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Prueba Toyota Aygo 2015 526.8
Pruebanoticias/
Luis Ramos Penabad

Toyota Aygo: el urbano más atrevido, a prueba

El año 2014 destacó por la llegada al mercado de una oleada de microurbanos sin precedentes. Las ventas de este tipo de coches en España está dominada por los productos de FCA (el Grupo Fiat), con sus dos estiletes: el Fiat 500 para quien demande algo más glamouroso y el Panda para aquellos que demandan algo más práctico.

Primero fue el Grupo VAG con su trío de urbanos (Volkswagen Up!, Seat Mii y Skoda Citigo) el que les quiso hacer frente. Y a finales de 2014, la alianza de PSA atacó con otros trillizos, los Peugeot 108, Citroën C1 y el Toyota Aygo que pasa por nuestras manos en esta ocasión, posiblemente el más atrevido en lo estético de todo el mercado. No están solos, porque también llegaron los nuevos smart fortwo y forfour, el Twingo, el Mitsubishi Space Star… hasta completar uno de los segmentos más renovados del mercado.

Tal y como veíamos en nuestra guía de compra, se trata de coches perfectos para desenvolverse en el tráfico urbano, sin mayores ambiciones que las de realizar los trayectos más cotidianos. Es ahí donde hemos puesto a prueba este coche. Cargamos la silla infantil y, durante una semana, he utilizado el coche, principalmente, para llevar a Mario (el rey de la casa, de dos años y medio) a su guardería, pediatra, ir a comprar al súper, visitar a los abuelos, una pequeña excursión de fin de semana…

Mario vio el coche por vez primera antes de ir a la guardería, en la plaza de garaje que normalmente ocupa el segundo coche familiar. Se quedó mirando el coche como si fuese un profesional. Primero la vista lateral, luego acudió a ver la zaga y, finalmente, la parte delantera. Volvió a su posición inicial, ya encaminado a la puerta y fue entonces cuando me dijo: “Papá, tiene ruedas”. Y sí, las tiene. Y algunas cosas más, que analizamos a continuación.

Exterior

A pesar de que la base del Toyota Aygo es similar a la de sus hermanos, todos han seguido caminos diferentes a la hora de posicionarse en el mercado. Si el Peugeot 108 ha apostado por el lado más elegante y el Citroën C1 ha tirado por el camino simpático, el Toyota Aygo es el más deportivo y espectacular. Todos iguales, pero muy diferentes. Por cierto, todos ellos se fabrican en la planta de Kolin (República Checa).

El diseño es obra de David Terai, un ingeniero japonés con una familia llena de artistas que viajó un año por Europa para inspirarse (alguien tenía que hacer este trabajo). Tras esta odisea iluminadora, trató de aunar detalles nipones y europeos en el coche, con un diseño diferente a lo existente en el mercado, arriesgado y muy personalizable.

Pocos coches de este tamaño que han pasado por mis manos han suscitado tantos giros de cabeza y preguntas por parte de mis vecinos (salvo quizás este otro “Toyota” ) . Y es que la característica parrilla frontal, con esa X que cruza realizando un juego de color, desde e del extremo del paragolpes al pilar A opuesto, pasando por los rasgados grupos ópticos, lo hace inconfundible… y apetecible.

Hay otros detalles dinámicos, como su diseño en forma de cuña (cuando muchos otros buscan asemejarse a las formas redondeadas del 500). En la vista lateral, además de las cinco puertas (existe también una carrocería con tres) vemos que la cintura ascendente hacia la parte trasera deja muy poco espacio acristalado en las ventanas traseras. Eso no le gustó nada a Mario, que adora ver pasar el mundo por la ventanilla, pero le da un aire deportivo a un coche que se aleja demasiado de ese concepto. Por cierto, como es habitual en el segmento, las ventanillas no se bajan, solamente se abren un poco desde la parte de atrás (son de apertura de compás). Las llantas de 15 pulgadas en negro mate pulido redondean un conjunto que, sin duda, gustará al público joven.

Detrás lo más llamativo es el portón trasero flotante, en negro brillante, a juego con el paragolpes y unas ópticas en disposición vertical hasta casi alcanzar el lateral. Es quizás la parte menos arriesgadas del coche, pero no por ello deja de resultar atractiva.

Como puedes ver, sí se diferencia claramente del Aygo anterior, que llegó al mercado en 2005 y, tras sendas actualizaciones en 2008 y 2012. Y eso que sus dimensiones apenas varían; una pizca más largo (3,46 m), ancho (1,61 m) y bajo (1,46 m) que la generación previa. No es de los más pequeños del segmento… pero tampoco de los más grandes que coquetean con el segmento B. Veamos ahora cómo afectan estas cotas a su habitáculo. Imaginamos que no demasiado, ya que en la ficha técnica observamos que mantiene la distancia entre ejes y que los 25 milímetros en longitud que crece van a los voladizos (20 milímetros al trasero y 5 al delantero).

