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Pruebanoticias/
Gonzalo Yllera

Porsche Cayenne Diésel: prueba a fondo

Hay que ser conscientes que al probar un vehículo con el emblema Porsche en el frontal nos encontramos ante el heredero de una saga donde la deportividad, el diseño y la calidad de realización son señas de identidad desde hace décadas.

Evidentemente, cuando pensamos en Porsche lo primero que nos viene a la mente es su modelo más emblemático, el 911. Pero, en esta ocasión, no nos enfrentaremos a ese magnífico referente deportivo (de reciente actualización) sino al Porsche Cayenne, el SUV Premium del segmento E, y más concretamente a su “irreverente” variante diésel.

Si hace unos años hubiésemos dicho a los seguidores de la firma de Stuttgart que de las factorías de la marca saldría un gran todocamino, y encima movido por una mecánica alimentada por gasóleo, seguramente nos hubieran tachado, como poco, de locos.

Por eso, cuando la firma alemana anunció que lanzaría un SUV de grandes dimensiones, muchos de sus seguidores se echaron las manos a la cabeza… Pero la marca alemana no podía vivir sólo de su producto estrella y era necesario diversificar su oferta de modelos, si querían sobrevivir y no verse abocados a una más que probable desaparición.

Fruto de esta idea nacieron también una berlina de altas prestaciones como el Panamera, los deportivos Boxster y Cayman, un SUV más pequeño como el Macan, aparte del superdeportivo 918 Spyder o la constante evolución del mito911 y sus innumerables versiones especiales.

Las cifras de ventas quitaron, al menos en parte, la razón a los detractores de este tipo de vehículos pues la primera generación, lanzada en el año 2002, vino acompañada de un notable éxito comercial, ya que se vendieron más de 276.000 unidades. Resultado refrendado con la segunda generación, que salió al mercado en 2010, en la que se implementaron notables mejoras tanto de diseño como en motorizaciones y equipamiento.

Posteriormente, a finales del año 2014, se acometió el correspondiente “restyling” de mitad de ciclo, recibiendo algunos cambios estéticos que asimilaban su apariencia a la del Porsche Macán (el atractivo y exitoso SUV Premium del segmento D), aparte de nuevas actualizaciones en la gama de propulsores (más potentes y eficientes).

El que hoy traemos hasta vosotros es uno de esos vehículos que representa un símbolo de notoriedad social y éxito profesional. Por ello durante la época de la “burbuja inmobiliaria” no era raro (más bien al contrario) ver innumerables Porsche Cayenne rodando por nuestras calles y carreteras, casi como si los regalaran… Aquellos tiempos quedan ya lejos, pero este modelo sigue rodeado de esa misma aureola, además de ser reflejo de la saneada economía de quien lo conduce…

Así que durante una semana hemos tenido la suerte de vivir en primera persona lo que se siente a sus mandos y, desde ya, hemos de deciros que resulta una experiencia sumamente gratificante… No obstante vamos a analizarlo de manera más pormenorizada para que lo conozcáis en profundidad:

Exterior

Las líneas exteriores del Porsche Cayenne, como ya os hemos contado, han ido estilizándose con el paso del tiempo, hasta llegar a la versión que hoy os traemos hasta aquí, en la que no solo se ha logrado mantener un aspecto imponente, sino que nos deleita con un diseño que hace girar la cabeza a los transeúntes y que los otros conductores te miren de soslayo al circular a tu lado, convirtiéndose en “ese oscuro objeto del deseo” (como el título de la última película que dirigió el genio Luis Buñuel) y, en nuestro caso, por partida doble dado el color exterior (Negro Jet metalizado) de la unidad de pruebas que nos facilitó el departamento de prensa de la marca alemana.

La evolución estética resulta evidente y no tenéis más que observar alguna de las fotografías que ilustran este reportaje, donde nuestro Porsche Cayenne Diesel está acompañado de su hermano de la primera generación (un modelo que, por cierto, no ha envejecido tan mal como le ha sucedido a alguno de sus competidores…)

La carrocería autoportante, realizada en acero, se conforma con una longitud que no llega a los 5 metros (4,855 metros) pero que, en cambio, se va casi hasta los 2 metros de ancho (1,939 metros o 2,165 metros si tenemos en cuenta los retrovisores exteriores). La altura, en su posición estándar (puede variar si se equipa la suspensión neumática), se establece en 1,705 metros, mientras que la batalla alcanza los 2,895 metros.

El frontal destaca por el prominente capot-motor abombado que desciende suavemente hacia adelante y los lados, con unas remarcadas formas cuando se junta con las aletas delanteras.

En las esquinas se han situado los grupos ópticos delanteros que, en esta ocasión, son de tipo Bi-Xenón, contando con el sistema Porsche Dynamic Light System (PDLS) de regulación automática y dinámica del haz luminoso, además de unas espectaculares luces de día formadas por cuatro elementos tipo LED flotantes, que le otorgan un aspecto muy llamativo.

