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Gonzalo Yllera

Volkswagen Polo R WRC, prueba a fondo

Seguimos con nuestras pruebas veraniegas de algunos de los más interesantes deportivos del panorama actual y, tal y como os indicamos la semana pasada, ahora le toca el turno a un pequeño modelo utilitario que fue el elegido por el todopoderosoGrupo Volkswagen como base para ser su arma en el Campeonato del Mundo de Rallies. Nos referimos evidentemente al Volkswagen Polo R WRC.

En la firma alemana no pueden estar más contentos, pues han conseguido en el primer intento lo que a otras les ha costado varias temporadas: ser Campeones del Mundo de marcas, pilotos y copilotos (los tres títulos en liza). Y es que su comienzo no ha podido ser más arrollador pues, desde que el equipo alemán debutó en el Rally Monte Carlo con el Polo R WRC, han logrado 10 victorias de las 13 pruebas que componían el calendario del WRC 2013.

Pero es que el equipo de Wolfsburg lleva el mismo camino en la temporada actual donde, hasta el momento de escribir esta prueba (a falta de 5 rallies), encabezan la clasificación en todos los frentes, con una notable ventaja sobre sus oponentes (305 puntos frente a 130 de Citroën) y Sébastien Ogier hace lo propio en la clasificación de pilotos (187 puntos sobre los 143 de Jari-Matti Latvala, también del equipo Volkswagen Motorsport), al igual que su copiloto Julien Ingrassia ¿Estaremos ante un nuevo triplete?. Es muy probable que así suceda.

Estos resultados no son fruto de la improvisación puesto que, cuando decidieron inscribirse en el WRC, llevaban nada menos que 17 meses de pruebas en todo tipo de terrenos y condiciones, con diversos pilotos, entre los que se encontraba nuestroCarlos Sainz, conocido no sólo por sus dotes de conducción sino también por su extraordinaria capacidad para poner a punto cualquier vehículo de competición…

Pero centrándonos en el vehículo que hoy nos ocupa no se trata, evidentemente, de la unidad pilotada por Sébastien Ogier (ya nos gustaría…) sino de uno de los 2.500 ejemplares de una serie limitada que Volkswagen ha tenido que fabricar para poder homologar la versión de competición, con diversas modificaciones que luego el reglamento permite trasladar a las unidades de carreras.

Por tanto vamos a analizar detenidamente qué ofrece este Volkswagen Polo R WRC frente a una cada vez más nutrida competencia, y es que rivales no le faltan entre la oferta actual y si no a las pruebas me remito: SEAT Ibiza Cupra, Ford Fiesta ST, Renault Clio RS, Skoda Fabia RS, Citroën DS3 Gold Mat, Opel Corsa OPC o el MINI Cooper S JCW

Asimismo tampoco podemos pasar por alto el hecho de que, al igual que ocurre con el resto de la exitosa gama del Polo, este modelo se fabrica exclusivamente en la factoría navarra de Landaben, cerca de Pamplona, perteneciente al Grupo Volkswagen.

Exterior

A pesar de tratarse de una serie limitada, su apariencia exterior no dista mucho de la que podemos encontrar en, por ejemplo, un Volkswagen Polo GTI de 180 CV de la generación anterior. Recordemos que durante el primer trimestre del presente año vio la luz la nueva generación del Volkswagen Polo, con un estilo renovado, dentro de la continuidad.

El diseño exterior está marcado por la sencillez y sobriedad de sus líneas, típicas de la marca alemana, que encierra en una carrocería de 4 metros justos de longitud, con una anchura de 1,682 metros y una altura de 1,458 metros todo el saber hacer de los ingenieros de la firma de Wolfsburgo. La distancia entre ejes se conforma con 2,467 metros.

Aunque claro está no podemos obviar su color exterior “Blanco Puro” o su decoración a base de vinilos en azul y gris (no se trata de pintura) que emula los colores oficiales del equipo Volkswagen Motorsport en la temporada 2013. Tampoco podemos dejar de fijarnos en los paragolpes específicos, de aspecto mucho más radical, y sobre todo con mayores aberturas de refrigeración (el delantero) para evitar problemas de sobrecalentamiento en la versión de competición. Tan es así que se han eliminado las luces antiniebla del mismo para mejorar este aspecto. El trasero cuenta con un diseño menos espectacular, con una parte inferior en color negro donde se sitúa la doble salida de escape en su lateral izquierdo.

