La participación de mujeres en competiciones automovilísticas no es algo reciente. De hecho, en la primera carrera de la NASCAR, uno de los torneos más importantes del mundo del motor, una mujer ya estaba a los mandos. Se trataba de Sara Christian y esta es su historia.
Los motivos que la llevaron a sentarse en el stock car en esa histórica carrera son desconocidos. Poco se sabe sobre su vida previa, aunque se asume que antes del comienzo de la NASCAR habría estado participando en los “powder puff derby”, unas carreras populares que se organizaban exclusivamente para mujeres.
Lo que sí que se sabe es su relación familiar con el mundo del motor. Sara Christian debe su apellido a su marido Frank Christian, piloto y propietario de un coche de la NASCAR. Además, también se cree que tenía cierta relación con la familia Flock, con hasta cuatro pilotos entre los que se incluye a otra pionera del automovilismo: Ethel Mobley.
Un quinto puesto para la historia
La primera carrera de la NASCAR según la conocemos hoy en día se celebró el 19 de junio de 1949 en el Charlotte Speedway. Aunque se desconocen los motivos, Sara Christian estaba al volante de uno de los coches. Sin embargo, rápidamente demostró que no estaba ahí por casualidad. Consiguió clasificarse en la decimotercera posición con el Ford propiedad de su marido. A pesar de ello, a mitad de carrera tuvo que dejar su asiento a Bob Flock después de que el motor de su coche dijera basta.
Este incidente no evito que Sara Christian volviera a conducir en la segunda carrera de la NASCAR. Su rendimiento no fue demasiado bueno, pero esa carrera marcó un nuevo hito. Si la primera había supuesto el debut de una mujer, en la segunda se batió el récord de más mujeres compitiendo a la vez. En el Daytona Beach Road Course se juntaron hasta tres mujeres: Ethel Mobley, Louise Smith y la propia Sara Christian. Esta situación podría resultar anecdótica si no fuera porque este registro nunca se ha superado. Tan solo fue igualado en alguna carrera más de ese año 1949 y en el 1977 por Janet Guthrie, Christine Beckers y Lella Lombardi.
Otro hecho curioso sucedió en Daytona, que supuso también una línea más de la historia de la NASCAR en la que aparece Christian. Su marido Frank corrió también ese día, lo que les convirtió en el único matrimonio que había participado en una misma carrera.
Pero lo mejor estaba todavía por llegar. En Langhorne Speedway consiguió alzarse hasta la sexta posición. Y en la Heidelberg Raceway de Pittsburgh, acabó en el quinto puesto, siendo la única mujer que se ha colado en el top-5 de la máxima división de la NASCAR en toda su historia.
Tal y como llegó, Sara Christian desapareció
La temporada fue bastante notable para Sara Christian. Corrió en seis circuitos más y acabó en la decimotercera posición en la clasificación final por puntos. Además, como era lógico, se hizo con el premio a la conductora el año, entregado por la Asociación de Conductores de Estados Unidos.
Después de esto, prácticamente se le perdió la pista. Igual que apareció de la nada, de pronto se desvaneció. En el año 1950 participó en Hamburg Speedway con una más que decente decimocuarta posición y, después, nada más. Su carrera fue corta, pero sirvió para abrir el camino a muchas otras mujeres que no han dejado de dar vueltas por el gran óvalo.