Por fin conocemos al nuevo Mercedes-AMG GT, el deportivo de la marca de la estrella que «nos ha dado el verano», en forma de apariciones y avances. Lo que más llama la atención de este coupé biplaza de largo morro es que cambia la concepción de superdeportivo de la marca de la estrella. Será el sucesor del Mercedes-Benz SLS AMG, que en 2010 sustituyó al Mercedes-Benz SLR McLaren de 2004. Ahora la marca deja un poco de lado estos superdeportivos para lanzar un modelo con un planteamiento diferente: el Mercedes-AMG GT baga un escalón para competir en un segmento con más ventas, apuntando directamente al Porsche 911.
Su precio parte de los 141.800 euros. Una cifra alta y no asequible para la grandísima mayoría, pero que lo acerca a sus rivales… mucho más que sus antecesores. Hay muchos cambios respecto a ellos, tantos que hasta cambia de nombre. Todos los coches fabricados por Daimler se apellidaban Mercedes-Benz, hasta ahora, que se emplea Mercedes-AMG. Se fabrica en la factoría de la marca de Sindelfingen, y el motor en la planta de AMG de Affalterbach, ambas en Alemania.
Al ver las imágenes del coche nos surgieron muchas similitudes en la cabeza. En su morro tiene aire americano, con ese morro larguísimo, tan de Viper, con el habitáculo retrasado. El perfil nos recordó al BMW Z8 vagamente… Y la zaga al Porsche 911, que desciende del techo muy curvo, con forma de gota de agua, configurando un portón que podríamos considerar la tercera puerta y esconde un maletero generoso para un superdeportivo: 350 litros de capacidad.
No cuenta con puertas de alas de gaviota. Supondrían un aumento de coste y de peso que no tiene cabida en un coche que se espera más «economico» que el Mercedes-Benz SLS AMG. Así que puertas de apertura convencional y listo.
Desde luego, el diseño enamora y cuenta con detalles dignos de mención, como la gran parrilla con forma de red con nudos diamantados, las luces de circulación diurna LED con forma de punta de flecha, las sutiles nervaduras del capó del motor o las salidas de aire en las aletas.
En la zaga cuenta con un alerón posterior, que se abate en función de la velocidad para ganar efecto suelo, intermitentes con 18 LED que se iluminan secuencialmente desde el interior hacia el exterior, la doble salida de escape integrada en el difusor inferior negro…
La marca ya había mostrado una imagen del interior definitivo que prometía mucho. Es lo más rompedor del coche, diferenciándose del resto de su competencia y situándose un peldaño más arriba. Todo el protagonismo es para consola central, anchísima y que se eleva hasta el salpicadero. Cuenta con un sinfín de botones y mandos de diseño futurista para gestionar los diferentes perfiles de conducción, la dureza de los amortiguadores, controles de estabilidad… ubicados en una formación recuerda a la de los cilindros del motor V8. También está el pequeño joystick que sirve de cambio de marchas.
Por su parte, el salpicadero es muy horizontal y se inspira en el ala de un avión, allí sobresale la pantalla de infoentretenimiento, ubicada sobre las cuatro salidas de aire circulares y que puede ser de 7 o de 8,4 pulgadas, según la versión
La elección de materiales en un vehículo así no es baladí. Abundan el cuero, el cuero napa, el cromo, la fibra de carbono (con acabado mate y brillante), la fibra de vidrio. La versión GT S cuenta con detalles diferenciadores en el acabado, como el escudo de AMG en relieve en el cuero del reposabrazos central.
Mercedes-AMG GT 2015. Motor
Ya conocíamos muchos detalles del motorfabricado a mano: un V8 sobrealimentado por dos turbocompresores, con inyección directa de gasolina, cuatro litros de cilindrada y dos especificaciones de potencia. Ambos aceleran de 0 a 100 km/h por debajo de los cuatro segundos (no contamos aún con la cifra definitiva) y superan las cifras que ofrece el Porsche 911 en sus variantes equivalentes:
- Mercedes AMG-GT: Cuenta con 460 CV y 600 Nm de par. Alcanza 304 km/h.
- Mercedes AMG-GT S: Aumenta la portencia hasta los 510 CV y 650 Nm. La velocidad punta sube a los 310 km/h.
Contará con cuatro modos de conducción: C (Controlled Efficiency), S (Sport), S+ (Sport Plus) e I(Individual). En el Mercedes-AMG GT S hay un quinto modo más, el R (Race). Según el que se elija, se altera el funcionamiento y respuesta de la caja de cambios, de la asistencia de la dirección… El conductor podrá elegir entre cambio automático o manual en cualquier de ellos.
Al cambiar el modo de conducción se cambia también el sonido, y el coche puede pasar de una configuración más confortable y no muy ruidosa, a otra más sonora y deportiva. Se consigue gracias a que el sistema de escape está provisto de flaps variables que permiten alterar el sonido del motor (es opcional).
El Mercedes-AMG GT cuenta de serie con un bloqueo mecánico del diferencial trasero, (electrónico en el S, más rápido y variable). El ESP tamnbién tiene tres niveles de asistencia. El modelo más alto cuenta de serie también con amortiguadores de dureza variable controlados electrónicamente, con tres modos, Comfort, Sport y Sport Plus (opcionales en el GT). Por si todo esto no fuese suficiente, en el Mercedes-AMG GT S, se puede equipar el sistema AMG Dynamic Plus, con soportes y amortiguación de motor y transmisión dinámicos, que varían su rigidez según las condiciones.
Los frenos de serie ya son de un tamaño más que considerable, con grandes pinzas rígidas en rojo. Para quien los necesite aún mejores, estás como opción los frenos carbonocerámicos (con pinzas amarillas) y llantas forjadas, que reducen las masas no suspendidas y mejoran la respuesta a los cambios de dirección, así como la resistencia a la fatiga.
Por supuesto, no debemos olvidarnos que el Mercedes-AMG GT es un Gran Turismo, un deportivo para todo tipo de uso y no sólo para ir a tope en un circuito o una carretera revirada. Por eso, no faltan sistemas electrónicos de ayuda a la conducción. Es posible contat con control de velocidad de crucero adaptativo, reconocimiento de señales de tráfico, sistema de mantenimiento en el carril, sistema de frenado automático, asistente de aparcamiento automático… Sí, el Porsche 911 tiene un rival a su altura.
Fuente: Daimler
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