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Mario Nogales

Opel Crossland X 1.2 Turbo 110 CV, prueba contacto

Llegan los cambios a Opel. Tras la adquisición de la marca del rayo por parte de PSA van a llegar muchas novedades. Una de las principales es el Opel Grandland X, que llegará al mercado en octubre y que compartirá plataforma con el Peugeot 3008. Pero antes de eso, ya hemos probado la otra novedad de la gama X. El Opel Crossland X se trata de un SUV del segmento B que tiene un punto de vista bastante particular y que comparte plataforma con el nuevo Citroën C3 Aircross.

Lo cierto es que Opel ya tiene otro modelo en este mismo segmento, el Mokka X (que es ligeramente más grande). Sin embargo, la marca no cree que vaya a haber una canibalización en sus ventas porque tienen enfoques distintos. Mientras en Mokka X supone una opción más robusta y con opción a tracción 4×4, el Crossland X busca ofrecer una gran versatilidad y espacio a pesar de sus dimensiones contenidas.

De hecho podemos decir que se trata del sucesor del Opel Meriva y que por lo tanto cuenta con algunas cualidades de monovolumen a pesar de su nueva imagen de SUV, que tanto está de moda. Se trata de un producto ‘Made in Spain’, fabricado en la planta de Figueruelas (Zaragoza) junto al Corsa y al Mokka X. Ya está disponible en los concesionarios de nuestro país y te contamos nuestras impresiones tras probarlo así como nuestra opinión.

Exterior

El Opel Crossland X será bastante llamativo en el exterior. En primer lugar por sus dimensiones, con 4,21 metros de largo, 1,76 metros de ancho y 1,60 metros de alto. Esto significa que es 6 cm más corto que el Mokka X y 16 cm menos que el Astra, ya del segmento C. Su distancia entre ejes es de 2,60 metros. Al ser un modelo bastante compacto y de altura considerable, su silueta puede seguir recordando a la de un monovolumen.

El frontal es bastante reconocible e identificativo de Opel gracias a varios elementos. Encontramos una parrilla de considerables dimensiones que recuerda a la del Insignia Grand Sport por la moldura de doble ala plateada. A ambos lados tenemos unos faros similares a los del Mokka X, que pueden llevar tecnología LED AFL. La parte inferior del paragolpes está rematada en plástico negro y en la parte central cuenta con una moldura de aspecto metálico.

En el lateral es donde mejor se aprecia la altura y la silueta ‘ahuevada’ del Crossland X. Tiene unos pasos de rueda marcados en los que irán llantas de 16 o 17 pulgadas, la marca cree que no era necesario más en este modelo (en el Mokka X sí se ofrecen de hasta 19 pulgadas). El pilar C tiene una forma que nos recuerda al del Opel Adam y consigue un efecto de techo flotante. Puede ser bitono para aumentar su personalización.

La zaga del Crossland X es bastante singular. La sensación de altura se acentúa debido a que los pilotos traseros van colocados muy arriba, pegados a la luneta y fusionándose con el pilar C. Por debajo queda el portón y un paragolpes abultado en plástico negro, mismo material que recubre todos los bajos de la carrocería. En la parte inferior hay otra moldura de aspecto metálico y el tubo de escape queda oculto por detrás.

Interior

Cuando entramos al interior tenemos elementos que nos recuerdan a otros modelos de la gama. La zona del volante, consola central y salpicadero es bastante similar a la de Mokka X y Astra. El centro neurálgico es la pantalla táctil de 7 u 8 pulgadas, desde la que se controla el sistema multimedia. Cuenta con algunos botones de acceso directo para facilitar su uso. Por debajo están los controles de la climatización.

La instrumentación es bastante clásica. Cuenta con dos grandes esferas a los lados, otras más pequeñas por arriba y una pantalla a color en el centro, en la que podemos ver varios parámetros del ordenador de a bordo. El volante multifunción tiene un tacto agradable y cuenta con algunos botones para que no tengamos que apartar las manos. Curiosamente por encima sobresale un Head-Up Display, un extra de 400 euros que no acostumbramos a ver en modelos del segmento B.

