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Gonzalo Yllera

30 aniversario del Renault Fuego

La plataforma del Fuego fue suministrada por el Renault 18, pero el diseño de la carrocería, en el que destacaba  una banda acanalada de color negro desde el nivel del faro y que se extendía hasta la curva formada por el maletero, fue una innovación absoluta. Medía  4.36 m de largo y 1,70 m de ancho.  Hasta el nombre era original, ya que suponía una clara ruptura con el sistema de numeración utilizado por la marca francesa desde 1961.

Renault Fuego

Una de las características sobresalientes del Fuego era su cuidada aerodinámica para la época, con un coeficiente aerodinámico de 0,34 (el mejor en toda la gama Renault). Su interior era luminoso y confortable. Los dos asientos delanteros, de tipo butaca con apoya-cabezas integrados,  proporcionaban un buen soporte lumbar.

Renault quiso ofrecer con este modelo una combinación de confort, amplitud y deportividad con una amplia gama de motores, disponibles en tres variantes mecánicas principales:

La alternativa básica, los TL y GTL, consistía en el mismo motor de la variante inferior del R-18 francés, o sea, el 1.397 cc, que con un carburador monocuerpo rendía 64 CV. Para un peso de 1.010 kg, alcanzaba una velocidad máxima de 158 km/h, con una aceleración de 15 segundos en el 0 a 100 km/h.

Los Fuego TS y GTS representaron la siguiente alternativa mecánica, mucho más acorde con la imagen general del coche. El motor equipado por estas variantes era un “todo aluminio” de 1.647 cc de árbol de levas lateral, y que gracias a la culata de tipo hemisférico y al carburador Weber de doble cuerpo conseguía una potencia máxima de 96 CV a 5.750 rpm. El GTS se anunciaba con una velocidad máxima de 180 km/h, y pasaba de 0 a 100 km/h en 12,1 segundos.

Pero la verdadera novedad mecánica residió en la adaptación a este coupé del motor de 1.995 cc, monoarbol en culata y todo en aluminio, aparecido por primera vez en julio de 1977 con el R-20 TS. Este dos litros, conservando el carburador Weber 32,  pero equipado con un nuevo encendido electrónico daba 110 CV a 5.500 rpm. Esta motorizacion se montó en las versiones TX y GTX. Con un peso de catálogo de 1.080 kg, las prestaciones eran algo superiores a las del GTS, con una velocidad punta de 190 km/h, y un paso de 0 a 100 km/h en 11 segundos justos.

Posteriormente llegaron incluso a producirse una versión Turbo, que alcanzaba una potencia máxima de 132 CV a 5.500 rpm, y se encontraba en condiciones de superar la mítica barrera de los 200 km/h. Incluso se comercializó una versión Turbodiesel, que entregaba una potencia de 88 CV a 4.250 rpm, con una velocidad máxima de 175 km/h.

En cuanto a los trenes rodantes, la tracción era delantera, acompañada por la situación longitudinal del motor, por delante del eje. La suspensión trasera consistía en un eje rígido guiado por un triángulo central, mientras que en la parte delantera también encontrábamos los usuales triángulos transversales superpuestos, con conjuntos concéntricos muelle-amortiguador.

En el apartado de frenos se montaba un sistema mixto discos-tambores de 238 mm de diámetro los primeros, mientras que los segundos eran de 228 mm.

Este modelo dejó de producirse en Europa a finales de los años ochenta, pero tuvo una segunda vida en Argentina, donde se continuó la producción desde 1989 hasta 1991 bajo el nombre de Fuego GTA.

Un total de 265.257 Fuego se fabricaron entre 1980 y 1992.

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