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Luis Ramos Penabad

A prueba: Subaru Outback 2013, único en su especie

Hace tiempo analizábamos en nuestros consejos para compar SUV la pasión desmedida que despiertan estos coches, que no siempre son la mejor opción en el mercado como coche familiar. Sin embargo, es innegable que se están llevando buena parte del mercado que antes ocupaban los sedanes y las berlinas con carrocerías familiares. Y justo ahí se sitúa este producto de Subaru, el Legacy Outback, que en España se vende desde siempre separado de la berlina que deriva y se llama simplemente Subaru Outback.

Pero el Outback ofrece más. Se trata de un coche especial, único en el mercado por su configuración. Mientras los SUV cada vez son menos aptos para salir del asfalto y en numerosas ocasiones, el Subaru Outback ya nació salvaje, con una tracción total permanente Symmetrical All Wheel Drive y una carrocería sobreelevada que le permiten adentrarse sin problemas en zonas sin asfaltar.

La versión que tenemos entre manos es si cabe más especial todavía por su mecánica. Es el primer coche con motor bóxer diésel asociado a un cambio automático de variación continua (CVT). Se trata de una apuesta con la que Subaru piensa sobre todo en Europa. Y es que el contiente europeo es una especie de última frontera que le queda por derribar a la firma de Fuji Heavy Industries… Y permíteme que lo ilustre con una anécdota personal, 100% verídica.

En España, los Subaru Impreza son muy conocidos por los amantes de los rallyes, pero el resto la marca es todavía desconocida para el gran público. Eso lo pude comprobar cuando llegué con el coche a casa de mis suegros. Mi suegra vio el coche desde la ventana y le gustó. «Qué buena pinta, de qué marca es?», me preguntó. Cuando le respondí que era un Subaru, su respuesta fue «Ah, una marca nueva». De mi respuesta posterior creo que solamente recordará que era japonés, y eso con suerte.

Lógicamente, una marca como Subaru no será nunca un superventas, pero la motorización diésel puede hacerle ganar adeptos en Europa, donde el año pasado alcanzó las 43.000 unidades vendidas. Una nimiedad, si las comparamos con las más de 336.000 unidades vendidas en América (donde están enamorados de Subaru) o las 177.722 unidades vendidas en Japón en el mismo periodo.

Comprobemos ahora si esta apuesta por europeizar el Subaru Outback, unida al restyling que inaugura, le pueden hacer subir algún peldaño en el ranking de ventas.

Exterior

Puede que el Subaru Outback no levante excesivas pasiones a su paso. De hecho, la opinión generalizada es que su diseño se ha quedado algo anticuado y es algo que no puedo negar… Pero tampoco mentiría si digo que a mi me gusta el Subaru Outback del 2000 que la familia Brody tiene en la serie Homeland. Llamadme hipster, o romántico, incluso carca, pero adoro esos diseños con aire antiguo, separados del resto de diseños repetitivos que ves un coche sí y otro también.

No debo ser el único (la verdad, me tranquiliza), porque en el último restyling del Outback, de hace apenas unos meses, se tocó bien poco del coche. Mide 15 mm más de largo que el Subaru Outback 2009 que sustituye,debido a que cambia el paragolpes delantero. La longitud total se queda así en 4,79 metros, con una distancia entre ejes grande, de 2,74 metros, lo que nos anticipa un interior muy amplio.

Aunque la carrocería va más elevada que una berlina normal para moverse por facilidad por caminos, la altura no es excesiva y se queda en 1,61 metros (20 cm de distancia libre al suelo, una buena cota). Otra novedad estetica son las llantas, de 17 pulgadas con un diseño nuevo de seis radios. Mantiene las barras en el techo, de serie en toda la gama y, como no podía ser de otra forma, la apertura en el capó del motor bóxer diésel, que sirve de toma de aire para el Intercooler.

En la parte delantera y trasera podemos observar algunas de las protecciones de plástico de la carrocería. Delante también podemos ver los cambios (muy ligeros) de la calandra y los grupos ópticos antiniebla respecto al modelo anterior.

