los 1.515 litros (1.775 litros si aprovechamos hasta el techo).

Debajo del plano de carga disfrutaremos de un gran hueco compartimentado donde colocar pequeña impedimenta, que no queremos que quede a la vista o se mueva durante los desplazamientos. Eso sí, a costa de no disponer de una rueda de repuesto (ni siquiera de galleta), sustituyéndose por un kit reparapinchazos y un compresor eléctrico.

Equipamiento

En Peugeot han optado por incluir un más que aceptable equipamiento de serie, apto para todos los bolsillos.

Así partiendo desde el acabado más básico Access, ya se cuenta con elementos como:

  • Retrovisores exteriores eléctricos y térmicos
  • Parabrisas acústico
  • Faros Diurnos LED
  • Lunas tintadas
  • Llantas de acero de 15 pulgadas, con rueda de repuesto tipo galleta
  • Climatización Manual
  • Kit Manos Libres Bluetooth + toma USB + toma Jack

  • Mandos de la radio bajo el volante
  • Elevalunas traseros manuales
  • Banqueta trasera con respaldo abatible (60/40), 3 apoyacabezas y 2 fijaciones Isofix 3 puntos
  • Cierre centralizado con mando a distancia + Bloqueo automático de puertas en marcha
  • 1 llave con mando a distancia + 1 llave simple
  • 3 cinturones traseros con tres puntos de anclaje y testigo
  • Testigo olvido cinturón de seguridad

Este equipamiento básico puede complementarse con una extensa serie de niveles de acabado, como son el Style y el Allure, así como las versiones más deportivas GT Line y GT.

De todas formas, en el siguiente enlace, podéis analizar más detenidamente cada uno de ellos, así como las tarifas correspondientes.

Peugeot 308: todos los motores y precios

Este Peugeot 308 también nos obsequia con las más habituales ayudas a la conducción, agrupadas dentro del denominado “Driver Assistance Pack”, con funciones tan útiles como el regulador de velocidad activo (RVVA), la alerta de riesgo de colisión (ARC) o el frenado automático de emergencia, acompañadas de otras tan prácticas como la vigilancia de ángulo muerto, la función Park Assist, la cámara de marcha atrás, el sistema auxiliar de apertura y arranque manos libres (ADML) o el freno de estacionamiento eléctrico.

Es posible adquirir este familiar compacto galo desde 17.200,00 euros (Peugeot 308 SW Access 1.2 PureTech 110 CV con cambio manual de 5 velocidades). En el caso del modelo probado esta semana (Peugeot 308 SW 1.2 PureTech 130 CV EAT6) parte desde los 23.300,00 euros. Nuestra unidad de pruebas contaba con uno de los equipamientos más completo de la gama, el Allure, al que habría que sumar las siguientes opciones:

  • Color Dark Blue metalizado —– 470,00 €
  • Cuero Club Nappa Gris Crudo Guerande —– 1.600,00 €
  • Pantalla Táctil + Lector CD + Navegación + Peugeot Connect —– 440,00 €
  • Pack eléctrico —– 600,00 €
  • Pack HIFI Denon con llantas de Aleación Rubí 17″ y kit anti-pinchazo —– 500,00 €
  • Cámara de visión trasera —– 160,00 €
  • Alarma y súper-cierre —– 360,00 €
  • Red de separación de carga —– 150,00 €
  • Driver Asistance Pack + Arranque manos libres + tomas 220v —– 900,00 €

Por lo tanto la tarifa final ascendía hasta los 28.480,00 euros. Una cifra francamente buena por la que disfrutaremos de un modelo muy bien equipado, en el que prácticamente no echaremos nada de menos, y todo ello sin dejarnos “un ojo de la cara”.

En todo caso y como siempre os recomendamos, si estáis interesados en adquirir un Peugeot 308 SW no dejéis de consultar el buscador de Coches.com donde encontrareis el mejor precio de concesionario para este y muchos otros modelos, así como el seguro que mejor se adapte a vuestras necesidades o presupuesto.

Motorización

La marca francesa ofrece un buen número de opciones, también en el apartado mecánico.

