El BMW Serie 3 es uno de los modelos clave para la firma alemana. Tiene siete generaciones a sus espaldas, con versiones deportivas que son auténticos referentes de la automoción europea, como el BMW M3. Pero también es un vehículo que no deja de lado a aquellos que buscan también algo más de practicidad, como este BMW Serie 3 Touring.
Esta versión con carrocería familiar acompaña al Serie 3 desde 1987. Su origen fue muy curioso, obra de Max Reisbock un ingeniero que trabajaba entonces en BMW.
Adoraba el Serie 3 Sedán que conducía, pero su maletero le resultaba pequeño cuando viajaba con su familia. Llevó su coche al garaje de un amigo y creó la carrocería familiar de manera artesanal. Cuando la dirección de BMW lo descubrió lo llevó a producción, casi sin cambios.
Fue el pasado año, en 2020, cuando llegó al mercado, Basado en el BMW Serie 3 2019, pretende seguir sumando ventas a las más de 1,7 millones de unidades que se han vendido desde su lanzamiento. Su receta siempre ha sido la misma, combinar el tacto dinámico de la berlina y sumando un maletero mayor y más práctico:
Exterior
Hay dos cosas que me llamaron la atención del BMW Serie 3 Touring en cuanto lo vi. La primera, sus dimensiones. Es muy grande y comentándolo con amigos me decían que es más fácil que nunca confundirlo con un Serie 5 si no te fijas bien. Y es que mide 4.709 mm de longitud. Lo mismo que el sedán del que parte, pero es que son 76 mm más que su predecesor.
Es increíble cómo han ido creciendo los coches. Hace dos generaciones (el E 91 de 2009) apenas superaba los 4 metros y medio (4520 mm, 19 cm menos). Y el original, el E 30 Touring, medía 4.345 mm en 1987 (36,5 cm menos). Otras medidas del actual son los 1.827 de ancho (+16 mm) y 1.470 de alto (+8 mm). También se han ensanchado la vía delantera (43 mm más) y la trasera (21 mm).
La segunda es el cambio respecto al anterior. Lo veo más atrevido que antes, pues el anterior Serie 3 coqueteaba quizá demasiado con la elegancia. Ahora se nota que además de tener ese toque deportivo al conducirlo, quiere demostrarlo de primeras, sobre todo si lo equipas con el paquete M Sport como esta unidad.
Esa agresividad visual la vemos en el frontal, con los habituales riñones de la marca, mayores que antes pero todavía con un diseño horizontal, los faros más afilados, con tecnología Full LED de serie (láser matriciales como opción) o las formas del paragolpes.
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En el lateral, además de detalles como las llantas de 19 pulgadas o las barras del techo, que ya vienen de serie. El mayor cambio sin duda viene de mano de la mayor distancia entre ejes (41 mm más) y la forma en que cae la ventana lateral trasera, más tendida que nunca para realzar el aire deportivo en esta versión familiar.
Visto desde atrás nos gustan detalles como el alerón en la parte alta del portón, que por cierto conserva su característica luneta practicable. También los pilotos LED, muy alargados y que le ayudan a que el coche parezca más ancho. O la doble salida de escape reales.
Interior
Si por fuera decíamos que era más parecido al Serie 5 que nunca, lo mismo podemos decir del interior. Puedes comprobarlo en nuestra prueba del BMW Serie 5. Lo vemos principalmente en la calidad de realización, con superficies blandas y materiales muy buenos en prácticamente todas las zonas. Nada que ver con los BMW de antaño, que eran bastante parcos en este sentido. Me atrevería a decir que mejor que un Mercedes Clase C y a nivel similar del Audi A4.
Ya que hablamos de rivales históricos es posible que las pantallas que emplean sean más futuristas que las soluciones tecnológicas de BMW, pero en mi opinión este sistema es más fácil de usar y, sobre todo, más seguro porque desvía menos la atención de la conducción.
También la disposición de elementos es como la del BMW Serie 5, con una pantalla del sistema de infoentretenomiento algo más pequeña, aquí de 10,25 pulgadas que además de ser táctil puede controlarse con el mando iDrive de la consola, un botón giratorio muy intuitivo y preciso. Tenemos también botones de acceso directo a las principales funciones y para cambiar de modos de conducción en la consola y no faltan tampoco para el climatizador o la radio en el salpicadero.
En esta unidad tenemos otra pantalla para la instrumentación, que es opcional. Es de 12, 3 pulgadas y peca de lo mismo de lo que dijimos en la prueba del BMW Serie 1: poca personalización de gráficos y la forma en que muestra las revoluciones y el velocímetro nos parece que empeora la legibilidad.
