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Gonzalo Yllera

Historia del Porsche 911 – Quinta generación (1997): el Porsche 996

En el año 1997 la cuarta generación del Porsche 911 estaba agotada y se produjo el lanzamiento de la quinta generación, con importantes modificaciones tanto a nivel técnico como estético. Este nuevo modelo representaba el mayor cambio evolutivo desde que el 911 naciera, en un lejano ya año 1963, pero la marca sabía que necesitaba este radical paso adelante si quería mantener la competitividad de su modelo estrella en el nuevo milenio frente a la cada vez más nutrida competencia.

Estos cambios no fueron bien recibidos por muchos de los seguidores más puristas del mítico deportivo germano y aún hoy en día, a pesar de su indudable éxito de ventas, los modelos de esta generación son los que alcanzan una menor cotización en el mercado de segunda mano.

Pese a todo, la estructura fundamental del modelo seguía siendo la misma, se trataba de un deportivo con una configuración de asientos tipo 2+2, tracción trasera (o total) y con el motor bóxer de 6 cilindros situado justo por detrás del eje trasero, es decir, la disposición clásica de todo buen 911…

Pero la modificación más importante consistió en la adopción de la refrigeración líquida en esta nueva versión del propulsor, basándose en la experiencia adquirida con el 911 GT1 (ya mencionado en el capítulo anterior) y con el Porsche Boxster (que sirvió de conejillo de Indias para probar algunas de estas innovaciones y con el que compartía un gran número de componentes). Esta evolución era necesaria no sólo ya para obtener más potencia y par, aparte de un menor nivel de ruido y una mejor estabilidad térmica, sino por las cada día más restrictivas normativas anticontaminación vigentes en los mercados más importantes para el deportivo germano (como el norteamericano…)

Además en esta nueva etapa la cilindrada se redujo desde los 3,6 litros (3.600 cc) de la generación 993, hasta los 3,4 litros (3.387 cc) de la 996, pero gracias a la nueva gestión electrónica utilizada, como siempre firmada por Bosch (Motronic ME 7.2) el resultado final brillaba hasta alcanzar una potencia máxima de nada menos que 300 CV, lo que permitía mejorar las ya de por sí excelentes prestaciones del modelo precedente.

En el apartado estético también se produjeron fuertes discusiones entre los aficionados pues, aparte del nuevo diseño general de la carrocería más moderno y aerodinámico, y de que sus dimensiones habían crecido, por vez primera sus característicos faros ovalados abandonaban dicha forma para pasar a integrar los intermitentes y las luces de carretera, perdiendo una de sus más importantes señas de identidad, en una disposición que sería abandonada en la siguiente generación dado el poco éxito obtenido.

Aunque los cambios eran importantes la evocadora silueta del 911 era reconocible desde el primer vistazo, a pesar de que para algunos críticos la mejor aerodinámica había tenido como consecuencia la pérdida de cierto carácter en sus líneas, dilapidando la musculosa apariencia de la generación anterior. Pese a ello la nueva carrocería trajo consigo una disminución del coeficiente de resistencia aerodinámico (que pasó de 0,34 a apenas 0,30), a pesar de la mayor superficie frontal, y además se consiguió que ambos ejes se mantuvieran más asentados sobre el asfalto a las altas velocidades que era capaz de alcanzar.

El deportivo había crecido en longitud 185 mm (hasta los 4,43 metros) pero, pese a ello, se había optimizado el peso, perdiendo hasta 50 kg respecto a su predecesor, quedándose en unos excelentes 1.320 kg, ganando en este proceso rigidez y resistencia, además de mejorar el reparto de pesos, con sólo el 61% de la masa total situada sobre el eje trasero.

Al mismo tiempo el espacio interior había aumentado como consecuencia del acrecentamiento de las medidas exteriores y del rediseño de algunos elementos, ofreciendo más comodidad a sus ocupantes y, al mismo tiempo, mayor calidad en sus acabados y un mayor número de opciones en cuanto a su equipamiento. También se vio aumentada la capacidad de almacenaje, que ahora presentaba un espacio frontal de 130 litros, además de otros 200 litros adicionales en la parte posterior.

Las suspensiones eran nuevas, con diseño y componentes heredados también del Porsche Boxster. En la parte delantera disponía de un renovado sistema MacPherson con amortiguadores telescópicos, muelles helicoidales y barra estabilizadora, mientras que en la parte trasera se decantaba por un sistema multibrazo, basado en el del Boxster (para optimizar recursos).

