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Pruebanoticias/
Gonzalo Yllera

Prueba a fondo: Skoda Spaceback Style 1.2 TSI 105 CV

En esta ocasión vamos a cambiar radicalmente el objeto de nuestra prueba, pues aunque a todo el mundo gustan, no siempre es posible adquirir un compacto del segmento Premium y desembolsar más de 45.000 € por él… ¿Significa esto que hemos de renunciar a movernos con solvencia, en un vehículo de última generación, seguro, práctico y con motores eficientes que nos obsequien con un reducido consumo de combustible? Evidentemente no y esta crisis económica, en la que todavía estamos inmersos, nos ha hecho volver la cara hacia vehículos más racionales…

Afortunadamente las marcas también piensan en este tipo de clientes y sacan al mercado productos como este Skoda Spaceback, un compacto familiar que, lamentablemente, resulta bastante desconocido entre el gran público, pero que por su planteamiento económico puede cumplir perfectamente como coche único, sin que por ello se descuadre en absoluto el siempre apretado presupuesto familiar.

En Coches.com hemos pasado toda una semana con él y ha acabado sorprendiéndonos muy positivamente. Os mostramos a continuación un análisis más detallado del porqué de esta afirmación:

Exterior

El primer compacto de la firma checa deriva directamente del Skoda Rapid (el hermano gemelo del SEAT Toledo), con el que comparte la cada vez más extendida plataforma MQB, y del que toma también la práctica totalidad de sus elementos, situándose a medio camino entre el propio Rapid y el utilitario Fabia.

Esto significa que mantiene idéntica distancia entre ejes, con 2,602 metros; anchura, con 1,706 metros y casi la misma altura, con 1,459 metros. La mayor diferencia corresponde a la cota de longitud, que en el Spaceback es de 4,304 metros frente a los 4,483 metros del Rapid, lo que supone 18 centímetros menos, que se restarán casi exclusivamente del maletero, que verá reducida su capacidad máxima.

En la vista frontal no seremos capaces de distinguirlo del modelo de procedencia, resultando virtualmente idéntico, pues cuenta con la misma prominente parrilla de bordes cromados, con nada menos que 19 bandas verticales en negro mate, además del logo de la marca o los grupos ópticos dobles que, en la unidad probada, estaban compuestos por los opcionales faros de Xenón que integran, al mismo tiempo, los intermitentes y las luces de día.

El paragolpes, en el mismo color de la carrocería (Blanco Luna metalizado) cuenta justo debajo de la zona dedicada a la matrícula, con una banda de color oscuro que sirve para camuflar la abertura central de refrigeración, a cuyos lados se sitúan las luces antiniebla que realizan a la vez la función de iluminación en curvas.

Es en la vista lateral donde apreciamos el diseño de su carrocería tipo hatchback, que le sirve para diferenciarse claramente de su hermano, que goza de unas proporciones más clásicas, como son las correspondientes a una berlina.

Mientras en la mitad delantera no observamos ninguna diferencia con aquel, es a partir del pilar B donde el diseño cambia radicalmente, para obsequiarnos con una ventanilla adicional que aporta luminosidad al interior, y, sobre todo, la presencia de un gran portón inclinado lo que le confiere un aspecto más dinámico y práctico a la vez.

También contribuyen a este aspecto más dinámico las sencillas llantas de aleación ligera de 17 pulgadas de diámetro, modelo Camelot, con las que estaba equipada nuestra unidad. En ellas se montaban unos neumáticos Dunlop SP Sport Maxx en medidas 215/40 R17 87V.

Como ya hemos comentado, aunque comparte plataforma con él y, por tanto, distancia entre ejes, la longitud es algo inferior que en el Skoda Rapid, lo que apreciaremos positivamente a la hora de buscar estacionamiento pero que, como contrapartida, supone una importante merma en la capacidad del maletero. Una cosa por otra.