Entre los propulsores de gasolina encontramos 3 posibilidades:

  • 1.2 PureTech 110 CV (exclusivamente con cambio manual STT de 5 velocidades)
  • 1.2 PureTech 130 CV (con cambio manual STT 6 velocidades y automático EAT6 de 6 velocidades)
  • 1.6 THP 205 CV (con cambio manual STT de 6 velocidades y sólo disponible para la variante GT)

Idéntica es la cantidad de propulsores alimentados por gasóleo:

  • 1.6 BlueHDi 120 CV (con cambio manual STT 6 velocidades y automático EAT6 de 6 velocidades)
  • 2.0 BlueHDi 150 CV (con cambio manual STT 6 velocidades y automático EAT6 de 6 velocidades)
  • 2.0 BlueHDi 180 CV (con cambio automático EAT6 6 velocidades y sólo disponible para la variante GT)

Bajo el capó de nuestra unidad de pruebas (y ese fue uno de los principales motivos para elegirla…) encontramos uno de los propulsores que más éxito ha cosechado para el fabricante francés en los últimos tiempos, nos referimos a la revolucionaria y eficiente mecánica de gasolina 1.2 PureTech, que es una clara muestra de los beneficios del “downsizing”, siguiendo la tendencia marcada por otras marcas como Ford, con su premiado Ecoboost, o BMW/MINI con su propulsor tricilíndrico.

Revolucionaria por la utilización de un bloque de tan sólo 3 cilindros y 1.199 centímetros cúbicos de cilindrada de dimensiones compactas, lo que unido a los novedosos materiales de construcción empleados, consiguen ahorrar hasta 12 kilogramos de peso respecto a un 4 cilindros atmosférico de potencia equivalente.

Asimismo están presentes las más avanzadas técnicas constructivas como el recubrimiento Diamond Like Carbon que rodea a pistones y segmentos, para minimizar las pérdidas por rozamiento, o la utilización de una correa de distribución húmeda. También se recurre a la inyección directa de gasolina a alta presión (200 bares), a los inyectores de 6 agujeros o a la sobrealimentación mediante turbocompresor tipo twin scroll. Todo ello hace que, sumado, permita alcanzar una potencia de 130 CV a 5.500 rpm y un par máximo de 230 Nm a 1.750 rpm.

Pese al escaso cubicaje de este propulsor, y a lo que en un principio pudiera pensarse, en la práctica parecen muchos más, no repercutiendo en las prestaciones y logrando unos resultados plenamente satisfactorios, como reflejan una velocidad máxima de 198 km/h, una aceleración de 0 a 100 km/h en 9,1 segundos o ser capaz de cubrir el kilómetro, partiendo desde parado, en 30,6 segundos.

Si bien las cifras oficiales indican una mejora en el consumo entre un 15% y un 20% respecto a un 4 cilindros, en realidad y sobre todo si lo comparamos con un propulsor diésel equivalente de última generación, todavía no llega a sus sorprendentes cifras de consumo “real”

Los consumos homologados hablan de un gasto de combustible de 5,9 l/100 Km en ciudad; 4,3 l/100 Km en recorridos extra-urbanos; con un consumo mixto de 4,9 l/100 Km y todo ello con unas emisiones de CO2 de 112 g/Km (Euro 6).

Pero sólo podremos aproximarnos a ellas si realizamos una conducción extremadamente eficiente, si ésta no es especialmente cuidadosa, entonces los valores suben, y no digamos ya si nos da por “exprimir” al pequeño tricilíndrico para poner a prueba la excelente dinámica con la que Peugeot ha dotado a este 308 SW.

En nuestros recorridos habituales estas cifras aumentaron hasta los 7,5 l/100 Km en recorridos urbanos; 5,6 l/100 Km si circulamos por carreteras nacionales o autovías para, finalmente, obtener un consumo medio de 6,4 l/100 Km.

Teniendo en cuenta estos datos y con un depósito que cuenta con una capacidad de 53 litros, la autonomía “real” que superará por poco los 800 kilómetros. Como vemos tanto consumos como autonomía se encuentran todavía ligeramente alejados de las cifras conseguidas por una mecánica de gasóleo equivalente.

Comportamiento

En la marca francesa siempre han destacado por la excelente puesta a punto de los chasis de todos sus modelos y, evidentemente, este Peugeot 308, aunque sea en su variante familiar, tampoco iba a ser una excepción… y ello, además, sin que los ocupantes “sufran” las consecuencias de una suspensión pétrea y que les haga ir pegando botes con cada irregularidad de una sinuosa carretera de montaña.

Evidentemente no nos encontramos ante uno de los modelos más deportivos de la gama, aunque si se muestra sobradamente ágil, desprende una gran confianza y es capaz de sacarnos una sonrisa cuando circulemos en solitario (no vayamos a marear al personal…) y la carretera se preste a ello.