La calandra nos obsequia con una gran entrada de aire que lo dirige hacia el radiador para refrigerar el propulsor, pero con una particularidad, pues dispone de unas rejillas “activas” que se regulan mediante el sistema de gestión del motor y le ayudan a lograr la temperatura óptima de trabajo y, al mismo tiempo, a optimizar la aerodinámica, que en este modelo se contenta con un Cx de 0,36. A ambos lados otras aberturas más pequeñas son las encargadas de facilitar el aire fresco a ambos intercooler.

Mientras tanto, en la parte baja del paragolpes, se sitúan las luces antiniebla, redondas y de tipo convencional y, algo más abajo aún, una protección metálica que sirve para salvaguardar los órganos mecánicos en nuestras ocasionales incursiones campestres.

La vista lateral es la que menos cambios ha sufrido, con su morro vertical que da paso a un capot que sube formando una suave curva para unirse a un parabrisas muy tendido. El techo también muestra un ligero descenso, aunque algo disimulado por las barras metálicas del techo, que sirven para anclar diversos accesorios de transporte. El techo se prolonga hacia atrás en un prominente alerón posterior que dota de deportividad a esta vista. Y finalmente el portón posterior, que desciende con fuerte inclinación para dar paso a una parte posterior, de nuevo, vertical.

En esta zona predominan las formas con curvas suaves, nada de ángulos muy marcados. Lo cual vale también para las ventanillas o los redondeados espejos laterales, en los que se integran los intermitentes mediante una fina hilera de LED.

Pero si hay un detalle que marca esta vista es el de las espectaculares llantas de aleación Cayenne Sport Classic, de nada menos que 21 pulgadas de diámetro, pintadas en el mismo color  Negro Jet metálico del resto de la carrocería, y sobre las que se montan unos descomunales neumáticos Yokohama ADVAN Sport V105 en medidas 295/35 R21 107Y. Su precio: casi 6.400 euros.

La parte trasera está presidida por el enorme alerón posterior que da cabida a la 3ª luz de freno. El cristal posterior, de dimensiones no especialmente grandes, no limitaría demasiado la visibilidad posterior, pese a su elevada posición, si no fuera por la presencia de los voluminosos reposacabezas de los asientos posteriores.

En la zona central del portón sólo encontramos, por si no hubiera quedado claro, los logos corporativos de la marca y el modelo que estamos probando esta semana. A ambos lados los grupos ópticos posteriores, oscurecidos, cuentan con un renovado diseño, dividido en dos partes y con todas las funciones realizadas por elementos LED de disposición horizontal, que suponen un verdadero espectáculo una vez se encienden.

Al envolvente paragolpes se han trasladado los catadióptricos y las luces antiniebla, también LED. Mientras que la parte inferior, con un recubrimiento plástico mate que simula un difusor, da acomodo a las 4 espectaculares salidas de escape cromadas (dos a cada lado).

Interior

El interior de este Porsche Cayenne nos deja boquiabiertos incluso cuando lo vislumbramos a través de una de las ventanillas laterales, así que no es de extrañar que hayamos pillado a más de un transeúnte mirando a través de ellas con cara de asombro…

Si ya es norma en la casa de Stuttgart deleitarnos con unos interiores donde el diseño resulta sumamente atractivo, la calidad de los materiales superlativa y los ajustes rayan la perfección, en el caso de la unidad que hoy nos ocupa, estos aspectos se han elevado a límites casi inimaginables…

No tenéis más que observar detenidamente las fotos que acompañan esta prueba para daros cuenta que no nos encontramos ante un Porsche Cayenne “normal” (si es que hay alguno que merezca tal apelativo…) pues, gracias al amplísimo catálogo de opciones, se ha configurado un modelo absolutamente portentoso.

Acceder a su interior es como trasladarnos a otra dimensión, completamente alejada de los cánones establecidos para el resto de vehículos. Son tantas las sorpresas que nos tiene reservadas que al principio no sabremos muy bien dónde fijar la mirada, observando todos y cada uno de sus múltiples detalles.

El salpicadero, la consola central y el cuadro de relojes adoptan el diseño “de marca”, con clara inspiración en su modelo más emblemático. Están parcialmente recubiertos en una acertadísima combinación de cuero Negro y Rojo Garnet (con bonitos pespuntes en contraste). Este tratamiento tan llamativo también se extiende a las puertas y a las plazas traseras.

La parte central del salpicadero se caracteriza por la presencia de dos grandes tomas de aireación verticales (con otras dos, simétricas, en ambos extremos) entre las que se sitúa la pantalla multifunción táctil de 7 pulgadas del Porsche Communication Management (PCM), que sirve para controlar todos los sistemas de infoentretenimiento del vehículo, con la ayuda de otros mandos físicos situados inmediatamente debajo.