Los frenos, como en todo buen 911, proporcionaban un gran sabor de boca, siendo capaces de detener al deportivo de Stuttgart en escasos metros gracias a sus considerables dimensiones y a su eficaz refrigeración, todo ello apoyado en unas nuevas llantas de 17 pulgadas y neumáticos con medidas 205/50 ZR 17 en el eje delantero y 255/40 ZR 17 en el trasero.

Procedamos ahora al habitual repaso de todas las versiones que se fabricaron del Porsche 911 en su quinta generación:

Como es lógico el primer modelo en ver la luz fue el 911 Carrera 3,4 Coupé, en octubre de 1997. Fruto de todas las modificaciones anteriormente descritas ofrecía una potencia máxima de 300 CV a 6.800 rpm y un par máximo de 350 Nm a 4.600 rpm, lo que le permitía acelerar de 0 a 100 km/h en 5,2 segundos, o realizar el kilómetro con salida parada en 24,2 segundos, además de alcanzar una velocidad máxima de 280 km/h.

Hubo que esperar hasta el año siguiente (abril de 1998) para que apareciese el 911 Carrera 3,4 Cabrio, que equipando el mismo propulsor, y debido al ligero incremento de peso necesario para no disminuir la rigidez (1.395 kg), perdía ligeramente en el apartado prestacional, realizando en 5,4 segundos el 0 a 100 km/h, o en 24,5 segundos el kilómetro partiendo de parado, aunque igualando la velocidad máxima, establecida en 280 km/h.

No fue hasta octubre de 1998 cuando se lanzaron las versiones dotadas de tracción total, es decir los 911 Carrera 4 3,4 Coupé y 911 Carrera 4 3,4 Cabrio. Por lo que respecta al primero de ellos, al inconveniente del mayor peso, derivado del uso de la tracción total (1.375 kg), se contraponía la ventaja que le otorgaba a la hora de obtener una mejor motricidad, con lo que era capaz de batir a la versión de tracción trasera en todas las mediciones, empleando 4,8 segundos en acelerar de 0 a 100 km/h ó 23,8 segundos en realizar el kilómetro desde parado. La velocidad máxima era de 280 km/h. La versión Cabrio, con un peso final de 1.450 kg, tenía unas prestaciones un poco más modestas, con 5,4 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h ó 24,5 segundos para cubrir el kilómetro partiendo desde parado. La velocidad máxima era también de 280 km/h.

El primer modelo que causó verdadera sensación dentro de esta hornada del deportivo germano fue el 911 GT3, que salió al mercado en abril de 1999, con su propulsor potenciado hasta los 360 CV a 7.200 rpm y un par máximo de 370 Nm a 5.000 rpm, fruto del aumento de cilindrada hasta los 3.600 cc. Esta versión prescindía de todo lo estrictamente necesario para llevar a cabo una conducción extremadamente deportiva, eliminando elementos considerados superfluos, como los asientos traseros e infinidad de accesorios, con lo que la tara final se quedaba en 1.350 kg. Si a ello le sumamos la mejorada aerodinámica con nuevos paragolpes delantero y trasero, así como un gran alerón trasero fijo, la suspensión rebajada, los frenos de mayores dimensiones o las llantas de 18 pulgadas de diámetro, con neumáticos 225/40 ZR 18 en el tren anterior y 285/30 ZR 18 en el posterior, entonces no es de extrañar que consiguiera acelerar de 0 a 100 km/h en 4,8 segundos y lograr una velocidad punta de 302 km/h, o que en manos del maestroWalter Röhrl lograse parar el crono en el mítico “infierno verde” de Nürburgring en unos increíbles 7 minutos y 56 segundos.