Por lo demás, un espacio muy bueno en los asientos delanteros. La posición de conducción me parece fabulosa. Muy baja y con unos ajustes eléctricos muy completos en los asientos (confortables y que sujetan muy bien el cuerpo, pese a estar rematados en cuero en esta unidad de prueba). También en el volante, de un aro grueso y de un tacto delicioso con el paquete M Sport.
Esta versión Touring suma un leve incremento en la altura disponible en las plazas posteriores debido al diseño de la carrocería. Detrás hay buen espacio para las piernas, es donde más se nota el aumento de distancia entre ejes, y también para la cabeza.
No me convence demasiado el acceso a esas plazas traseras. Es un coche bastante bajo, lo que complicará la vida a los más mayores o más pequeños. Y aunque las puertas abren bastante, el paso de rueda trasero resta algo de espacio y complica algo la salida.
Aunque ha aumentado también la anchura, pero continúa siendo un coche pensado para que detrás viajen dos. Si montas dos sillas infantiles, como es mi caso, olvida que un adulto pueda ocupar esa plaza. Y si van dos adultos, el túnel de transmisión es muy alto y obliga a poner los pies a los lados.
Maletero
Mientras que el BMW Serie 3 sedán anuncia 480 litros, el Touring alcanza los 500 litros, medidos hasta la bandeja enrollable. A ellos habría que sumar los 32 que hay en un hueco bajo el piso, no se puede considerar ni un doble fondo.
Como es habitual, podemos abatir los respaldos de la segunda fila de asientos, desde unos prácticos tiradores hidráulicos. Están divididos en una proporción 60:40 o 40:20:40 y cuando realizamos esta maniobra conseguimos 1.500 litros de volumen máximo.
Lo bueno es que el borde de cargo está más bajo que en un sedán, lo que facilita cargarlo. Además de ser más accesible, es también un espacio más aprovechable por sus formas.
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Tiene detalles que nos gustan mucho. Algunos clásicos, como la luneta trasera se puede abrir de forma independiente al portón (que cuenta por cierto con apertura eléctrica de serie). Otros más novedosos, como los raíles de goma antideslizantes del piso del maletero. Cuando el maletero está abierto están a ras de suelo pero si si se cierra se elevan unos milímetros para que los bultos no se vayan moviendo.
Equipamiento
El equipamiento de serie del BMW Serie 3 es ya bastante abundante. No faltan seis airbags, ESP, climatizador, control de crucero, sensores de aparcamiento delanteros y traseros… Y mucho más.
No seguimos porque a partir de ahí uno puede configurar el coche a su gusto sin problema. Si lo quieres, es difícil que no encuentres algo en el casi interminable listado de opcionales. Faros láser, control por voz, techo solar, asientos climatizados con regulación eléctrica, sistema multimedia con control por voz, el cuadro de instrumentos digital… Por suerte hay múltiples paquetes que facilitan la elección.
¿Límite? Tu cuenta corriente. Porque no son baratos los opcionales, precisamente. El acabado M Sport, por ejemplo, cuesta 5.200 €. Y sí, es completo, porque suma llantas de 18 pulgadas, faros antiniebla LED, levas de cambio en volante (Steptronic Sport), retrovisor exterior del conductor electrocrómico, asientos delanteros deportivos, retrovisores plegables eléctricamente con carcasas en negro, el paquete aerodinámico M, volante M en cuero, la tapicería, pedales y reposapiés M, guarnecido interior del techo BMW Individual antracita, molduras interiores diferenciadas…
Por cosas como esas su precio recomendado de 48.850 euros puede dispararse con suma facilidad. Ojo, es su tarifa recomendada, pues puedes encontrar ofertas del BMW Serie 3 Touring en nuestra sección de coches nuevos, publicados por concesionarios oficiales de la marca. En esa página también puedes realizar la configuración de opcionales y tambien solicitar la mejor financiación del coche si quieres pagarlo más cómodamente.
Motor
La gama de mecánicas del BMW Serie 3 Touring es muy completa. Hay variantes gasolina de cuatro y seis cilindros, de entre 184 y 374 CV. Y ojo, que BMW ya ha confirmado que por vez primera existirá un M3 Touring, con hasta 510 CV. También es la primera vez que cuenta con versiones híbridas enchufables, los 320e y 330e. Son potentes, pues tienen 204 y 292 CV respectivamente.
Pero un coche como este, pensado para viajes largos en familia, puede ser interesante elegir un propulsor diésel. Hay nada menos que cuatro opciones. Dos con motor de cuatro cilindros, de 150 y 190 CV, y dos con seis cilindros, con 258 y 340 CV. Los motores tetracilíndricos envían la potencia al eje trasero y los de seis a todas mediante la tracción total xDrive (opcional en el resto). El cambio es automático de ocho relaciones.
