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Luis Ramos Penabad

Los diez coches europeos que más pérdidas han generado en el siglo XXI

La revista inglesa Autocar ha publicado un interesante estudio de BersteinResearch, analistas especializada en la industria de la automoción, que desglosa los diez coches europeos que más pérdidas han generado a sus casas matrices en los últimos años.

Esta es la lista, que encabeza el Smart ForTwo, cuya primera generación que hizo perder a Daimler la friolera de 3.350 millones de euros desde 1997 hasta 2006. Pero como verás a continuación, todas las marcas tienen algún modelo del que se arrepienten. En el cuadro qa continuación puedes ver la cantidad total perdida, así como la cantidad por modelo producido. Algunas cifras son de impresión, como comprobarás:

Vamos a ver ahora cuál pudo ser el problema de cada uno de los modelos, el pecado que les llevó a formar parte de este duro listado.

1. Smart Fortwo 1997-2006: 3.350 millones de euros

Nos resultó curioso encontrar al Smart en esta lista, ya que se trata de un coche que puedes ver en cantidad en numerosas ciudades europeas (en Roma son una auténtica plaga). ¿Qué falló? Para hacer seguro un coche tan pequeño, Mercedes desarrolló elTridion, el nombre de la célula de seguridad que rodea el habitáculo y que protege a sus ocupantes de accidentes y vuelcos. Esa célula Tridion es el esqueleto del vehículo y está fabricada en acero de alta resistencia.

El problema radicó que, en su inicio, el Smart que vendía seguridad empezó a tener problemas de estabilidad que los hacía volcar. Lo solucionaron con ESP de serie y más ajustes, pero el mal ya estaba hecho y la primera generación no se vendió como esperaban en Daimler. Total, que todo el dinero gastado en desarrollo, perdían 4.470 euros por coche.  Además, la campaña publicitaria comenzó antes de que el coche estuviese disponible, creando expectación por un  producto no disponible. Hoy en día, la segunda generación no tiene esos problemas y se gana dinero con el coche. No como con este

Su pecado: No cumplir las expectativas creadas.

2. Fiat Stilo 2001-2009: 2.100 millones de euros

A principios de siglo XXI Fiat lanzó su alternativa para el segmento compacto. La aventura les duró apenas ocho años y la marca lo sustituyó rápidamente por el Fiat Bravo… que era precisamente el coche al que sustituyó, junto con el Brava y Marea Weekend. El Grupo Fiat lo fabricaba en la planta de Fiat Cassino para lo que tuvo que realizar enormes inversiones. ¿Resultado? Perder 2.730 euros por coche vendido (pierde más hoy el Grupo con el Fiat 500e)

Quiso destacar con un amplio equipamiento de serie para toda la gama (con el Stylo Michael Schumacher como tope de gama), inédito en su segmento y tenía unos grupos ópticos con un recubrimiento exterior totalmente transparente que dejaba ver todo si interor. Todos esos gastos de desarrollo no pudieron ser compensados con ventas. Como debía sustituir a tres modelos, no supo contentar a públicos tan distintos.

Fiat apostó por una suspensión demasiado blanda que no cuajó en el mercado europeo y una carrocería alta de la que empezaron a huir sus rivales, que se actualizaron pronto. El Bravo no se vendió tampoco bien, pero utiliza la misma plataforma que este Stylo, de ahí que no computen gran parte de los gastos de desarrollo.

Su pecado: Querer abarcar demasiados campos e invertir sin tener en cuenta el mercado.

3. Volkswagen Phaeton 2001: 1.990 millones de euros

Volkswagen quería una berlina de representación en su gama para competir con los Mercedes Clase S y BMW Serie 7. Lo que no contaba es que la gente que compra ese tipo de vehículos los hace para distinguirse… y no quiere precisamente un anagrama que signifique «el coche del pueblo» en el frontal de su coche. Además, el Grupo Volkswagen ya contaba con el Audi A8 para cubrir ese nicho… Es como si un defensa quisiera ser el máximo goleador del equipo. Pues será difícil.

Tras perder la friolera de 28.100 euros por coche vendido, Volkswagen renunció a seguir con el desaguisado (aunque en España fue muy común entre los políticos). Por suerte para ellos, no tiraron más dinero ya que, con tantas marcas que tienen, pudieron utilizar la plataforma del Phaeton en los Bentley Continental y Flying Spur.

Su pecado: Desviarse de su mercado. Zapatero a tus zapatos

4. Peugeot 1007 2004-2009: 1.900 millones de euros

Peugeot creyó dar en el clavo de la movilidad urbana con el 1007. Sus puertas correderas eran la solución perfecta para el tráfico urbano. Y además, su habitáculo era espacioso y alto para ocupantes de cualquier tamaño. En 2005 se lanzó el Peugeot 107, hermano de un grupo de trillizos junto con el Toyota Aygo y Citroën C1. Y claro, lanzar un coche urbano con cinco puertas en el que los costes se dividían entre varias marcas. El resultado, que salía mucho más barato que el 1007, cuya practicidad se vio eclipsada por las cinco puertas del 107… Además, esas puertas correderas no debían ser muy baratas de producir. De hecho, las cuentas se saldaron con 15.380 euros perdidos por coche vendido.

Su pecado: Lanzar un producto demasiado caro para un segmento donde la gente se fija sobre todo en el precio.

