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Pruebanoticias/
Gonzalo Yllera

BMW X4 xDrive30d, prueba a fondo

Tal y como os prometimos hace unas cuantas semanas, durante la prueba a fondo del BMW X3 xDrive20d, completaríamos nuestro especial dedicado a los modelos más representativos de la firma bávara dotados de tracción total (que ahora cumple 30 años) con el análisis del BMW X4 xDrive30d.

Dicho y hecho. Y ¿qué nos podemos encontrar a los mandos de este SAC…? ¿SAC? Sí, se trata de otra de esas invenciones terminológicas que los responsables de marketing se sacan de la chistera de cuando en cuando para intentar ubicar en el mercado a los nuevos modelos surgidos en las mesas de diseño…

Tras el desarrollo de variantes dotadas de tracción total en algunas de sus más conocidas berlinas, en la marca de Múnich decidieron extrapolar esta tecnología a una nueva categoría, con el lanzamiento de su primer todocamino, el BMW X5, en 1999. Y para diferenciarlo de la competencia crearon un nuevo concepto denominado SAV (Sports Activity Vehicle).

Dado su indudable éxito, sobre todo en el mercado norteamericano, en el año 2004 se trasladó dicha idea a una nueva carrocería con un tamaño general más compacto y, por tanto, un comportamiento dinámico más ágil, surgiendo así el BMW X3.

A éste le siguió la segunda generación del X5 en 2006 y apenas un par de años más tarde, en 2008, se lanzó el BMW X6, lo que suponía rizar el rizo al crear un nuevo sub-segmento dentro del segmento de los SAV. De comportamiento marcadamente deportivo, su estética también trataba de transmitir ese dinamismo, asemejándose en su vista lateral a la de un coupé. De ahí surgió ese nuevo término que mencionábamos más arriba: SAC (acrónimo de Sports Activity Coupé).

Al igual que ocurriera con el X3 respecto al X5, el BMW X4 nació el año pasado (2014) como un intento de rentabilizar en una categoría inferior el indudable y sorpresivo éxito de su hermano mayor, la primera generación del BMW X6, del que ya os ofrecimos una extensa prueba hace poco más de un año.

Este BMW X4 se basa, como es lógico, en la última generación del BMW X3, modelo que analizamos hace unas semanas, pero la versión que en esta ocasión hemos conducido durante varios días y un buen número de kilómetros va un paso más allá en sus aspiraciones dinámicas, gracias a un fantástico propulsor diésel turboalimentado de 6 cilindros en línea, que ofrece nada menos que 258 CV de potencia, además de disponer del paquete deportivo M (4.151,77 €), con el que luce la estética más deportiva de cuantas podemos encontrar en el catálogo de la firma de Múnich.

Exterior

Aunque, como podréis observar en las fotografías que acompañan a esta prueba, su silueta sigue fielmente las líneas maestras marcadas en su momento por el X6 (modelo que ha sido recientemente actualizado), en realidad comparte plataforma y prácticamente las mismas dimensiones generales que el X3.

Así que no tenemos más que recurrir a las frías cifras para corroborarlo, pues cuenta con una longitud total de 4,671 metros (frente a los 4,657 del X3), una anchura idéntica de 1,881 metros sin contar los espejos (2,089 con ellos desplegados) y una altura de 1,624 metros (54 milímetros inferior). Igualmente también calca la distancia entre ejes con 2,810 metros y observamos alguna diferencia sin importancia en las dimensiones de ambos voladizos, siendo de 0,861 metros el anterior y 1 metro justo el posterior (por 0,858 y 0,989 metros respectivamente en el X3).

Por lo tanto las mayores diferencias de diseño se descubren en la vista lateral, la más característica y la que mejor define a este atractivo SAC alemán.