Interior

Dentro, cuesta más distinguirlo de sus hermanos franceses, con similar disposición de los elementos, de idéntica factura y diseño. Todo el protagonismo corre a cargo de una pantalla táctil de 7 pulgadas, desde la que se pueden controlar la radio, el teléfono (medianet Bluetooth) o la cámara trasera de ayuda al aparcamiento. Llama la atención que las únicas salidas de aire sean las laterales, pero el anterior Aygo tampoco contaba con una salida en la consola central.

Es posible hacer diferentes combinaciones de colores en las rejillas de ventilación, el pomo y palanca de cambios, gracias a la personalización del acabado base de nuestra unidad, el x-play.

Homologado para cuatro pasajeros, comparte con los Peugeot 108 y Citroën C1 los asientos con reposacabezas integrados. Mejora la postura de conducción, gracias a que ahora el asiento regulable en altura es de serie. El nuevo volante, regulable en profundidad, es más cómodo.

Detrás es otro cantar. Nuestra unidad es de cinco puertas, pero pude ver un Aygo de tres puertas en un concesionario. Me parece aconsejable pagar la diferencia de precio (300 euros), ya que mejora mucho el acceso a esas plazas. Y si, como era mi caso, has de montar una silla infantil (cuenta con anclajes Isofix) y subir ahí un niño, si cabe alguna duda queda disipada de inmediato. Quien busque un coche funcional, el Aygo no le defraudará. En este sentido, aunque persiga a los jóvenes con su diseño, no renuncia a pillar parte del pastel de las familias que necesitan un segundo coche en su hogar.

Si te preguntas qué tal se va en esas plazas traseras, pues, al igual que muchos otros coches del segmento, sorprende por lo apto que resulta para cuatro adultos. El espacio para las piernas, si bien es cierto que es justo, es suficiente para ir sentado con cierto desahogo. La altura libre al techo no es tan buena, penalizado sin duda por la ligera caida del techo hacia la zaga. Sin embargo, la solución del diseñador para evitar este hándicap me parece brillante. Para ganar algunos milímetros sin perder esa curva descendente, la zona posterior del techo tiene dos pequeños abombamientos en forma de burbuja.

En cuanto a los materiales empleados, hay plásticos duros en bastantes zonas del habitáculo, como corresponde a un coche de este segmento. La sensación de calidad que se percibe en los ajustes entre piezas es óptima y solamente los mandos de la climatización desentonan un poco en el conjunto, debido a que su tacto no todo lo agradable que debería ser algo que se utiliza con relativa frecuencia.

Maletero

Si hay algo que gana este Toyota Aygo respecto a la anterior generación, es maletero. Ahora tiene 168 litros de capacidad, 30 más que antes. No es mucho, lo justo para una compra o el equipaje de una pareja un fin de semana. Si se requiere más espacio, los respaldos de los asientos posteriores pueden abatirse desde el maletero, simplemente tirando de una correa situada en el extremo de cada uno.

No se trata de un cocfre cómodo, ya que la boca está demasiado elevada del suelo y además es más profundo que ancho. Si comparamos su capacidad con sus rivales observamos que los Up!, Mii o Skoda superan los 225 litros (también son más grandes). Más flagrante resulta la comparación con sus «hermanos»: el Citroën C1 y Peugeot 108, ambos con 198 litros.

Equipamiento

Ya habíamos hablado en detalle de los niveles de equipamiento del Toyota Aygo para Europa. En España se reducen a uno, el acabado x-play de nuestra unidad, a los que se unen dos ediciones limitadas: x-cite (de color naranja y detalles en negro) y x-clusive (negro y plata). El x-play cuenta con un conjunto de paquetes decorativos opcionales (para el interior y el exterior), mientras que los segundos tienen un diseño cerrado. La marca asegura que pueden llegar a ofrecer más de 700 versiones diferentes gracias a los distintos packs exteriores e interiores.

De serie, cuenta con un abundante equipamiento de serie que incluye, entre otras cosas, seis airbags, luces de circulación diurna de tecnología LED, faros antiniebla, llantas de aleación de 15 pulgadas y aire acondicionado, cierre centralizado, cámara de visión posterior, mandos de la radio en el volante y limitador de velocidad. Lógicamente, no faltan  ABS, distribución electrónica de la fuerza de frenado (EBD), indicadores de frenado de emergencia, control de estabilidad (VSC), airbags de cortina, anclajes Isofix para sillas infantiles, control de presión de los neumáticos, limitador de velocidad ajustable y asistencia para arranque en pendientes (HAC).