Fue ya con el cambio de siglo, en mayo del año 2000, cuando apareció la siempre esperada versión turboalimentada, el 911 Turbo 3,6 Coupé, que utilizaba como base el propulsor de 3,6 litros refrigerado por agua, dotado de 2 turbocompresores (uno por cada bancada de cilindros y también con refrigeración líquida) que le servían para alcanzar una potencia máxima de 420 CV a 6.000 rpm y un par máximo de 560 Nm entre 2.700 y 4.600 rpm, que se transmitían a las 4 ruedas mediante una caja de cambios manual de 6 velocidades y opcionalmente a través de una automática Triptronic S de 5 relaciones. Según las condiciones de adherencia hasta el 40% de la potencia podía pasar a las ruedas delanteras, todo ello controlado por el PSM (Porsche Stability Management), mediante los mismos sensores del sistema ABS. La suspensión rebajada, las llantas de 18 pulgadas de diámetro con neumáticos en medidas 225/40 ZR 18 y 295/30 ZR 18 y los frenos de disco ventilados (que en opción podían ser por vez primera de tipo cerámico, o PCCB según la denominación de la marca alemana) redondeaban un conjunto que proporcionaba un rendimiento espectacular. Y es que a pesar de los 1.540 kg que pesaba todo el conjunto las prestaciones alcanzaban un nivel superlativo, estando habilitado para acelerar de 0 a 100 km/h en 4,2 segundos o alcanzar una velocidad máxima de 304 km/h.

Pero si ya parecía que se había alcanzado el tope en cuanto a rendimiento, en enero del año 2001 hizo acto de presencia el 911 GT2. Esta versión tomaba como base todo el desarrollo técnico del 911 Turbo, a excepción de la tracción total, e iba un paso más allá. Se mejoró el sistema de admisión, se aumentó la presión de soplado de los turbos y se reprogramó la gestión electrónica, aumentando la potencia máxima hasta los 462 CV a 5.700 rpm y alcanzando el par máximo un valor de 620 Nm entre 3.500 y 4.500 rpm.

Gracias a un concienzudo estudio aerodinámico en el túnel de viento se rediseñaron los paragolpes delanteros y traseros y se modificaron las tomas de aire laterales con la finalidad de asegurar la refrigeración de los frenos y de proporcionar el caudal de aire necesario para alimentar y enfriar el propulsor, así como mejorar el grado de sustentación a altas velocidades, donde jugaba un importante papel el nuevo alerón trasero. Con todo ello las prestaciones eran espectaculares, con un 0 a 100 km/h en tan sólo 4,1 segundos, realizando el kilómetro con salida parada en 21,9 segundos, y alcanzando una velocidad máxima de 315 km/h, para un peso total de 1.440 kg.

Todas las modificaciones ya vistas en las versiones con propulsor turboalimentado se extrapolaron a las versiones atmosféricas (excepto la presencia de los turbos, evidentemente), aumentándose la cilindrada del 6 cilindros bóxer hasta los 3.600 cc, lo que proporcionaba una potencia máxima de 320 CV a 6.800 rpm y un par máximo de 370 Nm a 4.250 rpm.

Con estas mejoras y un sinfín de pequeños retoques (entre los que figuraba la adopción para todos los modelos de los faros de la versión turboalimentada) se llevó a cabo una ligera remodelación de la gama y, de esta forma, en agosto de 2001 aparecieron de un tacada los nuevos 911 Carrera 3,6 Coupé y 911 Carrera 3,6 Cabrio, así como sus correspondientes versiones con tracción total, es decir, los 911 Carrera 4 3,6 Coupé y 911 Carrera 4 3,6 Cabrio.

A pesar de que el peso oscilaba entre los 1.345 kg de la versión más ligera y los 1.485 kg de la más pesada, las prestaciones no presentaban muchas variaciones, con una velocidad máxima del orden de los 285 km/h, una aceleración de 0 a 100 km/h en torno a los 5 segundos y la capacidad de cubrir el kilómetro partiendo de parado en unos 22,7 segundos.

Lo que sí se presentó por vez primera en esta generación, en diciembre de 2001, fue el 911 Targa 3,6, que hacía gala de un techo de cristal retráctil de grandes proporciones (con una superficie total de más de 1,5 m2) que añadía una gran sensación de luminosidad al habitáculo, con las ventajas de un techo rígido de cristal frente a las inclemencias meteorológicas. Parte del techo podía desplazarse eléctricamente hacia atrás para proporcionar a los ocupantes sensaciones similares a las de una versión Cabrio, pero con una protección similar frente al vuelco a la de la versión Coupé. El peso ascendía hasta los 1.415 kg debido a los refuerzos de la carrocería, pero gracias al potente propulsor bóxer, idéntico a sus hermanos de gama, con 320 CV a 6.800 rpm y un par máximo de 370 Nm a 4.250 rpm, era capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 5,2 segundos y alcanzar una velocidad punta de 285 km/h.