El perfil viene marcado por un morro alto y recto con un capot-motor en suave ascenso. El parabrisas muestra una considerable inclinación, mientras que el techo comienza una amplia curva descendente que durante el primer tramo mantiene una altura más o menos constante, hasta alcanzar el pilar B, para luego comenzar una progresiva caída, que marcará la personalidad del modelo, uniéndose sin solución de continuidad con el portón trasero, llegando hasta un pequeño y disimulado alerón. A su vez la línea de cintura se eleva ligeramente desde el paso de rueda delantero, remarcada por un par de prominentes pliegues longitudinales, hasta alcanzar ese mismo punto.

Ese pretendido dinamismo, al intentar asemejar su silueta a la de un clásico coupé, se ve acrecentado en esta versión al disponer del paquete deportivo M, con numerosos detalles repartidos por toda la carrocería. Por ejemplo en esta vista lateral destacan los revestimientos de las estriberas, las molduras de los pasos de rueda o las de las puertas, todas ellas en el mismo color de la carrocería, por cierto, un bonito Melbourne Rot metalizado que no hacía sino resaltar sus voluptuosas y musculosas formas. Tampoco puede faltar el característico logo “M” en las aletas delanteras.

La deportividad se acentúa con unos abultados pasos de rueda que están ocupados por unas espectaculares llantas de aleación ligera, pertenecientes a la línea M (modelo 622M), con 5 radios dobles y de 19 pulgadas de diámetro, que alojan unos neumáticos Michelin Primacy 3 ZP con medidas diferenciadas en el tren delantero y en el posterior, siendo éstas 245/45 R19 98Y y 275/40 R19 101Y respectivamente.

El frontal conserva gran parte de los detalles definitorios del modelo del que deriva, el BMW X3, como podéis observar claramente. Desde el capot-motor abultado, para dar cabida al propulsor diésel de 6 cilindros y todos sus elementos auxiliares, a los grupos ópticos que muestran el diseño característico de faros dobles que la marca germana ha querido imprimir a sus modelos de última hornada y que en esta ocasión estaban formados en su totalidad por elementos LED, que tan excelente rendimiento lumínico proporcionan (los faros antiniebla, ubicados un poco más abajo, también hacen uso de dicha tecnología).

Asimismo son idénticos los típicos riñones que conforman la calandra, totalmente cromada, que deja paso al aire para refrigerar el propulsor. Y si de tomas de refrigeración hablamos, no va precisamente mal dotada esta versión en la que el paragolpes delantero cuenta con hasta 4 grandes aberturas, fruto del paquete deportivo M con el que estaba dotada esta unidad, aunque al menos las dos laterales situadas en la parte inferior del mismo tienen una mera función estética, confiriéndole un aspecto musculoso e intimidatorio.

Por su parte tenemos una zaga, muy elevada y masiva, con un portón posterior sumamente inclinado en el que el cristal apenas nos permite atisbar lo que ocurre detrás de nosotros. Suerte que contamos con una excelente cámara de visión trasera con la que podremos visualizarlo todo en la gran pantalla multifunción del salpicadero. En la parte superior se integra la tercera luz de freno, mientras que la inferior acaba en un pequeño apéndice aerodinámico que simula un alerón.

Los grupos ópticos traseros con forma de L tumbada, formados también íntegramente por elementos LED, están divididos en dos zonas, una en el propio portón y otra solidaria con la carrocería, enmarcando la placa de matrícula, el logo de la marca alemana y la denominación del modelo.

El paragolpes posterior, también perteneciente al paquete deportivo M, rezuma deportividad gracias a la presencia de un difusor realizado en plástico negro y a la doble salida de escape, en un bonito acabado cromado, en la parte inferior izquierda, para rematar el conjunto.

Interior

El interior de este BMW X4 resulta prácticamente idéntico al del X3, de forma que una vez sentados en su interior sería muy difícil distinguir en cuál de los dos modelos nos encontramos, sobre todo si nos fijamos únicamente en la mitad delantera del habitáculo.

Sólo si nos acabamos de bajar de un X3 (como fue nuestro caso) y nos subimos en él nos daremos cuenta que la altura del asiento se sitúa apenas un par de centímetros más baja, intentando asemejarla a la de un deportivo. No obstante aún seguimos conservando una privilegiada visibilidad del entorno (hacia adelante y laterales), muy útil a la hora de transitar entre el tráfico urbano o por carreteras reviradas de trazado desconocido.

