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coche choque real – 1
Mario Nogales

¿Quién no soñó conducir un coche de choque por la carretera? Alguien lo ha hecho realidad…

Probablemente la primera experiencia al volante que muchos conductores (sobre todos los de la vieja escuela) han tenido haya sido con un coche de choque. Al menos una más realista, con un volante y pedal de acelerador. Y aquellos que fueron auténticos fanáticos desde la infancia seguramente soñasen en sacar ese vehículo lúdico fuera de la pista en la que estaba «encerrado» y circular por carretera abierta. Pues bien, alguien lo ha hecho realidad y se ha tomado las molestias de crear algo realmente grande.

Es la historia de Dan Hryhorcoff, un jubilado de 72 años que reside en el noreste de Pensilvania (Estados Unidos) y siempre ha sido muy manitas. Cuando se jubiló en 2013 decidió que quería construir un coche. Empezó con un Murray Sad Face, partiendo de la base del juguete, pero a un tamaño mucho mayor. Eso le sirvió de inspiración para seguir creando cosas. Con los años también construyó un submarino, aunque eso es otra historia. En la pandemia comenzó un proyecto que consistía en hacer un coche de choque de gran tamaño que se pudiera conducir.

Fue a un parque de atracciones de Knoebels, cercano a su casa, y se inspiró en sus coches de choque de aspecto vintage. Concretamente en un modelo Lusse de 1953, que le llamó la atención por su parecido con los vehículos de Chevrolet de la misma década. Tomó medidas, hizo fotografías, plantillas de algunas partes y todo lo necesario para volverse a casa con la base de su proyecto. El objetivo era hacer uno el doble de grande, así que necesitó la base de un coche real, un Chevrolet Aveo.

Aunque en realidad poco tiene que ver con el modelo original, del que se ha aprovechado la parte trasera. La delantera utiliza la rueda de una moto y su dirección, ligada a un volante de grandes dimensiones. Toda la carrocería ha sido hecha de forma artesanal utilizando fibra de vidrio para llegar a esas dimensiones que superan los 3,96 metros de largo, los 2,13 metros de ancho y los 1,67 metros de alto. Todos los detalles son originales y muestran la buena mano de Hryhorcoff.

Al fin y al cabo, afirma haber empezado a manejar un torno con 13 años y estuvo varios años en la Marina de Estados Unidos reparando aviones, antes de pasar a estudiar ingeniería mecánica en Penn State. Con toda esa experiencia, que incluye su propia empresa de maquinaria (Justus Machine), no nos extrañaría que este jubilado siguiera sorprendiendo con más creaciones. Eso sí, que se haya homologado algo así para circular en carretera abierta solamente es posible en América, aquí en Europa no tendría cabida…

Fuente: Popular Science

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