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Gonzalo Yllera

Prueba a fondo: Mercedes-Benz Clase A 220 CDI

La verdad sea dicha teníamos muchas ganas de probar a fondo el renovado Mercedes-Benz Clase A. Este modelo ha levantado una gran expectación tras su proceso de reinvención y lo pudimos constatar nada más sacar esta unidad del parque de prensa de Mercedes-Benz y en los diversos recorridos urbanos que realizamos durante las primeras horas de nuestra toma de contacto, donde éramos el objetivo de buena parte de las miradas de los transeúntes que pasaban junto a nosotros. No voy a ser yo el que lleve la contraria a una opinión tan cualificada…

Y es que cualquier parecido con la generación previa es pura coincidencia. No tenemos nada en contra del anterior Clase A, pero era evidente que la presencia de dos monovolúmenes de parecidas características (Clase A y B) dentro de la gama del fabricante germano era toda una incongruencia y que al menos una de las dos plataformas debía reformarse, si ambas querían subsistir. Ya que el Mercedes-Benz Clase B había sido profundamente renovado no hacía mucho tiempo, tal y como os hemos mostrado recientemente, le tocaba ahora el turno al Clase A y, desde luego, en la firma de Stuttgart no podían haber encontrado mejor oportunidad para llevar a cabo un cambio radical de este modelo.

El nicho de los compactos había sido abandonado por Mercedes-Benz desde hacía tiempo, pero las cifras de ventas de este segmento hicieron replantearse las cosas a los responsables de diseño de la marca alemana dando un radical golpe de timón a su diseño y puestos a hacer bien las cosas echaron la casa por la ventana.

Por lo menos parece que en el plano estético han dado en el blanco (no, de verdad, no pretendía hacer un juego de palabras con el color de la carrocería…), pero ¿estarán el resto de apartados a la altura de las circunstancias?

Vamos a tratar de averiguarlo a lo largo de la presente prueba:

Exterior

El cambio le ha sentado francamente bien, de forma que la firma de la estrella ha pasado de tener en sus filas un monovolumen de diseño más bien anodino a uno de los compactos más bonitos del mercado. Sus formas musculadas pero a la vez proporcionadas nos transmiten una fuerte sensación de deportividad incluso en las versiones más sencillas o menos equipadas. En el caso que nos ocupa, además, disponíamos de una serie de aditamentos que lo hacían aún más atractivo, sin por ello resultar escandaloso (para eso ya existe el Mercedes-Benz A 45 AMG con el pack Edition 1, con su poco discreto alerón trasero o los flaps dispuestos en el paragolpes delantero…).

En nuestro caso la unidad prestada por Mercedes-Benz estaba pintada en un atractivo color Blanco Cirro que no hacía sino resaltar sus formas en función de cómo incidiera la luz sobre la carrocería, con insinuantes juegos de luces y sombras, y que contrastaba enormemente con las superficies más oscuras. En la vista frontal destaca sobremanera la enorme parrilla frontal presidida por un logo de la estrella de grandes dimensiones y dos lamas cromadas dispuestas horizontalmente, en contraste con el negro mate de la parrilla en nido de abeja que permite pasar el aire al radiador. Un poco más abajo otra gran apertura redirige el aire en este caso al intercooler. En cambio las laterales (donde en otros modelos irían los faros antiniebla o tomas de aire para refrigerar los frenos) están tapadas, con una mera función estética.

Y ya que hablamos de luces nos han gustado especialmente los grupos ópticos delanteros que aúnan todas las funciones lumínicas, con luces de día con tecnología LED y faros bi-xenon de magnífico rendimiento que casi convierten la noche en día, contribuyendo de manera notable a aumentar la seguridad en conducción nocturna.

Es al observarlo desde el lateral cuando nos damos perfecta cuenta de sus contenidas proporciones, con una longitud total de 4,29 metros y una distancia entre ejes de 2,70 metros. Y desde donde además percibiremos la fuerte inclinación del parabrisas o la desigual proporción existente entre chapa y cristal, que se decanta de manera mayoritaria por la primera. La línea de cintura sube hasta muy arriba, dejando unas ventanas más estrechas, lo que contribuye a transmitir una agradable sensación de solidez y deportividad. Como contrapartida conlleva una más reducida visibilidad lateral, que en ningún caso resulta molesta.

