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Gonzalo Yllera

Prueba a Fondo: MINI Cooper S Countryman ALL4

Como la mayoría de vosotros sabréis, y aquí os hemos contado, se está celebrando estos días una de las pruebas automovilísticas más mediáticas de cuantas tienen lugar a lo largo del año: el Rally Dakar, que en 2014 llega a su 36ª edición.

El pasado sábado publicamos una completa revisión de uno de los modelos que, muy probablemente, optará al triunfo final en la prueba sudamericana, nos referimos al MINI ALL4 Racing, que con 11 unidades, guiadas por algunos de los mejores pilotos del panorama internacional, coparán gran parte de la clasificación general y de la atención mediática de la prueba.

Por razones comerciales el grupo BMW (al que pertenece la firma MINI) encargó al equipo X-raid, que desarrollaba y mantenía un vehículo de carreras basado en el BMW X3 (BMW X3 CC), elaborar un nuevo prototipo, que recurriese a la estética del MINI Countryman (para apoyar su lanzamiento al mercado en el año 2010) compitiendo en el Copa del Mundo FIA de Rally Cross-Country y, sobre todo, en el Dakar (la prueba más mediática de todas). Simultáneamente se llevó a cabo otra iniciativa paralela, participando en el Campeonato del Mundo de Rallies con el MINI John Cooper Works WRC, bajo la tutela del equipo Prodrive, capitaneado por David Richards. Por diversas causas, tanto de competitividad como achacables a desacuerdos económicos, el proyecto no llegó a buen fin, desmantelándose finalmente dicho equipo oficial, en el que corría nuestro compatriota Dani Sordo.

No ocurrió lo mismo con el proyecto de raids, que ha estado presidido por el éxito, ya que tras un año de rodaje (2011) el MINI ALL4 Racing sumó 2 victorias consecutivas en el Rally Dakar, en los años 2012 y 2013 pilotado por Stéphane Peterhansel (“Monsieur Dakar”), aparte de numerosos triunfos en otro gran número de pruebas.

Como ya os hemos comentado en el artículo mencionado se trata de un prototipo inscrito reglamentariamente dentro de la categoría T1, lo que hace que poco (o más bien nada) tenga que ver con el modelo que se puede adquirir en los concesionarios. En Coches.com no hemos tenido la oportunidad de probar la versión de carreras (ya nos hubiese gustado), pero hace algunas semanas, sí que pudimos pasar unas jornadas muy entretenidas con una unidad del MINI Cooper S Countryman ALL4 de serie y hemos decidido compartir con todos vosotros nuestras impresiones sobre este modelo, y qué mejor que hacerlo cuando sus hermanos de carreras están pegando saltos por el Desierto de Atacama…

Exterior

Nos encontramos ante un modelo peculiar, que podríamos incluir dentro de la floreciente categoría de los SUV compactos, la misma en la que se encuentra el también singular Nissan Juke, que ya pasó por nuestras manos hace algunos meses, en su versión Nismo. Presenta unas líneas singulares que a no todo el mundo gustan pero que sí llaman poderosamente la atención allí por donde pasa. A pesar de que comparte pocos elementos con sus hermanos de carrocería hatchback, hasta el más profano en la materia sería capaz de identificar a este vehículo como un MINI.

La vista lateral es donde más diferencias se encuentran. Se trata de un vehículo más alto (1,56 metros) y largo (4,11 metros) pero, sobre todo, se distingue por la presencia de unas taloneras y pasos de rueda sobredimensionados, así como por una mayor altura libre al suelo. Tampoco podemos pasar por alto la inclusión de las dos puertas laterales que le confieren una mayor practicidad. La distancia entre ejes también ha aumentado (hasta los 2,59 metros). Las llantas de aleación ligera presentan un bonito diseño, correspondiendo al modelo 5-Star Double Spoke Composite en color negro, de 18 pulgadas de diámetro, montando neumáticos Pirelli P-Zero en medidas 225/45 R 18 91W.

La parte frontal nos transmite un aspecto masivo y rotundo, tanto por su anchura (1,79 metros) como por sus formas, con grandes grupos ópticos de curiosas formas, la sobredimensionada parrilla del radiador y una gran abertura en el faldón delantero, junto a la que también se ubican los faros antiniebla y unas tomas de aire laterales para refrigerar los frenos delanteros.