Lamentablemente no se puede decir lo mismo con la visibilidad trasera, perjudicada por una importante altura de la zaga, un cristal excesivamente pequeño e inclinado y unos reposacabezas de los asientos posteriores que ocupan gran parte del escaso hueco disponible. Así que no nos quedará más remedio que adquirir la opcional cámara de visión trasera antes mencionada.

Si nos volvemos a girar hacia adelante tendremos ante nosotros un ambiente amplio y despejado, con el típico y sobrio diseño alemán, además de la calidad de materiales y ajustes de siempre, común a las mejores realizaciones de la firma bávara.

Al igual que en el X3 observamos una gran pantalla multifunción de 8,8 pulgadas presidiendo el salpicadero, cuya zona central se sitúa ligeramente orientada hacia el conductor para una mejor ergonomía. En dicha pantalla podremos visualizar desde las instrucciones del completo navegador Professional, pasando por el sistema de audio, los diversos parámetros de configuración del vehículo o todos los servicios, aplicaciones y sistemas de asistencia al conductor, agrupados bajo la denominación BMW ConnectedDrive.

Los aireadores centrales, los mandos del sistema de climatización o los de audio también resultan idénticos, salvo por la decoración, en este caso en el siempre controvertido y poco agradecido Black Panel.

En la consola central se sitúan la palanca de la caja de cambios automática Steptronic de 8 velocidades, los pulsadores del Driving Experience Control, el mando del iDrive, el freno de estacionamiento eléctrico, el control de descensos o el inhibidor del aviso acústico de los sensores de aparcamiento.

El paquete deportivo M aporta, además, un indudable atractivo y exclusividad al interior gracias a los excelentes asientos delanteros, tapizados en cuero Nevada con una costura doble en contraste (material que también encontramos en los paneles de las puertas), que ofrecen una perfecta sujeción del cuerpo en conducción deportiva, pero al mismo tiempo resultan lo suficientemente cómodos en largos viajes.

También corresponden a este equipamiento el volante multifunción, el reposapiés, el guarnecido del techo BMW Individual Anthrazit, las molduras decorativas interiores en aluminio con rectificado longitudinal o las presentes en el vano de las puertas.

El puesto de conducción está presidido por un volante multifunción de tres radios de diseño deportivo, de excelente realización y tacto. Desde los mandos de sus brazos horizontales podremos gobernar la mayoría de funciones de los sistemas de audio y telefonía, así como el control de crucero adaptativo. Detrás de él encontramos las siempre esperadas levas que nos permiten manejar a nuestro antojo la caja de cambios automática, además de los mandos de intermitentes y limpiaparabrisas.

El cuadro de relojes vuelve a ser común al de su hermano, presentando la información de forma nítida y concisa mediante dos grandes esferas, destinadas al cuentarrevoluciones y al velocímetro, y otras dos más pequeñas, situadas a ambos lados, para el nivel de combustible y el de la temperatura del líquido refrigerante. En su zona inferior contamos también con otra pantalla multifunción desde la que controlar los principales parámetros del estado del vehículo, consumos, modos de conducción, kilómetros recorridos, etc.

No podía faltar otro de los aportes tecnológicos que ya vimos en el X3, como es la presencia del Head-Up Display, que proyecta la información más importante sobre el parabrisas para que el conductor no tenga que apartar la vista de la carretera distrayéndose de la conducción.

Donde sí que encontramos notables diferencias es en la parte posterior del habitáculo, a partir del pilar B, con el marcado y progresivo descenso del techo. Estas formas condicionan la altura libre en las plazas traseras respecto al modelo del que deriva (que contaba con unas excelentes cotas), de forma que los pasajeros más altos no es que tengan problemas para encontrar una postura cómoda, pero sí se sentirán más agobiados.

Los asientos posteriores están pensados exclusivamente para dos ocupantes, por las marcadas y ergonómicas formas de los laterales y su mayor anchura, aunque en caso de necesidad pueda acogerse a un tercer pasajero, que nunca viajará con la misma comodidad que sus acompañantes.

