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Redacción

¡Cuidado! Estas son las cinco averías más caras que puede tener tu coche

Como máquina que es, un coche es propenso a sufrir averías. Hace un tiempo te contamos cuáles son las 25 fallos más habituales que podrá tener tu vehículo, así como las diez piezas que antes tendrás que sustituir en coche. Pero hay algunas averías capaces de destrozar el presupuesto con el que cuentas, debido a su cuantía. De esos fallos mecánicos, estos son los más costosos, que deber evitar a toda cota, ya que en ocasiones te harán plantearte si conviene reparar el coche o comprar uno nuevo.

Junta de la culata

La junta de culata es un elemento esencial en un motor de combustión. Se trata de una pieza que une, de la forma más perfecta posible, la culata (que es la pieza de hierro o aluminio que sella a parte superior de los cilindros para evitar la pérdida de compresión), con el bloque motor. La junta de la culata está fabricada por materiales flexibles capaces de soportar las grandes temperaturas que genera el motor, así como el paso de aceite y agua a través de sus orificios.

Como puedes ver, cumple una función clave y está ubicada en un lugar estratégico, donde sufre mucho. Cuando un motor se queda sin refrigerante y sigue en funcionamiento puede sobrecalentarse y llegar a deformarse. La junta deja de ser hermética y no cumple su función. Uno de los síntomas mostrados por una avería en la culata es el humo blanco en el escape de forma continuada. El humo blanco aparece a causa de la entrada de agua durante la combustión, debido a una rotura en la junta o una rotura en la culata permitiendo esta filtración.

Si hay que cambiar la junta de la culata, rompe la hucha de los ahorros. Porque no se trata solamente de sustituir la pieza, que oscila mucho en función de la marca o modelo de coche, pero que puede estar de media en 600 euros. Además habrá que cambiar los tornillos de la culata, hacer un rectificado del motor (meter en un torno los cilindros para dejarlo de nuevo totalmente circular), si es posible y cambiar retenes de aceite y otras juntas. Y eso si no es necesario cambiar alguna que otra pieza más… Lo que suponen unas 20-30 horas de mano de obra. Es algo que debe realizar un profesional, ya que, si cuando se monta no queda perfectamente hermético, volverá a dar problemas.

¿Es fácil de evitar? Sí, prestando atención a los testigos del coche y evitando que se sobrecaliente.

Rotura de la correa de distribución

La correa de distribución es un ejemplo de lo «básico» que es el funcionamiento de un coche. Como en una bicicleta, transmite la energía entre un piñónde arrastre y otro arrastrado. En el caso de un motor de combustión, se encarga de sincronizar el giro de la polea del cigüeñal con el piñón del árbol de levas para que las válvulas abran y cierren en su punto exacto.

¿Qué ocurre si se rompe? Que el motor pierde su sincronización y puede provocar daños graves en la culata, especialmente las válvulas, ya que los pistones chocan con ellas y se doblan. Si esto llega a ocurrir, lo más habitual es que no compense arreglar el coche.

¿Es fácil de evitar? Sí. La mayoría de ocasiones se rompe por desgaste, así que lo más conveniente es cambiarla antes de que se puedan crearse problemas.    Hay alguno tipos de correas que aguantan más que otras. En algunos vehículos se utiliza una cadena de metal reforzado en lugar de la habitual dentada de caucho. Estas cadenas de distribución pueden durar toda la vida útil del motor, pero suelen complicar el diseño del motor, encareciendo la producción y a veces necesitan más espacio. El sistema de correa es más sencillo y compacto, permitiendo ahorrar costes y espacio. Las cadenas se suelen usar más en motores grandes, aunque hay motores relativamente pequeños que las usan, y las correas se suelen usar en todo tipo de motores de tamaño pequeño y medio..

Suele recomendarse la sustitución cada 80.000 km aproximadamente, si bien el manual de tu coche te indicará cuándo realizar el cambio. Hay también quien aconseja cambiarla cada cinco años, ya que se cuartea y puede romperse. Lo mejor es realizar un correcto mantenimiento del coche y que tu mecánico de confianza la revise.

Reemplazarla es en ocasiones difícil y costoso debido a su localización dentro del motor, pero cambiar la correa de distribución es mucho menos caro que reparar el daño causado por una correa en mal estado. Su precio depende del tipo de motor y del coche, oscila entre los 250 euros y los 4.000 euros. Conviene que lo realicen profesionales, ya que si se monta mal, puede causar los mismos problemas que su rotura. En ocasiones conviene cambiar la guía y el tensor (elementos de desgaste) y, si la correa también mueve la bomba de agua, puede que te indiquen que la cambies, pues probablemente no dure tamnto como la correa nueva… y así te evitas colver otra vez al taller.

