¿Cuántas horas de sueño ganaríamos al año de no ser por los atascos? Aunque un estudio del RACC desvela que el nivel de congestión del tráfico en Europa se ha reducido en los últimos años, como conductores de media pasamos 17 horas al año en atascos en España. Y según un estudio del fabricante de lubricantes Castrol, los españoles pasan de media 72 días de su vida conduciendo en atascos. Casi nada.
Parece que el aumento de la congestión del tráfico tiene una relación directa con la recuperación económica. España se encuentra así en la decimoprimera posición del ranking de ciudades europeas más congestionadas. En el número uno se sitúa Bélgica. Pero los embotellamientos suponen una triple amenaza para los conductores.
No sólo merman las horas de ocio que nos quedan al salir del trabajo, también son perjudiciales para la salud. Un estudio de la Universidad de Surrey (Reino Unido) afirma que durante un atasco, los niveles de contaminación dentro del vehículo son hasta de un 40% más que cuando se está circulando. Lo mejor que se puede hacer es cerrar las ventanas del vehículo y apagar los sistemas de ventilación o ponerlos en función de recirculación, de forma que nos aislemos de los gases tóxicos que se producen -más aún si estamos en un túnel-.
Y la tercera amenaza y quizá la que más repercute en nuestros bolsillos: la económica. Porque se gasta mucho más combustible… y se producen más averías. Durante un año, cada español atascado frena y reinicia la marcha unas 18.000 veces, algo nada bueno para la mecánica de nuestro coche. A continuación os mostramos las cinco averías más usuales que provocan los embotellamientos. Antes de que comencéis a leer, queremos recalcar que la mejor forma de minimizar estos daños, mejorar el flujo de la circulación y ahorrar combustible es, simple y llanamente, mantener la distancia de seguridad.
Embrague
A parte de nuestro empeine, hay un elemento fundamental y que no tiene una reparación barata que también sufre durante un embotellamiento: el embrague. Durante una hora circulando en un atasco se realizan más cambios de marcha que en 1.000 kilómetros en autopista, algo que no resulta bueno para este pedal. La mejor solución para lograr que sufra lo menos posible es evitar arrancar con acelerones; reanuda la marcha con suavidad de modo que el motor no supere las 1.200 -1300 rpm, evita estar parado con la primera velocidad engranada y pisa el embrague a fondo al cambiar.
Frenos
El desgaste de las pastillas y los discos de freno se pueden incrementar hasta en un 40% si no se respeta la distancia de seguridad. Cuando esperamos al último momento para frenar los frenos se resienten y deterioran: ajusta la velocidad respecto al coche de delante y levanta el pie del acelerador para evitar frenazos. Si aún no has asimilado la importancia de este gesto, aquí tienes una simulación que lo demuestra.
Filtro del aire
Como ya hemos explicado al principio, la contaminación que se produce durante un atasco es otro gran problema de nuestra era. Este elemento es el encargado de filtrar el aire que se introduce en el motor; cuando las partículas de hollín y polvo que generan otros vehículos ensucian el filtro, se minimiza la entrada de aire necesario para la combustión, y puede provocar que no llegue suficiente aire limpio al motor.
Para que os hagáis una idea, si se condujese sin filtro de habitáculo, conductores y ocupantes de un vehículo estaríamos expuestos a una concentración de gases contaminantes mucho mayor de la que soportan los peatones que circulan al lado de la carretera. El coche puede llegar a convertirse en una cámara de gas, incluso circulando al aire libre. Por otra parte, si el flujo de aire disminuye a causa de un filtro obstruido, las ventanillas pueden empañarse, disminuyendo la visión del conductor significativamente.
Sistema de refrigeración
Sobre todo en verano, existe un mayor riesgo de que el coche sufra un calentón ya que el aire que entra por la parrilla frontal ayuda a refrigerar el motor, pero al estar pasado el sistema de refrigeración es el encargado de mantener la temperatura del motor, y si no está en buen estado el motor puede sobrecalentarse. Lo recomendable en este caso es poner la calefacción al máximo para rebajar la temperatura del radiador.
Caja de cambio
El sistema de transmisión permite que una misma velocidad de giro del cigüeñal se convierta en distintas velocidades de giro en las ruedas de tracción. Cuando se disminuye la velocidad de giro, aumenta el par motor. Por lo tanto la caja de cambios es un componente necesario para el sistema de transmisión del vehículo. Juega un papel de intermediaria entre el cigüeñal y las ruedas, para que obtengan siempre el par motor necesario para hacer rodar al vehículo, sacando el máximo partido al motor del coche.
Los atascos someten a un gran esfuerzo a las cajas de cambio manuales, sobre todo en primera. Los principales problemas que se presentan al circular así son holguras en los engranajes (las marchas rascan), un fallo en las varillas del cambio (dificulta la inserción) y el desgaste de los sincronizadores (el coche escupe las marchas).
Fuentes: La Vanguardia, El Mundo, Castrol
Imagen destacada: Andy Baird