La pasada semana el Reino Unido decidía en referéndum salir de la Unión Europea, de la que formaba parte desde nada menos que 1973. Habrá muchas consecuencias en todos los ámbitos. La primera será la caída de David Cameron, que ha dimitido, si bien no se hará efectiva hasta dentro de unos meses.
Es difícil saber qué podrá ocurrir. Hoy mismo recibíamos una batería de predicciones realizadas por analistas de la industria automovilística. Porque, sin duda, tendrá repercusiones significativas en el mundo del automóvil.Los expertos estiman fabricantes de automóviles verán reducir sus ganancias en miles de millones de dólares y las ventas anuales de vehículos nuevos se reducirá en casi un millón de unidades en los próximos tres años.
De acuerdo con un análisis realizado por LMC Automotive, las entregas de vehículos nuevos podrían caer en 400.000 unidades hasta 2018. Pero el Brexit no afectará solamente a las ventas, sino también a nuevas inversiones, ya que los fabricantes no realizan inversiones en tiempos de incertidumbre. Y eso lleva aparejadas menos contrataciones, obviamente.
El CEO de Daimler, Dieter Zetsche, el viernes pasado, lo indicaba: «Este no es un buen día para Europa no, y en mi opinión, sin duda para el Reino Unido tampoco. Geográficamente, el país puede ser una isla; política y económicamente, no lo es». Y es que no tiene nada que ver vender coches en un espacio económico común… que tener que importarlos y pagar aranceles por entrar (o salir) de la isla.
Fuentes de Jaguar y Land Rover, aseguraba antes del referéndum que un voto a favor del Brexit supondría un descenso de las ganancias de 1.000 millones de libras en 2020. General Motors espera Reino Unido, por su parte, espera que no haya que pagar aranceles y que el Reino Unido continúe parte del Espacio Económico Europeo (EEE), ya que de lo contrario sería un serio impacto en las ganancias.
Y es que habrá que concretar qué ocurrirá exactamente, la forma en que el Reino Unido se va a separar de la UE pero una cosa es segura: afectará a todos los principales fabricantes de automóviles en cierta medida. Tenemos dos escenarios:
Escenario 1: ruptura total
Si Reino Unido se marcha sin un tratado de libre comercio, la Unión Europea aplicaría impuestos sobre el precio de venta… y viceversa. Eso supondría una subida de precios de los coches en el Reino Unido… y en Europa de todos los que se fabrican allí. Que no son pocos. La industria automovilística emplea nada menos que a 161.000 personas de forma directa.
Coches como el Nissan Qashqai, fabricado en Sunderland, los Honda CR-V, HR-V y Civic que salen de Swindon, BMW, que fabrica los MINI en Cambridge y los Rolls-Royce en Goodwood, Ford que realiza muchos de sus motores allí, los Toyota Auris y Prius… Además de marcas británicas como Land Rover, Jaguar, Bentley, Aston Martin…
Se exporta el 77% su producción automovilística, de la que casi el 60% tiene como destino el continente europeo. Lógicamente, los modelos más caros soportarían mejor un aumento de los precios. Los modelos generalistas se verían altamente afectados por una subida tan considerable… Cabría la posibilidad de que su producción se trasladase al otras factorías europeas.
¿Y en el Continente? Pues también habría consecuencias. Y es que el segundo mercado más importante de la UE (en 2015 se matricularon 2,6 millones de coches nuevos) se alimenta de muchos vehículos fabricados en otros países europeos. Y de los más vendidos, sin ir más lejos: el Ford Fiesta, se hace en Alemania y el Vauxhal Corsa en Figueruelas, Ford Focus y Volkswagen Golf en Alemania, Volkswagen Polo en Navarra… ¿Bajarán las ventas en el Reino Unido tanto como para afectar a la producción de estos modelos?
Escenario 1: ruptura suave
Si se impone una salida de la Unión Europea con un tratado de libre comercio que permitan a los productos europeos venderse sin aranceles en Reino Unido, y viceversa, poco cambiaría. Los vehículos fabricados allí deberían cumplir, como hasta ahora, con todas las normas de homologación comunitarias.
Sería un estatus muy similar al de Suiza… pero a cambio debería permitirse la libre circulación de personas, como en el país helvético. Y viendo cómo fue la campaña a favor del Brexit… sería difícil de aceptar por muchos. Aceptar el acuerdo de Schengen…
Por otro lado, la Unión Europea está en una disyuntiva. No debería admitir que un miembro se salga de la Unión para acabar teniendo derechos similares, pero sin las cesiones de soberanía, pago de impuestos que implica. Todo el mundo haría lo mismo y se acabaría volviendo a la CEE, dando al traste con la UE (una unión más política, no solamente de índole económica. El Brexit será proceso de separación gradual que durará al menos dos años… veremos poco a poco cómo se desarrolla
Consecuencias más allá de lo económico
Leemos también en El Mundo que la salida del Reino Unido de la Unión Europea invalidará el carné de conducir europeo en su territorio. Así, para poder conducir en el país será necesario obtener un permiso homologado con el británico. Para evitar esa situación tocará llegar a un acuerdo bilateral entre España y Reino Unido para llegar a un pacto sobre este tema, del mismo modo que existen con otros países que no pertenecen a la unión.
Por otra parte, esta salida del Reino Unido de la UE no afectará a la normativa sobre seguridad vial, ya que no existe unificación en este aspecto y cada país es independiente a la hora de imponer sus límites de velocidad y exigencias de seguridad a sus conductores. Tampoco se verá afectado el reciente acuerdo sobre el envío de sanciones a los españoles que infrinjan normas de circulación en el extranjero (por ahora sólo se había puesto en marcha con Francia de manera experimental).
Fuente: Autonews, El Mundo
Vía: Motorpasión