Varios pliegues recorren longitudinalmente el vehículo con formas sinuosas, mostrando un diseño muy atractivo. Los bordes de las puertas quedan perfectamente disimulados dentro del conjunto, pero las formas de la trasera son cuando menos singulares, con una pronunciada caída, que gusta visualmente pero que a la hora de acceder al vehículo obligan a agachar la cabeza en exceso para no golpearnos con esta zona.

Todo ello culminado por las preciosas llantas de aleación AMG de tipo multiradio, en color negro y pulidas en alto brillo, de nada menos que 18 pulgadas de diámetro, donde se montaban unos pegajosos neumáticos Bridgestone Potenza en medidas 225/40 R18 92W, de excelente agarre.

La zona trasera también resulta muy atrayente con un gran paragolpes de formas envolventes que sube mucho por los laterales. Esto deja un portón de dimensiones más pequeñas y consecuentemente una abertura para introducir bultos en el maletero también menor. Las concesiones a la estética igualmente se ceban con la luneta posterior, de reducidas dimensiones, lo que hace que la visibilidad hacia atrás sea más bien justa, con lo que tendremos que recurrir en numerosas ocasiones a la cámara trasera para realizar las maniobras de aparcamiento sin tener desagradables consecuencias. Los grupos ópticos traseros culminan el conjunto, estando formados en su totalidad por elementos LED, acentuando con sus formas horizontales la anchura de la carrocería.

En el caso de la versión probada no podemos dejar de destacar la presencia de dos salidas de escape ovaladas, situadas simétricamente a ambos lados del paragolpes y que casan a la perfección con la deportividad del modelo.

Interior

En el interior, y para ser consecuente con el atractivo exterior, los diseñadores también han realizado una profunda renovación. Sus rasgos nos resultan muy familiares y es que hereda un gran número de elementos del Clase B. Esto no es ningún demérito, antes al contrario, conjugando a la perfección con la deportividad de este modelo y contando, además, con numerosos elementos distintivos que contribuyen a hacer más fácil la vida a bordo.

La calidad de los plásticos, de las inserciones de aluminio y del resto de materiales empleados, como el cuero de los asientos o de los guarnecidos está a la altura del logotipo que luce en el frontal, situándose muy por encima de la media del segmento de compactos al que pertenece y acercándose sin ningún recato a la de las berlinas Premium, mucho más caras.

El puesto de conducción tiene todo aquello que pudiéramos desear, acompañado por un ambiente muy deportivo, comenzando por el volante de excelente tacto (aunque quizá le falte algo de espesor al aro), continuando por las levas del cambio de doble embrague 7G-DCT situadas detrás de él, o finalizando en un cuadro de relojes de diseño muy racing que muestra de forma clara la información más importante. Entre ambas esferas se sitúa una pantalla multifunción, totalmente configurable, donde se visualizan las informaciones del ordenador de a bordo, así como los más importantes parámetros del equipo multimedia, del navegador, etc.

Si desviamos la mirada hacia la consola central, lo más destacado es su diseño y la perfecta ordenación de los mandos, debido a la ausencia de una palanca de cambios tradicional. Además, por supuesto, por la presencia en la parte superior de la consola de una, tan de moda últimamente, pantalla multifunción que simula en su aspecto una tableta.

En el caso de la unidad probada, y en función del navegador equipado, el tamaño era algo más reducido (aunque existe otra de mayores dimensiones). Justo debajo tenemos las toberas de aireación, con un diseño francamente bonito y que permiten regular y dirigir el aire a nuestro gusto muy fácilmente, lástima que el sistema de climatización de la unidad probada fuese de tipo monozona y sin indicación digital de la temperatura, en vez del opcional Thermotronic, aunque su rendimiento en días de calor es francamente bueno.

El tacto de los mandos es siempre exquisito dando la impresión de que van a durar mucho tiempo realizando correctamente su función aunque, eso sí, seguimos sin estar muy de acuerdo con la ubicación de algunos de ellos. Ya os lo comentamos en el caso del Clase B y aquí vuelve a repetirse, con una palanca selectora del cambio localizada en la parte derecha de la columna de la dirección, a cuyo peculiar funcionamiento hay que acostumbrarse. Y un mando situado a la izquierda del volante donde se congregan al mismo tiempo las funciones de luces, intermitentes y limpiaparabrisas. Además resulta muy fácil confundir, por su cercanía, esta palanca con la del regulador de velocidad, de un tamaño muy similar.