Uno de los recursos estéticos que más llama la atención en este compacto reside en la sencillez y, al mismo tiempo, originalidad con que se ha resuelto la zona trasera, cuyo gran portón se une por arriba, casi sin solución de continuidad salvo por un pequeño alerón, con el techo y donde el cristal trasero lacado en negro se prolonga 10 centímetros hacia abajo, ocupando parte del lugar que en otros modelos correspondería a la chapa del portón.

También destacan las luces traseras con el típico diseño en forma de “C” ya visto en otros modelos de la marca checa. Entre ambas encontramos el logo de la marca, situado en el centro, además de la denominación del modelo.

El paragolpes cuenta con unas formas sencillas, estando rematado en su zona inferior por un difusor elaborado en plástico de color negro, detrás del cual se disimula la parte final del sistema de escape.

Interior

Lo más notorio, una vez accedemos al interior del vehículo, es su gran luminosidad, fruto de la amplia superficie acristalada pero, sobre todo, por contar con un enorme techo panorámico, que llega prácticamente desde el parabrisas delantero hasta la luneta trasera. Es el más grande de cuantos produce la marca checa y, por supuesto, también de su segmento.

La presentación del interior es la típica que nos podíamos esperar de un modelo perteneciente al Grupo Volkswagen, donde priman la austeridad en el diseño, los colores sobrios y los buenos ajustes.

Evidentemente no vamos a encontrar maderas nobles, aluminio, fibra de carbono, etc., ni siquiera en opción, pero incluso con la abundancia de plásticos duros empleados por doquier, sorprenden por la buena impresión causada, mucho mejor que en la de otros competidores directos con idéntico planteamiento.

Además se emplean muchos elementos comunes de sus familiares directos, como pueden ser la pantalla multifunción que encontramos en el centro del salpicadero y que gobierna navegador, sistema de audio y telefonía, así como multitud de mandos o actuadores. Pero lejos de ser una queja, constituyen toda una garantía de su probado buen funcionamiento.

El volante multifunción de tres radios cuenta con un buen tamaño, grosor y el cuero con el que está forrado resulta agradable al tacto. Lástima, de nuevo, con esa obsesión de achatarlo por abajo en aras de imprimirle un pretendido aire deportivo que resulta tan incómodo para callejear y en maniobras a baja velocidad. En sus brazos horizontales encontramos, de nuevo, controles ya conocidos y que sirven para gestionar el equipo de audio o el teléfono con conexión Bluetooth.

El cuadro de instrumentos presume de presentar la información forma clara y precisa, sin ningún alarde decorativo, con los típicos grandes relojes, que muestran las revoluciones a las que gira el propulsor o la velocidad a la que circulamos, y en cuyo interior se han colocado otros más pequeños para la temperatura del refrigerante y el nivel de combustible. En el centro, una pequeña pantalla multifunción nos sirve para estar al tanto de los parámetros del vehículo, distancias recorridas, consumos, temperatura exterior, etc.

Los asientos delanteros, de corte deportivo, cuentan con un buen diseño y, pese a que los materiales no son nada del otro mundo sí que resultan agradables al tacto, además de sujetar aceptablemente el cuerpo y permitirnos realizar una buena tirada de kilómetros sin que nuestra espalda se resienta en demasía. Los ajustes son, evidentemente, de tipo mecánico, aunque permiten encontrar rápidamente una buena postura de conducción, ayudados por la regulación en altura y profundidad de la columna de dirección.

Pero los grandes beneficiados del uso de esta plataforma son los ocupantes de las plazas traseras que gozan de grandes dosis de espacio, tanto en altura como en longitud. Incluso, aunque pueda parecer un rara avis, se permite acomodar aceptablemente a un tercer adulto en la plaza central, a pesar de que el túnel central le hará adoptar una postura un poco forzada de las piernas.