Su tamaño pese a ser generoso se ha quedado “un paso por detrás” de los sistemas de última generación que ya montan algunos de sus rivales, con una “usabilidad” mejorable (sobre todo en el navegador), aunque no podemos obviar la gran calidad del conjunto.

Lo mismo ocurre con el excelente equipo de audio CDR Plus que cuenta con 11 altavoces y una potencia total de 235 vatios aunque, en caso de no ser suficiente, siempre podemos decantarnos por el sistema de sonido envolvente BOSE, con 14 altavoces, incluido un subwoofer activo de 200 vatios y una potencia total de 585 vatios (1.484,00 euros)

Porsche también ha pensado en sus clientes más sibaritas ofreciéndoles opcionalmente un sistema de sonido envolvente High-End firmado por Burmester, con una potencia total de más de 1.000 vatios, 16 altavoces y un subwoofer activo de 300 vatios (5.217,00 euros)

La consola central desciende casi horizontalmente, delimitando dos zonas perfectamente diferenciadas para ambos ocupantes pero, lo que es más importante, dejando muy a mano del conductor todos los controles del vehículo. Es cierto que esta zona está plagada de todo tipo de botones y mandos, pero todo está perfectamente ordenado y tras pocos días de uso no tendremos problemas para saber localizar inmediatamente aquel sobre el que queramos actuar…

En el centro se ubica la bonita palanca, rematada en cuero y aluminio, de la caja de cambios automática Tiptronic S de 8 velocidades, que permite su utilización manual deslizándola hacia el carril izquierdo, aunque la mayoría de las veces utilizaremos las levas situadas detrás del volante, dejando ésta para las maniobras de aparcamiento.

Algo más atrás se han colocado otros controles no menos importantes como son los que gestionan la suspensión neumática y el sistema de suspensión activa Porsche Active Suspension Management (PASM), los que activan los modos Off-Road o Sport, además del desconectador del control antideslizamiento (ASR). Remata la zona un amplio reposabrazos, deslizable longitudinalmente, que cubre una guantera de generosas dimensiones

El puesto de conducción es una auténtica maravilla, adoptando una postura ligeramente elevada que facilita “controlar” al resto del tráfico pero, pese a ello, se asemeja mucho a la de un turismo, y no a la de un SUV al uso.

Los asientos delanteros son excepcionales y, aunque no son los más deportivos del catálogo, sujetan adecuadamente el cuerpo cualquiera que sea la conducción que se lleve a cabo, además de ofrecer una gran comodidad en largos viajes. Admiten todo tipo de regulaciones eléctricas (hasta en 14 posiciones, en nuestro caso) y pueden memorizarse los ajustes personalizados, en el caso de que utilicen el vehículo varios conductores. Además están calefactados y refrigerados

Ante nosotros encontramos un volante multifunción, de 3 radios, con un diseño marcadamente deportivo, derivado directamente del que se monta en el espectacular superdeportivo 918 Spyder. Su grosor y el tacto del cuero son ideales, tanto para conducir relajadamente como para ir al ataque. Desde los diversos botones situados en los brazos horizontales gobernaremos tanto el sistema multimedia y de telefonía como los diferentes menús del ordenador de a bordo, sin retirar las manos del mismo.

Justo detrás de él se sitúan las levas para un manejo manual de la caja de cambios automática Tiptronic S. Nos ha gustado mucho tanto su tamaño (para no tener que estar buscándolas en cada curva…) como el tacto metálico del aluminio, además de la rapidez con la que se pueden subir y bajar las marchas.

El cuadro de instrumentos cuenta con cinco esferas (otro guiño a la influencia clásica de la marca) ofreciéndonos una abrumadora cantidad de información del vehículo, aunque ello no implica renunciar a la más avanzada tecnología pues, por ejemplo, una de ellas es totalmente configurable, pudiendo mostrar indicaciones del navegador, del ordenador de viaje, el sistema de telefonía o del equipo de sonido. Las otras adoptan una configuración más tradicional, estando dedicadas al cuentarrevoluciones, velocímetro, temperatura del refrigerante y del aceite, así como la presión del mismo, además del nivel de combustible. Tampoco puede faltar un ingente número de testigos de todo tipo, para completar un cuadro sin igual en el panorama automovilístico actual.

No dejan de llamarnos la atención los angulosos asideros que se han colocado a ambos lados de la consola central, con otros gemelos en las puertas. Son esos curiosos guiños que los diseñadores realizan de vez en cuando y que muchas veces no encuentran razón de ser… más que la meramente estética.

El Porsche Cayenne ofrece acomodo en las plazas traseras para 3 ocupantes, con buena cota no ya solo en altura y longitud, sino también en anchura. Aunque el trato dispensado a los que se sientan en ambos extremos es mucho mejor que al de la plaza central, ya que disfrutan de una estructura similar a la de los delanteros, con resaltes muy marcados y, además, no tienen que lidiar con un protuberante túnel de transmisión, que obliga a adoptar una posición forzada de las piernas.