La parte trasera confirma que no se ha arriesgado lo más mínimo en un diseño global (que hay que seguir vendiendo coches en Estados Unidos). En conjunto es un coche agradable, muy discreto y nada rompedor. Para eso la marca tiene el XV (ver prueba del Subaru XV), que apuesta más por el estilo SUV que manda a la hora de vender y cuadrar las cuentas de resultados. Así que si no enamora por diseño, tendrá que tener otras cualidades…

Interior

Dentro, se ha apostado por los tonos oscuros, limitando las zonas en color plata de anteriores versiones. Nuestra unidad tenía asientos de cuero, pero Subaru no ha destacado nunca por materiales lujosos. Todo es correcto, con plásticos agradables al tacto (algunos sí parecen impropios de un coche de su precio) y buenos ajustes en las zonas que quedan más visibles… aunque si uno se pone escrupuloso, le pondría un «necesita mejorar» a los ajustes de zonas más ocultas.

Puede que algunos plásticos demuestren que Subaru vende más en Estados Unidos y Japón (mercados que le dan menos importancia a estos detalles, como los plásticos mullidos). Pero sí ha habido un esfuerzo por mejorar la calidad percibida. Y eso lo comprobamos en cómo se cierran las puertas, con un sonido seco más propio de otras marcas premium que todos conocemos.

De las novedades respecto al anterior modelo, destacar el volante multifunción de tres brazos y la consola central, también en negro. Pero si alguien busca un coche familiar, no se fijará demasiado en esos detalles. Lo que busca es la habitabilidad, y en eso el Subaru Ouback es notable. El espacio en plazas delanteras es soberbio. Y el diseño me ha parecido también muy ergonómico. La postura de conducción es cómoda, no tuve ningún problema a la hora de adaptar volante y asientos a mi altura y gustos, y todo me quedaba muy a mano. Los asientos no sujetan mucho a la altura de los hombros, lo que añadido a la tapicería de cuero a veces era un hándicap… pero no demasiado problemático.

El espacio en los asientos traseros también es más que holgado. Es ahí donde reside una de las grandes virtudes del coche, su gran baza. Y como en buena parte de esta prueba tuve un invitado de excepción, mi hijo de nueve meses, tengo que destacar también lo fácil que resultó colocar los anclajes Isofix (que en no pocos coches están demasiado ocultos y se sufre bastante localizándolos).

Hay bastantes huecos portaobjetos. Las bolsas de las puertas son grandes y cabe una botella sin problema. También puedes dejar latas o botellas más pequeñas en la consola central y bajo el reposabrazos hay un cajón con tapa, precedido de un espacio tras la palanca de cambios y el freno de mano eléctrico. El apartado útil se completa con un pequeño hueco entre la pantalla multimedia y los mandos del climatizador, perfecto para dejar unas gafas o unas monedas.

Equipamiento

En España el Subaru Outback cuenta con tres acabados, si bien este Outback 2.0 D Lineartronic está disponible únicamente en los dos  superiores:

  • Sport: Incluye seis airbag, reposacabezas activos, Isofix, climatizador bizona, control de crucero, retrovisores plegables eléctricos, ajuste eléctrico del asiento del conductor, ordenador multifunción, equipo multimedia con seis altavoces y cámara de visión trasera.
  • Executive: Suma tapicería de cuero, asientos calefactables, memoria en los ajustes eléctricos del asiento del conductor y faros de Xenon.
  • Executive Plus Incorpora el nuevo navegador con pantalla de 8 pulgadas, acceso y arranque por botón inalámbrico (Smart Key) y techo solar.

Nuestra unidad tenía el acabado Executive. El equipo multimedia, nos resultó algo difícil de entender, poco intuitivo, a pesar de que cuenta con botones bastante claros. La respuesta de la pantalla pantalla táctil de 4,3 pulgadas es lenta a las órdenes. Pero cuenta con una baza importante muy positiva y muy útil, la cámara de visión trasera, realmente útil en un coche tan grande.

