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Luis Ramos Penabad

Los otros líquidos del coche (más allá del aceite)

A estas alturas no te descubrimos ningún misterio si te decimos que el aceite del motor es el líquido más importante, que nunca debes descuidar su cambio a tiempo, junto con el filtro.

Pero, como bien nos recuerdan nuestros amigos de Total España, es necesario que vigiles otros líquidos del coche, de igual importancia, que necesitan revisiones periódicas o sustitución. Son estos:

Aceite para transmisiones

Como el aceite del motor lubrica, refrigera y protege de la corrosión, también lleva aditivos para mejorar la fricción y evitar el desgaste.

Existen algunos modelos de cajas de cambio o diferenciales en los que no es necesario cambiar el aceite durante toda la vida del vehículo, pero sin embargo en otras existen unos intervalos de sustitución (tanto del aceite como del filtro) que suelen oscilar entre los 90.000 y 180.000 kilómetros.

En el caso de que tu coche sea automático o tenga tracción total, es necesario comprobar los intervalos de mantenimiento del aceite de la caja de cambios o de los diferenciales de la transmisión en el manual de servicio. No olvides siempre utilizar el aceite con la homologación especificada por el fabricante.

Anticongelante

Es el líquido que se encarga de evitar que el agua del circuito de refrigeración se congele. Además de esta función principal, también tiene otras muchas, como transferir el calor al exterior evitando que el líquido entre en ebullición, reducir la evaporación y proteger el circuito de la cavitación (una corrosión que se produce al formarse burbujas de gas que impiden el contacto directo del metal con el líquido refrigerante).

Es vital mantener siempre el nivel de líquido de refrigeración en su nivel justo, incluso en verano. Ya te explicamos en su día por qué no es recomendable utilizar agua del grifo, sino los líquidos especiales creados por los fabricantes especialmente para este cometido.

Líquido de frenos y dirección

Los líquidos de frenos y la dirección pueden comprometer la seguridad, de ahí el interés de hacer un mantenimiento adecuado. Comprobar su nivel es muy sencillo si localizamos los depósitos correspondientes (en el manual de tu vehículo puedes encontrarlo) y ves las marcas de máximo y mínimo.

Estos líquidos garantizan la presión correcta en el sistema hidráulico, por lo que se han diseñado para mantener una viscosidad uniforme a cualquier temperatura (sobre todo en el caso del líquido de frenos), resistir la oxidación evitando la formación de residuos y mantener un punto de ebullición muy alto. Existen de base sintética (su norma es DOT 4 habitualmente) y de base mineral (estos casi no se utilizan hoy en día) pero existe el LHM+, usado en algunos vehículos de PSA. Nunca debemos mezclarlos o utilizar uno en lugar de otro, debido a que rápidamente tendríamos problemas con el sistema de frenos.

Normalmente, los fabricantes recomiendan sustituirlo cada cierto tiempo (entre dos y cuatro años). Si piensas cambiarlo tú mismo, presta atención a las especificaciones del líquido que usa tu vehículo. No es aconsejable utilizar líquido de un envase que lleve tiempo abierto, pues puede haber absorbido agua del ambiento y modificar sus propiedades.

Líquido del limpiaparabrisas

En determinadas épocas del año se hace muy necesario para limpiar el parabrisas para mejorar la visibilidad. Tiene un depósito de muy fácil acceso y puedes cambiarlo tú mismo sin problema alguno. Hay coches con sistemas lavafaros, que también necesitan líquido, que suelen tomar de ese mismo depósito.

Por el precio bajo que tienen estos líquidos no compensa utilizar agua con jabón (una costumbre muy extendida, no obstante), ya que pueden dañar los circuitos a la larga.

Fuente: Totalblog

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