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Alejandro Serrano

La industria vuelve a fijarse en el hidrógeno y la pila de combustible

Desde hace un tiempo los vehículos de hidrógeno dejaron de ser el centro de atención, quizá porque producirlo salía caro y es poco eficiente energéticamente. Pero están a punto de sorprendernos con un nuevo regreso, puesto que Toyota desea materializar este acuerdo y este año tiene en mente desvelar una berlina con pila de hidrógeno que saldrá a la venta en 2015 por unos 39.000 euros.

Toyota no va a ser la única que se suba al barco, ya que otros fabricantes del mundo han anunciado asociaciones para comercializar la tecnología, entre ellos GM y Honda, que también han anunciado una colaboración de este tipo.

“GM, Toyota y otro par más de fabricantes han hecho un gran trabajo. Las pilas de combustible empiezan a estar más cerca de la viabilidad, mucho más cera de lo que se pueda imaginar», afirma Brett Smith, codirector de fabricación, ingeniería y tecnología en el Centro de Investigación Automovilística, una organización sin ánimo de lucro con sede en Michigan (EE.UU.).

Los vehículos de pila de combustible fueron la niña bonita de la administración Bush, en la que pidió 1,2 millones de dólares (unos 930.000 euros) en financiación para la tecnología en su discurso sobre el Estado de la Unión en 2003.

Solo emiten vapor de agua y podrían resultar igual de prácticos que los coches convencionales, puesto que se pueden repostar en el tiempo que se tarda en llenar un depósito de gasolina y tienen una autonomía parecida. Pero atreverse a fabricar este tipo de vehículos de hidrógeno no es tarea fácil. Ante esto, los investigadores han hecho grandes mejoras a la denostada tecnología, entre ellas reducir significativamente su coste, puesto que supone una inversión grandísima en estaciones de repostaje de hidrógeno como para resultar prácticos.

También se ha debatido respecto al grado de bondad medioambiental real de los vehículos de pila de combustible de hidrógeno: si bien los propios coches no emiten dióxido de carbono, el hidrógeno se produce partiendo del gas natural, un combustible fósil, en un proceso que libera grandes cantidades de CO2. El hidrógeno también se puede crear usando energía eólica y solar, pero ese proceso es ineficiente y caro.

Más adelante, en 2009, la administración Obama recortó la financiación para la I+D en vehículos de pilas de combustible. El secretario de energía en aquel momento, Steven Chu, afirmó que haría falta un milagro para que los vehículos de pila de combustible tuvieran éxito. Y de hecho fue así. Sorprendentemente los costes asociados con los vehículos de pila de combustible cayeron.

Como ejemplo, los prototipos construidos por GM y Toyota hace unos años costaban bastante más de un millón de dólares cada uno (unos 776.000 euros). Ahora Toyota afirma que su objetivo es vender su berlina de pila de combustible por menos de 100.00 dólares (unos 77.000 euros). Los costes bajaron cuando Toyota encontró formas de reducir el número de piezas en su sistema de pila de combustible y de reducir la cantidad de platino necesario.

El vicepresidente de planificación estratégica en Toyota Motor Sales, U.S.A, Chris Hostetter, afirma que la berlina podría costar apenas 50.000 dólares (unos 39.000 euros), con lo que sería más barata que el vehículo eléctrico Tesla Model S, que tiene una autonomía parecida (otros vehículos eléctricos son más baratos, pero necesitan recargas más frecuentes).

En el mes de mayo el Departamento de Energía de Estados Unidos dio a conocer su último análisis de las previsiones de emisiones totales de dióxido de carbono de vehículos de pila de combustible para 2035, incluyendo las emisiones asociadas con la fabricación de hidrógeno partiendo de gas natural, comprimirlo y transportarlo. El análisis muestra que los coches emitirán menos de la mitad de CO2 que los vehículos de convencionales de gasolina en la actualidad. También liberarán menos dióxido de carbono que los vehículos eléctricos si estos se recargan en zonas de Estados Unidos que tienen una gran dependencia de la energía proveniente de centrales termoeléctricas.

Pero el mayor reto para los vehículos de pila de combustible sigue siendo la falta de estaciones de repostaje de hidrógeno. Al contrario que los vehículos eléctricos, que se pueden recargar en casa, los vehículos de hidrógeno necesitarán una red de estaciones de repostaje. Los fabricantes de vehículos son muy conscientes de este obstáculo potencial. En la actualidad Toyota está trabajando con gobiernos y empresas en un esfuerzo por conseguir instalar más estaciones de repostaje de hidrógeno antes de empezar a vender sus vehículos de pila de combustible.

Fuente: MIT Technology Review

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