Y el protagonista de esta prueba es el 320d, una de la variantes más interesantes si haces muchos kilómetros, pues combina buenas prestaciones y consumos comedidos. Y es que es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 7,1 segundos (y alcanzar 230 km/h) con un consumo homologado de 4,9 l/100 km.
Más cosas interesantes que vemos en su ficha técnica: Entrega sus 190 CV (140 kW) de potencia máxima a las 4.000 rpm y sus 400 Nm de par entre las 1.750 y 2.500 rpm. Y sí, tiene etiqueta ECO porque hace unos meses sumó un pequeño motor eléctrico de 11 CV que alimenta a una batería de 0,53 kWh. Un microhíbrido diésel que vamos a ver qué tal va.
Comportamiento
Es un coche más grande. Y más pesado que la berlina. Se va a los 1.705 kg de peso, lo que es 110 kg más que el sedán. Pero todo se ha pensado en él para que siga siendo un coche dinámico como siempre. Tiene un reparto de pesos ideal, con el 50% de la masa repartido entre ejes, igual que la berlina. Y es mucho más rígido que antes, en concreto un 25% (hasta el 50% en algunas partes).
El motor diésel de 190 CV es más que sobrado para mover el coche de fábula. El cambio automático de convertidor de par está muy bien calibrado para moverse en carretera. Destacaría su calidad de rodadura, sobre todo en autovía, donde es muy equilibrado y se nota la mayor distancia entre ejes. Es un coche que va muy aplomado incluso a altas velocidades y con una estabilidad que da tanta confianza al volante que temes más a los radares que a que pueda pasar algo.
Además, para lo mucho que corre, gasta poco. Nos hemos movido en 5,3 l/100 km, una cifra algo más elevada que la homologada pero que sin duda es muy buena para sus capacidades.
Pero si te compras este coche es para moverte en carreteras secundarias con curvas. Ahí agradeces (y disfrutas) de que sea un modelo de propulsión y que eso no te preocupe, pues todas sus reacciones son nobles y seguras.
A eso suma una dirección precisa y una excelente puesta a punto de las suspensiones. Aunque es un coche que se disfruta mejor en vías bien asfaltadas, filtra bastante bien l. as irregularidades y sujetan el coche de fábula al enlazar curvas. Animaba a correr en autovía… y también en este tipo de vías.
Por cierto, tiene una suspensión adaptativa que no sé muy bien si conviene comprarla porque la de serie es estupenda. Gracias a unos topes hidráulicos, BMW ha conseguido que la suspensión se endurezca a medida que se comprime. Así es más firme en conducción deportiva y blanda si vas más tranquilo.
Otra cosa que cambia bastante el carácter del coche son los modos de conducción. Contamos con el Comfort (el más equilibrado), Eco Pro, que busca reducir consumos y el Sport (más deportivo), así como el Individual permite configurar diferentes parámetros. Actúan sobre dirección y suspensión en caso de equipar la adaptativa, pero donde realmente lo notas es en la respuesta del acelerador y cómo se realizan los cambios de marcha.
¿Algún pero en su dinámica? Pues, por poner alguno, no va tan fino en ciudad. Esa reactividad y forma de fluir en carretera se pierde en la urbe, donde la caja de cambios no va tan suave y la suspensión trasera es algo incómoda con los resaltos para los pasajeros traseros.
Opinión cochescom
Si quieres un familiar cómodo y divertido de conducir, el BMW Serie 3 Touring es el mejor que puedes encontrar en el mercado. El mismo coche que conquista por cómo se conduce en curva, ahora con más aplomo que nunca en autovía y con un confort interior más cercano al Serie 5 que nunca.
Muchos me preguntaban en la prueba del Giulia si era mejor que el Serie 3. Esta generación pretendía retomar el trono de las berlinas medias dinámicas. En mi opinión el Giulia tiene un punto más divertido y directo, sobre todo por la dirección, pero el Serie 3 le bate en equipamiento o acabados. Y en los consumos con el motor diésel, que son muy buenos.
Además, el Giulia no dispone de carrocería familiar. Que es realmente interesante porque ganas unas mejores plazas traseras y un maletero más práctico. Y por un sobreprecio no muy alto, pues son unos 2.000 euros más que el sedán. Eso sí, siempre debes acudir al configurador con la cabeza fría para no seguir sumando hasta alcanzar cifras exageradísimas, ya que el catálogo de opcionales es amplísimo.
- Equilibrio entre confort y dinamismo
- Consumos ajustados
- Calidad de interior
- Acceso a plazas traseras
- Algo menos cómodo en ciudad
- Precio final con opciones
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