Otros elementos que lo diferencian de sus hermanos de calle, tratando de aproximarlo al coche de rallies, son el discreto alerón situado sobre el portón trasero, pintado en negro brillante donde se ha colocado un adhesivo con el número de esta edición limitada; las carcasas de los retrovisores exteriores pintadas en el mismo color negro; las lunas laterales traseras oscurecidas, las letras “R” en la parrilla delantera y el portón del maletero o el logo WRC en la zona inferior de las puertas.

Los grupos ópticos delanteros están compuestos por faros dobles bi-Xenón que disponen de funcionamiento autodireccional, para iluminar la parte interior de las curvas, y a su vez integran las luces de día de tipo LED, proporcionando una excelente iluminación en todo tipo de circunstancias.

Especialmente llamativas resultan unas preciosas llantas de aleación ligera, modelo Cagliari, de 18 pulgadas de diámetro, sobre las que se montan neumáticos Dunlop SP Sport Maxx en medidas 215/35 ZR18 84Y. A través de dichas llantas podemos observar un potente equipo de frenos, con discos ventilados en el eje delantero y macizos en el trasero, con las pinzas pintadas en el mismo azul que ya hemos visto en otras zonas del coche.

Interior

Si pocas diferencias se aprecian en el exterior respecto a un Volkswagen Polo de estricta serie (salvo las meramente ornamentales), éstas resultan aún menos evidentes una vez accedemos al interior. Nos parece que los responsables de diseño deberían haber ido un paso más allá para lograr un interior algo más desenfadado, propio del público al que va destinado un vehículo de estas características.

No obstante nos podemos dar con un canto en los dientes pues sí que cuenta con algunos elementos exclusivos en esta serie limitada, como son: asientos deportivos tapizados parcialmente en Alcantara, con el logo WRC bordado en los respaldos; palancas de la caja de cambios y del freno de mano forradas en piel y con costuras en azul; pedalier en aluminio y, por último, un fantástico volante multifunción forrado íntegramente en Alcantara con las costuras en azul y el logo WRC incrustado en su brazo inferior, que además dispone de una marca de centrado y está ligeramente achatado en su parte inferior.

Pero claro está, nos encontramos dentro de un Volkswagen y eso se aprecia desde el primer momento, con una calidad percibida muy por encima de la media del segmento, tanto por los materiales empleados como por los excelentes ajustes de los que hace gala este pequeñín

Los asientos delanteros no son exactamente lo que nos esperábamos encontrar en un vehículo con un pretendido aire de competición, tal y como nos pasó hace un par de semanas con el Nissan 370Z Nismo, aunque eso sí realizan su función a la perfección, sujetando el cuerpo de forma irreprochable hasta en los virajes más cerrados gracias a sus prominentes resaltes tanto en la zona lumbar como en las pantorrillas, aunque dejan excesivamente sueltos los hombros. Resultan a la vez bastante cómodos para realizar largas tiradas sin acabar necesitando un masajista. Como curiosidad destacar que estos asientos son calefactados, cosa que agradecerán los más frioleros.

El acceso a las plazas traseras se realiza basculando y deslizando hacia adelante, de una manera sencilla, los asientos anteriores. No hay que ser un contorsionista para poder sentarse en ellas, aunque el espacio no es que abunde precisamente, pero no está nada mal para tratarse de un pequeño utilitario. Pueden viajar cómodamente dos ocupantes, un tercero no lo pasará tan mal como en otros modelos pues las formas de los asientos no son muy marcadas, aunque mejor que esa plaza central sea utilizada por un niño.

El cuadro de relojes es común a otras versiones y en él se han colocado las dos grandes esferas de rigor para el cuentarrevoluciones y el velocímetro que, a su vez, contienen en su interior otras dos más pequeñas que indican la temperatura del líquido refrigerante y el nivel de gasolina en el depósito. En el centro una pequeña pantalla multifunción, configurable, nos indica parámetros tales como la hora, velocidad (digital), temperatura ambiente, kilómetros totales y parciales, consumos, etc.

El salpicadero está formado por plásticos blandos de buena calidad, aunque resulta algo soso en su diseño, mientras que la consola central cuenta con un recubrimiento en plástico brillante, que simula metal, y le sirve para destacar frente a él. La distribución de esta zona es bastante peculiar, con los aireadores centrales situados en la parte superior, para encontrar inmediatamente debajo el botón que activa los intermitentes de emergencia, flanqueado a ambos lados por los mandos de regulación de los asientos calefactables, el avisador de desconexión del airbag del pasajero o el de desempañado de la ventana trasera, además del desconectador del ESP.