Me gustaría destacar el buen funcionamiento del sistema multimedia x-touch con pantalla táctil de 7 pulgadas, que incluye además cámara de visión trasera y equipo de sonido con conexiones USB y AUX. Se conecta sin problema alguno al teléfono móvil vía MirrorLink o Appincar, una aplicación que reproduce la pantalla del teléfono para tener acceso así a diferentes aplicaciones. Nuestra unidad incluía el sistema de navegación, que tiene un sobrecoste de 350 euros y que me pareció muy sencillo de utilizar.

La personalización del acabado x-play de nuestra unidad combinaba en el exterior blanco la X negra del frontal, los pilares A y el difusor del paragolpes trasero. También se pueden montar vinilos decorativos en la parte baja de los paragolpes y el techo, y molduras en los laterales de la carrocería. En el interior, contaba con el pack in-touch (con las salidas de aire y la zona de la palanca de cambios en blanco) y el pack in-touch Plus (el salpicadero en negro piano y la consola central en el mismo material, muy elegante pero que atrapa mucho polvo). Dentro de poco debería llegar al mercado también la versión con el techo practicable (cuando se abre, deja un hueco de 73 por 179 cm) .

Al haber tanta opción, en Toyota han desarrollado un nuevo sistema de venta en concesionario (hasta marzo solamente estaba en Madrid y Barcelona, pero se extenderá). Los comerciales no tienen mesa, sino que están en un stand propio, al lado del coche, con unas banquetas para sentarse con al cliente. Con un iPad se configura el vehículo, packs, extras, pinturas…

Motor

En el apartado mecánico sólo existe una única versión del gasolina VVT-i de tres cilindros y un litro de cilindrada, con 69 CV de potencia y 95 Nm de par. Es un motor atmosférico que anuncia una aceleración de 0 a 100 km/h en 14,2 segundos. Su velocidad máxima, de 160 km/h, ya nos indica que nos encontramos ante un coche eminentemente urbano.

Se trata del motor que ya empleaba el anterior Aygo, pero ahora cuenta con una serie de mejoras que han reducido el consumo de combustible, que pasa de 4,3 a 4,1 l/100 km de media. rebajando además las emisiones de CO2 en cuatro gramos por kilómetro (95 gramos/kilómetro). En parte ha sido gracias a una importante rebaja del peso de 60 kg y una mejor cifra de coeficiente aerodinámico (pasa de 0,30 a 0,29 Cx, que puede llegar a ser de 0,28 en una versión ECO que, por el momento, no se comercializa en España).

Aunque el dato de la aceleración puede resultar desesperante en alguna ocasión, como en las incorporaciones a vías de alta velocidad, la verdad es que recupera velocidad bastante bien para sus prestaciones. La marca nos indica que la recuperación de 80 a 120 km/h ha bajado tres segundos.

Este propulsor atmosférico se asocia a una caja de cambios manual o a una transmisión automática que la marca denomina x-shift (de embrague pilotado). Es opcional y empeora un poco las prestaciones (acelera de 0 a 100 km/h en 15,5 segundos) y el consumo (4,2 l/100 km).

Es habitual que estos coches del segmento A cuenten con motores de este nivel de potencia. Pero no deja de llamarnos poderosamente la atención que Citroën y Peugeot oferten también un motor de gasolina de 1,2 litros de cilindrada y 82 CV de potencia, también de tres cilindros, mientras que la oferta del Aygo se limita a este. ¿Será suficiente? Llega el momento de comprobarlo.

Comportamiento

Sí, el motor es más que solvente para moverse con soltura por ciudad y alcanzar sin problemas los 120 km/h en autovía. Las mecánicas tricilíndricas tiene fama de transmitir demasiadas vibraciones al habitáculo, pero el trabajo de Toyota en este sentido ha sido sublime. Sí llega algo más de ruido, sobre todo a bajas revoluciones.

Una vez que aumenta el rango, incluso hay un ligero tono «deportivo», que la marca asegura haber querido mantener del anterior modelo, ya que era un detalle popular entre los clientes. TIene su punto, pero no esperes tampoco un rugir que te ponga los pelos de punta, ni mucho menos. Incluso habrá quien hubiese preferido una insonorización mayor, pues sus prestaciones no son para tirar cohetes (cuanto menos para oir una traca final).

Más allá del ruido, el motor responde rapidez y el cambio anima a jugar, aunque unos recorridos más cortos de la palanca lo habrían hecho todavía más juguetón. Porque el coche anima a ir rápido (dentro de sus posibilidades). Conocía el anterior Aygo de haberlo alquilado en un viaje. Y sí, hay cambios notables en el comportamiento del actual. Si antes te lo pensabas dos veces a la hora de apoyar demasiado en una curva, o en una rotonda, ahora las toma con más aplomo y es fácil tener confianza en el coche… siempre que seas consciente del tipo de coche que conduces.