Una última queja al respecto es el tamaño relativamente reducido y la ubicación algo a desmano de botones tan importantes como el del warning o el selector que regula las leyes del cambio. No son intuitivos y hay que desviar la mirada de la carretera para su accionamiento.

Hay suficientes huecos, consolas y guanteras donde repartir todos los pequeños objetos, para que no vayan dando tumbos cuando realicemos una conducción más decidida (aprovechado aquí el espacio dejado por la palanca de cambios, ausente de la consola central).

Los asientos de esta versión tienen una apariencia realmente fantástica, por su diseño y los materiales empleados. Simulan un bacquet de competición, recogiendo el cuerpo a la perfección, lo cual nos animará a aumentar el ritmo en zonas de curvas sin que nuestro cuerpo sufra movimientos laterales no deseados en pleno apoyo o tengamos que ir sujetándonos con las piernas. Los inconvenientes que presentan radican en su altura fija (no te caerá bien el reposacabezas si eres demasiado alto o demasiado bajo) y el que limitan mucho la visibilidad posterior. Por lo demás se regulan fácilmente y permiten alcanzar una postura óptima de forma rápida.

El espacio para los ocupantes de las plazas traseras tampoco es para tirar cohetes, tanto por distancia libre para las piernas como por altura al techo. Además la sensación puede ser algo claustrofóbica por la anteriormente mencionada línea de cintura alta con ventanas pequeñas acompañado de la poca visibilidad delantera y trasera (por los reposacabezas integrados), pero que, por otro lado, nos da una mayor sensación de seguridad ante un posible golpe. Como siempre sucede en estos casos dos personas irán más a gusto que tres, entre otras cosas por la forma de los asientos que recogen muy bien el trasero y la espalda incluso en recorridos moviditos. El ocupante del espacio central sólo debería usarlo en trayectos cortos para que el viaje no acabe siendo un suplicio. Pero tampoco debemos llevarnos las manos a la cabeza, al fin y al cabo estamos ante un compacto con marcados tintes deportivos y es uno de los precios a pagar.

Maletero

El maletero no es uno de los apartados que más destacaríamos de este modelo, con 341 litros queda algo por debajo de la media entre los de su clase, aunque de formas muy aprovechables y una gran profundidad, debido fundamentalmente a la ausencia de rueda de repuesto (sustituida por el cada vez más habitual líquido antipinchazos y un compresor).

Los respaldos de los asientos traseros pueden abatirse de forma asimétrica en una proporción 40/60. El espacio de carga resultante no es totalmente plano, pero permite llevar bultos de grandes dimensiones, siempre que su longitud total no supere los 1,24 metros. En estas circunstancias el volumen máximo de carga asciende hasta los 1.157 litros.

Bajo el fondo del maletero encontramos una zona donde almacenar pequeños objetos (aparte de los obligatorios triángulos de emergencia o el kit reparapinchazos) y que quedan a salvo de miradas indiscretas una vez abrimos el portón.

Equipamiento

Mercedes-Benz no sólo ha sorprendido al público por las atrevidas líneas exteriores de este modelo sino que, además, también ha entrado con fuerza en el ámbito de los compactos Premium, donde rivaliza de forma directa con sus compatriotas el BMW Serie 1 y el Audi A3. Gracias al amplio bagaje tecnológico del que disfruta la marca puede ofrecer, sin duda, el más amplio equipamiento y las opciones más diversas de entre todos los modelos de similares características que existen en el mercado.

Pero lo bueno, en este caso, es que hasta las versiones menos equipadas incorporan ya de serie una gran cantidad de elementos que en otros modelos sí que hay que pagar aparte. Entiéndase lo que queremos decir, nunca va a estar tan equipado como, por ejemplo, un modelo coreano del mismo segmento, pero no presenta la parquedad en equipamiento que si hemos visto otras veces en modelos de la misma firma o de la competencia germana. Por supuesto si queremos dejarlo al máximo nivel tendremos que pasar indefectiblemente por caja lo que hará que el precio se dispare, pero no olvidemos que se trata de un modelo Premium dentro de un mundo de compactos generalistas.