Los respaldos de dichos asientos pueden abatirse en una proporción 60/40 para aumentar la capacidad de carga y, además, en la plaza central cuentan con un práctico apoyabrazos tras el cual se encuentra una trampilla que da acceso al maletero o permite transportar objetos de gran longitud sin molestar a los viajeros.

Por supuesto, los asientos laterales cuentan con los estandarizados anclajes Isofix y Top Tether en los que sujetar adecuadamente unas sillitas infantiles.

Por último contaremos con la presencia de diversas soluciones Simply Clever, como las denomina la marca. Desde una práctica guantera, o una consola central con apoyabrazos hasta unos buenos huecos en las puertas para albergar toda esa pequeña impedimenta que transportamos a diario y que tan molesta resulta. Incluso podremos disponer de una papelera reubicable, donde tirar los pañuelos de papel o los envoltorios de chicles durante un viaje, en una bolsa desechable.

Maletero

El maletero es otra de las grandes bazas de este modelo. Y eso que su capacidad se ha visto reducida en 135 litros respecto al Skoda Rapid (550 litros) al recortarse la longitud del conjunto. No obstante con sus 415 litros es uno de los más capaces de su categoría.

Una capacidad que podría resultar aún mayor si no ocuparan parte del espacio disponible unos prominentes pasos de rueda. De todas formas, el resto del espacio resulta muy aprovechable y se puede transportar todo el equipaje de sus ocupantes para unos cuantos días de vacaciones sin mayores problemas.

No pueden faltar la iluminación, cajones laterales, anillas de anclaje o ganchos para colgar bolsas, pero sí una práctica toma de corriente de 12 voltios, tipo mechero.

El portón de apertura vertical facilita enormemente el acceso y la posibilidad de transportar grandes bultos. Además la altura de carga no resulta excesiva para elevar los más pesados.

Como hemos comentado en el apartado anterior, la capacidad de carga puede aumentarse en caso de necesidad abatiendo los respaldos de los asientos posteriores, bien parcial o totalmente (en una proporción 60/40) hasta alcanzar un volumen máximo de 1.381 litros (1.490 en el Skoda Rapid). También contaremos con una práctica trampilla que utilizaremos para los objetos más largos, siempre que sólo viajen dos pasajeros en las plazas traseras.

Debajo del piso, si levantamos la moqueta, nos encontraremos para nuestra sorpresa con toda una rueda de repuesto, con llanta de chapa de 15 pulgadas y un neumático Dunlop SP Sport 01 en medidas 185/60 R15. El hueco de la misma sirve para dar cabida a la habitual dotación de herramientas y al gato necesario para elevar el vehículo.

Equipamiento

Tal y como os contamos en un artículo anterior, donde os desgranamos las versiones, equipamientos y precios del Skoda Spaceback, el modelo checo trata de hacerse un hueco entre el público joven, ofreciendo un vehículo compacto y polivalente para el uso diario a un precio muy “ajustado”…

Es posible adquirirlo desde 17.650 € (del Skoda Spaceback Active 1,2 TSI) que, con el descuento promocional de la marca de 3.904 €, se reducen hasta los 13.746 €. Mientras que en el caso del modelo probado (el Skoda Spaceback Style 1.2 TSI) está disponible desde los 20.830 € (-3.904 € de rebaja)

Pero es que, además, la unidad cedida por la marca para esta prueba a fondo contaba con el siguiente equipamiento adicional:

  • Color exterior Blanco Luna metalizado —– 390 €
  • Llantas de aleación Camelot de 17″ —– 235 €
  • Techo panorámico —– 745 €
  • Rueda de repuesto —– 0 €
  • Sistema lavafaros extraíble automáticamente —– 135 €

  • Portaobjetos en el maletero Red del maletero —– 50 €
  • Paquete interior —– 0 €
  • Paquete cuero pequeño (volante deportivo multifunción de cuero) —– 105 €
  • Paquete xenón con faros antiniebla, con función Corner —– 410 €
  • Asientos Deportivos en Tela-Sport. Pack Sport —– 250 €