Estos asientos traseros se pueden desplazar longitudinalmente hasta 160 mm, además de inclinar su respaldo, para hacer los viajes más cómodos a los pasajeros o, por el contrario, maximizar la capacidad de carga. Del mismo modo ofrecen la posibilidad de asegurar sillas infantiles (también disponibles en el amplio catálogo de accesorios de la marca), gracias a los anclajes Isofix y Top Tether.

Maletero

Dada la polivalencia que se presume en un vehículo de estas características, la capacidad del maletero resulta otro aspecto a tener muy en cuenta.

De momento la primera impresión no puede ser mejor al contar con un gran portón de apertura y cierre eléctricos, que facilitará mucho la tarea de carga, además de disponer de una gran boca que da acceso a su interior. Pero continuamos con más sorpresas, pues la altura del borde de carga, en caso de equipar la suspensión neumática, puede reducirse en 5,2 centímetros simplemente pulsado un botón de un lateral del maletero, quedando en unos excelentes 69 centímetros. Muy útil a la hora de embarcar los objetos más voluminosos y pesados.

Pero lo que verdaderamente cuenta a la hora de valorar un maletero es la capacidad total, pero también su aprovechamiento y la facilidad para estibar los bultos y, en ambos casos, la nota es muy buena. El volumen útil del maletero, con las 5 plazas ocupadas varía entre los 618 litros con los asientos traseros en la posición más retrasada y 670 litros si estos se sitúan en la más adelantada.

La flexibilidad en este sentido es total, pues los respaldos pueden abatirse individualmente en una proporción 40/20/40, de forma que si hacemos uso de su máxima capacidad contaremos con hasta 1.728 litros, lo cual no está nada mal.

En el lateral izquierdo hay un hueco de considerables proporciones donde dejar objetos, que no se moverán “a su antojo” por el maletero gracias a una resistente red elástica. En el derecho hay otro cubículo, más pequeño, pero dotado de tapa. Tampoco pueden faltar las argollas metálicas, a las que sujetar pulpos, redes, etc. o las tomas de corriente de 12 voltios, tipo mechero.

Bajo el piso del maletero, en el hueco que debiera estar ocupado por la rueda de repuesto se aloja ahora el depósito de Ad-Blue, necesario para cumplir las estrictas normativas anticontaminación Euro 6. Aunque alrededor de este elemento, que no llena todo el espacio disponible, contaremos con sitio suficiente para colocar algunos elementos que siempre andan sueltos por el maletero, como triángulos de emergencia, guantes de trabajo, eslingas, etc. De todas formas ello implica que, en caso de sufrir algún pinchazo en uno de los neumáticos, tendremos que recurrir al inevitable kit de reparación hasta que pueda ser arreglado o sustituido en un taller especializado.

Equipamiento

Los SUV Premium, como buques insignia de sus marcas, suelen hacer “acopio” de las más avanzadas tecnologías, a la vez que sirven de muestra de lo que son capaces de ofrecer a sus clientes en materia de equipamiento, seguridad activa y pasiva, además de un número ingente de opciones.

Y este es, evidentemente, también el caso del Porsche Cayenne. Entre su numerosísima dotación de serie apenas vamos a nombrar lo más destacado, pues si no tendríamos que mostraros una lista interminable:

  • Paquete de interior en Negro (pulido al brillo)
  • Sistema de audio CDR con pantalla táctil a color de 7 pulgadas
  • Portón trasero automático
  • Faros Bi-Xenón
  • Caja de cambios Tiptronic S de 8 velocidades con función automática de arranque y parada
  • Climatizador automático bi-zona
  • Asientos confort con ajuste eléctrico de ocho posiciones

  • Sistema de asientos traseros con ajuste longitudinal y del respaldo
  • Llantas Cayenne de 18 pulgadas
  • Sistema de control de presión de neumáticos (RDK)
  • Luz diurna con cuatro focos LED por faro
  • Faros antiniebla, integrados en el carenado delantero
  • Sistema de alarma antirrobo con vigilancia del interior del habitáculo por ultrasonidos e inmovilizador
  • Molduras de acceso de acero inoxidable con anagrama “Cayenne” en la parte delantera
  • Volante deportivo multifunción con levas de cambio
  • Control de velocidad

Es posible adquirir este magnífico Porsche Cayenne Diésel desde los 75.928,00 euros.

