Como ya os adelantamos en un artículo anterior, las luces de circulación diurna (o DRL, de su nombre inglés: Daytime Running Lamps), son de montaje obligatorio en los vehículos de pasajeros y en las furgonetas pequeñas, de nueva homologación, desde el pasado 7 de febrero. Por lo tanto los vehículos actualmente en circulación no tienen obligación de montarlas.
Estos dispositivos se encienden automáticamente cuando se arranca el motor, actuando como un mecanismo de seguridad, ya que incrementan de forma sustancial la visibilidad de los vehículos que circulan en carretera. En el caso de camiones y autobuses, la obligatoriedad será a partir de agosto de 2012.
En el constante intento por parte de la Comisión Europea de reducir la siniestralidad en las carreteras del Viejo Continente, se está legislando para introducir numerosas mejoras en la seguridad de los vehículos, de las infraestructuras viales y mejorar la formación de los nuevos conductores. No conviene olvidar que, en el año 2009, 35.000 personas perdieron la vida en las carreteras europeas.
Con este objetivo, la Unión Europea adoptó en 2008 la Directiva 2008/89/CE mediante la que se modificaban algunas de las normas relativas a la instalación de los dispositivos de alumbrado y de señalización luminosa en los vehículos a motor y sus remolques. Normativa que entró en vigor el 7 de febrero. El objetivo de esta Directiva consiste en armonizar los requisitos nacionales sobre la instalación obligatoria de luces de circulación diurna (DRL) en los nuevos tipos de vehículos, requisitos que hasta el momento variaban mucho entre los diferentes estados miembros.
Si tenemos en cuenta las conclusiones de diversos estudios acerca de las luces de circulación diurna (DRL), los usuarios de carreteras, ya sean peatones, ciclistas y motociclistas detectan con mayor facilidad los vehículos equipados con luces de circulación diurna, que aquellos equipados con luces de cruce tradicionales.
Asimismo, desde el punto de vista ecológico, las luces DRL son una solución muy eficaz para mejorar la visibilidad de los vehículos. Puesto que esta tecnología, diseñada para ser utilizada durante el día, es mucho más eficaz y eficiente que los dispositivos de alumbrado existentes y se estima que el consumo de energía es entre un 25% y un 30% inferior al de una luz de conducción estándar. Si además se utiliza tecnología LED (diodos emisores de luz), el consumo de energía se reduce en mayor medida (llegando a ser un 90% inferior).