La avería masiva de vehículos diésel detectada durante las últimas semanas en toda Galicia tiene causas climatológicas. Esta es la deducción que se desprende de los análisis del Laboratorio de Combustible de la Universidad de A Coruña, con sede en Ferrol.
El centro, que realiza controles mensuales de forma aleatoria en toda la comunidad por encargo de la Consellería de Industria, explicó que el origen de este tipo de fallos registrados en los vehículos es consecuencia de la combinación de dos elementos: el consumo de combustible de verano, por un lado, y la caída de las temperaturas, por otro.
Mercedes del Coro Fernández, directora técnica y coordinadora del Laboratorio de Combustibles, corrige a los profesionales de los talleres de reparación que culpan directamente del problema a la presencia de parafinas en el gasoil, y aclara que «el problema no son las parafinas, sino los ácidos grasos presentes en el biodiésel, que tienden a solidificarse si baja la temperatura y pueden obstruir los filtros», explicaba a La Voz de Galicia.
El problema es difícil de evitar. La legislación que controla el punto de obstrucción de filtros en frío (POZ) solo contempla dos épocas de regulación, verano (de marzo a septiembre) e invierno (resto del año). No existe normativa específica para las estaciones de primavera y otoño, por lo que, desde el pasado mes de marzo todas las estaciones de servicio, por ley, llenan los vehículos con combustible de verano, a pesar de que en las últimas semanas las temperaturas hayan sido atípicamente invernales.
El motivo de que el problema no solo afecte a los vehículos alimentados con ecobiocarburantes, como sostiene la Consellería de Industria, sino en general a los coches que consumen gasoil, se debe a que actualmente todo el gasoil que se distribuye contiene mezcla de biodiésel, ya que la ley permite la adición en un porcentaje máximo del 5%, sin necesidad de que el consumidor tenga que ser informado de ello.
¿Quién se responsabiliza de las centenares de averías detectadas en los talleres gallegos? Todo parece indicar que no existen responsables directos a los que se puedan presentar reclamaciones. «No es culpa del distribuidor ni de la legislación. Es una causa climatológica», afirman desde el centro ferrolano, en donde, desde el año 2002, se analizan todos los combustibles sólidos y líquidos que se comercializan en Galicia, a partir de las muestras mensuales recogidas de forma aleatoria en gasolineras y centros de distribución de la comunidad.
Vía | La Voz de Galicia