Pero si por algo se vanaglorian en la marca de Stuttgart es, aparte del dinamismo inherente a sus modelos, por el equipamiento opcional y el nivel de personalización que ofrecen, alcanzando cotas con las que otras marcas no pueden ni soñar. En el caso que hoy nos ocupa, además de todo lo anterior, nuestra unidad de pruebas contaba con:

  • Color exterior Negro Jet metalizado —– 1.164,00 €
  • Colores interiores Negro / Rojo Garnet —– 4.171,00 €
  • Faros Bi-Xenon, incluyendo Porsche Dynamic Light System (PDLS) —– 1.523,00 €
  • Luces traseras en color negro con luz de freno adaptativa —– 588,00 €
  • Porsche Entry & Drive —– 1.203,00 €
  • Sistema de ayuda aparcamiento con cámara y Surround View —– 2.497,00 €

  • Sistema de techo panorámico —– 2.210,00 €
  • Cierre Confort de puertas —– 771,00 €
  • Raíles de techo con molduras de protección en aluminio —– 641,00 €
  • Paquete SportDesign con faldones laterales —– 5.099,00 €
  • Rejillas de las entradas de aire pintadas —– 1.033,00 €
  • Caja de cambios Tiptronic S de 8 velocidades, con función automática de arranque y parada —– 0,00 €
  • Servotronic —– 314,00 €
  • Suspensión neumática y sistema de suspensión activa Porsche Active Suspension Management (PASM) —– 3.844,00 €
  • Salidas de escape en color plata cromado —– 850,00 €

  • Llantas Cayenne Sport Classic 21″ con revestimiento pasos de rueda pintados en Negro Jet metálico con acabado brillante —– 6.394,00 €
  • Reconocimiento de límites de velocidad —– 418,00 €
  • Retrovisores interior y exteriores antideslumbrantes automáticos en combinación con el paquete de memoria confort o paquete memoria conductor —– 392,00 €
  • Paquete de iluminación confort en combinación con paquete de memoria confort o paquete memoria conductor —– 340,00 €
  • Paquete memoria confort (14 posiciones) —– 1.765,00 €
  • Calefacción de asientos delanteros —– 477,00 €
  • Asientos delanteros ventilados —– 1.020,00 €
  • Airbags laterales traseros —– 451,00 €

  • Paquete interior plus ampliado —– 6.256,00 €
  • Paquete interior ampliado en cuero —– 1.961,00 €
  • Escudo Porsche en reposacabezas delantero y trasero —– 445,00 €
  • Porsche Communication Management (PCM) Incluye módulo de navegación —– 3.726,00 €
  • Registro electrónico de rutas —– 634,00 €
  • Módulo teléfono —– 863,00 €
  • Cargador de CD/DVD (6 Discos) —– 575,00 €
  • Radio digital (DAB, DAB+, DMB) —– 523,00 €
  • Servicios online (AHA-Radio) —– 0,00 €

Y eso que, puestos a pedir, echamos en falta algún equipamiento opcional, relacionado con la seguridad activa, que creemos deberíamos añadir a un vehículo de este nivel (incluso renunciando a otras opciones más superfluas…) como son:

  • Faros LED, incluye Porsche Dynamic Light System Plus (PDLS Plus) —– 3.046,00 €
  • Control de velocidad adaptativo incluyendo Porsche Active Safe (PAS) —– 2.079,00 €
  • Asistente de cambio de carril (LCA) y aviso de salida de carril (LDW) —– 1.360,00 €

Claro que esto supondría más de 6.000 euros adicionales a la ya de por sí abultada factura…

En cualquier caso, tal y como nos fue entregada esta unidad del Porsche Cayenne Diesel, con los más de 52.000 euros en opciones que equipaba, el precio final ascendía hasta unos estratosféricos 128.076,00 euros.

Y eso que partimos del modelo «más barato» de la gama, ¿os imagináis a cuánto se elevaría la factura si habláramos de palabras mayores como un Cayenne GTS o de un Cayenne Turbo S?

No obstante, si estáis interesados en adquirir un Porsche Cayenne Diésel os recomendamos encarecidamente que consultéis el buscador de Coches.com donde encontrareis el mejor precio del mercado, así como el seguro más adecuado.

Motorización

El propulsor empleado por esta versión es un viejo conocido del grupo Volkswagen que se monta en algunos de sus vehículos más representativos como, por ejemplo, en el caso de su “primo-hermano” el Volkswagen Touareg, además de en los Audi Q5 o Q7 y también en berlinas de lujo del consorcio alemán.

En todo caso esta planta motriz pasa por las manos de los ingenieros de la firma de Stuttgart para recibir una cartografía específica y conseguir extraer más potencia y par, así como cumplir la normativa anticontaminación Euro 6.

Como muchos de vosotros ya sabréis se trata de un bloque V6 diésel de 3 litros de cilindrada (2.967 centímetros cúbicos) que cuenta con cárter y culatas en aluminio. Dispone de 4 válvulas por cilindro y recurre a la inyección directa common-rail (a 2.000 bares de presión) además del uso de inyectores piezoeléctricos. La sobrealimentación se realiza mediante un único turbocompresor de geometría variable (VTG), rebajándose la temperatura del aire de admisión gracias a la presencia de dos intercooler.