Sorprende la cantidad de equipamiento que puede llevar este Crossland X y también que su calidad no desentone. No se trata de un modelo premium y no busca destacar, pero en general está bien resuelto. Los plásticos, algunos blandos y otros duros, cuentan con un tacto correcto y los asientos de tela nos parecen adecuados, aunque presentan muy poco agarre lateral. El espacio va a ser uno de sus puntos destacados.

A pesar de sus 4,21 metros de largo presenta una habitabilidad de un segmento superior. Los asientos delanteros son confortables y cuentan con mucho espacio y comodidad. Aunque sorprenden más las plazas traseras, que mucho hueco para las piernas, aunque no destacan por anchura. La plaza central además carece de forma. Una ventaja principal es que esta segunda fila se desplaza longitudinalmente (es un extra) pudiendo ganar espacio en el habitáculo o en el maletero.

Maletero

Como podíais imaginar el maletero también despunta. De inicio tiene 410 litros, aunque con la banqueta corrediza en su posición más adelantada (15 cm de recorrido) nos deja con una capacidad de 520 litros, más útil que el de modelos mucho más grandes en tamaño. Además encontramos unas formas aprovechables, con líneas rectas y sin apenas recovecos.

La única pega que le podríamos sacar al maletero es que la boca de carga queda bastante elevada y se nos complicará cargar objetos pesados. Un detalle que se nos olvida cuando vemos que abatiendo la segunda fila de asientos (60/40) contamos con una capacidad total de 1.255 litros. Aunque la superficie del maletero y la de los asientos abatidos no estará nivelada. Bajo el piso encontramos el kit antipinchazos

Equipamiento

El Opel Crossland X también es un modelo bastante destacado a nivel de equipamiento. En nuestro país solamente se ofrece con dos acabados, pero desde el inicio será bastante completo. Arranca con el Selective, que ya cuenta con llantas de 16 pulgadas, aire acondicionado, los cuatro elevalunas eléctricos o el sistema multimedia IntelliLink. En materia de seguridad cuenta con el Opel OnStar, alerta de cambio involuntario de carril o lector de señales de tráfico.

Al acabado superior Excellence ya se le puede distinguir por el cromado de los marcos de las ventanillas, por el techo en otro color diferente al de la carrocería o por los protectores de bajos. Otros elementos que añade son los sensores de luz y lluvia, climatizador bizona, pantalla de 3,5 pulgadas para la instrumentación, guantera refrigerada o luz ambiente LED.

Como ya adelantábamos, el Opel Crossland X también cuenta con elementos opcionales interesantes, algunos que son raros de encontrar en un segmento B. Ya hablamos anteriormente del Head-Up Display (400 euros), pero también podremos contar con los faros adaptativos AFL LED (750 euros), asientos y volante calefactables (390 euros) o un sistema de audio premium (400 euros).

Motor

La gama de motores del Opel Crossland X es un claro ejemplo de la influencia de PSA en Opel. Nos encontramos exactamente las mismas mecánicas que vemos en algunos modelos del grupo francés. En diésel se puede elegir solamente un motor, un 1.6 Turbo que cuenta con dos niveles de potencia: 99 y 120 CV. En ambos casos solo puede ir con caja de cambios manual, de cinco marchas en el primer caso y de seis relaciones en el segundo.

En gasolina hay algo más de variedad, pues tenemos dos mecánicas de tres cilindros. Por un lado un 1.2 atmosférico de 81 CV y por el otro el 1.2 Turbo con 110 o 130 CV. La única variante que puede llevar cambio automático es la de potencia intermedia. Como ya adelantábamos al principio, todas las versiones del Opel Crossland X son tracción delantera por el enfoque más urbano que se le ha dado al modelo.