Los desarrollos del cambio, sobre todo en las marchas más largas, son excesivamente “generosos” buscando las mejores cifras de consumo cuando circulemos por autovías y autopistas, pero bastará bajar un par de marchas mediante la leva situada tras el lado izquierdo del volante para que el propulsor muestre renovado ímpetu y nos permita ciertas veleidades deportivas (la electrónica de control y el turbocompresor obran aquí maravillas…)

Mejor si pulsamos el botón “Sport” (perteneciente al “Driver Sport Pack” y situado junto a la palanca de cambio) para que, aparte de cambiar la decoración del cuadro de instrumentos a una llamativa tonalidad rojiza, el motor muestre más viveza en sus reacciones sin que dé muestras de tratarse de un propulsor tricilíndrico y mucho menos de tan sólo 1,2 litros de cilindrada…

No obstante cuando adoptamos este modo de conducción más “deportivo” el comportamiento de la caja de cambios automática, incluso manejada desde las levas detrás del volante, no es tan ideal como debiera, desmarcándose así de otras cajas por variador que siempre nos han servido de referente (cabe mencionar aquí la excelente Steptronic de BMW…). Hace un poco las cosas “por su cuenta”, subiendo de marcha en cuanto levantamos el pie del acelerador, en pleno descenso, o a la hora de abordar una curva, cuando necesitamos todo el poderío del propulsor para salir con velocidad… De todas formas esta caja supone un gran avance sobre la anterior manual pilotada (robotizada) que montaban algunos vehículos del grupo (por ejemplo el Citroën C4 Cactus que probamos) y que tan duras críticas recibió.

Los frenos, sin ser los de las versiones más deportivas, sí que nos ofrecen una gran confianza a la hora de detener el vehículo, incluso en repetidas ocasiones (por ejemplo, bajando un puerto de montaña) sin apenas mostrar síntomas de agotamiento y con unas distancias de frenado muy elogiables.

En autovías, autopistas y carreteras nacionales su suave rodar nos acompañará durante muchos kilómetros. La alargada batalla ayuda también a esa soberbia estabilidad direccional, manteniendo un magnífico aplomo en las curvas largas que nos encontramos en este tipo de vías.

Además, acostumbrados a las “rumorosas” mecánicas de gasóleo resulta toda una delicia la reducida sonoridad de este propulsor a lo que se suma la cuidada aerodinámica.

En ciudad, gracias al sorprendente poderío de su propulsor desde apenas 1.000 rpm, a la suave transición entre marchas del cambio automático y a una dirección suave (pese al pequeño tamaño del volante…) resulta muy agradable de utilizar y sus mayores dimensiones respecto al hatchback tampoco se notan en demasía al circular entre el tráfico.

Sí podemos tener alguna dificultad más a la hora de encontrar sitio para estacionarlo, pero dado que sus mediadas tampoco son excesivas, bastará con hacer uso de los sensores y cámaras de aparcamiento. El freno de mano eléctrico se activa y se desactiva con prontitud y lo mismo ocurre con el sistema Stop&Start que ayuda a reducir las cifras de consumo.

Veredicto de Coches.com

La guerra en los compactos está servida, y también en estas versiones familiares que, poco a poco, van entrando “por los ojos” a los compradores españoles…. Y ahí están para demostrarlo los Ford Focus SportBreak, Opel Astra Sports Tourer, SEAT León ST o Toyota Auris Touring Sports, entre otros…

Si buscas un familiar compacto con una estética moderna y atractiva, dinámico, con un excelente comportamiento y, sobre todo, práctico, gracias a su carrocería alargada y a un excelente maletero, entonces este Peugeot 308 SW puede ser una de las mejores opciones a considerar.

Además se sirve con un equipamiento de serie destacable, incluso desde las versiones de acceso, que puede completarse con una lista de opciones no excesivamente larga pero sí muy práctica e interesante y todo ello a un precio sumamente atractivo… ¿Qué más puedes necesitar?

Pues, evidentemente, una mecánica de última generación, fiable y de consumos contenidos que garantice una excelente respuesta a la hora de efectuar adelantamientos y suficiente dinamismo, incluso con el vehículo cargado hasta los topes.

Así que una vez hemos conocido a fondo a este Peugeot 308 SW cobran más vigencia que nunca las siguientes cuestiones: ¿de verdad necesitamos un SUV? y, sobre todo: ¿nos sale a cuenta un diésel?

Peugeot 308 SW 1.2 PureTech EAT6
7.6Nota
Lo mejor
  • Versatilidad de la carrocería, gran maletero
  • Funcionamiento y refinamiento del 1.2 PureTech
  • Precio final
Lo peor
  • Difícil de encontrar la posición de conducción
  • Cifras de consumo superiores a las esperadas
  • Ausencia de botones físicos para funciones importantes
Diseño7
Habitabilidad8
Acabados7.5
Maletero8
Equipamiento7
Motor8
Comportamiento7.5
Calidad Precio7.5

Galería de fotos:

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