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Luis Ramos Penabad

Diez posibles transportes públicos del futuro

Como sabrás, en coches.com adoramos los prototipos. Pero no solo de vehículos de uso privado. Hay algunos conceptos de transporte de masas realmente alucinantes, aunque no gozan de la repercusión de los primeros. Y eso que para mover un gran número de personas de un punto a otro, no hay forma más barata, segura y ecológica que el transporte público.

Pese a todas estas ventajas, en muchas ciudades del mundo todavía nos movemos con infraestructura de transporte público llevan en vigor  más de un siglo. Pero eso cambiará en el siglo XXI, sobre todo si se desarollan algunos de estos proyectos, que redefinen la noción del transporte público. Esta es nuestra selección de los conceptos más tentadores que existen:

  • 1. Tubos de vacío

Ya hemos hablado del transporte en tubos de vacío, un sistema de trenes de levitación mágnética capaz de operar en esas tuberías a velocidades de hasta 6.500 km/h en los viajes internacionales – que es de Nueva York a Beijing en dos horas! Los defensores de este sistema dicen que ET3 podría ser 50 veces más eficientes que los coches eléctricos o los trenes. ¿Demasiado? Hay un proyecto de tren de vacío en Suiza, capaz de alcanzar 500 km/h… pero por ahora Swissmetro lo ha dejado en el cajón.

2. Viajar colgado

Se trata de un diseño conceptual creado por Bill James que usa una especie de rieles que serían colocados en áreas urbanas de alto tráfico. Se llaman JPods,  son una especie de cabinas, se alimentarían mediante energía solar. Una vez dentro del JPod, el usuario selecciona el lugar al que quiere dirigirse en una pantalla táctil y el ordenador del vehículo, por supuesto conectado a Internet, determinará la ruta más óptima, sin más participación por parte del pasajero.

3. Trenes para coches eléctricos

Una solución que resuelve de un problema los problemas de autonomía del coche eléctrico: transportarlos en trenes, también eléctricos, en largas distancias. El proyecto se llama Autotrain, estaría completamente automatizado y viajaría a lo largo de las líneas ferroviarias existentes. Pero el usuario no llegaría al centro de las ciudades (para eso está el tren normal), sino que habría otras estaciones en tramos de vía separadas de las líneas ferroviarias principales, al lado de la autopista y cerca de áreas metropolitanas densamente pobladas. Es ahí donde se bajaría con su coche, listo para moverse por la urbe de llegada.

4. Compartir la calle

Uno de los conceptos de transporte público más interesantes de los últimos años para reducir la congestión urbana, usando la infraestructura existente. Un «autobús a horcajadas» rodaría sobre el tráfico, mientras que los pasajeros subir y bajar en las paradas de autobús elevadas. El resultado: más personas la capacidad de carga de vías urbanas, sin interrumpir el tráfico y sin hay necesidad de construir un nuevo sistema completamente independiente. Todo ventajas, pero desde que informamos sobre estos buses sobre railes, no ha habido progresos en el programa piloto.

5. Carreteras elevadas

La propuesta de los suizos de Acabion plantea unas nuevas pistas o carreteras elevadas por las que circularían los automóviles a velocidades de entre 300 y 600 km/h. En 2015, con la construcción de pequeños tramos de carretera elevada para cubrir distancias cortas, la segunda fase, allá por el año 2050, con el desarrollo de tramos medios y largos, formando un entramado similar al del as vías de asfalto de hoy en día, y una tercera y última fase donde se instalarían túneles intercontinentales, también bajo el mar.

6. Alta velocidad solar

La búsqueda de sistemas de transporte más eficientes no llegará necesariamente a expensas de la velocidad. El proyecto SolarBullet pretende llenar Arizona de vías cubiertas de paneles solares bajo los que se moverán trenes a 354 km/h. El proyecto se encuentra actualmente en la fase de I + D, pero se enfrenta a varios obstáculos (entre ellos, que costaría 27.000 millones de dólares la línea proyectada de Tucson a Phoenix. Deberían empezar por ferrolineras, como en España.

7. Transporte personal sin conductor

Hace ya un tiempo hablamos de que los sistemas de trasnporte personal están teniendo una segunda juventud después de su auge en los años 70. A día de hoy funcionan uno de estos sistemas automatizados, en la Universidad de West Virginia,  que comenzó a rodar en 1975. Ya funciona también un así en el aeropuerto londinense de Heathrow y pornto deberíamos ver algo así en los Emiratos Árabes. El año que viene debería arrancar el PRT de Pininfarina en Corea del Sur, movido sobre raíles que le aportan la energía necesaria para su funcionamiento

8. Olvidar al conductor

No pasa una semanaque no hablemos de coches sin conductor. Sabemos que llegarán antes de lo que piensas, lo que podría hacer que nos olvidásemos de trenes y bueses. Lo primeros que podría llegar es el sietema de trenes de carretera de Volvo, el proyecto Sartre en marcha desde 2009, que ya han probado con éxito en España. Diferentes coches se vinculan de forma inalámbrica a otros vehículos «líderes», para seguir su camino de forma autónoma. El sistema conserva la flexibilidad de transporte privado, ya que los vehículos pueden salirse del tren, así que no tienen por qué comportair el mismo destino. Para el transporte urbano existen iniciativas similares, como el Ford Traffic Jam Assist. Y no solamente se aplicará a coches. HAce tiempo os hablamos del proyecto Guiade del CSIC, de buses que conducen solos.

9. Viejas vías, nuevas soluciones

No todo tiene por qué ser futurista. En todo el mundo hay un sinfín de vías férreas e infraestructuras en desuso. Y no hay nada más ecológico y sostenible que usar la infraestructura existente. Por esas vías podrán moverse nuevos vehículos. Ese futuro ya existe en algunos lugares, como el Tecnotren argentino. Allí, un vehículo con motor de un pequeño Fiat se mueve por las antiguas vías, conectando pueblos y personas que, de otro modo, estarían sin transporte público.

10. El ascensor espacial

¿Y si en el mundo eso de ir de Soria a Palencia está más que superado y queremos viajar a otros planetas? Para reducir los costes, nada mejor que un ascensor espacial. Para ello, es necesario que un cable una la Tierra con una estación base en órbita. Por ahí sube un ascensor y se envitan muchos gastos en el lanzamiento de cohetes.

No es una ida de olla. Ya hay varios proyectos, si bien la clave será el cable, hecho de un material ligero (el principal candidato son los nanotubos de carbono) que partirá desde un punto de anclaje cercano al ecuador terrestre, hasta 96.000 km al espacio.  La rotación de la Tierra y un contrapeso en el extremo superior harían que el cable se mantenga. El ascensor, probablemente alimentado por energía solar, viajaría a un ritmo de un tren de alta velocidad y podría transportar personas o carga.

Según el Consorcio Espacial Internacional Ascensor (ISEC), la idea podría convertirse en realidad antes del fin del siglo XXI. La empresa Obayashi Corp. con sede en Tokio asegura que tiene planes para tener listos 96.000 km de cable del ascensor espacial, capaz de transportar 30 pasajeros a la vez, funcionando en 2050.

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