Nosotros hemos tenido la oportunidad de probar una de las versiones más equilibradas de la gama. El 1.2 Turbo ecoTEC de 110 CV y 205 NM con cambio manual es un gasolina con un consumo y unas prestaciones aceptables. Homologa un consumo combinado de 4,9 l/100km y tiene unas emisiones de CO2 de 111 g/km. Acelera de 0 a 100 km/h en 10,6 segundos y tiene una velocidad máxima de 188 km/h.

Comportamiento

Cuando nos subimos a bordo del Opel Crossland X tenemos presente que vamos a conducir un motor tricilíndrico. A pesar de que la rumorosidad de estas mecánicas es mayor que las de cuatro cilindros, lo cierto es que apenas se filtra ruido al habitáculo. El 1.2 Turbo a priori es un motor bastante refinado y la insonorización del Crossland X será buena en la mayoría de casos. Aunque posteriormente en marcha notamos que el ruido aerodinámico se filtraba más, cosas de la altura y del tipo de carrocería.

A pesar de ser un motor de gasolina, nos entrega los 205 Nm de par desde bastante abajo y destacará principalmente en la zona media del cuentarevoluciones. Con 110 CV no podemos esperar que nos pegue al asiento, de hecho habrá que anticipar las maniobras como los adelantamientos para no quedarnos cortos. Ahí entra en juego el cambio manual de cinco velocidades, con un tacto firme pero unos recorridos bastante largos. Los desarrollos también son largos, con la intención de reducir consumos.

Pero el Opel Crossland X que llevamos tiene un peso de 1.245 kg y por lo tanto será un vehículo ágil en cualquier situación. Para la mayoría de mortales el 1.2 Turbo de 110 CV será suficiente para hacer un uso diario digno. Su soltura por ciudad (lugar para el que está puesto a punto) está más que asegurada. Y para aquellos que quieran un poco más de potencia, el de 130 CV tiene un sobreprecio de menos de 300 euros.

Desde el primer momento queda patente que el Crossland X es un coche cómodo, concebido para una conducción sencilla y sosegada. Una muestra de ello es la suspensión, con un tarado que nos ha parecido bastante blando (incluso un poco rebotón), pero preparado de sobra para todas las imperfecciones del asfalto en ciudad. Eso le penaliza dinámicamente, sobre todo en curvas lentas, donde aparecen algunos balanceos.

Con la dirección del pequeño SUV nos pasa lo mismo. Es demasiado asistida, permitiéndonos maniobrar sin esfuerzo, pero a la vez transmitiendo prácticamente nada. Una vez más, mejor en ciudad que fuera de ella. En cuanto a los consumos todavía es pronto para hablar, pues no podemos sacar conclusiones debido a la duración de la prueba. Aún así no nos parece que vayan a ser demasiado elevados.

Opinión coches.com

El Opel Crossland X es la última apuesta en la gama X de la marca del rayo. Se trata de un SUV del segmento B, aunque tiene genes de monovolumen, una clara influencia de su antecesor el Meriva. En el apartado estético tendremos una imagen peculiar y algunos detalles que recuerdan a otros modelos. Lo mismo pasa con el interior, que cuenta con muchos de los últimos componentes tecnológicos, que lo hacen un coche interesante.

Donde más destaca es en cuanto a habitabilidad y versatilidad. Las plazas traseras y el maletero (hasta 520 litros) son de los mejores del segmento y pueden aprovecharse al máximo gracias a una banqueta corredera. La gama de motores es de PSA y el 1.2 Turbo 110 CV una opción lógica y bastante recomendable. Es un coche agradable y fácil de conducir, con una puesta a punto que destaca en el ámbito urbano.

Opel Crossland X 1.2 Turbo 110 CV
7.4Nota
Lo mejor
  • Espacio interior y maletero destacados
  • Equipamiento completo de serie
  • Facilidad de conducción
Lo peor
  • Por fuera, ¿SUV o monovolumen?
  • Suspensiones blandas
  • Motores poco potentes
Diseño6.5
Habitabilidad8
Acabados7
Maletero8
Equipamiento7
Motor8
Comportamiento7
Calidad Precio7.5

Galería de fotos:

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