El hueco para las piernas es destacable aunque, una vez más, el ocasional pasajero central tendrá que lidiar con un prominente túnel de transmisión y, por tanto, una postura para las piernas no excesivamente desahogada.

El respaldo dispone de un apoyabrazos central, dentro del cual encontraremos una pequeña guantera y los típicos portabebidas. Pero es que, además, dicho respaldo puede abatirse en tres partes, en una proporción 40/20/40, muy útil a la hora de aumentar el espacio de carga sin perjudicar a los ocupantes de dichas plazas, sobre todo para transportar objetos cuya longitud exceda la del maletero. También dispondremos de anclajes Isofix y Top Tether en los asientos laterales para sujetar con seguridad sillas infantiles.

Maletero

Pese a que el diseño de la carrocería es menos funcional que el del X3, el maletero sigue conservando aún una capacidad suficiente, limitada no tanto por su volumen total, con unos excelentes 500 litros (pierde 50 respecto al X3), como por la marcada caída del portón trasero, lo que impedirá transportar bultos tan voluminosos como los de su hermano. No obstante no creemos que esto sea óbice para otorgarle una buena nota.

Una vez que levantamos el portón trasero simplemente pulsando un botón (también puede hacerse opcionalmente, pasando un pie por debajo del paragolpes posterior…) tendremos acceso a un hueco considerable que destaca por sus formas regulares y muy aprovechables.

Contamos también con unas sólidas anillas que pueden ser fácilmente situadas donde más nos convenga, a lo largo de dos guías que recorren longitudinalmente el fondo del maletero. De esta forma podremos sujetar la carga mediante pulpos o redes para que no se mueva. Tampoco podían faltar huecos en los laterales, cinchas elásticas, ganchos para bolsas o una toma de corriente de 12 voltios, tipo mechero.

Como ya os hemos descrito, el respaldo de los asientos posteriores puede plegarse individualmente, en una proporción 40/20/40, en función de nuestras necesidades, obteniendo fácilmente una superficie totalmente plana en la que pueden transportarse hasta 1.400 litros de carga (por 1.600 litros del X3).

Si levantamos el fondo rígido del piso del maletero (se echa en falta un amortiguador hidráulico que lo sujete con el que sí contaba, por ejemplo, el X6) no encontraremos una rueda de repuesto ni, en este caso el kit reparapinchazos habitual, al equiparse neumáticos tipo RunFlat con los que se puede rodar deshinchados durante algunos kilómetros hasta llegar al taller más cercano.

En su lugar dispondremos de un pequeño espacio de carga (modulable mediante tabiques de plástico) en el que esconder algunos objetos, además de los reglamentarios triángulos de emergencia, las redes de sujeción o un extintor.

Equipamiento

Dando por hecho la alta calidad de materiales y acabados, el X4 disfruta de un equipamiento superior al ya observado en el X3, pues todas las versiones se ofrecen de serie con tracción total xDrive y cambio automático Steptronic de 8 velocidades.

Por supuesto cuenta con los mismos y excelentes sistemas de seguridad activa, agrupados bajo la denominación BMW ConnectedDrive, ya vistos en otros modelos de la firma germana: Head-Up Display, asistente de luz de carretera, Driving Assistant Plus, aviso de salida de trayectoria, control de crucero activo con función Stop&Go o la protección preventiva de peatones.

Entre el equipamiento de serie de este BMW X4 destacan:

  • Llantas de aleación ligera de 17 pulgadas con radios en V estilo 304 (de serie para el xDrive20i y el xDrive20d)
  • Llantas de aleación ligera de 17 pulgadas con radios en Y estilo 305 (de serie para el xDrive28i)
  • Llantas de aleación ligera de 18 pulgadas con radios en V estilo 307 (de serie solo para el xDrive35i, xDrive30d y el xDrive35d)
  • Faros antiniebla
  • Volante deportivo de cuero en Schwarz, con apliques en color Perlglanz cromado
  • Dirección deportiva variable con Servotronic

