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Vehiculos inteligentes
Redacción

2014: el año en que despegará el coche conectado

El coche conectado, capaz de comunicarse con otros vehículos mediante Internet, es un asunto que preocupa, y mucho, a los fabricantes de vehículos. Hemos conocido en años pasados los primeros experimentos con 2.800 vehículos, en Estados Unidos, y todas las posibilidades y dificultades del Internet de los coches. Si los automóviles estuviesen conectados entre sí la conducción podría ser más segura y menos contaminante ya que los coches sabrían qué sucede en la carretera y anticiparse a lo que estuviese a punto de suceder.

Si analizamos el avance de los coches en los últimos diez años en cuestiones de conectividad, se ha dado un paso de gigante. Entonces, nadie podía imaginar las posibilidades y capacidades de un smartphone, y mucho menos ligarlo al automóvil. Hacia donde tenderán es todavía un misterio y hay problemas que resolver. Porque no cabe duda de que las innovaciones nacidas en Silicon Valley pueden reinventar el negocio del automóvil, pero hay algunos escollos, y el primero tiene que ver con la seguridad.

No cabe ninguna duda de que Silicon Valley aporta innovación rápida. Pero Detroit (y Munich, y Martorell) aportan fiabilidad y seguridad. En los últimos diez años la mayoría de la gente personas habrá tenido cinco o quizás seis teléfonos móviles. Pero la inmensa mayoría de los coches fabricados hace una década todavía funcionan sin el mínimo fallo. Y ese es un valor impagable. ¿Y dejaría un fabricante de coches todo su prestigio ganado durante décadas creando coches seguros en manos de un desarrollador que pudiese hakear el coche?

No se trata de ciencia ficción. Hace ya dos años veíamos cómo se puede hackear un coche desde un simple CD de música y el año pasado qué puede ocurrir si hackaean tu coche. Sin embargo, no debemos ser catastrofistas. Aunque las industrias del automóvil y de las telecomunicaciones están aún alejadas, están condenadas a entenderse. Se han dado ya algunos pasos y esto no ha hecho más que empezar. La prueba de ello es que los informáticos dominarán el trabajo en la automoción. Más que los ingenieros mecánicos, si cabe. Y esta revolución ya ha comenzado.

Según un estudio realizado por Telefónica Digital en colaboración con Machina Research y fabricantes de automóviles como General Motors, Audi, BMW o Nissan, si hoy un 10% de los coches a la venta cuentan con alguna plataforma de conexión, en 2022 las incorporarán el 90%.

Se estima que habrá hasta 1.800 millones de conexiones M2M (Machine to Machine) dedicadas a la industria de automoción, de las que 1.100 millones corresponderán a dispositivos posventa (que también hoy domina este negocio) y los 700 millones restantes, embarcadas directamente por los fabricantes en sus automóviles.

Esto supondrá un negocio muy grande. Se estiman unos ingresos cercanos a los 422.000 millones de dólares (unos 310.000 millones de euros al cambio actual), por los escasos 22.000 millones que generó esta actividad en 2012. Además, si hoy seis de cada 10 dólares ya se generan por la prestación del servicio y los consumos de datos y aplicaciones, dentro de 10 años esta cifra alcanzará el 88 %.

Por ahora, el tráfico de datos a través de un dispositivo colocado en un automóvil es muy bajo. Hay excepciones como la de Audi, que asegura que los 50.000 clientes de su plataforma Audi Connect han consumido desde abril de 2011 más de 75 terabytes, cuatro veces el contenido de la Biblioteca del Congreso de los EEUU, una de las mayores del mundo. Y con las nuevas soluciones de conectividad, ese tráfico se multiplicará de forma exponencial.

Una de las claves del negocio es el coste, que se plantea de tres maneras: a través de una conexión dedicada en el coche (Renault), enlazada con un smartphone (Kia) o con una solución mixta (BMW, Audi y Volvo). Además del gasto inicial, hay que considerar las actualizaciones del sistema o a la compra de licencias. Desde GM aconsejan que los operadores incluyan al automóvil como un segundo dispositivo en el plan de datos con una tarifa mensual baja.

Hasta ahora, los coches conectados proporcionan muy pocos beneficios. Apenas el 20% y 40% terminan pagan por unos dispositivos que resultan  caros de instalar. El software del e-call, un elemento que Bruselas quiere que sea obligatorio desde 2015, ya cuesta 100 dólares y sólo sirve para avisar de forma automática en caso de emergencia o accidente.

Aparte, vender estos elementos y servicios de conectividad exigirá dedicar más tiempo a la operación y que los concesionarios cuenten con comerciales mejor preparados. Aunque Telefónica Digital señala que los potenciales ingresos son sólo una pequeña parte de la ecuación, ya que los fabricantes saldrían beneficiados de una relación más intensa y fiel con el cliente, que disfrutaría más de su experiencia gracias a cuestiones como que el estado del automóvil se monitorice de forma continua.

Hay retos muy grandes que solventar, como la itinerancia que sirve para que nos movamos por el mundo sin perder cobertura, que tendría un coste inviable sobre un automóvil, pues requiere banda ancha. Además, las marcas no pueden arriesgarse a que los sistemas que utilicen se queden obsoletos a los pocos años o, lo que es peor, que sus tecnologías dejen de usarse. Este año veremos muchos avances en este sentido, ya que el coche conectado será el primer paso hacia el coche sin conductor.https://noticias.coches.com/tema/coches-autonomos

Fuente: Telefónica

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