Seguidamente observamos la pantalla táctil de 5 pulgadas, que sirve para controlar tanto el sistema multimedia como el navegador y ¿el teléfono?, Pues no, en nuestra unidad esto no era posible por ¡la ausencia de Bluetooth! Un fallo imperdonable a pesar de que, suponemos, se podría adquirir con sobreprecio…

A continuación nos topamos con el equipo de climatización Climatronic, monozona, con un mando que regula la potencia del sistema y otro que nos sirve para controlar la temperatura, a pesar de su sencillez enfría rápidamente el pequeño habitáculo de este Polo incluso en los días más calurosos del verano.

Justo debajo encontramos un par de prácticos posavasos y un hueco de considerables proporciones donde dejar, por ejemplo, el móvil mientras conducimos.

Si continuamos hacia atrás se sitúa la palanca de la caja de cambios manual de seis velocidades, que destaca por su ubicación muy a mano y su delicioso manejo, como es norma en la casa, con recorridos cortos aunque las inserciones podrían ser algo más precisas. Ahora eso sí, resulta muy difícil fallar un cambio incluso cuando exijamos el máximo de motor y chasis en conducción deportiva.

Finalmente descubrimos la palanca del freno de mano, de tipo mecánico, que se convierte en una inestimable ayuda a la hora de ayudarnos a negociar las paellas más cerradas de nuestro tramo de montaña favorito. Y junto a ella una consola basculante que ejerce al mismo tiempo las funciones de guantera y apoyabrazos y que puede ser retirada hacia atrás para que no nos moleste a la hora de cambiar de marcha.

Maletero

El maletero es exactamente igual al del resto de sus hermanos. Es decir el portón trasero da acceso a un hueco de formas regulares que cuenta con una capacidad de tan sólo 204 litros, que se muestran muy justos para un vehículo utilitario que se sitúa en la barrera de los 4 metros de longitud. Muchos modelos de la competencia mencionados al principio de esta prueba rondan casi los 300 litros de capacidad, por lo que está en inferioridad de condiciones respecto a ellos.

Aprovechando bien el hueco es posible transportar el equipaje de las cuatro personas que, como mucho, lo utilizarán habitualmente. De todas formas y en caso de que nos veamos necesitados de transportar bultos de mayores dimensiones, sobre todo debido a una longitud excesiva, siempre podremos recurrir a plegar los asientos traseros de forma asimétrica (en una proporción 60/40) para obtener una superficie de carga bastante plana de hasta 882 litros de capacidad.

En todo caso dispone de anillas de anclaje, donde sujetar unos pulpos o una red para evitar que el equipaje acabe dando tumbos cuando nos aplicamos a la hora de afrontar curvas a un alto ritmo. También cuenta con iluminación.

Si levantamos el panel enmoquetado que recubre el fondo del maletero encontraremos una rueda de repuesto de emergencia de uso temporal de la firma Continental en medidas T 125/60 R18 94M, así como una pequeña dotación de herramientas, los triángulos de emergencia y un hueco donde almacenar objetos de reducido volúmen (impermeable, guantes de trabajo, etc).

Equipamiento

Al tratarse de una edición limitada, Volkswagen ha querido dotar a este singular Polo de un equipamiento muy particular

  • 4 llantas de aleación ligera «Cagliari» 7,5Jx18 – con neumáticos 215/35 R18
  • Carcasas de los retrovisores exteriores pintadas en negro
  • Inscripción R en la parrilla delantera y WRC en los laterales
  • Lunas laterales traseras oscurecidas
  • Parachoques anterior y posterior deportivos específicos WRC
  • Pinzas de freno pintadas en azul

  • Sin Faros antiniebla
  • Spoiler trasero específico R en negro brillante
  • Vinilo diseño específico WRC
  • Asientos delanteros deportivos y térmicos con diseño específico WRC y combinado con Alcantara.
  • Palanca freno de mano y de cambio en diseño específico WRC con costuras en azul

  • Pedales en aluminio
  • Volante multifunción en Alcantara con logo WRC y costuras en azul
  • Airbag de cortina traseros
  • Airbag del acompañante desactivable
  • Alarma antirrobo con vigilancia del habitáculo, sirena de alarma y protección contra remolque
  • Climatizador automático «Climatronic»
  • Faros Bi-Xenón autodireccionales con luz diurna LED