  • Sistema inteligente de tracción a las cuatro ruedas BMW xDrive
  • Performance Control (para mejorar el comportamiento dinámico en las curvas)
  • Driving Experience Control, con ECO PRO
  • Radio BMW Professional con display de control de 6,5 pulgadas, controlador iDrive
  • Climatizador bi-zona con regulación de temperatura, ajuste del caudal de aire y distribución del aire separados para el conductor y el acompañante
  • Sistema de carga variable con asiento trasero abatible en la proporción 40:20:40
  • Control de Distancia en Aparcamiento (PDC) en la parte delantera y trasera
  • Accionamiento automático del portón trasero (apertura y cierre eléctricos)

La línea de equipamiento xLine incluye:

  • Molduras de entrada con anagrama “BMW xLine”
  • Asientos en combinación de tela y cuero Carve Bernstein/Schwarz y costuras de contraste en Aktiv Rot
  • Asientos en cuero Nevada Elfenbeinweiss, Mokka o Schwarz (en cada caso con remate y estampado en los reposacabezas) o cuero Nevada Beige, Sattelbraun u Oyster
  • Molduras interiores Dark Cooper de brillo intenso
  • Molduras interiores de madera noble Fineline Anthrazit, Fineline Hell o de raíz de nogal, en cada caso con molduras decorativas Perlglanz cromadas o molduras interiores en aluminio con rectificado longitudinal
  • Moldura del borde de carga en acero inoxidable

  • Llaves del vehículo con remate en aluminio satinado
  • Llantas de aleación ligera de 18 pulgadas con radios en Y estilo 607
  • Llantas de aleación ligera de 19 pulgadas con radios en Y estilo 608 con neumáticos de distintas medidas (de serie para los xDrive35i y xDrive35d)
  • Parrilla de aluminio satinado
  • Protección de bajos delantera y trasera, y elementos específicos de diseño en las entradas de aire derecha e izquierda, en aluminio satinado
  • Bordes de las ventanillas en aluminio satinado
  • Montantes central y trasero en Schwarz de brillo intenso
  • Tubos de escape en aluminio satinado

Por su parte el Paquete Deportivo M (el que montaba nuestra unidad de pruebas) incluye:

  • Molduras de la puerta en aluminio con anagrama “M”
  • Asientos deportivos para conductor y acompañante en la combinación de tela/cuero Pearlpoint Anthrazit
  • Asientos en cuero Nevada Elfenbeinweiss y Mokka (en cada caso con remate y estampado en los reposacabezas) o cuero Schwarz, Nevada Beige, Oyster o Sattelbraun
  • Molduras interiores de aluminio cepillado
  • Molduras interiores Fineline Anthrazit, Fineline claro o de raíz de nogal, en cada caso con molduras decorativas Perlglanz cromadas
  • Guarnecido interior del techo BMW Individual Anthrazit

  • Volante M de cuero con multifunción
  • Empuñadura de palanca de cambio M (en combinación con el cambio manual de 6 velocidades) y reposapiés M
  • Llave del vehículo con remate en azul
  • Llantas de aleación ligera de 18 pulgadas con radios en estrella estilo 368 M
  • Llantas de aleación ligera M de 19 pulgadas con radios dobles estilo 622 M, con neumáticos de distintas medidas, o llantas de aleación ligera M de 20 pulgadas con radios dobles estilo 310 M con neumáticos de distintas medidas
  • Paquete aerodinámico M con paragolpes delantero y trasero en el color de la carrocería, moldura del difusor en color Dark Shadow metalizado

  • Shadow Line BMW Individual con molduras decorativas en los marcos laterales y cubierta del alojamiento de las ventanillas, soporte del retrovisor y marcos de los espejos exteriores en color Schwarz de brillo intenso
  • Anagrama M en los laterales
  • Revestimiento de los faldones laterales, molduras de los pasos de rueda y de las puertas en el color de la carrocería
  • Colores exclusivos Carbonschwarz, Saphirschwarz, Glaciersilber, Melbourne Rot y Sophistograu metalizados
  • Color exterior Alpinweiss sólido

Es posible adquirir este todocamino alemán desde los 48.400 € (del BMW X4 xDrive20d, con motor turbodiésel de 190 CV y cambio manual de 6 velocidades), mientras que la versión objeto de esta prueba (el BMW X4 xDrive30d de 258 CV con cambio automático deportivo Steptronic de 8 velocidades) lo encontraremos desde 60.900 €.