5. Mercedes Clase A 1997-2004: – 1.710 millones de euros

Con el Mercedes Clase A la marca se adentraba en el mercado de los urbanos con una propuesta diferente: lujo para la ciudad, con un coche alto, cómodo y elegante. Pero la primera generación arrancó con mal pie: los coches volcaban con un ligero volantazo a 50 km/h y se ganaron mala publidad por inseguros. La marca reaccionó incorporando ESP en toda la gana y ajustando otros detalles… pero nada volvería a ser lo mismo.

La prueba de que es harto complicado cambiar la idea original del público es que Daimler cambió totalmente de tercio con el nuevo Mercedes Clase A que probamos. Ahora se trata de un compacto pensado para todos los públicos (con nivel adquisitivo alto, entiéndase) y no de un coche urbano detinado a un nicho más femenino (de ahí que perdiese 1.440 euros por coche).

Pecado: Ganarse mala fama y equivocarse con las expectativas del ventas.

6. Bugatti Veyron 2005-2013: 1.700 millones de euros

El grupo Volkswagen quería en su catálogo el coche de producción más potente del mundo «costase lo que costase». Ajá. Pues ahora tenemos las cifras. Pierden la friolera de 4.617.500 euros por cada coche que venden. Así que si alguien te dice que un Bugatti Veyron es caro (en torno al millón de euros el básico), debes saber que les cuesta cinco millones desarrollarlo.

Habrá quien diga que es imagen de marca para Bugatti y el resto del Grupo Volkswagen… La verdad es que la repercusión mediática del Veyron es brutal, como corresponde al coche número 1… pero tanta promoción, como ves, no es gratuita.

Su pecado: La soberbia.

7. Jaguar X-Type 2001–2009: 1.700 millones de euros

Jaguar es una marca que presume de lujo. A principios de siglo pretendió, con el X-Type, tener un modelo accesible y económico en su gama. Hasta ahí todo correcto. Pero el Jaguar X-Type, en realidad, era un Ford Mondeo.

Al principio se le quiso dar un aire más exclusivo ya que solamente estuvo disponible con tracción total, pero claro, así era caro. Poco después llegaban las variantes con tracción a un eje, motor diésel y la carrocería familiar. Vendieron más de 350.000 unidades, lo que no está nada mal, pero no lo suficiente para que perdiesen 4.690 euros por coche y tuviesen que despedir a 300 personas en la fábrica de Halwood (Reino Unido) al cesar la producción). Y es que la gente seguí viendo bajo esa carrocería lo que era, un Mondeo. Aunque la mona se vista de seda… Su relevo fue el Jaguar XF, bastante más caro, bastante más Jaguar, como vimos en nuestra prueba del Jaguar XF.

Pecado: Intentar vender duros a diez pesetas (o euros a dos euros, para los más jóvenes)

8. Renault Laguna 2006–2012: 1.540 millones de euros

El Renault Laguna nació en 1994 con la difícil misión de sustituir al Renault 21. Su segunda generación llegó en 2000  y la actual en 2008. Apostó por la calidad de interiores, la seguridad (la segunda generación fue el primer automóvil en recibir cinco estrellas en la prueba de protección a adultos en Euro NCAP) y quiso dejar atrás su imagen de coche fiable. Pero no cuajó. Su diseño se tachó de demasiado discreto en muchas ocasiones, en una época en que las berlinas y sedanes de las marcas generalistas empezaron a caer en picado en favor de los SUV que cada vez les arañan más ventas. Como resultado Renault tuvo unas pérdidas de 3.550 euros por unidad fabricada, una cantidad más que considerable.

Su pecado: No ver hacia donde iba el mercado y mejorar una carrocería que ya no tenía suficiente volumen de ventas.

9. Audi A2 2000–2005: 1.330 millones de euros

A veces los coches «fallan» en el mercado por ser demasiado buenos. Y el Audi A2 es el mejor ejemplo. Tenía un chasis de aluminio y una aerodinámica fantástica que redundaba en un consumo muy bajo. Y todo ello en un coche pequeño, con un habitáculo amplísimo dada su generosa distancia entre ejes, buenos y resistentes acabados interiores y un maletero con gran capacidad para su tamaño (sobre todo en altura).

Pero todo ese experimento tecnológico en pos de la eficiencia, que hoy vemos como lo más normal del mundo, llegó en el año 2000, cuando un litro de gasolina no costaba ni 100 pesetas (unos 0,60 euros). Y pasó sin pena ni gloria por los concesionarios. Audi perdió 7.530 euros por coche, muchísimo, pero al menos aprendió mucho sobre construcción ligera y gracias a él, sus productos son mejores hoy en día.

Su pecado: Ser un adelantado a su tiempo.

10. Renault Vel Satis 2001-2009: 1.200 millones de euros

El Renault Vel Satis… cometió un error muy similar al del Volkswagen Phaeton. Y es que cuando las marcas generalistas se meten en el segmento E, acaban fracasando estrepitosamente. Y eso que era comodísimo y apostó por la tecnología, ya que fue el primer modelo en llevar suspensiones McPherson tanto delante como detrás.

Sin embargo, quiso destacar (o más bien sus diseñadores), apostando por una mezcla de berlina y monovolumen que nadie entendió. En Francia adoran los hatchback, esos coches con portón trasero, y lo llevaron a un segmento donde nadie lo entendió… Y menos cuando pasaban el presupuesto en el concesionario.  Por cada coche Renault perdió 18.710 euros.

Su pecado: Querer destacar por extravagancia en el segmento más clásico y serio.

Fuente: Bernstein Research
Vía: Autocar
Infografía: Statista

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