De esta forma se consigue finalmente una potencia de 262 CV a 4.000 rpm y un par máximo de 580 Nm entre 1.750 y 2.500 rpm, que se transmiten al suelo a través de una caja de cambios automática Tiptronic S de 8 velocidades y de un sistema de tracción total permanente, de cuyo magnífico funcionamiento hablaremos más adelante.

Con todo ello es posible que, pese a las dos toneladas largas que pesa este modelo, cundan mucho, permitiéndole acelerar de 0 a 100 km/h de 0 a 100 km/h en 7,3 segundos, cubrir el kilómetro, partiendo desde parado, en 28,5 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 221 km/h.

Para cumplir la estricta normativa EURO 6 y disminuir las emisiones contaminantes se recurre a la utilización de un filtro de partículas diésel (DPF) y a un sistema SCR (Selective Catalytic Reduction) con la aportación de Ad-Blue, consiguiéndose finalmente unas emisiones de CO2 de 173 g/km.

Los consumos resultan bastante comedidos teniendo en cuenta el tipo de vehículo del que estamos hablando, su peso y la complicada aerodinámica. Las cifras oficiales se sitúan en los 7,6 l/100 km en ciudad; 6,0 l/100 km en carreteras y autopistas; con un consumo combinado de 6,6 l/100 km.

Raro sería pensar que estas cifras correspondieran a un “uso real” y, efectivamente, no es así. En nuestras mediciones, por los recorridos habituales de prueba, arrojaron unos valores que oscilaban entre los 9,4 l/100 km en ciudad hasta los 7,2 l/100 km cuando circulábamos por carreteras o vías de alta velocidad, mientras que el gasto medio de combustible fue de 8,3 l/100 km. Valores que, pese a todo, resultan sorprendentemente reducidos.

Y en ello tienen mucho que ver tanto la avanzada electrónica de gestión, como la función de navegación “a vela” (que desconecta la transmisión del grupo propulsor al levantar el pie del acelerador, siempre que las circunstancias del tráfico y del terreno lo permitan) o el sistema de parada y arranque Auto Start&Stop Plus, con el que se reducen consumos y emisiones mientras el vehículo se encuentra detenido en un semáforo o en un atasco.

Otra cosa es, como siempre, cuando nos decidimos a explorar sin contemplaciones todo su potencial dinámico (que es mucho…), donde llegaremos a ver cifras cercanas a la quincena de litros cada 100 kilómetros.

Como curiosidad cabe destacar que la firma alemana ofrece la posibilidad de montar dos depósitos de combustible diferentes uno, el de serie, con 85 litros y, opcionalmente, otro con una capacidad ampliada hasta los 100 litros, con lo cual se conseguiría una autonomía media “real” en torno a los 1.000 kilómetros en el primer caso y de 1.200 kilómetros en el segundo.

Comportamiento

Cuando accionamos la singular llave de arranque situada, como no podía ser de otra manera en un Porsche, a la izquierda de la columna de la dirección cobra vida un vehículo que nos deparará muchas sorpresas a nivel dinámico.

Como decíamos al principio de esta prueba, la marca alemana no sólo ha sabido trasladar a este SUV el confort o la exquisitez de materiales que son ya norma en la casa desde hace muchos años sino, sobre todo, el excelente comportamiento del que hacen gala sus deportivos más codiciados.

Para ello no sólo está dotado de un potente y elástico propulsor V6 diésel sobrealimentado, sino que los ingenieros han llevado a cabo un duro trabajo a la hora de conseguir un chasis más rígido y que responda mejor a las exigencias de una conducción dinámica.

Conjuntamente con una suspensión delantera de dobles trapecios y un eje trasero multibrazo recibe la ayuda del sistema Porsche Active Suspension Management (PASM) con 3 programas denominados “Comfort”, “Sport” y “Sport Plus” que, como su propio nombre indica, están encaminados a ofrecer desde una configuración apta para un desplazamiento cómodo hasta otra más adecuada a un uso deportivo.

Si, además, como era nuestro caso, disfrutábamos de la suspensión neumática opcional, se obtiene un comportamiento excepcionalmente preciso, pudiendo regular la altura de la carrocería hasta en 6 niveles diferentes, que van desde una posición “de acceso” (la más baja) hasta otra destinada al uso off-road (con una altura libre al suelo de 27 cm).

Nos llevamos a este Cayenne a recorrer algunas de nuestras carreteras de montaña favoritas, mostrándose como un digno representante de la marca cuyo escudo luce en el frontal. Evidentemente con sus dimensiones y peso no podemos exigirle el mismo comportamiento que a un Cayman, o menos aun el de un 911, pero os podemos asegurar que es uno de los SUV con el que más nos hemos divertido en este tipo de vías.

Sobre todo si taramos la suspensión neumática en su posición más baja y el PASM en el modo «Sport Plus», además de no olvidarnos presionar el botón “Sport” de la consola central, que configura la gestión del propulsor y el cambio para obtener la respuesta más inmediata a nuestras solicitaciones.