Pero es que, además, la unidad probada contaba con el siguiente equipamiento opcional:

  • Color Melbourne Rot metalizado —– 996,35 €
  • Llantas de aleación ligera M de 19″de 5 radios dobles, modelo 622 —– 1.128,30 €
  • Paquete deportivo M —– 4.151,77 €
  • Paquete Comfort —– 1.150,07 €
  • Paquete de servicios ConnectedDrive —– 829,98 €
  • Paquete de Visibilidad —– 2.500,02 €
  • Paquete Innovación —– 3.990,00 €
  • Paquete Premium —– 1.874,81 €

  • Advertencia de cambio de carril —– 663,60 €
  • Cámara para marcha atrás —– 497,22 €
  • Driving Assistant —– 615,79 €
  • Surround View —– 877,79 €
  • Sistema de altavoces —– 462,80 €
  • Techo solar eléctrico, corredizo inclinable de cristal —– 1.304,24 €
  • Espejos eléctricos plegables con función antideslumbramiento —– 699,94 €
  • Dispositivo de alarma con mando a distancia —– 569,89 €

Por lo que el precio final a desembolsar, con los casi 18.000 € en opciones que incluía el vehículo que la marca alemana nos había cedido para esta prueba, ascendería hasta unos más que respetables 83.413,35 €

De todas formas si queréis haceros con un BMW X4 xDrive30d nada mejor que echar un vistazo al buscador de Coches.com donde encontraréis el mejor precio del mercado, así como el seguro que mejor se adapte a vuestras necesidades.

Motorización

La oferta mecánica es muy amplia, como ocurre en casi todos los modelos de la marca alemana. Podemos optar por tres motorizaciones de gasolina, una de 6 cilindros en línea y dos de 4 cilindros, además de otras tantas diésel que, en cambio, cuenta con dos propulsores de 6 cilindros y uno de 4 cilindros.

Entre los primeros las potencias oscilan desde los 184 CV del X4 xDrive20i, pasando por los 245 CV del X4 xDrive28i, hasta alcanzar los 306 CV del X4 xDrive35i. En el caso de las alimentadas por gasóleo contaremos con potencias que varían desde los 190 CV del X4 xDrive20d (idéntica a la probada en el BMW X3, hace unas semanas), los 258 CV del X4 xDrive30d, llegando hasta los 313 CV del X4 xDrive35d.

Para esta prueba disponíamos del propulsor intermedio de la gama diésel resultando, con toda probabilidad, la más equilibrada de todas ellas, con una proporción muy adecuada entre prestaciones deportivas y un contenido consumo de combustible.

Este 6 cilindros en línea que cubica un poco menos de 3 litros (2.993 centímetros cúbicos para ser exactos) está dotado de un sistema de inyección directa de combustible tipo Common Rail y la eficaz tecnología de sobrealimentación BMW TwinPower Turbo, con un turbocompresor de dos etapas y de geometría variable. Con todo ello es capaz de ofrecer la nada desdeñable cifra de potencia de 258 CV a 4.000 rpm y un no menos destacable par máximo de 560 Nm entre 1.500 y 3.000 rpm.

Curiosamente, y pese a sus impresionantes cifras, este propulsor destaca por su suavidad pero a la vez masivo y constante empuje desde tan solo 1.500 rpm hasta algo más allá de 4.500 rpm.