Maletero

Además del excelente espacio con el que cuentan los pasajeros, en los 4,79 m de largo del Subaru Outback le permiten añadir un maletero de 526 litros de capacidad, que se convierten en 1.726 litros abatiendo los asientos traseros (60/40), lo cual se puede hacer desde dentro o desde el propio maletero, tirando de unas palancas situadas en los laterales. No es el más grande de su segmento, pero tiene una formas muy regulares que lo hacen muy aprovechable. Va cubierto con una cobertura de plástico retráctil, que se recoge en una barra… para la que no se ha buscado un hueco específico de no necesitarla.

Puede que el umbral de carga resulte un poco alto, pero como el portón es grande y la base es plana, casi a ras de la boca, subir bultos a él resulta sencillo. Bajo el maletero se oculta una rueda de repuesto, si bien en ese hueco puede llevar un doble fondo y la rueda con llanta se cambia por un kit de reparación de pinchazos.

Motor

Antes de nada, si no sabes absolutamente nada de mecánica te recomendamos ver esta explicación en vídeo de qué es el motor bóxer. Un motor bóxer tiene sus cilindros dispuestos de forma horizontal y no vertical, como en las mecánicas habituales. Eso proporciona un centro de gravedad más bajo y mayor estabilidad. Así el coche pasa mejor por curva y puede contar con una suspensión más cómoda. Además, las vibraciones se reducen.

¡Son todo ventajas! Bueno, su fabricación es más costosa de ahí que pocos fabricantes apuesten por él. Salvo Subaru. Si se quería una motorización diésel lo más rápido y fácil habría sido comprar un propulsor a otro fabricante. Pero como es parte del ADN Subaru y además combina a las mil maravillas con la tracción integral, decidieron convertir en diésel su 2.0 litros gasolina.

La verdad es que, salvo en frío, el motor es suave y exento de vibraciones. Cuenta con 150 CV a  3.600 rpm puede parecer modesta, pero entrega sus 350 Nm de par máximo la mayor parte del tiempo, desde 1.600 rpm hasta 2.400 rpm. Con este porpulsor, acelera de 0 a 100 km/h en 9,7 segundos y ofrece de 80-120 km/h en 8,2 segundos. Y lo han asociado a un cambio Lineartronic… Veamos cómo va.

Comportamiento

Como te decíamos, al rato de arrancar el motor, te olvidas de que conduces un diésel. Y es que, con ocasión del rediseño, Subaru ha instalado nuevos aislamientos acústicos en el vano motor. Circulando, apenas se oye el motor, tan discreto como la línea del coche.

Circulando por autovía, se nota un poco que la elección de los neumáticos se ha hecho pensando en que el coche está concebido para un uso fuera del asfalto. Ahí se comportan de maravilla. Circulamos por pistas de tierra fáciles, nada compormetedoras, y allí iban mucho mejor. En carretera a altas velocidades se nota su rudeza, con abundante ruido de rodadura en ocasiones.

En el paso por curva el Subaru Outback, aunque no es un coche destinado a comer cunetas, muestra un aplomo y tracción impropios de un coche de su altura, con una dirección que cumple con creces en una conducción dinámica sin pretender emular a Colin McRae. Cierto es que las suspensiones son cómodas (gracias al empleo del motor bóxer), lo que agradecen los ocupantes durante los viajes y, sobre todo, en las pistas con tierra y piedra. Es quizás el coche que he probado más cómodo en este sentido. Y es ahí, fuera del asfalto, cuando recuerdas que tienes tracción a las cuatro ruedas…

La tracción integral del Outback es siempre permanente, 50/50 de potencia repartida en cada eje. En pistas de tierra notamos sus genes de competición. Parecía que se iba algo de atrás a medida que aumentabas velocidad en curva, donde se cruzaba algo el coche… Claro que luego descubrimos que tras el restyling los muelles son más firmes detrás, lo que sin duda ayudará a cargar el coche sin sobresaltos a los granjeros de Arkansas… y a las familias europeas de gustos aventureros.