Esto se debe a varios cambios estructurales. Las suspensiones cuentan con muelles y amortiguadores nuevos. También la columna de la dirección está ahora en una posición más baja y la relación es un 14% más directa. El tercer pilar del cambio es el aumento de rigidez, gracias a los más de 500 puntos de soldadura que tiene la carrocería (100 más que el anterior).

Todo esto consigue que el coche gane en agilidad. Unido a una buena visibilidad desde el puesto del conductor, tiene muchos mimbres para ser uno de los balines de la ciudad. Y cuando toca maniobras a baja velocidad, como la dirección está muy asistida, cuesta poco moverla. La visibilidad hacia atrás sí es más limitada… pero ahí la cámara trasera cumple con creces, incluso en situaciones de baja visibilidad, como en un parking. Su pequeño radio de giro te ayuda a meterlo por los recovecos más impensables.

¿Y los consumos? En algunas de las imágenes del interior verás que el ordenador de a bordo llegó a marcar 6 litros a los 100 km. Tras una semana con el coche, con un uso más moderado y habitual que los arreones iniciales, se quedó en 5,4 l/100 km. Y ojo, en un uso de en torno a un 70% urbano, si no más… y eso que no cuenta con Start & Stop.

Sí cuenta con un indicador de marcha óptimo que me gustaría destacar. Casi nunca les hago caso, pues normalmente indican que metas una marcha demasiado larga… en este caso, o al menos así me lo pareció a mi, está mucho mejor ajustado a las capacidades del motor que la mayoría. Se trata de un indicador muy sencillo, con unas flechas iluminadas a la derecha del velocímetro.

Veredicto coches.com

Es innegable que Toyota ha asumido riesgos en el diseño del Aygo. Gracias a ello cuenta con una estampa muy diferenciada, incluso de sus hermanos galos, y con tanta personalidad que no gustará a todo el mundo… pero conquistará a bastantes. Esa es su principal baza, marcar su territorio, para triunfar en un segmento A que, al menos en España, no despega si lo comparamos con otros mercados europeos.

Las novedades han conseguido animarlo, pero sigue siendo un tipo de coche con ventas bastante residuales (con una cuota de mercado en torno al 5%, siendo generosos). ¿Por qué? Como decía mi hijo, «tiene ruedas», lo cual, traducido al lenguaje adulto (aburrido) significa que puede llevarte perfectamente a donde quieras, que es cómodo y que además, gasta poco. Además, los cambios respecto a la anterior generación han ido bastante más allá de los meramente estéticos, mejorando en casi todos los apartados.

Su problema es el precio. Y ojo, que no es desorbitado ya que, con todos los extras que incluía nuestra unidad, se queda en 11.700 euros (puedes encontrar mejores ofertas en concesionario oficial en coches.com, así como localizar el seguro más barato entre múltiples entidades. Pero, si uno echa un vistazo a los precios de un Toyota Yaris, un utilitario del segmento B, también de cinco puertas y con el mismo propulsor, la diferencia está en apenas 900 euros… y la gente aacaba por elegir un coche algo mayor, con más solvencia a la hora de salir a carretera (sobre todo en un país como España, donde es habitual realizar viajes largos). No es algo exclusivo de Toyota. Todas las marcas ven cómo

Sin embargo, para quienes empleen el coche exclusivamente en ciudad (porque cuentan con otro vehículo para realizar viajes o emplean otros medios de transporte), este tipo de coches del segmento A cumplen su función a las mil maravillas. Tienen menores gastos de mantenimiento por su sencillez mecánica, menor consumo, menores impuestos… a lo que deben sumarse mayores posibilidades de personalización que coches de segmentos superiores. Y aunque la competencia es cada vez más feroz, el Aygo cuenta con argumentos de sobra para ser uno de los reyes urbanos. Entre otras cosas que te he contado, porque «tiene ruedas».

Toyota Aygo 1.0 VVT-i 69 CV
6.8Nota
Lo mejor
  • Diseño atrevido, diferenciado y atractivo
  • Comportamiento dinámico muy mejorado respecto a la anterior generación
  • Equipamiento de serie muy completo y posibilidades de personalización
Lo peor
  • Capacidad del maletero por debajo de sus rivales
  • Materiales interiores mejorables
  • Espacio en las plazas traseras
Diseño7
Habitabilidad6.5
Acabados6.5
Maletero6
Equipamiento7
Motor7
Comportamiento7.5
Calidad Precio7

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