Las prestaciones también son dignas de mención, siendo capaz de acelerar 0 a 100 km/h sus 1.895 kilogramos en orden de marcha en tan sólo 5,8 segundos o alcanzar una velocidad máxima de 234 km/h, valores que para sí quisieran muchos deportivos

Todas las versiones de este BMW X4 vienen equipadas, además de con la tracción total xDrive, con la caja de cambios automática Steptronic de 8 velocidades y levas detrás del volante, a excepción del propulsor diésel de 2 litros que cuenta de serie con el cambio manual de 6 velocidades, pero al que también se le puede añadir opcionalmente.

Esta alabada caja de cambios, de exquisito funcionamiento, es en realidad del tipo de convertidor de par pero sorprende tanto por la suavidad de los cambios y la rapidez en las inserciones de las marchas que pudiera confundirnos con una de doble embrague, lo que no deja de ser todo un elogio y el motivo por el que son muchas las marcas que montan este desarrollo de la firma ZF.

Además, bajo la denominación BMW EfficientDynamics se agrupan toda una serie de tecnologías para mejorar la eficiencia del propulsor reduciendo al máximo los consumos y emisiones. Entre éstas se incluyen la navegación a vela o propulsión por inercia (cuando las condiciones del terreno son favorables se desconecta la transmisión del propulsor). A ello hay que sumar también el sistema Stop&Start, la desactivación de los grupos secundarios (bomba de agua, alternador, compresor del climatizador…) cuando no son necesarios o la recuperación de energía en las frenadas.

Todo ello se ve refrendado en unas cifras oficiales de consumo y emisiones más propios de un vehículo compacto que de un todocamino Premium de marcado carácter deportivo, conformándose con apenas 6,5 l/100 km en ciclo urbano; 5,6 l/100 km en el interurbano y un consumo medio de 5,9 l/100 km, todo ello con una emisiones de CO2 de 156 g/km.

Como verificamos prueba tras prueba, estas cifras siempre pecan de excesivamente optimistas, pues en una conducción real como la que efectuamos nosotros, moviéndonos por todo tipo de vías y sufriendo las condiciones de tráfico más diversas, obtuvimos unos valores que varían desde los 8,9 l/100 km en ciudad, rebajándose hasta los 6,8 l/100 km en autovía y carretera nacional de amplio trazado, conformándose con un gasto de combustible medio de 7,4 l/100 km.

Si tenemos en cuenta estos consumos, y con una capacidad del depósito de combustible de 67 litros, no será raro que la autonomía se aproxime a los 900 kilómetros.

Comportamiento

Dado el carácter más deportivo de este X4, frente al familiar del X3, comenzaremos analizando su comportamiento en las carreteras más viradas, donde sorprende gratamente por el temperamento y la agilidad que manifiesta para tratarse de un vehículo con el centro de gravedad bastante más alto que el de alguna berlina deportiva de la firma alemana y para un peso que, con un par de ocupantes y algo de equipaje, supera de largo las 2 toneladas.

Pero es que, curiosamente, en marcha todos esos kilos parecen desaparecer como por “arte de magia” para encontrarnos con un vehículo que no solo responde al instante a los pequeños giros del volante para meterlo en la curvas, sino que lo hace con una precisión digna de mención. Pero no sólo el morro se inscribe fácilmente sino que el resto de la carrocería le sigue fielmente gracias a la estudiada geometría de suspensiones, y a la indudable contribución del sistema de tracción total xDrive, de forma que hay que llevarlo a un ritmo muy alto (mucho más del recomendable) para que observemos alguna insinuación de la zaga.

Una vez que apuntamos la dirección hacia el vértice de la curva bastará con hundir hasta el fondo el acelerador para obtener una considerable patada que nos hará salir propulsados hacia la siguiente curva, tragándose el tramo recto de asfalto intermedio como si no existiera…

Para ser sinceros este propulsor nos ha parecido de lo mejorcito del mercado, y no creemos que haga falta más potencia para pasar un buen rato a sus mandos, aunque posiblemente si probásemos el X4 xDrive35d con sus 313 CV nos tocaría desdecirnos de esta afirmación.

Los frenos actúan con contundencia deteniéndonos con presteza y en pocos metros, y eso que no se trata de un conjunto excesivamente sobredimensionado, con discos autoventilados y pinzas flotantes de un solo pistón, tanto en el tren delantero como en el trasero.