  • Antena para techo de cristal panorámico —– 0 €
  • Revestimiento del suelo del maletero, alfombrilla reversible (goma/tela) —– 0 €
  • Sistema de navegación e infotainment Amundsen —– 295 €
  • DAB – receptor de radio digital —– 110 €

Por lo que el precio ascendía hasta los 23.555 € aunque, con el descuento comercial de 3.025 €, se quedaría finalmente en 20.520 € (que se podría reducir aún más en el caso de poder acogerse al Plan PIVE, con otros 750 € de ayuda). Una cifra francamente atractiva para quien trate de hacerse con un modelo de estas características.

En cualquier caso si deseas adquirir un Skoda Spaceback lo mejor que puedes hacer es acceder al buscador de Coches.com donde encontrarás el mejor precio del mercado y, al mismo tiempo, podrás conseguir el seguro que mejor se adapte a tus necesidades.

Motorización

El Skoda Spaceback se nutre del amplio abanico de opciones disponibles en el Grupo VAG. En el momento de la prueba se ofertaban 3 motorizaciones de gasolina y 2 diésel, todas ellas turboalimentadas. Se trata de mecánicas fiables, con una potencia contenida, pero suficientes para mover los apenas 1.180 kilogramos de este primer compacto de la firma checa, ofreciendo al mismo tiempo unos consumos muy aquilatados.

En el primer caso las potencias varían entre los 85 y los 122 CV, mientras que entre las movidas por gasóleo oscilan entre los 90 y los 105 CV. Todas las motorizaciones se han sometido a una reciente actualización para cumplir la normativa Euro 6 de emisiones, aparte de sufrir pequeñas mejoras en cuanto a potencia y consumos se refiere.

El propulsor empleado por la unidad cedida por la marca checa para esta prueba se sitúa como la motorización intermedia entre las de gasolina. Se trata de un 4 cilindros en línea, dispuesto transversalmente, y que cuenta con una cilindrada de 1.197 centímetros cúbicos que, gracias a la inyección directa y a la sobrealimentación, ofrece 105 CV de potencia a 4.800 rpm y un par máximo de 175 Nm entre 1.550 y 4.100 rpm.

Este motor va asociado a una caja de cambios manual de 6 relaciones, con la que se consigue alcanzar una velocidad máxima de 193 km/h y acelerar de 0 a 100 km/h en 10,2 segundos. Prestaciones discretas pero más que suficientes para desenvolverse entre el resto de vehículos. Además no creemos que quien se compra un vehículo de este tipo ande buscando precisamente unas prestaciones de auténtico deportivo…

Los consumos, en cambio, si resultan dignos de mención. La marca checa ha homologado 6,9 l/100 km en ciclo urbano; 4,6 l/100 km en el interurbano y un consumo ponderado de 5,4 l/100 km, con unas emisiones de CO2 de 125 g/km.

Las mediciones realizadas por nuestros recorridos habituales de prueba arrojaron un consumo en ciudad de 7,2 l/100 km; mientras que en autovías y carreteras nacionales se conformó con un gasto de combustible de 5,3 l/100 km, con un consumo medio de 5,8 l/100 km que, como veréis (y sin que sirva de precedente…), son cifras que se aproximan bastante a las homologadas por el fabricante checo.

Si tenemos en cuenta que la capacidad del depósito de combustible es de 55 litros, será posible recorrer distancias por encima de los 900 kilómetros hasta que nos veamos obligados a repostar.

Comportamiento

Aunque la marca checa lo define como “un automóvil compacto deportivo” la verdad sea dicha que de deportivo tiene poco… ¿Quiere esto decir que es un mal coche? No, todo lo contrario. Es más nos parece un excelente producto, pero deportivo, lo que se dice deportivo…

En ciudad se desenvuelve francamente bien, tanto por sus dimensiones generales como por la agilidad con que lo hace. Bastará con una leve insinuación del volante para cambiar de carril de forma casi inmediata y el motor responde con presteza a lo que solicitemos con nuestro pie derecho.

