Reconócelo. Si el Fiat Multipla no existiese tendríamos que inventarlo. Y es que ni el más espectacular Ferrari, Porsche, o Aston Martin es capaz de reunir a tantas personas y hacerlas coincidir en el mismo argumento. Lo horripilante que es su diseño. En este sentido, y excluyendo a un porcentaje de la población que tiene los mismos gustos estéticos que Paco Clavel, estamos de acuerdo. No hay por donde pillarlo. Pero si tus padres te decían que la apariencia no lo es todo y que lo importante es lo que hay en el interior, ¿hemos sido quizás demasiado duros con el Multipla?
Aunque esto parezca defender lo indefendible, el propósito de este artículo no es otro que dejar los prejuicios a un lado y analizar al Multipla con perspectiva. Vayamos pues, al inicio.
El Fiat Multipla, fue un salto totalmente al vacío por parte de Fiat. Aún basándose de forma parcial en el Fiat Bravo, el diseño final cuya autoría corresponde al diseñador Roberto Giolito nos dejó literalmente a todos con la boca abierta. Era 1998, y de todos los coches que se presentaron ese año, desde el Audi TT al Ford Focus, pasando por el SEAT León, aquel que más desentonaba era ese Fiat de frontal amorfo.
Original
Cabe aquí mencionar que la principal razón de esa cuanto menos surrealista figura, es que su diseño rompió todos los canones. Si lo normal era diseñar de fuera para dentro, el Multipla se diseñó desde dentro y se ajustó desde fuera. Es decir, el punto de partida fue crear un monovolumen amplio con seis plazas, 3 delanteras y 3 traseras. Todo ello intentando comprimir el espacio total al máximo y ofreciendo una buena visibilidad.
Una innovación en diseño industrial, que si bien se ganó el galardón al Coche Más Feo del Año en 1999 por parte de Top Gear, también fue expuesto ese mismo año en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) en una exhibición sobre los coches del próximo siglo. ¿Un incomprendido?
Sin mencionar el salpicadero, del que no podemos decir nada bueno, el resto del interior aunque no tuviese acabados sorprendentes cubría su función de ser increíblemente cómodo.
En cuanto a las ventas, tuvo una gran aceptación entre el público italiano que supo ver más allá de la piel posicionándose como una opción interesante para familias. En el resto del mercado europeo, las ventas no fueron tan satisfactorias, razón por la que en 2004 Fiat introducía el nuevo Multipla con un restyling que daba fin a esa forma de boca de pato.
Práctico y fiable
Atendiéndonos a la primera hornada de Multiplas (1998-2001), lo cierto es que sus prestaciones son bastante buenas. Aquellos que lo conducen o lo han conducido destacan su comodidad de conducción, el confort de la marcha y su fácil manejabilidad para la envergadura del vehículo. Siendo un coche muy enfocado a las familias, la capacidad de carga del maletero también es digna de ser mencionada (1.300 litros con una fila de asientos disponible).
En cuanto al motor, de gasolina, sus cuatro cilindros en línea resultaban en una potencia máxima de 103 CV y una velocidad máxima de 170 km/h. Nada mal teniendo en cuenta que el coche pesa 1.300 kg.
Dada la mala aerodinámica del Multipla, entre los inconvenientes estaban el hecho de que a altas velocidades era bastante ruidoso y su consumo relativamente elevado de combustible. Y digo relativamente alto, porque pese a que su consumo medio era de 8,6 litros a los 100, tampoco es descabellado.
En términos de seguridad, se puede decir que el diseño actuaba a medias. Esto es debido a que al estar elevados los pasajeros, en caso de impacto lateral, este se concentraría en la parte inferior del vehículo. No obstante, en una colisión frontal a 64 km/h, ya es otra historia.
Si a la luz del día el Multipla es un mapache al llegar la noche es un auténtico zorro. La disposición de las luces a diferentes alturas estéticamente no quedó muy bien, pero en términos prácticos ofrece una visibilidad amplia y profunda.
Divertido
¿Sabes ese amigo que pese a no ser nada atractivo físicamente consigue a través de su carisma encandilar a su alrededor? Pues así es el Multipla, un feo con personalidad. La Rossy de Palma de los coches. Un punto y aparte en el diseño cada vez más homogéneo de los coches, el fruto de la decisión de un ejecutivo que pasó de consultar al público lo que quería para hacer algo radicalmente extraño.
Estamos de acuerdo, no es el coche perfecto para una primera cita, pero si aún así te sigue llamando, sabrás que te quiere por como eres. Y si no, siempre lo tendrás disponible para irte de escapada con los amigos.
Un coche con un espíritu infantil de quien pensó en la cara de alegría de un niño sentándose delante junto a papá y mamá. En definitiva un coche que no deja indiferente a nadie, y que tiene la mala fortuna de concentrar todas las críticas en su aspecto, cuando hay coches que exteriormente son mucho mejores pero que a la hora de la verdad te dejan tirados en la próxima curva.
O peor, te acaban aburriendo.