Existe un Clase A desde 26.450 euros, aunque la versión probada es el Mercedes-Benz Clase A 220 CDI BlueEfficiency, que parte de los 33.900 euros, e incluye entre su equipamiento de serie (de forma resumida) elementos tales como:

  • Cambio automático de doble embrague con 7 velocidades 7G-DCT, con levas de cambio en el volante
  • Volante multifunción, en napa
  • Retrovisores exteriores eléctricos, calefactados y asféricos en color carrocería
  • Parabrisas de cristal laminado
  • Equipo lavafaros
  • Respaldos de asientos traseros abatibles por separado en relación 40/60
  • Llave electrónica de efecto cromado
  • Cuadro de instrumentos con display multifuncional
  • Climatizador automático THERMATIC

  • Avisador de pérdida de presión en neumáticos
  • ATTENTION ASSIST
  • COLLISION PREVENTION ASSIST
  • Adaptive Brake con función Hold, frenos secos con lluvia y ayuda de arranque en pendientes
  • ASR (Control de tracción)
  • Airbag de rodilla
  • Servofreno de emergencia (BAS)
  • Programa electrónico de estabilidad (ESP) de 3 niveles
  • Faros bixenón con regulación dinámica del alcance de luces y lavafaros
  • Freno de estacionamiento eléctrico con función de confort
  • Tempomat con Speedtronic
  • Función de parada y arranque ECO

A lo que hay que sumar el siguiente equipamiento opcional:

  • Tapicería Tela/Cuero Ártico Negro —– 0 €
  • Pintura Blanco Cirro —– 0 €
  • Paquete retrovisores —– 428,86 €
  • Línea Urban —– 201,36 €
  • Paquete asientos confort —– 215,74 €
  • Paquete Night —– 1.087,84 €
  • Cámara de marcha atrás —– 383,10 €
  • Navegador Becker MAP PILOT —– 949,25 €
  • Llantas de aleación multirradio —– 1.523,24 €

Lo que supone un montante final de 38.689,39 euros.

Motor

Bajo el capot de este Mercedes-Benz Clase A 220 CDI encontramos la máxima expresión en cuanto a propulsores diésel se refiere. Se trata de un motor de 4 cilindros, con una cilindrada de 2.143 cm3, que gracias a la inyección directa de combustible common rail (con una presión de inyección de 1.800 bares) y, sobre todo, a la sobrealimentación mediante un turbocompresor de geometría variable, consigue proporcionar una potencia máxima de 170 CV entre 3.400 y 4.000 rpm y un par de 350 Nm entre 1.400 y 3.400 rpm. Todo ello siendo totalmente escrupuloso con las más estrictas normas anticontaminación (Euro 6), con unas emisiones de entre 109 y 115 g/km de CO2. Pero además se trata de un vehículo muy rápido, pues es capaz de alcanzar los 100 km/h partiendo de parado en apenas 8,2 segundos o alcanzar una velocidad máxima de 220 km/h, lo cual no está nada mal.

En cuanto a los consumos, mencionaremos las cifras oficiales, como siempre hacemos, a título indicativo con 5,4 l/100 km en ciudad; 3,8 l/100 km en carretera y 4,4 l/100 km en ciclo mixto. El consumo medio que nosotros obtuvimos, tras más de 1.000 km de prueba, fue de 6,9 l/100 km, con un porcentaje de recorrido urbano del 30%, autovía del 20% y el 50% restante por carretera de montaña. Cifras que no nos parecen en absoluto descabelladas, ayudados en la conducción urbana por un excelente sistema Stop&Start, y sobre todo para el tremendo potencial que es capaz de desplegar este vehículo cuando decidimos pisar a fondo el acelerador enlazando curvas en nuestra carretera de montaña favorita.

En el debe de este fantástico propulsor sólo podemos achacarle su rumorosidad a bajas vueltas, que casi de inmediato desparece en cuanto coge temperatura y comenzamos a ganar velocidad, quedando enmascarado por el ruido aerodinámico.

Comportamiento

Vaya por delante que nos encontramos ante uno de los modelos compactos que más nos ha gustado en el apartado dinámico de todos cuantos hemos probado en Coches.com, y eso que han sido varias las unidades de este segmento que han pasado por nuestras manos (algunas de ellas de impecable comportamiento, como el SEAT León 1.4 TSI Style 140 CV), pero este Mercedes-Benz Clase A 220 CDI juega a otro nivel. Gracias a un propulsor siempre lleno desde apenas el régimen de ralentí y con una constante pero a la vez fulgurante entrega de potencia, nos permite ganar velocidad rápidamente hasta que, casi sin darnos cuenta, nos encontramos rodando a velocidades de esas que supondrían un severo correctivo por parte de los agentes de la autoridad.