Hablemos ahora del cambio Lineartronic de siete marchas. Una cosa que no me gusta de los cambios CVT es que, cuando necesitas acelerar a fondo, como en un adelantamiento, el motor se revoluciona exageradamente sin necesidad. Pero en el Subaru, incluso en automático (puedes controlarlo mediante las levas tras el volante) el motor no se vuelve loco ya que la gestión electrónica está muy afinada y simula bien los cambios de marcha. Aumenta de revoluciones de forma progresiva, muy suavemente.

Hablemos ahora de consumos. El Outback diésel asociado al cambio Lineartronic consume más que su versión de cambio manual. Homologa una media de 6,2 litro/100 km. En nuestra prueba consumió poco más: 6,8 litros/100 km. Realizamos un recorrido con unos 200 km de autovía, y algo más 300 por carreteras secundarias, subiendo puertos de montaña y unos pocos kilómetros urbanos. La conducción fue relajada en todo momento, pero aún así nos parece una cifra muy buena para un coche tan grande y pesado y que no tiene Stop/Start.

Veredicto coches.com

Cuando llegué a la oficina y comenté lo que me había gustado el coche alguien me preguntó si lo recomendaría como coche familiar. Depende. Si la mayoría de los desplazamientos son urbanos y viajes en carretera, hay opciones en el mercado más adecuadas y sin la penalización de consumo que implica la tracción integral. Para quien viva en una zona donde llueve mucho, los inviernos sean duros y acostumbre a meter su coche por pistas de tierra sin asfaltar que no entrañen mayores complicaciones, pocas opciones me parecen mejores.

El Subaru Outback 2.0 Lineartronic con acabado Executive que hemos probado tiene un precio de 34.500 euros. No se trata de un coche barato, precisamente, aunque es fácil localizar las mejores ofertas de Subaru Outback nuevo en coches.com (que reducen más de mil euros esa cantidad en estos momentos). También es fácil encontrar buenos Subaru de KM0 en concesionarios oficiales que pueden resultar interesantes.

¿Y cuáles son los rivales del Subaru Outback? No hay muchos, pero, como las meigas, haberlos, haylos. Y tres muy claros lo tenemos en el Grupo Volkswagen, que ofrece varias alternativas. En el lado más barato tenemos al nuevo Octavia Combi 4×4, todo un portento de capacidad interior, pero que no puede ir tan equipado como este Outback y que por ahora no tiene confirmada la antigua versión Scout, más preparada para lidiar por el campo.

En el mismo rango de precios, podemos situar a uno de esos coches que se ven poco por la calle, el Volkswagen Passat Alltrack. Y como alternativa más cara el Audi A4 Allroad, con una calidad de acabados más agradable para el gusto español y europeo. Otra opción interesante, tan «extravagante» como el Outback es el Peugeot 508 RXH, un familiar híbrido con 200 CV y buenos acabados pero aunque es 4×4 no puede rivalizar con un verdadero tracción integral, pero también parte de precios más caros.

Podemos decir que, en términos de relación precio-prestaciones-equipamiento, es difícil encontrar rival para el Subaru Outback. Los modelos alemanes que citamos cuentan con el cambio DSG de doble embrague, más evolucionado que el CVT del Outbcak. Pero aunque no sea demasiado amigos de los cambios CVT, en el Subaru Outback se ha mostrado muy refinado, como te contaba, y el motor diésel muy agradable y con consumos ajustados para un coche de su tamaño.

La gran duda es si el gran público sabrá valorar la apuesta técnica por el motor bóxer o, como de costumbre, se dejará seducir por las líneas más cautivadoras y actuales de otras marcas. Subaru ha echado toda la carne en el asador, combinando su tradición mecánica con los gustos europeos por el diésel, al que añade además un cambio automático que añade comodidad. Ahora será el mercado el que dicte sentendia.

Lo mejor

  • Refinamiento del motor diésel bóxer, comodidad de suspensiones.
  • Tracción 4×4 eficaz, que aporta un plus de seguridad.
  • Habitabilidad y equipamiento.

Lo peor

  • Calidad de algunos plásticos del interior y ajustes.
  • Equipo multimedia desfasado.
  • Línea exterior clásica (en función de los gustos de cada uno).

Galería de fotos:

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