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Redacción

Las marcas que más exageran sus consumos homologados

Todo el mundo sabe (y en caso contrario debería saberlo), que los datos que se publican sobre los consumos de coches nunca concuerdan con la realidad. Esto se debe (lo explicamos hace tiempo) a que las cifras que se homologan se realizan con un complejo test de laboratorio, muy distinto al uso real que posteriormente se le da al coche.

Es necesario que todos los coches se midan con unos criterios iguales para poder hacer comparativas funcionales, pero el método empleado para medir el consumo y la contaminación de un coche es bastante antiguo (30 años ya). Los coches que se van a comercializar en el mercado europeo pasan una prueba de laboratorio para determinar su consumo urbano, extraurbano y mixto. Es lo que se conoce como ciclo NEDC (New European Driving Cycle). Todos los modelos se prueban de la misma forma, con las mismas condiciones, y de forma independiente.

El problema es que los fabricantes han ido mejorando mucho y no hace demasiado se descubrían las pequeñas argucias que hacen para bajar sus consumos homologados. No es que hagan nada ilegal. Lo que ocurre es que saben perféctamente qué se mide en esas pruebas y, además de desarrollar sus coches pensando en ellas y no en un uso real, las reglas son tan poco

Eso ha provocado que cada años crezcan las diferencias entre los resultados oficiales de los test y el consumo de combustible que experimentan los conductores, según asegura un estudio que compara los datos de homologación con varias fuentes de consumos reales:

  • Spritmonitor (Alemania): Datos de consumo de casio 70.000 turismos particulares.
  • Travelcard (Holanda): Consumos de coches de empresa, en los que el trabajador no sufraga el combustible.
  • LeasePlan (Alemania):  Coches de empresa en Alemania y con mayor velocidad media especialmente en autopistas.
  • Honest John (Reino Unido): Consumo de turismos particulares, con distinta metodología que Sprotmonitor.
  • What Car? (Reino Unido) — Consumos obtenidos para una revista por conductores profesionales, con su ciclo de homologación propio.
  • TCS (Suiza): Pruebas profesionales de consumo de laboratorio y carretera (3.000 km).
  • ADAC EcoTest (Alemania): Pruebas profesionales en laboratorio y carretera, en condiciones más realistas de velocidad y uso de aire acondicionado..
  • QueChoisir (Francia): Esta asociación de consumidores simula el ciclo NEDC a 130 km/h en lugar de 120 km/h.

Este cuadro muestra la diferencia de consumo real y homologado, que han obtenido, de 2001 a 2011:

Analizando todos los datos disponibles, las cifras de eficiencia en el consumo de los coches nuevos están, de media, un 25% por debajo del consumo real en carretera, lo que supone una media de 300 euros de gasto extra en combustible al año. SI lo comparamos con la desviación existente en 2001, vemos cómo se ha disparado.

En el estudio se comenta lo que decíamos al principio, que los fabricantes aprovechan el mínimo resquicio que permite la prueba. Y ponen como ejemplo los sistemas Stop & Start. EN el test de laborario el 25% de la prueba es con el vehículo al ralentí (o con el motor apagado)… ¿quién pasa una cuarta parte del tiempo en el coche así?

Nos parece más problemático aún que cada vez aumente más la diferencia entre lo que se homologa y los consumos reales. Si en 2001 la diferencia media de consumos reales era de un 10%, en 2011 se eleva al 25% de discrepancia. Además, según este gráfico, que toma los datos de spritmonitor, la diferencia es más notable en vehículos diésel.

A continuación , vemos que la diferencia respecto a la homologación también es mayor con cambio automático 8según los datos de spritmonitor), si bien la divergencia también ha ido aumentando con el tiempo.

El problema es que se le está dando al consumidor información no falsa, sino poco fiable y que no se ajusta a la realidad.  Las pruebas se hacen con bajas aceleraciones, sin ningún accesorio que consuma energía (sonido, aire acondicionado o navegación)… Y lo que es todavía peor, no se controla de modo alguno que los resultados de laboratorio son iguales a los del coche producido.

Todas las marcas se desvían, pero algunas más que otras. BMW, Audi, Mercedes y Opel son las compañías cuyos datos de laboratorio más difieren de la realidad, entre un 25% y un 30%, según Icct. En el extremo opuesto, los vehículos de PSA Peugeot-Citroën, Renault y Toyota sólo se desvían un 15%. «Los fabricantes que ensamblan coches con menos emisiones generalmente manipulan menos los test que los que producen devoradores de gasolina”, señala el estudio.

En el siguiente gráfico, que combina datos de dos fuentes, observamos que los aumentos de la divergencia se han ido acrecentando en todos los tipos de vehículo. La segmentación que han realizado es bastante particular (mini, pequeño, medio bajo, medio y medio alto). Otra cosa curiosa que observamos es que, en los coches de empresa, se le pisa bastante más a los pequeños que a los grandes. Lo vemos si comparamos los datos de Travelcard, que dan los mayores consumos de todos salvo en el segmento superior (será que conduce el chófer, con el jefe dentro y no puede pasarse):

Sin embargo, con los datos de spritmonitor podemos ver cómo hay algunos segmentos que exageran más sus bajos consumos que otros. Si el aumento medio está en torno a un 25% de consumo real más que lo que la marca homologa, observamos cómo los coches más pequeños se aumenta algo menos. Sin embargo, es mayor enlos coches medios y medio altos… Y la diferencia entre sueño y realidad ha aumentado muy rápido en los deportivos que en otros segmentos.

A finales de abril, el Parlamento Europeo decidió que un test mejorado debería estar operativo en 2017, aunque esta decisión está siendo cuestionada por algunos gobiernos comunitarios, que quieren retrasarla hasta 2020. El primer piloto del análisis estará listo en la primavera del año que viene. El nuevo test debería diseñarse para representar mejor la conducción real. También se espera, desde 2007, un ciclo de homologación mundial, que unifique el europeo, el japonés JC-08 (más impreciso todavía), y el norteamericano de la EPA que parece que se ajusta más a la realidad.

Fuente: International Council on Clean Transportation 2013
Más información: Descarga el informe completo en pdf (88 páginas). Está en inglés y además de los datos europeos que analizamos aquí, incluyen datos del mercado americano.

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