El cambio, sin embargo, no presenta la misma suavidad de funcionamiento, sobre todo a la hora de introducir la primera velocidad o la marcha atrás (algo sorprendente y que no habíamos observado en otros modelos del grupo…), inconveniente que se minimiza una vez emprendemos la marcha. Por su lado las suspensiones presentan un tarado más rígido del esperado, pero no resultan incómodas al circular por asfalto deteriorado o al sobrepasar badenes

En este ámbito las cifras de consumo de combustible son realmente ajustadas, en parte debido a la contenida cilindrada y potencia del motor así como por la rápida y eficiente actuación del sistema Stop&Start.

La visibilidad es muy buena y el conductor podrá apreciar al primer golpe de vista todo lo que sucede a su alrededor y lo mismo ocurre a la hora de estacionarlo, aunque contemos con la inestimable ayuda de los sensores de aparcamiento traseros.

Una vez nos alejamos de la ciudad por carreteras secundarias seguirá destacando por la increíble facilidad de conducción y por su comportamiento equilibrado y siempre predecible. Incluso llevado al límite, a un ritmo mucho más alto del que circularán sus habituales conductores, se muestra noble y subvirador, pero bastará con aliviar ligeramente la presión sobre el acelerador para que vuelva al redil, y si no siempre contaremos con la intervención de las ayudas electrónicas para corregir nuestros excesos…

Pero no hace falta llegar a tanto, el Skoda Spaceback es uno de esos vehículos que hay que conducir suavemente, dejándolo rodar, aprovechando la zona buena del propulsor y cambiando de marcha cuando sea preciso, entonces nos obsequiará con un comportamiento realmente placentero…

El viaje de vuelta discurre por autopistas y vías de alta ocupación. En ellas el compacto checo mantiene holgadamente velocidades próximas a los máximas legales (e incluso superiores…), gracias a unos largos desarrollos en sus últimas relaciones. No se producen molestos rebufos, aunque el ruido del viento y de rodaje de los neumáticos se deja sentir claramente.

El único problema de estos desarrollos tan largos se planteará cuando viajemos cargados, con varios ocupantes a bordo además de su correspondiente equipaje, y tengamos que adelantar a un camión en un prolongado repecho, y nos veamos abocados, dada la justa potencia de su propulsor, a bajar una e incluso dos relaciones para no perder impulso y realizar la maniobra con presteza.

Veredicto de Coches.com

Metidos en la vorágine de modelos cada vez más potentes, equipados y caros… con las que las marcas nos “bombardean” a diario en su afán de vender coches, quizá pasamos por alto opciones más racionales, que cubren perfectamente nuestras necesidades de transporte sin por ello tener que empeñar hasta las muelas de oro para poder pagarlas…

Vehículos prácticos, con espacio suficiente para que los ocupantes viajen cómodamente, con un maletero a la altura de las circunstancias, un nivel prestacional más que correcto y unos consumos ajustados, pero en los que quizá debamos pasar por alto la utilización de materiales menos vistosos o un diseño algo soso en aras de la funcionalidad.

El Skoda Spaceback es uno de estos modelos que destaca, aparte de todo lo anterior, por un notable agrado de uso. Un compacto en el que, desde el primer momento, nos sentiremos tan a gusto como si fuese nuestro coche de toda la vida…

Skoda Spaceback Style 1.2 TSI 105 CV
7.3Nota
Lo mejor
  • Facilidad de conducción
  • Comportamiento
  • Precio final con descuentos
Lo peor
  • Plásticos duros en el interior
  • Diseño demasiado sobrio
  • Propulsores de potencia justa
Diseño7.5
Habitabilidad7.5
Acabados6.5
Maletero7
Equipamiento7.5
Motor7
Comportamiento7.5
Calidad Precio7.5

Galería de fotos:

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