Su comportamiento dinámico sorprendente por su tamaño, por sensaciones, por el ambiente que nos rodea y por la posición de conducción que ofrece, ya que parece estemos sentados en un auténtico deportivo, solo que unos cuantos centímetros más arriba…

Sólo a la hora de exigirle al máximo echaremos en falta algo más de potencia cuando se trata de “lanzar” sus más de 2 toneladas de peso entre una curva y la siguiente. Pero en el catálogo de la marca de Stuttgart encontramos la solución, pues para los conductores más ávidos de sensaciones, se ha desarrollado la versión “S” Diésel con su potente propulsor V8 bi-turbo de nada menos que 385 CV de potencia y un bestial par máximo de 850 Nm (mayor incluso que el logrado por el Porsche Cayenne Turbo S…)

La caja de cambios Tiptronic S de ocho velocidades, bien gobernada desde la palanca de la consola central o, mucho mejor, desde las levas situadas detrás del magnífico volante deportivo de 3 radios, conjuga a la perfección con este propulsor, permitiéndonos sacar lo mejor de él. Pese a no ser de doble embrague, su funcionamiento resulta exquisito, con inserciones muy rápidas y sin que se produzca pérdida de potencia en las transiciones, tanto subiendo como bajando marchas.

El agarre excepcional que proporcionan los inmensos rodillos de 21 pulgadas de diámetro con los que estaba equipada nuestra unidad de pruebas permitían una altísima velocidad de paso por curva, además de conseguir unas reducidas distancias de detención ayudados, claro está, por un extraordinario conjunto de frenos de disco ventilados, de 350 mm de diámetro delante (con pinzas monobloque de 6 pistones) y de 330 mm detrás (con pinzas de 4 pistones).

Si circulando por este tipo de carreteras de repente vemos un camino y decidimos desviarnos de la ruta y perdernos por él, nos encontraremos con un vehículo que, pese a su apariencia, se encuentra perfectamente adaptado a circular por este tipo de terrenos, e incluso superar recorridos off-road mucho más complicados de lo que en un principio pudiéramos pensar.

No en vano su cadena cinemática está perfectamente adaptada para ello. Bajo la denominación Porsche Traction Management (PTM) encontramos un sistema de tracción total permanente con un diferencial central autoblocante y una distribución estándar del par disponible de un 42% para el eje delantero y el 58% restante al eje trasero.

Si alguna rueda comienza a patinar, el diferencial central redirige automáticamente la fuerza motriz hacia el eje que disponga de mejor tracción. Si ello no fuera suficiente para avanzar el diferencial electrónico del eje trasero (ABD) frena independientemente cada una de las ruedas, además de contar con la guinda del control de tracción (ASR).

Su funcionamiento resulta ejemplar y nos permite pasar por sitios en los que el “sentido común” nos dice que nos abstengamos de hacerlo. Si, pese a todo, decidimos seguir adelante y el terreno se complica, la tecla “Off-Road” de la consola central saldrá en nuestra ayuda con 3 posibles modos:

  • En el primero de ellos (el de “nuestro” Cayenne) todos los sistemas electrónicos (ABS, ASR, etc.) adoptan una configuración orientada a mejorar la tracción y si, además, contamos con la suspensión neumática con sistema PASM, se posiciona en la altura todoterreno, mejorando los ángulos característicos y la altura libre al suelo.
  • El segundo (sólo para algunos modelos) está destinado a los terrenos especialmente difíciles, bloqueando el embrague multidisco que reparte la potencia entre los ejes delantero y trasero.
  • Con el tercero, y sólo si disponemos de esta opción, el Porsche Torque Vectoring Plus bloquea el reparto de fuerza entre las ruedas del eje posterior (actuando como un “clásico” bloqueo de diferencial)

Y todo ello a pesar de no contar con reductora, aunque en el caso de la unidad probada la mayor complicación radicaba más en el calzado empleado, con una monta de neumáticos a todas luces excesiva y encaminada a un uso exclusivamente asfáltico que provocaba pérdidas de tracción constantes en cuanto el terreno estaba suelto o pisábamos el barro, además de poder dañarse fácilmente con alguna piedra afilada, con el consecuente problema que nos ocasionará, alejados de la “civilización” y con un kit reparapinchazos por toda ayuda.

Por el contrario, en autovías y autopistas, así como en carreteras nacionales de amplio trazado este Porsche Cayenne se sentirá a sus anchas, como buen rodador que es. Será recomendable aquí que adoptemos el modo “Comfort” del PASM, cosa que agradecerá nuestro cuerpo y el de los pasajeros cuando realicemos viajes de varias horas de duración.

