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McLaren
Alejandro Serrano

Seis tecnologías de la F1 aplicadas a la vida real

La Fórmula 1 es un laboratorio donde se crea parte del futuro. En una entrevista realizada a Ron Dennis, jefe de la escudería McLaren, por el 50 aniversario de la marca, comentaba que en el futuro McLaren también será conocida y respetada por la utilización de su última tecnología en el desarrollo de nuevas aplicaciones en el mundo de la medicina. Y es que la F1 va mucho más allá de ser un capricho de gente que se gasta millonadas en unos coches para dar vueltas a un circuito. Toda esa inversión revierte a menudo en la sociedad y ayuda a que el mundo progrese en campos tan diversos como estos:

Fibra de carbono

A principios de los años 80 McLaren desveló el primer coche de fibra de carbono. Su idea fue sustituir la estructura de tubos metálicos que conformaban los chasis de los monoplazas por ese plástico negruzco que tiene pinta de romperse nada más mirarlo.

En palabras de John Barnard, diseñador de coches de carrera y la primera persona que se atrevió a emplear este material, “el peso ligero es una obviedad en términos de rendimiento, y la única manera que sé de hacer las cosas más ligeras es utilizar otro material. Ese material es la fibra de carbono”.

Hoy, 30 años más tarde, este sistema se utiliza en coches de calle, airbuses, bicicletas de competición o las patillas de gafas.

La utilización de este compuesto de carbono nos puede llevar a la realización de productos realmente excepcionales. Aquí, John Barnard ha trabajado con el diseñador Terence Woodgate para el diseño de muebles que lleven a los materiales a su limite, como es el caso de una mesa comedor de 4 metros de longitud. Este material tiene tan solo dos milímetros de espesor y resiste mucho más peso que una mesa normal de la misma longitud.


KERS

En 2009 la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) abogó por la introducción del KERS (Sistema de Recuperación de Energía Cinética). Este dispositivo recuperaba la energía disipada en forma de calor durante las frenadas y se la devolvía a las ruedas traseras ayudando al motor en la salida de las curvas. Hay de dos tipos: el basado en baterías, y otro en una especie de rueda metálica imantada que gira a miles de revoluciones por minuto por pura inercia.

El equipo Williams ha apostado fuertemente por esta tecnología de la F1 y se está empezando a aplicar en autobuses, trenes y metros. Se calcula que con este aparato el transporte público se va a ahorrar aproximadamente un 20% de su factura en combustible.


Células de supervivencia

La Babypod II es otra de las tecnologías de la F1 que, en este caso, está pensada para salvar vidas de los que no pueden defenderse solos: los recién nacidos. Este dispositivo recrea las condiciones de un útero materno de manera artificial, es una incubadora. Su estructura y materiales han sido extraídos de la misma ingeniería que construye las celdas de supervivencia de los monoplazas.

La gracia del invento no solo reside en los poco más de ocho kilos que pesa, o que pueda ser operado por una sola persona en un helicóptero, coche o incluso una moto. Lo mejor es que no haya ni una sola pieza metálica en su construcción y los críos puedan ser radiografiados o sometidos a escáneres sin sacarlos de su vital cápsula. Incluso aguantaría un crash test tipo EuroNCAP y su pasajero soportaría sin problemas un accidente de hasta 60 km/h. Todo un invento.


Diseño de los monoplazas

Esta silla de ruedas con diseño monocasco ha sido creada por el diseñador británico Mike Spindle, quien posee largos años de experiencia en la Fórmula 1 realizando partes de la suspensión de las ruedas y chasis de los monoplazas.

Se trata de la primera silla de ruedas disponible a la venta con un diseño monocasco, que quiere decir que su fuerza proviene de la parte exterior de la silla y no del marco interno. Esto se traduce en que esta silla es más ligera y más fuerte.


Amortiguadores

Los coches de Fórmula 1 emplean amortiguadores hidráulicos para limitar el rebote sobre superficies irregulares. Los ingenieros de McLaren adaptaron sus amortiguadores dentro de este ligero aparato para proteger las rodillas. Este dispositivo hidráulico controla la flexión de las rodilla y realinea la pierna antes del próximo impacto.

Esta aplicación ha sido probada por parte de los marines de los Estados Unidos, que regularmente pueden resultar heridos mientras se encuentran de pie moviéndose en pequeñas embarcaciones inflables desde las que saltan al campo de batalla.

En esta situación, las rodillas de una persona deben absorber la potencia equivalente a saltar desde un muro de 2,5 metros cada pocos segundos. Además de usarse para estas situaciones, esta tecnología también se destina para apoyar las rodillas después de una cirugía.


Telemetría

Para conocer los datos que provienen del monoplaza, se utiliza la telemetría, que los vuelca en un ordenador y los hace visibles. ¿Cómo se hace? Mediante unos 120 sensores que recogen información de todo tipo de datos en carrera, y se envían a los boxes usando la telemetría, a una velocidad de dos a cuatro megas por segundo. Cada coche envía 750 millones de números en dos horas.

Resulta que esta ultrarápida conversión de información en conocimiento puede aplicarse más tarde en la vida real. Según cuenta Peter van Manenresponsable de McLaren Electronics, la telemetría ha servido para ayudar a un bebé de tres meses con problemas de corazón. Para explicarlo, van Manen se apoya en un monitor convencional donde en la parte superior están los datos normales (pulso, ritmo cardíaco, oxígeno en la sangre, y respiración).

Según puedes ver en el vídeo al final del artículo, «las líneas de arriba, azules y rojas, son las interesantes. La línea roja muestra una señal de aviso automático de alarma, y la azul indica cuándo algo empieza a cambiar, y justo antes incluso de buscar una interpretación clínica, los datos nos dicen que algo está pasando, que algo va mal”. En cambio, la línea verde nos muestra lo que es normal en el bebe (se le conoce como la nube de normalidad). Cuando las cosas empiezan a cambiar y comienzan a deteriorarse, pasamos a la línea roja.

La clave es detectar cuando las cosas empiezan a cambiar o a deteriorarse, porque como “en un coche de carreras o como para cualquier paciente, cuando las cosas empiezan a ir mal hay un cierto período de tiempo que puede marcar la diferencia”, explica van Manen.

Aquí debajo tienes el vídeo de cómo un F1 puede ayudar a un bebé de tres meses:


Fuente: El Confidencial, JOT DOWN, Fieras de la Ingeniería
Fotos: Flickr Dave P., Calum Summers

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