Y ya que se habían renovado las versiones estándar del 996, ahora le tocaba el turno al 911 GT3, que a partir de abril de 2003 ofrecía, en base a una cuidada optimización de su propulsor, una potencia máxima de 380 CV a 7.400 rpm y un par máximo de 385 Nm a 5.000 rpm. No hubo grandes reformas pero todos y cada uno de los detalles de este modelo fueron mejorados para acercar, más si cabe, su comportamiento al de un modelo de competición, reduciendo peso allí donde fuera necesario, hasta llegar a los 1.380 kg. De esta forma también mejoraron sus prestaciones, mostrándose capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos, realizar el kilómetro con salida parada en 22,1 segundos o lograr una velocidad máxima de 306 km/h.

En agosto de 2003 se lanzó al mercado una versión denominada 911 Carrera 3,6 Coupé “40 Years of 911”, destinada a conmemorar un aniversario tan especial, con una potencia que ascendía hasta los 345 CV a 6.800 rpm (25 CV más que la versión base) y un par máximo de 370 Nm a 4.800 rpm, lo que le facilitaba alcanzar una velocidad máxima de 290 km/h o acelerar de 0 a 100 km/h en 4,9 segundos, siendo el modelo atmosférico más prestacional de la quinta generación.

Se distinguía por su exclusivo color “GT Silver Metallic” (que compartía en exclusiva con el Carrera GT), por las tomas de aire frontales que imitaban fielmente las del 911 Turbo, el logo “911” en aluminio sobre la cubierta del motor, las llantas pulidas de 18 pulgadas modelo Carrera y por las salidas pulidas de escape. El interior estaba rematado en piel de color gris, e incluía asientos deportivos en la misma tonalidad, pero sobre todo destacaba por la placa con el emblema “911 40th Anniversary” situada en la consola central. Se trataba de una edición limitada de 1.963 ejemplares.

También por esas fechas (en agosto de 2003) el 911 GT2 se vio beneficiado por las mejoras que afectaron al resto de la gama, de forma que con 483 CV a 5.700 rpm y un par máximo de 640 Nm a 3.500 rpm se constituyó como el modelo más potente y rápido de esta generación alcanzando una velocidad máxima de 319 km/h y acelerando de 0 a 100 km/h en 4 segundos justos.

Un mes después, en septiembre de 2003, se lanzaron nuevas variantes: por un lado el 911 Carrera 4S 3,6 Cabrio, con las mismas características técnicas y prestaciones de la versión Coupé. También otra variante aún más radical, el 911 GT3 RS, destinada a los clientes amantes del comportamiento más extremo, que conseguía reducir su peso en otros 20 kg adicionales (quedándose en 1.360 kg), a base de eliminar más elementos superfluos. El motor bóxer de 6 cilindros entregaba la misma potencia (380 CV a 7.400 rpm) y par (385 Nm a 5.000 rpm), por lo que las prestaciones no mejoraban de forma apreciable, siendo capaz de alcanzar una velocidad máxima de 306 km/h, de acelerar de 0 a 100 km/h en 4,4 segundos o realizar el kilómetro con salida parada en 22,5 segundos, aunque si mejoraba su manejo en situaciones límite. Por último también se comercializó el esperado 911 Turbo 3,6 Cabrio, la variante descapotable que permitía gozar a cielo abierto del potente propulsor que ofrecía 420 CV a 6.000 rpm y un par máximo de 560 Nm entre 2.700 y 4.600 rpm, con unas impresionantes prestaciones como una velocidad máxima de 305 km/h o una aceleración de 0 a 100 km/h en 4,3 segundos.

Como paso final de esta quinta generación, en julio de 2004, salieron de la cadena de montaje las versiones turboalimentadas más radicales, el 911 Turbo S 3,6 Coupé y el 911 Turbo S 3,6 Cabrio, a los que se les había dado una vuelta de tuerca adicional a los propulsores, entregando una potencia máxima de 450 CV a 6.000 rpm y un par máximo de 620 Nm entre 2.700 y 4.600 rpm lo que les permitía acelerar de 0 a 100 km/h en 4,2 segundos o lograr una velocidad punta de 307 km/h.

Nos despedimos, por ahora, con el vídeo dedicado a esta quinta generación del Porsche 911, pero no tendréis que esperar demasiado, pues a no mucho tardar estará ante vosotros el artículo dedicado a la sexta generación del deportivo germano.

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