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dAlh2Orean_01
Gonzalo Yllera

Un coche que funciona con aluminio y sosa caustica

El coche es fruto del proyecto final de carrera de Aleix Llovet, un estudiante de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), y más concretamente de la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Industrial y Aeronáutica de Terrassa (ETSEIAT). Para la realización del mencionado proyecto ha contado con la inestimable colaboración y guía del profesor de dicha institución, Xavier Salueña.

El De Lorean DMC 12 que ha inspirado a los investigadores

¿Os acordáis de la trilogía de películas de “Regreso al Futuro»? Bueno, al menos los que ya tenemos una edad, indudablemente sí. ¿Quién no ha soñado alguna vez con ser Marty McFly y conducir junto a “Doc” el fantástico  De Lorean DMC-12, con su “condensador de fluzo”, que le permitía viajar a través del tiempo?

En una escena de la película, el profesor Emmet L. Brown (“Doc”) coge un cubo de basura de la calle, arrojando su contenido dentro del depósito del De Lorean, a continuación abre una lata de refresco, se la bebe y también la añade. Gracias a este combustible, el coche y los protagonistas consiguen viajar a través del tiempo.

Pues bien, tomando como inspiración la película, Aleix Llovet y Xavier Salueña han diseñado su propio “condensador de fluzo” y lo han montado en un pequeño coche de radio-control, siendo el primero de este tipo que funciona con una pila de combustible alimentada por residuos de aluminio (en este caso anillas de latas de refresco) y agua, usando sosa cáustica doméstica como catalizador. Como no podía ser de otra forma, lo han denominado dAlh2Orean, un acrónimo en donde convive el símbolo del aluminio, del agua y la marca De Lorean. El vehículo ya ha sido patentado por la UPC.

Por el momento el coche de radio-control no puede “viajar en el tiempo”, pero sí logra circular a una velocidad máxima de 30 km/h, con una autonomía de 40 minutos por cada recarga.

El proceso (y principal innovación de este proyecto) viene a ser más o menos el siguiente: El residuo de aluminio (las anillas de las latas) y la sosa cáustica, disuelta en agua, se introducen en el depósito del coche. La reacción de la sosa y el aluminio genera hidrógeno, del cual se eliminan los restos de hidróxidos mediante un filtro de vinagre y agua. El hidrógeno filtrado pasa a un contenedor de bolas de hielo de sílice, donde se le extrae la humedad para aumentar su rendimiento. Finalmente, el hidrógeno llega a la pila y la alimenta produciendo energía eléctrica para mover el motor, generándose adicionalmente agua y calor.

Aleix Llovet y Xavier Salueña, junto al dAlh2Orean

Otra ventaja es que este sistema es totalmente ecológico, ya que no genera CO2 y cierra el ciclo de vida del aluminio utilizado (que es residual)  y que, en contacto con la sosa cáustica, produce hidrógeno, sosa y residuos de hidróxido de aluminio (con los que se puede volver a fabricar aluminio, de mayor pureza que el reciclado). Por otro lado, el único residuo que se produce en el filtro de vinagre, es agua y cloruro sódico, es decir, sal común.

Por su parte el profesor Xavier Salueña dirige el proyecto “Aluminio”, en el que se enmarca la patente del dAlh2Orean, cuya finalidad es extrapolar este sistema de propulsión para mover vehículos convencionales y microturismos. Según los cálculos de estos expertos, para mover un vehículo con un motor de unos 5 CV durante una hora, serían necesarios unos 3 kg de aluminio y si hablamos de motores entorno a los 60 CV se necesitarían unos 30 kg, para lo cual habría que resolver primero el problema del circuito y el sistema de recarga. De momento, los investigadores ya han contactado con algunas empresas para estudiar la viabilidad del proyecto.

¿Nos vemos en el futuro?

A continuación os mostramos un vídeo del dAlh2Orean:
[youtube width=»650″ height=»390″]http://www.youtube.com/watch?v=nEooQgI7n7c

Galería de imágenes:

  • combustibles alternativos
  • hidrógeno
  • movilidad
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