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Marta Lorenzo

Elizalde, los creadores del primer coche 100% español

Elizalde es el nombre de la compañía de automóviles española, creada en 1908 en Barcelona por Arturo Elizalde y su cuñado Rafael Biada, con el nombre de «J.M. Vallet y Cía». Sin embargo, transcurridos sólo dos años desde su fundación, Arturo Elizalde se hace con todos los derechos y la compañía pasa a llamarse «Biada, Elizalde y Cia». No obstante, con el paso de los años la compañía será adquirida por otros grupos y sociedades y cambiaría de nombre varias veces.

Elizalde fue la empresa española de automóviles más importante en el período pre-bélico de la Primera Guerra Mundial junto a la todopoderosa Hispano-Suiza. El año pasado se cumplieron 100 años de la fabricación y circulación del primer prototipo de automóvil de fabricación completamente nacional, un tipo 11.

Desde 1910 a 1914, la actividad de la empresa se centró en la fabricación de recambios para motores de automóviles y accesorios como: carburadores, amortiguadores, radiadores, cadenas de transmisión, etc. Sin embargo, el señor Elizalde quería ir un pasito más allá y fabricar coches con sus propia marca. De esta manera, tras varias pruebas, en 1913 sale el primer automóvil prototipo, el Tipo 11 que fue bautizado como «Biada y Elizalde», aunque no sería hasta el año siguiente, en 1914, cuando Elizalde sacaría el primer modelo de fabricación completamente española, el Tipo 20.

El primer coche «Made in Spain»

El Tipo 20, fue el primero de una gran lista de automóviles, que supuso una importante y dilatada trayectoria empresarial basada en la fabricación de coches de lujo y de gran calidad, con materiales resistentes y piezas realmente eficientes y duraderas. Los principales elementos del T20 se hallaban elevados sobre el suelo y su enfriamiento era intensivo debido a un conjunto de dispositivos especiales en el radiador, un ventilador montado mecánicamente y una bomba muy potente que producía una rápida circulación del agua.

Un dispositivo mecánico permitía instalar la dinamo para el alumbrado eléctrico en el mismo motor y el engrase del motor se producía por la circulación de aceite a alta presión. Los materiales de este modelo T20 ofrecían muy buena resistencia y todas sus piezas estaban calibradas y se podían intercambiar.

A este primer coche le siguieron otros como el 20 Sport o el Reina Victoria Eugenia; este último presentado con gran éxito en el Salón del Automóvil de Barcelona de 1919. Además, este modelo contaba con una instalación eléctrica y frenos de tambor en la parte delantera, pudiendo considerarse como el primer modelo en España con frenos en las cuatro ruedas, lo que en aquella época era muy raro.

Los coches Elizalde tenían culata de bronce y contaban además con un primitivo ABS. En cuanto a las motorizaciones, al principio se trataba de motores de 15 a 29 caballos y 4 cilindros con los que contaban el Tipo 20, 21, 26, 27 y el Tipo 513. Posteriormente, otros como el Tipo 51 o 517 ya disponían de motores de hasta 1500-1700 cc.

Alianza con los profesionales del transporte

Por otro lado, en la historia, los Elizalde también formaron parte de los vehículos elegidos por la mayoría de los profesionales del transporte. A partir de 1910, los tradicionales coches de caballo empezaban a ser sustituidos por los llamados «coches de plaza» o taxis como serían conocidos más adelante.

Además, también abarcaron la fabricación de vehículos industriales como: camiones de reparto, autobuses e incluso vehículos destinados al ejército. Cabe destacar, el Tipo 30C, un camión gigante de 5 metros de ancho x 8 metros de largo, con 5.000 kg de carga útil.

Hasta 1924, Elizalde estuvo fabricando estos prestigiosos automóviles. Sin embargo, a partir de ese momento las cosas empezaron a ir realmente mal. El grupo se vio afectado por diversos factores que marcarían el final de la compañía. La Primera Guerra Mundial provocó que la compañía no pudiera fabricar algunos de sus vehículos más importantes debido a que no les llegaban las piezas de Bélgica, territorio invadido por los alemanes.

Más tarde, el final de la Gran Guerra también supuso problemas para Elizalde al no poder vender sus motores de aviación a la Aviación española, debido al sobrante de piezas de la guerra. Finalmente la fabricación de coches cesó completamente en 1925, tras el fallecimiento de Arturo Elizalde, y la empresa se volcó por completo en la producción de motores de aviación, hasta 1951, fecha en la que fue absorbida por el omnipresente INI y pasa a denominarse Empresa Nacional de Motores de Aviación, S.A.

Debido a la competencia de las avanzadas industrias estadounidense y francesa (que fabrican aviones completos con motores propios), el mercado de los turborreactores descendió drásticamente, de manera que en 1959, para evitar la quiebra, comienza a fabricar motores diésel estacionarios y entabla varias conversaciones con el grupo Daimler-Benz, llegando a producir alrededor de 10.000 motores diésel anuales para los modelos de taxis SEAT 1400 y 1500, y para la instalación en las DKW (que fabricaba Imosa).

A partir de 1963 pasó a producir furgonetas Mercedes Benz y en 1968 se fusionó con Idasa (importador en España del resto de la gama Mercedes Benz), pasando esta última a controlar más del 50% del capital de la nueva sociedad (Cispalsa). Este nuevo grupo comienza entonces a producir motores diésel para SEAT. En 1972 se constituyó Mevosa y se fusionaron con ella Cispalsa e Imosa (fabricante de la DKW).

Fuente: Fundacion Elizalde

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