Bomba del combustible

La bomba de combustible es un dispositivo que le entrega al fluido de trabajo o combustible la energía necesaria para desplazarse, enviando la presión correcta a los inyectores en el momento exacto. Las presiones con las que trabaja la bomba dependen en gran medida del tipo de motor, desde 100 bar hasta 2.050 bar. Cuanta más potencia necesite un motor, mayor caudal de combustible hará falta, por lo que se necesitará una bomba de mayor potencia.

Cuando una o ambas bombas de combustible (en el caso de los vehículos que tienen dos) dejan de funcionar, el combustible no alcanza los inyectores y el automóvil se para, como si te quedaras sin gasolina. Las bombas de combustible eléctricas utilizan un relé y un fusible. Si cualquiera de ambos se funde, el automóvil se parará como si no tuvieras más gasolina.

Una bomba de combustible te advertirá que necesitas reemplazarla. Si te resulta difícil encender el coche, falta potencia para adelantar o se apaga con frecuencia, es posible que deba revisar la bomba de combustible. Se sobrecalienta y deja de funcionar unos 20 minutos minutos. Si dejas que el automóvil se asiente durante media hora (más o menos), arrancará de nuevo, ya que la bomba se enfría y vuelve a funcionar otra vez. Si encuentras este síntoma, haz que diagnostiquen el sistema de combustible para asegurarte de que es la bomba (y no el relé o el cableado) lo que causa el problema, y poder reemplazar la pieza problemática.

El coste de la reparación depende mucho de la marca y del modelo del coche, al igual que del motor, pero ronda entre los 500 y los 2.000 euros. El tiempo de montaje es también bastante elevado.

¿Es fácil de evitar? Este elemento se encuentra instalado, por lo general, dentro del tanque de combustible (para que le proporcione refigeración). Circular habitualmente con el depósito de combustible en reserva afectará progresivamente a la capacidad de refirgeracion, por lo que podría llegar a averiarse.

Turbo

Ya te explicamos hace un tiempo qué es el turbo y los diferentes tipos que hay, ya que se trata de un sistema cada vez más popular debido a las presiones de las leyes anticontaminación. Esta turbina, accionada por los gases de escape del motor, cuenta con un compresor que toma aire y, una vez que lo pasa por el filtro, se comprime para introducirlo dentro del motor a mayor presión.

Este avería se puede producir por defecto de fabricación, por circular con el motor muy revolucionado, exceso de temperatura, falta de engrase, impurezas en el aceite, polvo, arena… Su sustitución oscila entre los 1.000 y los 5.000 euros, dependiendo de la marca y modelo del vehículo, más unas ocho horas de mano de obra.

¿Puede evitarse? Sí, teniendo cuidado en la conducción y dejando reposar el turbo después de forzar al motor. Aquí te explicamos cómo cuidar un motor con turbo.

Inyectores diésel o gasolina

La inyección de combustible puede ser de diversos tipos, pero la función de los inyectores es siempre similar: suministrar el combustible correcto en cada momento, según el régimen y carga del motor. No importa que se trate de un motor diésle o gasolina… salvo que los inyectores diésel son muchos más caros que los de un motor gasolina.

Cuando los inyectores del coche fallan podemos notar que el motor pierde potencia, o que el coche da tirones en marcha, o que sale humo negro del tubo de escape… Los síntomas tendrán mucho que ver con la causa del problema.

Las averías, normalmente, son provocadas por su uso y en ocasiones por la mala calidad del combustible (suciedad o virutas metálicas en el circuito), lo que provoca que se obstruyan y es raro que puedan limpiarse, aunque es posible en algunos casos. Lo normal es que se averíen individualmente aunque en ocasiones y dependiendo del motivo del mal funcionamiento, pueden haber caído varios casi al mismo tiempo lo que indica que algo en el circuito está ocasionando el fallo progresivo de los mismos.

Si es por desgaste, lógicamente, habría que sustituir todos a la vez, pero es aconsejable siempre y cuando hayan caído más de uno, que la sustitución se haga a la totalidad de los mismos para que esté equilibrado y en buenas condiciones para el motor. El coste de la reparación depende del tipo de motor y de la mano de obra, pero rondan los 2.000 euros.

¿Puede evitarse? No siempre, pero puedes seguir unas pautas para tratar de evitar problemas:

  • No repostes si el camión cisterna está llenando los depósitos de la gasolinera. Las impurezas del fondo del tranque se removerán y acabarán en tu coche.
  • No circules en reserva. En el depósito del combustible de tu coche ocurre algo parecido, se acumulan impurezas que se removerán al echar combustible cuando dejas que el depósito baje por debajo de un cuarto de su capacidad.
  • Sigue a rajatabla las indicaciones de tu taller o del fabricante en cuanto a los cambios del filtro de combustible. Te ahorrarás muchos problemas.

Fuente: Aficionados a la mecánica
Fotos: cc Flickr Images of Money

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