La zona posterior presenta un diseño acorde con lo contemplado en el resto del vehículo. El portón trasero facilita el acceso al maletero, con una zona superior presidida por un pequeño alerón pintado en el mismo color que el techo. También destacan el gran logo de la firma y, justo debajo, el nombre del modelo acompañado por la denominación de la versión (Cooper S). El paragolpes resalta por unas formas muy sinuosas, simulando en sus laterales unos extractores de aire, dejando hueco en su parte inferior para las dos salidas de escape cromadas. Los grupos ópticos verticales rematan este singular conjunto.

El MINI Cooper S Countryman ALL4 que nos había tocado en suerte probar estaba pintado en un llamativo color Pure Red Sólido con el techo y las carcasas de los espejos retrovisores en negro, además de unas franjas decorativas en el capó, igualmente en color negro. Asimismo también incluía la línea cromada exterior, que se observa en los rebordes de las tomas de aireación de los frenos delanteros, la barra cromada del parachoques trasero, las rejillas laterales con los intermitentes blancos integrados o los raíles del techo, en color plateado mate.

A pesar de todas estas modificaciones y de la presencia, en nuestra unidad, de la tracción total ALL4 no nos debemos llevar a engaño, este MINI Countryman no es un SUV al uso y, a pesar de todos los aditamentos estéticos y su altura un poco mayor (hasta 149 mm), no es un vehículo para circular por caminos con ciertas dificultades (los neumáticos tampoco ayudan), por lo que, como mucho, sólo deberemos transitar por pistas en buen estado y con muchas precauciones. Su verdadero ámbito de actuación son las sinuosas carreteras de montaña, donde no ha de importarnos el estado del asfalto o la climatología, gracias al plus en tracción del que se beneficia esta versión.

Interior

Al igual que ocurre con el aspecto exterior, el interior también es … distinto, su diseño no nos dejará indiferentes y, como se suele decir en estos casos, nos encantará o lo odiaremos profundamente, casi seguro que no habrá término medio, dada la peculiar disposición de muchos elementos y mandos. Lo que sí es digno de resaltar es la calidad de los materiales empleados y su ajuste, bastante superiores en ambos casos a los de sus posibles competidores, de forma que no se observará ningún crujido ni ruidos extraños aunque pasemos por zonas bacheadas o de asfalto roto.

Se mantiene, respecto al resto de versiones del modelo británico, la gran esfera central que preside todo el conjunto y que aúna el velocímetro (de difícil lectura y valor casi testimonial), además de una pantalla multifunción desde la que podremos controlar el sistema multimedia, la navegación o diversos parámetros de configuración del coche. Los cuatro aireadores repartidos por el salpicadero presentan un diseño realmente atractivo y además resulta muy fácil su regulación, pudiendo dirigir el aire a nuestro antojo con suma facilidad.

Justo debajo se sitúan los controles del sistema de audio, de excelente calidad y firmado para la ocasión por el especialista Harman/Kardon, pero si seguimos descendiendo, y bastante a desmano, lo que hallaremos serán los controles de la climatización, entre los que curiosamente no dispondremos de una más que habitual división bi-zona, aunque su comportamiento y capacidad son intachables.

Lo que no nos ha gustado nada es la ubicación en la parte inferior de esta consola central, y en la zona más alejada de nuestra mano derecha, de algunos controles de gran utilidad y uso habitual como son las luces antiniebla, el desactivador del ESP o el bloqueo/desbloqueo del cierre centralizado, aparte de la tecla SPORT. Y es aquí donde se pone de manifiesto que en la firma británica, en demasiadas ocasiones, la funcionalidad queda supeditada al diseño.

Por su parte el volante multifunción de tres radios, está íntegramente forrado en cuero de excelente calidad y, afortunadamente, no presenta el diseño achatado inferior que tan de moda está últimamente. Se puede regular fácilmente en altura y profundidad, desplazándose solidariamente con la esfera del cuentarrevoluciones, situada justo detrás, para garantizar su óptima visibilidad. Este reloj además se incluyen un velocímetro digital y diversos indicadores que nos evitarán desviar la mirada para consultar la gran esfera central antes mencionada.

Como hemos dicho más arriba, la calidad de los materiales empleados es realmente buena lo que también se hace extensible al cuero de los asientos. Estos presentan un diseño muy agradable, son cómodos, de fácil regulación, pero no sujetan tanto el cuerpo como quisiéramos en fuertes apoyos laterales, aunque no resbalan y por tanto no sufriremos en demasía, aunque practiquemos una conducción decidida.