Por su parte los neumáticos montados, unos Michelin Primacy 3, son sólo aptos para asfalto, lo que da idea de su temperamento deportivo. De hecho si echáis un vistazo a la publicidad, catálogo o vídeos que la marca alemana ha elaborado para este modelo, en ninguna toma se le aprecia circulando fuera del asfalto… Toda una declaración de intenciones.

De lo que acabamos de decir de los neumáticos se deduce que su uso en campo debe ceñirse únicamente a recorrer caminos en buen estado o pistas de excelente firme y amplio trazado. Lo cual no quiere decir que por planteamiento técnico no pudiera transitar por zonas más complicadas, pero esa no es la idea que BMW tiene para este modelo.

En autovías y carreteras nacionales de amplio trazado nos muestra una sólida pisada y una estabilidad lineal encomiable, estando su límite real mucho más lejos de lo que los límites de velocidad permiten.

En estas circunstancias el propulsor rueda a regímenes muy bajos, acompañado por los largos desarrollos de la caja de cambios automática en sus últimas relaciones, y en caso de necesitar realizar un adelantamiento fulminante bastará con pisar el acelerador para haberlo culminado antes de darnos cuenta. La insonorización y el buen estudio aerodinámico contribuyen a que el ruido exterior se reduzca hasta mínimos apenas perceptibles.

En ciudad se ve beneficiado por unas cotas generales algo más comedidas que las de su hermano mayor el BMW X6 pero, por el contrario, cuenta con el mismo hándicap que supone la escasa visibilidad posterior debida a lo reducido del cristal trasero. Menos mal que contamos con un fantástico sistema de cámaras y sensores para guiarnos a la hora de maniobrar.

La excelente posición de conducción, que permite visualizar lo que sucede muchos metros por delante nuestro, el irreprochable funcionamiento del propulsor desde bajas vueltas, el cambio automático o el sistema Stop&Start, harán que este trámite ciudadano se viva de una forma diferente, aunque como es lógico no es donde más a gusto se encuentra.

Veredicto de Coches.com

Aunque no suene muy imparcial, he de reconocer que este SAC nos ha encantado, pues cuenta con el tamaño ideal para todos aquellos que les guste su estética pero piensen, no sin razón, que el X6 es demasiado grande e intimidatorio pero, a la vez, nos obsequia con un comportamiento de esos que enamoran desde los primeros metros que recorres a sus mandos.

Se trata de un vehículo adecuado para familias con suficientes recursos económicos, y no más de 4 miembros, a las que les guste el estilo particular de este todocamino y que disfruten realizando una conducción dinámica, aun a costa de renunciar a cierta practicidad (que era la que nos ofrecía el X3…). De hecho a igualdad de opciones mecánicas y de transmisión el X4 es del orden de 5.000 € más caro que su equivalente en el X3, por lo que tendremos que tener muy claras nuestras necesidades para acertar en nuestra elección…

Su rivales más directos podrían ser los Porsche Macan S con idéntica potencia, el Audi SQ5 e incluso el próximo Mercedes-Benz GLE Coupé (que también se suma a la moda de los todocamino con apariencia de coupé…). A nivel dinámico se sitúa muy cerca del primero, pero a un precio notablemente inferior (si tenemos en cuenta los parámetros en los que nos movemos…) y si aún así nos quedásemos cortos siempre podríamos adquirir la versión de 313 CV… A nivel de acabados en esta categoría Premium las diferencias van más en gustos de los propietarios que en una superioridad manifiesta de una u otra marca.

BMW X4 xDrive30d
7.6Nota
Lo mejor
  • Comportamiento deportivo para ser un todocamino
  • Excelente relación prestaciones/consumos
  • Tracción total xDrive
Lo peor
  • Cota de altura en plazas traseras
  • Precio final con opciones
  • Uso off-road testimonial
Diseño7.5
Habitabilidad7
Acabados8
Maletero7.5
Equipamiento8
Motor8
Comportamiento8
Calidad Precio7

Galería de fotos:

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