Asimismo resulta aquí de gran ayuda los largos desarrollos de la caja de cambios Tiptronic S en sus últimas relaciones, consiguiendo que el propulsor gire a regímenes muy bajos a velocidades legales, reduciendo el consumo y el ruido proveniente del motor.

Del mismo modo la función de “planeo” o navegación “a vela” incide en estos mismos aspectos, desconectando la transmisión del propulsor y reduciendo el régimen de éste hasta el ralentí, permitiéndonos mantener la velocidad, si el terreno es propicio.

De esta forma la sensación de seguridad, acompañada de un indudable silencio y confort de marcha nos permitirán disfrutar durante un buen número de kilómetros (que transcurrirán sin apenas darnos cuenta) de los magníficos sistemas de audio y de entretenimiento con los que se puede dotar a este modelo.

En ciudad, como todas estas “moles” que son los grandes SUV Premium, se siente excesivo por sus dimensiones, aunque también atraerá numerosas miradas de un sinfín de curiosos. Entre el tráfico se desenvuelve sin problemas, ayudado por una suave dirección, los buenos bajos y respuesta del conjunto motor/cambio y por la posición de conducción elevada que nos facilita el anticipar los “movimientos” del resto de conductores.

El funcionamiento del sistema Auto Start&Stop resulta ejemplar por su rapidez de actuación, apagando el propulsor incluso antes de que el vehículo se detenga por completo y volviéndolo a arrancar en cuanto deseamos reemprender la marcha, ahorrando una buena cantidad de combustible.

Aunque no optaremos por dejarlo muchas veces estacionado en plena calle, por razones obvias, la maniobra de aparcamiento se realiza con total facilidad gracias a los sistemas de ayuda con cámaras perimétricas Surround View, que muestra en la pantalla del PCM una vista de 360 grados alrededor del vehículo, además de los sensores de proximidad.

Veredicto de Coches.com

En fin, ha sido una verdadera pena tener que devolver este Porsche Cayenne Diésel, creo que hubiésemos necesitado un par de meses más para poder analizarlo en profundidad… Bueno, bromas aparte, se trata de un modelo que “enamora” desde el primer golpe de vista (incluso para aquellos detractores de este tipo de vehículos…) por sus atractivas líneas tanto exteriores como interiores y que responde, casi punto por punto, a la merecida fama que le acompaña en cuanto a calidad percibida, materiales empleados, posibilidades de personalización y equipamiento pero, sobre todo, por su dinamismo.

El Porsche Cayenne se nos presenta como un SUV Premium dirigido a aquellas familias (muy adineradas) a las que les guste disfrutar de un modelo exclusivo para “todo uso”, desde llevar a los niños al colegio, ejercer funciones de vehículo de representación para un ejecutivo, hasta realizar desplazamientos vacacionales o de fin de semana con una buena cantidad de equipaje y, también, actividades lúdicas en el campo o en la montaña (esquí, senderismo, turismo rural, mountain-bike, etc.) sin problemas por complicadas que sean las condiciones de acceso y disfrutando al mismo tiempo del viaje para llegar hasta ellos.

Consigue conjugar un comportamiento muy deportivo con una comodidad y lujo superlativos y, pese a una “comedida” potencia máxima de apenas 262 CV (recordemos que hay una versión “S” Diésel que ofrece nada menos que 385 CV, sin hablar de las potentísimas versiones de gasolina…) su dinamismo resulta sorprendente. En realidad no hace falta más potencia para el día a día o para gozar en una solitaria carretera de curvas…

De todas formas, por muy bien que nos vaya en la vida (a nivel económico…) tendremos que tener especial cuidado en no volvernos “locos” con las innumerables posibilidades de personalización, opciones y accesorios que la marca alemana pone a nuestra disposición para este modelo, pues la tarifa final puede alcanzar valores absolutamente descabellados aunque, claro está, es el “precio” a pagar (nunca mejor dicho…) por conducir un vehículo único, como es el caso de la unidad que esta semana os hemos traído hasta aquí.

No obstante la competencia también juega sus bazas y para confirmar si sigue siendo la referencia entre los grandes SUV de lujo es necesario enfrentarlo a sus máximos rivales. Algunos de ellos ya han pasado por nuestra sección de pruebas, como es el caso del nuevo Mercedes-Benz GLE, y otros como los renovados Audi Q7 y Volvo XC90 además del BMW X5 lo harán a lo largo de las próximas semanas. De esta forma esperamos ofreceros la panorámica más completa de este atractivo segmento.

Porsche Cayenne Diésel
8.1Nota
Lo mejor
  • Comportamiento dinámico dentro y fuera del asfalto
  • Calidad percibida y posibilidades de equipamiento
  • Prestaciones y consumos
Lo peor
  • Tarifa final
  • Tamaño de la pantalla multifunción
  • Navegador
Diseño8
Habitabilidad8
Acabados9
Maletero7.5
Equipamiento8.5
Motor8
Comportamiento8.5
Calidad Precio7

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