En nuestro MINI Countryman disponíamos de tres plazas en la zona trasera, aunque como siempre la central es meramente testimonial. Decimos esto, porque también es posible adquirirlo, sin coste adicional, con solo 2 plazas traseras y un gran carril central de aluminio (prolongación del delantero), configurable de diferentes formas y donde poder instalar accesorios de la más diversa índole. Estos asientos traseros pueden desplazarse longitudinalmente y abatirse individualmente, lo que permite diferentes posibilidades de colocación de la carga que transportemos, en caso de no ser suficiente con el maletero.

Maletero

Y ya que mencionamos el maletero, hemos de decir que presenta unas dimensiones correctas, suficientes dadas las cotas exteriores de este modelo y sobre todo para tratarse de un SUV compacto. No tendremos problemas para transportar la compra semanal de nuestra familia, variando su capacidad desde los 350 litros con los asientos en su posición más retrasada, pasando por los 450 litros de la más avanzada y llegando a los 1.170 litros, en caso de abatirlos completamente.

Además bajo el suelo del maletero encontraremos una amplia superficie, oculta a la vista, para alojar pequeños objetos y donde no hallaremos una rueda de repuesto sino el denominado MINI Mobility System, que incluye un compresor y un producto sellador para los pinchazos. A pesar de nuestro escepticismo inicial pudimos comprobar en nuestras carnes su excelente y rápido funcionamiento, suficiente para devolver este MINI a los cuarteles generales de la firma, tras ser atravesada la cubierta trasera derecha por un tornillo de grandes proporciones, en nuestro viaje de regreso, y evitándonos tener que llamar a la asistencia.

Equipamiento

En cuanto a su equipamiento este MINI puede ser considerado como un verdadero vehículo Premium, tanto por el número de opciones disponibles, que llega a ser verdaderamente apabullante, como por la calidad de realización y los materiales empleados.

Esta versión cuenta ya con un equipamiento de serie suficientemente completo (a un alto precio, eso sí). El problema, como casi siempre, radica en que para conseguir un nivel acorde con lo que se espera de un modelo tan singular hay que pasar indefectiblemente por caja, y para ello hay que estar dispuesto a soltar bastante dinero en opciones.

Sin ir más lejos, la versión que pudimos disfrutar durante unos cuantos días contaba con el siguiente equipamiento opcional:

  • Suspensión deportiva —– 211,35 €
  • Llantas de aleación ligera 5-Star Double Spoke Composite Jet Black —– 1.268,06 €
  • Toberas del limpiaparabrisas y retrovisores exteriores calefactados —– 63,40 €
  • Líneas negras en el capó —– 116,24 €
  • Línea cromada exterior —– 116,24 €
  • Paquete de Visibilidad —– 369,86 €

  • Techo solar eléctrico corredizo inclinable de cristal, en parte delantera y trasera —– 1.035,59 €
  • Cristal de protección solar —– 211,35 €
  • Botiquín de primeros auxilios y triangulo de emergencia —– 63,40 €
  • Asientos delanteros calefactados —– 306,45 €
  • Revestimiento interior Piano Black —– 105,67 €
  • Sport Button —– 137,37 €
  • Piso de carga llano, extraíble —– 190,21 €
  • Faros Xenón con sistema de lavado —– 729,14 €

  • Sistema de altavoces HiFi Harman-Kardon —– 898,22 €
  • Paquete Wired —– 1.426,57 €
  • Paquete Salt —– 475,52 €
  • Paquete City —– 951,05 €
  • Cuero Gravity —– 1.521,68 €

Podemos adquirir un MINI Countryman desde 20.700 € (MINI ONE Countryman), mientras que hay un MINI Cooper S Countryman ALL4, desde 30.950 €, con cambio manual. Pero la versión probada, con todo el equipamiento adicional que os acabamos de detallar, alcanza los 41.147,37 €, una cifra realmente alta pero, como se suele decir, la exclusividad hay que pagarla… solo que a veces resulta muy cara.

Motorización

El propulsor que monta este MINI Cooper S Countryman ALL4 es el conocido 1.6 THP desarrollado y utilizado conjuntamente por BMW y el grupo PSA, empleando las tecnologías más modernas como la inyección directa de gasolina o un turbo del tipo twin-scroll, lo que viene a decir que cuenta con dos conductos diferentes para canalizar los gases de escape, obteniendo de esta forma una respuesta más rápida a las solicitaciones de nuestro pie derecho.

