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Luis Ramos Penabad

¿Es el Grupo Volkswagen la General Motors del siglo XXI?

El mercado europeo no pasa por buenos momentos. Las cifras de ventas de coches en Europa en 2012 dejantras de sí un panorama desolador, que afecta ya a la fabricación de coches en Europa: un día sí y otro también aparecen noticias sobre reajustes en fábricas. Hoy en día casi ninguna fábrica en Europa occidental trabaja a plena capacidad, y se multiplican los expedientes de regulación, o las medidas de flexibilidad.

La crisis ha golpeado de forma generalizada. ¿A todos los Grupos empresariales por igual? En absoluto. Y dentro del panorama llama poderosamente la atención la situación del Grupo Volkswagen, que sigue firme su paso de cara a convertirse en el líder mundial en 2018.

Uno se imagina que este conglomerado alemán de marcas de coches es el paradigma de la eficacia y la eficiencia, de ahí la supremacía en el viejo continente. Pero eso no es así en absoluto. Su estructura está más cercana a la de General Motors en mediados del siglo XX que a una puntocom del siglo XXI. Pero eso en asoluto suppone un impedimento para que siga los pasos de GM y convertirse en la empresa más grande y rentable del mundo.

Según la revista Fortune, el Grupo Volkswagen ya tiene 549.300 empleados en el mundo, lo que lo sitúa como el octavo empleador más grande del mundo. Son tantos empleados como General Motors (213.000), Ford (164.000) y Fiat-Chrysler (197.000) juntos. Estos tres gigantes fabrican cada año 19 millones de vehículos, mientras que Volkswagen solamente fabrica 8,5 millones de coches.

Si nos fijamos en el ratio empleados / vehículos fabricados, Volkswagen no sale bien parado. Parece claramente ineficiente. Pero en 2011 ya ganó 14.000 millones de dólares y ya es el primer fabricante mundial de automóviles si lo medimos por ingresos y beneficios, con cifras más cercanas a compañías petrolíferas que a fabricantes de automóviles.

¿De dónde sale tanto empleado? Todas las marcas (Volkswagen, Audi, Seat, Skoda, Bentley, Lamborghini, Ducati, Porsche, Bugatti, MAN, Scania, Volkswagen y Comercial) funcionan como empresas independientes, con sus juntas directivas, sus declaraciones de pérdidas y ganancias y sus propios informes anuales. Incluso tienen sus propios departamentos independientes (diseño, ingeniería…) Comparten plataformas, trenes motrices y otros componentes, sí, pero poco más.

A mediados del siglo pasado General Motors también era un holding propietario de nueve compañías independientes de automóviles (Chevrolet, Pontiac, Buick, Cadillac, Oldsmobile, GMC, Opel, Vauxhall, Holden). En 1960 GM eran más de 700.000 empleados, estaba muy integrada verticalmente, y era la empresa más rentable del mundo. El gurú de este éxito fue Alfred P. Sloan, quien dirigió la  empresa desde 1923 hasta 1956. Siempre luchó contra las operaciones centralizadas  hasta el día en que se jubiló. A partir de entonces, los expertos aplicaron los manuales de eficiencia y sinergias que se estudian en las escuelas de negocios: Unificar departamentos y la dirección. No para de caer desde entonces.

Son esas «viejas» estructuras son la clave del éxito de Volkswagen. Nada de reducir costos eliminando la superposición y duplicación de trabajos. Se olvidan de los beneficios del outsourcing para reducir costes y se apuesta por una estructura vertical que en absoluto está obsoleta. Su esi un fabricante de automóviles realmente quiere dominar el mercado, tiene que aceptar un cierto grado de solapamiento y duplicación.

¿Entonces por qué triunfa? Para empezar, dominar el mercado implica tener un catálogo con múltiples marcas, Volkswagen tiene más ninguna otra. Y sí, es cierto que solapan algunas marcas y productos (Seat y Skoda, el Seat Mii y el Volkswagen Up!)… pero para Volkswagen son más que simples marcas. Cada vez que una empresa compra un componente a un proveedor, ese proveedor tiene que cobrar un beneficio. Si un fabricante de automóviles puede hacer que los componentes de la casa, se queda con ese beneficio. Y buena parte de la estrategia de Volkswagen es que sus coches cuenten con una gran cantidad de componentes de la casa.

Ese hándicap (en la teoría) es la gran ventaja competitiva de Volkswagen. Sus competidores continuarán racionalizando gastos, adelgazando su estructura, y reduziendo costes, externalizando departamentos o asociándose con otros fabricantes. Pero superar a Volkswagen resultará complicado.

Vía: Autoblog

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