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Victoria Fuentes

Gurgel, una marca de coches muy loca

Sbarro, Mohs, Gurgel… no estás leyendo en otro idioma y tampoco la imagen destacada está comprimida. Son marcas de coches tan locas y extrañas por los horribles coches que fabrican, que merecen un hueco entre nuestros contenidos.

Gurgel es una marca brasileña que nació en 1969 a raíz del proteccionismo que experimentaba la industria del automóvil por aquella época en Brasil. El bajo nivel de exportaciones que había en el país provocó que decidieran fabricar sus propios coches para hacer crecer el consumo. Como cuando no quieres gastar dinero en un disfraz de Patricio y te pones conos de tráfico. Y te gustas. Y disfrutas.

João do Amaral Gurgel

La manufacturación doméstica de vehículos- hechos con materiales baratos- de todo tipo de coches y la evolución de los patrones de diseño ayudaron a que Gurgel viera la luz a finales de la década de los 60. Fue fundada por João do Amaral Gurgel, que decidió que su apellido era perfecto para crear branding y afianzar la nueva marca de coches. Se especializó en buggies y todoterrenos, y las carrocerías de los primeros modelos eran de fibra de carbono y estaban montadas sobre chasis y motores de Volkswagen Beetle.

El primer coche fue un Ipanema. Hay que destacar que muchos de los vehículos se denominaban como algunas tribus nativas de Brasil. Este modelo para la playa fue lo suficientemente exitoso como para que Gurgel se lanzara con el X-10 o Xavante: tenía dos frenos se estacionamiento separados que parecían dos palancas de cambio muy extrañas, una para cada rueda trasera. Lo bautizaron como «Selectration».

Los todoterreno X-12 por su parte tuvieron su momento de gloria al extenderse su uso en el ámbito militar.

El epítome de la fealdad llegó con el Gurgel X-15. Hoy en día ver este diseño sobre la superficie de Marte sorprendería menos que encontrarlo rodando por una carretera.

El proyecto más ambicioso fue sin duda el BR-800, que comenzó a producirse en 1988 con un incentivo fiscal que le permitía ser un 30% más barato que sus similares. A continuación podéis ver algunos anuncios de su lanzamiento.

Hicieron un modelo eléctrico en 1975, primero diseñado y construido de forma independiente de Brasil, la Itaipú. Sólo podía ir a 30 MPH, pero no tuvo éxito y sólo se hicieron alrededor de 20. Gracias a Dios.

Tras el éxtio del BR-800 Gurgen lanza el SuperMini, una versión mejorada, más pequeña y más «mona». El presidente de la compañía solía ser el protagonista de los anuncios.

En 1992 la empresa entra en suspensión de pagos y en 1994 se queda en bancarrota con una deuda de tres millones de dólares. Su fundador murió el 30 de enero de 2009. Sin embargo, hoy en día aún se pueden ver Gurgels por las carreteras brasileñas:  X-12, Tocantins, Supermini o BR-800, aunque sea prácticamente imposible encontrar recambios o talleres especializados. Se pueden encontrar también de segunda mano por 5.000 euros. ¿Cuánto pagarías por conducir algo así?

Vía: Jalopnik

Imágenes: Wikimedia

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