Están disponibles diversos niveles de potencia, en función de la gestión electrónica que se monte. En nuestro caso entrega una potencia máxima de 184 CV a 5.500 rpm, mientras que el par motor asciende hasta los 240 Nm a 1.600 rpm (que con la función Overboost puede llegar puntualmente hasta los 260 Nm).

La velocidad máxima es de 210 km/h, ligeramente inferior a los 215 km/h del MINI Cooper S, al estar lastrado por los 70 kg de peso adicional (hasta un total de 1.455 kg) que supone la tracción total ALL4. La aceleración de 0 a 100 km/h la realiza en 7,9 segundos, mientras que el kilómetro con salida desde parado lo cubre en 28,4 segundos. Unas cifras buenas aunque nada espectaculares, pero no todo son las prestaciones puras sino que también cuentan, y mucho, las sensaciones de conducción que analizaremos un poco más adelante.

Los consumos se ven penalizados por la mayor tara y los rozamientos adicionales que provoca el sistema de tracción permanente. Según el fabricante británico oscilan entre los 5,8 l/100 km en recorridos interurbanos, hasta los 8,2 l/100 km en el ámbito urbano, mientras que el consumo promedio es de 6,7 l/100 km. Según nuestras propias mediciones, por los recorridos habituales y a buen ritmo, el consumo medio de gasolina ascendió hasta los 9,1 l/100 km, con un porcentaje de utilización del 30% en ciudad, 50% en carretera nacional/montaña y el 20% restante en vías rápidas, es decir, bastante más alto que el de las cifras homologadas.

Esto supone que con los apenas 47 litros de capacidad de su depósito la autonomía, en condiciones reales de circulación, apenas superará los 500 kilómetros, lo que nos obligará a repostar con más frecuencia de la deseada.

Comportamiento

A pesar de las similitudes, al menos estéticas, del modelo que hoy es objeto de nuestra prueba con su pariente de competición, éstas se quedan ahí. Su aspecto masivo y espectacular puede inducirnos a error cuando, en realidad, nos encontramos ante un verdadero SUV compacto, con todo lo que ello implica, sorprendiéndonos gratamente por su comodidad y excelente postura de conducción, alejada de toda radicalidad.

En autopistas y autovías tiene un rodar suave y preciso. Dado el poderío del motor alcanza rápidamente las velocidades máximas permitidas, que mantiene con inusitada facilidad. Pese a su no muy buen coeficiente Cx de 0,36 resulta un modelo sorprendentemente silencioso a altas velocidades, sin ruidos aerodinámicos destacables, apreciándose en mayor medida el de rodadura de sus grandes neumáticos.

Es en el ámbito de las carreteras nacionales y, sobre todo, si éstas se retuercen y pican hacia arriba, cuando este MINI se encuentra a sus anchas. Evidentemente resulta mucho menos rápido en dichas circunstancias que, por ejemplo, el espectacular MINI Coupé John Cooper Works, pero no podemos decir que sea lento precisamente. A ello contribuye el excelente chasis monocasco de acero que, gracias a sus estudiados refuerzos, presenta una alta resistencia a la torsión. Las suspensiones (especialmente la trasera, de tipo multibrazo), aunque no son tan firmes como las de las versiones más radicales, contienen muy bien esta carrocería facilitando una alta velocidad de paso por curva.

Pero su característica más determinante en este ambiente es el sistema de tracción total ALL4. Su funcionamiento se basa en un diferencial central de tipo electromagnético que distribuye la fuerza del motor de forma continua entre ambos trenes, con un reparto que puede oscilar hasta el 50% en cada eje. Sólo en situaciones extremas (nieve, hielo, etc.) llega a enviar hasta el 100% de la potencia a uno de ellos. El sistema está controlado por una centralita electrónica en conjunción con el Dynamic Stability Control (DSC), que regula de forma instantánea su actuación.

Más allá de la teoría lo que notamos, frente a la versión de 2 ruedas motrices, es que se reducen enormemente las pérdidas de tracción cuando pisamos a fondo el acelerador a la salida de las curvas, sobre todo si éstas se encuentran mojadas o con gravilla. El vehículo va más asentado sobre la carretera y la confianza que desprende nos hace sentirnos mejores conductores de lo que quizá seamos.