  • Iluminación matrícula trasera medianteLED
  • Lavafaros térmicos automáticos
  • Paquete Night&Polo
  • Radio-Navegador RNS 315 con pantalla táctil de 5″, Media-In y 6 altavoces
  • Retrovisores exteriores regulables eléctricamente y calefactados
  • Rueda de repuesto de acero de tamaño normal 6J x 16
  • Sensor de Parking trasero

Su precio recomendado en España era de 34.860 euros. Y decimos “era” porque actualmente este modelo ya no se encuentra disponible en los concesionarios, una vez se han vendido las 2.500 unidades fabricadas para todo el mundo. En cualquier caso creemos que se trata de una valoración excesivamente alta para el nivel de prestaciones y equipamiento que aporta, a pesar de tratarse de una serie limitada. Tengamos en cuenta que por un precio muy similar podemos comprarnos todo un Volkswagen Golf GTI 2.0 TSI, con la misma potencia de 220 CV, y equipado con cambio DSG de 6 velocidades (34.165 €)

No obstante, en el buscador de Coches.com es posible encontrar unidades de segunda mano, con pocos kilómetros o de kilómetro cero, a un precio muy interesante y notablemente inferior al de tarifa oficial. Si te decides a comprarlo también puedes contratar el mejor seguro para este Volkswagen Polo R WRC.

Motorización

El Volkswagen Polo que probamos esta semana es la versión más potente creada hasta ahora de entre sus modelos de calle. Para ello los ingenieros de la firma alemana han seguido un camino radicalmente diferente al de la competencia, o incluso al del modelo de competición al que trata de emular, con sus motores de 1.600 centímetros cúbicos turboalimentados.

Se ha recurrido al 2 litros TSI del Volkswagen Scirocco R, un 4 cilindros en línea en posición transversal de 1.984 centímetros cúbicos, realizado en aleación de aluminio y acero, que gracias a la inyección directa y a la sobrealimentación conseguía una potencia de 265 CV y un par máximo de 350 Nm.

Es una verdadera lástima, pero al montarlo en el pequeño Polo se ha reducido la potencia hasta los 220 CV entre 4.500 y 6.300 rpm, mientras que el par motor máximo no varía situándose en los 350 Nm entre 2.500 y 4.400 rpm. No obstante estas cifras le bastan para erigirse como el más potente frente a los modelos de la competencia y permitirse batirlos tanto en velocidad punta con sus 243 km/h como en aceleración pura, realizando el 0 a 100 km/h en apenas 6,4 segundos. En cuanto a las emisiones de CO2 se conforma con una cifra de 174 gr/km.

Por lo que respecta a los consumos las cifras oficiales hablan de 10,1 l/100 km en el ciclo urbano; 6,0 l/100 km en recorridos interurbanos, mientras que el gasto de combustible medio se establece en 7,5 l/100 km. En nuestras mediciones estas cifras son más altas, con un consumo en ciudad de 11,7 l/100 km que se rebaja hasta los 8,2 l/100 km circulando por carreteras nacionales y autopistas y con un consumo medio de gasolina que se situó en los 9,6 l/100 km. Por supuesto estas cifras alcanzarán valores muy superiores en cuanto nos dediquemos a exprimir a fondo su propulsor, con valores que se aproximarán peligrosamente a la veintena de litros cada cien kilómetros.

Comportamiento

Como no podía ser de otra forma, para analizar el comportamiento de esta pequeña bomba de Volkswagen y ver cómo se desenvolvía en su salsa, optamos por recorrer algunos de los más retorcidos puertos de la sierra madrileña, en esos en los que se han celebrado innumerables ediciones de rallies regionales y nacionales y que tan buenos recuerdos dejaron en nuestras retinas. Estamos hablando de tramos tan míticos como los de Canencia, Morcuera o Navafría. Un auténtico paraíso para todo quemadillo de la zona centro peninsular.

En este tipo de carreteras el pequeño Polo es capaz de poner en apuros a vehículos bastante más potentes basándose en una encomiable estabilidad a la hora de afrontar las curvas más rápidas y una notable agilidad cuando abordamos los virajes más cerrados, aunque el tarado de suspensiones no ayuda en estas últimas amorrando en exceso la carrocería y provocando un molesto subviraje cuando forzamos el ritmo.

