Menos de un 1% de las casas americanas tenía una televisión en 1948. Sin embargo hubo gente que tuvo en el verano de 1948 la suerte de observar una primicia de lo que sería la futura obsesión de los americanos por la televisión. El taxista Charles De Lorne, originario de la ciudad de Chicago, les dió la oportunidad a los pasajeros de entretenerse durante el trayecto gracias a un set de televisión instalado en el asiento del copiloto.
Lo que pasa es que ese servicio no estaba ahí por caridad del conductor sino porque un ingeniero de Motorola llamado George Fyler lo instaló como parte de una acción publicitaria que consistía en promocionar el nuevo aparato y con suerte vender algunos durante el recorrido. El taxi llevaba una antena instalada en la parte delantera derecha con un cartel visible desde la acera que ponía: Motorola Television.
La revista Radio Craft publicó un artículo en octubre de 1948 en el que decía «Los pasajeros nos comentan que la cobertura es muy buena, con pocas interferencias de otros vehículos o los edificios circundantes. Lo único malo es que la imagen se va cuando el taxi pasa por encima de los baches«.
Dado que ahora ya estamos acostumbrados a ver pantallas por todos lados, es difícil apreciar lo raro que era ver la tele a finales de los años 40 y más si era en un taxi. Solamente había 30 estaciones de televisión que operaban en Estados Unidos y la mayoría se encontraban en el noreste. El sur de EEUU ni siquiere tenia una estacion de TV. Por ejemplo, la central emisora de Atlanta solamente tenía dentro de su rango de acción a 750 receptores. La programación de aquel entonces era interesante, a pesar de situarse en su fase inicial. Después de la posguerra, los americanos pudieron visionar los primeros shows de cocina e incluso emitían un reality show llamado Candid Camera, estrenado en 1948.
Es una pena que la programación de los taxis de hoy en día no sea tan interesante y novedosa como la de entonces. Quien sabe si dentro de 30 años estaremos ante otro taxi que cambie nuestra forma de ver las cosas como ocurrió con los habitantes de Chicago.
Fuente: Paleofuture