En ello también tiene mucho que ver el reparto de masas, que está bien balanceado, con un 59% del peso sobre el tren delantero y el restante 41% sobre el trasero, del total de 1.455 kg en orden de marcha. Ayudado por unos frenos que presentan un tacto sólido y dosificable a la vez. No hemos apreciado ningún bajón en su rendimiento a pesar del uso intensivo, dadas sus considerables dimensiones, siendo ventilados los delanteros, con 307 mm de diámetro, por los 280 mm de los traseros.

La caja de cambios manual de 6 relaciones se caracteriza por los cortos recorridos y por las inserciones rápidas. Nos ha gustado mucho y se muestra ideal para practicar una conducción muy deportiva pero quizá menos apta para recorridos urbanos donde haya que cambiar de marcha continuamente. Si va a utilizarse principalmente en este ámbito quizá deberíamos plantearnos optar por la caja de cambios automática Steptronic de 6 velocidades con levas de cambio en el volante.

Si además pulsamos la tecla SPORT (para lo que tendremos que desviar la mirada de la carretera dada su apartada ubicación) estas reacciones se vuelven aún más radicales. Será necesario apenas insinuar un movimiento con el volante para que realice el giro de forma inmediata y el tacto del pedal del acelerador también resulta más directo, acompañado de un atrayente sonido de escape, algo más bronco, pero nada molesto ni ensordecedor al viajar.

En el entorno urbano tampoco desmerece en absoluto, siendo el centro de gran cantidad de miradas tanto en los semáforos como cuando lo dejamos aparcado. La dirección quizá resulta algo dura cuando maniobramos en parado, sensación que desaparece una vez emprendemos la marcha. Pese a su apariencia se desenvuelve bien en este ambiente, se aparca fácilmente ayudado por los sensores de proximidad, ya que la visibilidad trasera es bastante reducida, tanto por el tamaño de las ventanillas como por la ubicación de los espejos laterales, que quedan cubiertos parcialmente al estar situados en una posición inusualmente baja.

Como ya os hemos dicho, a pesar de su aspecto y cotas, algo mejores que el resto de variantes de la gama MINI, no está más adaptado que ellos para rodar fuera del asfalto, salvo por la presencia de la tracción permanente ALL4, que puede resultar más útil para circular, por ejemplo, por superficies nevadas (acompañado de los neumáticos M+S opcionales) que para otro tipo de usos más extremos.

Veredicto de Coches.com

Si te gusta salirte de los cánones establecidos y lucirte en un vehículo singular, con estética SUV, pero no piensas abandonar casi nunca del asfalto, y en cambio sí concedes mucha importancia al buen comportamiento en carreteras de montaña, sea cual fuere el estado de la calzada, sin por ello renunciar a la mejor calidad de componentes y acabados, entonces este MINI Cooper S Countryman ALL4 puede entrar dentro de tus próximas opciones de compra.

Si buscas mejores prestaciones dentro del mismo modelo puedes recurrir a la versión MINI John Cooper Works Countryman ALL4, de nada menos que 218 CV de potencia y 240 Nm de par máximo (300 Nm con Overboost), con lo que se permite lograr una velocidad punta de 225 km/h, acelerar de 0 a 100 km/h en 7 segundos justos o cubrir el kilómetro desde parado en 27,5 segundos. Además está dotado de un equipamiento aún más exclusivo, aunque el precio final también se verá incrementado proporcionalmente sobre un coste base ya de por sí alto (desde 37.800 €).

Otra opción puede ser, dentro de este mismo segmento, el Nissan Juke Nismo, que ha aparecido en diversas ocasiones a lo largo de este artículo y que probamos para vosotros hace varios meses. De acuerdo que no cuenta con el mismo “glamour” y no resulta tan “chic” como el modelo británico, pero su coste de adquisición es notablemente inferior, sus prestaciones absolutas mejores y su consumo inferior. Como contrapartida no siempre es capaz de transmitir al suelo la potencia disponible, cosa que no sucede con el modelo que os traemos hoy, al contar con la incontestable ventaja de la tracción integral, que en algunos casos puede ser un aspecto determinante para su adquisición.

En cualquier caso desde Coches.com podemos echarte una mano para asesorarte en tu compra, a través de nuestro efectivo buscador, donde encontrarás las ofertas más atractivas del MINI Cooper S Countryman ALL4, así como el seguro que mejor se adapte a tu vehículo.

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