Las luces de los coches son un aspecto fundamental, ya que gracias a ellas podemos ver lo que nos rodea mientras conducimos. Es una pieza crucial para la seguridad vial. Por ello, te contamos los principales tipos que hay con sus respectivas ventajas y desventajas, para que no tengas dudas al elegir el tipo de luz que quieres en el coche a la hora de comprar uno nuevo, o por si quieres renovar el antiguo sistema de tu coche usado.
1. Halógenas
Iniciamos la entrada con las lámparas halógenas. Un sistema común, básico y barato, que lo utilizan la mayoría de los coches de calle. Sin entrar en detalles del funcionamiento, básicamente se compone de un sistema estándar con una bombilla que se puede extraer. Normalmente, la estructura interna suele estar forrada de un material reflectante que dirige y potencia la luminosidad de la bombilla. Aunque también encontramos diseños de cristal con forma de cilindro que cumple esta misma función.
Hoy en día, está bastante extendido y sus recambios son baratos, apenas nos cuesta dinero cambiar una bombilla. Además, los sistemas han avanzado bastante y las bombillas son potentes, no llega a tener una intensidad tan alta como el xenón, pero alumbran muy bien.
2. Xenón
La principal competencia a las bombillas halógenas, surgió con los faros de xenón. Un sistema muy similar al de un tubo fluorescente, adaptado a los faros de un coche. Más bien se conocen como los faros de descarga de alta intensidad (HID, son sus siglas en inglés), y apareció por primera vez en el BMW Serie 7 de 1991. Hace 23 años ya.
Es un sistema complejo, ya que es un tubo lleno de gas. Es decir, su sustitución la tiene que llevar a cabo un especialista. No es como cambiar una bombilla de faros halógenos.
Aun así, son numerosas sus ventajas las que hacen que diversos fabricantes se decanten por este sistema. Decantándonos por dos de sus características más ventajosas, en primer lugar , como mínimo, alumbran el doble que un sistema halógeno, pudiendo triplicar su luminosidad con xenón con más lúmenes. Por otro lado, su aspecto más demandado es su capacidad de cubrir toda la carretera con una iluminación que penetra todos las zonas por las que rueda el coche.
Un sistema que representa numerosas ventajas. Incluso teniendo en cuenta el coste de recambio, que es superior al de un sistema básico, es una mejora que recomendamos, pues para las conducciones nocturnas contar con un dispositivo de estas características es muy interesante.
3. LED
Teniendo en cuenta que las lámparas halógenas ya están en la fase de declive y los xenón están empezando a madurar, los faros de tecnología LED son los que están en crecimiento ahora mismo. Todavía en desarrollo pero ya en fase muy avanzada. Numerosas marcas son las que se han decantado por estos sistemas, como puede ser Audi.
El sistema está compuesto por múltiples diodos (los famosos LED), que en conjunto, consiguen una iluminación casi tan potente como los de xenón. No llegan a esa cantidad de luz, pero poco a poco según se vayan desarrollando más, se convertirán en el presente sustituto de estos.
A parte de la luminosidad blanca, y de su aspecto innovador, todavía encontramos algún que otro problema. Su principal debilidad, es que alcanzan unas temperaturas bastante altas, teniendo en cuenta de que estamos tratando con electrónica. No son grandes aliados la temperatura y los cables, por lo que se le suelen incorporar un sistema disipador de calor para bajar la temperatura del sistema. Además, en este caso también se deben reparar bajo las manos de un especialista, ya que la integración de los LED es bastante compleja.
4. Proyectores láser
Si antes tratábamos a los faros que están en crecimiento, en este caso toca un producto innovador, en una fase de introducción. Un derivado de los faros de LED, los proyectores láser. Se trata de un sistema que actualmente se usa como apoyo a los faros normales para obtener una luz de largo alcance, pero que sin lugar a dudas, lo equiparán la mayoría de vehículos en el futuro.
El sistema se compone de varios diodos láser, que combinado con una sustancia fluorescente de fósforo, consigue una luz mucho más natural y pronunciada que la del resto de sistemas. Sus ventajas no solo radican en su mayor capacidad de alcance, sino que la luz es muy similar a la luz del día. Un dato crucial para la conducción nocturna. Cabe añadir, que como casi todo la tecnología innovadora, se consigue más por menos. Y es que el sistema de proyección láser consume un 30 % menos que el sistema de LED estándar.
Como contrapartida, al tratarse de un sistema tan innovador, todavía es muy costoso, y solo coches como el BMW i8 o el Audi R8 LMX se pueden permitir equiparlos. Sin embargo, en unos años para comprobar como determinarán el mercado de la automoción.