Lástima que su bastidor, a pesar de ser muy equilibrado, no presente unos tarados tan deportivos como su apariencia externa hace presagiar, aunque tampoco debe extrañarnos pues la firma alemana siempre ha hecho gala en sus modelos más prestacionales de una puesta a punto menos radical que en los vehículos desarrollados en climas más cálidos…

Además la presencia de un autoblocante electrónico XDS, que no es más que una función adicional del ESP, mata demasiado al coche a la salida de las curvas donde la tracción es más comprometida y somete a los frenos a un trabajo extra que puede acabar pasándonos factura cuando bajemos un puerto a saco. También genera tirones en la dirección cuando aceleramos a fondo y con las ruedas no perfectamente rectas, que hay que estar prestos a corregir agarrando fuertemente el volante. Al principio puede llegar a sorprendernos, pero una vez acostumbrados no supone mayor problema.

Siempre hemos alabado el cambio DSG de doble embrague de la marca alemana pero, en esta ocasión, no lo hemos echado de menos, cuando de practicar una conducción al límite se trata. El excelente manejo dela caja de cambios manual de 6 velocidades, acompañado de la buena patada que proporciona el propulsor (sobre todo por encima de las 2.500 vueltas en las que ya tenemos disponible el máximo de par motor) nos permite mantener un ritmo endiabladamente alto.

Y a la hora de frenar seremos capaces de detener a este pequeño deportivo sin aparente esfuerzo, con el tacto inicial típico de los vehículos de la firma, pero con un recorrido final del pedal que nos transmite un contundente poder de deceleración siendo además perfectamente dosificable, y con un ABS no demasiado intrusivo que actúa sólo cuando debe, apoyado en un generoso calzado que nos permite apurar hasta el último milímetro de asfalto.

Para colmar todas nuestras expectativas y convertirse casi en una máquina de diversión total pediríamos a Volkswagen una “Evolución II” de este modelo cuando ganen el Campeonato del Mundo de Rallies este año y que toquen apenas dos cosillas de nada: una suspensión más acorde con sus posibilidades dinámicas y un autoblocante mecánico que nos permitan exprimir al máximo el tremendo potencial que atesora en sus entrañas.

Ya de regreso a casa recorriendo, más por obligación que por devoción, algún largo tramo de autovía comprobamos que este pequeño deportivo de la firma de Wolfsburgo no le hace ascos a las vías de alta ocupación. No alcanza el nivel de su primo mayor, el siempre alabado Volkswagen Golf, con una estabilidad lineal menos conseguida, sobre todo por su menor distancia entre ejes, que no por calidad de rodadura o aislamiento acústico. El reglaje de las suspensiones juega aquí a su favor y no convertirá los largos recorridos en una tortura.

Como resulta evidente, dada la potencia disponible, es capaz de mantener los cruceros legales sin el más mínimo problema y se maneja casi como si fuera automático, puesto que una vez engranada la sexta velocidad es capaz de mantenerla tanto si afrontamos un largo repecho como si necesitamos adelantar a un vehículo más lento.

Por último, en ciudad, se desenvuelve casi igual que sus hermanos de gama (al fin y al cabo no deja de ser un vehículo urbano), siendo capaz de escabullirse dentro del complicado tráfico de nuestras ciudades con absoluta soltura, y disponiendo de la ventaja adicional que es su contundente motor, para ser los primeros en ocupar ese competido hueco que ha dejado un vehículo en el otro carril.

La suavidad de su dirección, el confort de unas suspensiones no demasiado duras y su reducido tamaño son vitales a la hora de callejear o sobrepasar baches. El aparcamiento tampoco supone ningún problema y sólo un consumo bastante alto nos tirará para atrás a la hora de utilizarlo más en este entorno.

Veredicto de Coches.com

Necesidades de homologación aparte, el lanzamiento de esta serie limitada del Volkswagen Polo R WRC supone una excelente plataforma publicitaria que aprovecha sus incontestables éxitos en competición y, a la vez, tira de las ventas del resto de sus hermanos.

¿Nos lo compraríamos? Difícil cuestión. Nos ha encantado su propulsor, su nivel prestacional o que se trata de un vehículo sumamente sencillo de llevar deprisa y con el que puedes pasártelo muy bien en esas salidas de los domingos. Por supuesto la calidad de realización, ajustes y materiales empleados están a la altura de lo que se espera en un vehículo firmado por la marca alemana.

En su debe encontramos como principal hándicap el precio, pues los casi 35.000 euros que Volkswagen pedía por él no se justifican ni siquiera tratándose de una edición limitada, y la diferencia de prestaciones frente a sus competidores más deportivos no es tan amplia como para que compense. Solamente si eres un auténtico forofo del Mundial de Rallies y quieres tener en tu garaje uno de estos especialísimos 2.500 ejemplares recomendaríamos su compra.

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