En ello tiene muchísimo que ver, por supuesto el excelente cambio de doble embrague 7G-DCT (de 7 relaciones) de funcionamiento impecable. Está compuesto en realidad por dos cajas de cambios, una para las marchas pares y otra para las impares, disponiendo cada una de ellas de su propio embrague. El sistema preselecciona la velocidad inmediatamente superior o inferior en la caja que no está en funcionamiento en ese momento, consiguiendo de esta forma unos cambios fulgurantes, sin que se aprecie una pérdida efectiva de tracción en esta operación.

En ciudad gracias a sus comedidas dimensiones, la suave entrega de potencia del propulsor desde bajas vueltas (si somos comedidos con el acelerador), el cambio automático y una dirección suave, no tendremos ningún tipo de problema para callejear, aparcar (ayudados por el sistema de cámara trasera) o sufrir en el atasco diario. Eso sí su suspensión algo seca nos pasará inmediata factura en cuanto pasemos por encima de alguno de los numerosos baches existentes en nuestras ciudades, o por los guardias tumbados que pueblan cualquier urbanización.

Pero un vehículo de estas características no puede ni debe resignarse únicamente al ámbito ciudadano, y se encontrará mucho más a gusto en cuanto enfilemos la correspondiente vía de circunvalación que nos alejará de la urbe. Como hemos dicho antes no hace falta pisar a fondo para ganar velocidad rápidamente y será conveniente que utilicemos los eficaces sistemas Tempomat y Speedtronic para no llevarnos algún disgusto. Lo mismo se puede aplicar cuando circulemos por autovías y autopistas, ya que este Clase A se encontrará circulando justo en los límites de velocidad con pasmosa facilidad, manteniéndose a 120 km/h en séptima velocidad y a un régimen que ronda las 2.000 rpm, con un consumo medio de apenas 5,8 l/100 km. No da en absoluto síntomas de que vayamos rápido, si no fuera por algún pequeño ruido aerodinámico que se producía en la zona de la puerta, a la altura de la cabeza del conductor, y que puede ser más debido a un posible desajuste de este ejemplar en concreto que a algo generalizado. Cuando probemos más unidades de este modelo nos mantendremos atentos a esta cuestión.

Las vías de alta velocidad no tienen que ser más que un trámite para llegar a las verdaderas áreas de caza de este deportivo diésel, que no son otras que las carreteras de montaña (cuanto más curvas mejor) y a ser posible con un asfalto en buen estado para no sufrir en exceso una suspensión muy deportiva. El cambio de doble embrague responde bien en el modo Sport automático, pero dejaros de tonterías, mejor pasad a Manual (accionándolo mediante las levas situadas detrás del volante) aunque para ello tengáis que apartar momentáneamente la vista de la carretera buscando un diminuto botoncito en la parte más baja de la consola central…

Aquí su comportamiento cambia radicalmente, y una amplia sonrisa se dibujará en vuestra cara. Tanto el bastidor como las suspensiones, frenos, neumáticos o la dirección han sido puestos a punto para que el disfrute sea máximo en este ámbito. Da gusto enlazar una curva detrás de otra ya sea subiendo o bajando un puerto, gira muy plano con una simple insinuación sobre el volante, siempre hay potencia disponible a la salida de las curvas sin pérdidas excesivas de tracción, el vehículo se sujeta fantásticamente, tiene una excelente motricidad y se detiene en muy pocos metros, sin que los frenos pierdan mucha efectividad por un calentamiento excesivo. Y si cometemos algún exceso una electrónica no excesivamente intrusiva velará por nosotros devolviéndonos al redil. Da pena que las curvas se acaben ¿Damos la vuelta y volvemos por donde hemos venido?

Veredicto de Coches.com

No puedo ocultar que este Mercedes-Benz Clase A 220 CDI me ha sorprendido muy gratamente. Estamos ante un compacto Premium de tintes muy deportivos y que al mismo tiempo, gracias a su mecánica diésel, permite disfrutarlo con un gasto de combustible muy contenido, lo que francamente está muy bien para los tiempos que corren, y si a eso le unimos un precio final no excesivamente alto, para llevar una estrella de tres puntas en el frontal de nuestro vehículo, supondrá que estamos realizando una muy buena inversión. Solamente tendremos que acostumbrarnos a algunas peculiaridades en cuanto al manejo de ciertos mandos o a una reducida visibilidad trasera para estar francamente satisfechos con nuestra adquisición.

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